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Hemorragia Digestiva (Resumen)
Hemorragia Digestiva (Resumen)
Concepto
Se denomina HDB a la pérdida de sangre cuya lesión causal se localiza distal al ligamento de
Treitz. Las causas pueden ser: anatómicas (enfermedad diverticular complicada); vascular
(angiodisplasia, isquemia, inducida por radiación); inflamatoria (infecciosa, idiopática); y
neoplásica.
La severidad de la HDB es variable pero la mortalidad es baja, que suele ser en pacientes de edad
avanzada y con comorbilidades. La frecuencia es de 20.5/100.000 pacientes hospitalizados al año
por HDB en EE.UU. En Chile no hay estadísticas, se calcula en 3000 hospitalizados al año.
Clasificación
Manifestaciones Clínicas
Rectorragias o hematoquezia que significa salida de sangre roja brillante por el recto sola o
mezclada con las deposiciones, respectivamente. En el primer caso orienta a patología anorrectal y
en le segundo a patología colónica alta. La melena o presencia de heces negras, también puede
deberse a HDB, para ello se requiere un enlentecimiento de la motilidad colónica que permita a la
sangre permanecer en el colon el tiempo suficiente para su degradación. Es importante tener
presente que de un 11-20% de las HDA se puede manifestar como HDB.
Etiologías
La HDB es más frecuente en hombres y su incidencia aumenta con la edad. Es de tres a cinco
veces menos frecuente que la HDA y suele tener un curso clínico menos grave.
Las causas de HDB varían según la edad:
Edad Orden de frecuencia
Adolescentes-jóvenesDivertículo de Meckel
Enfermedad Inflamatoria Intestinal
Pólipos y poliposis
Presentación clínica
Los pacientes con HDB se pueden clasificar de acuerdo a su estado hemodinámico, el cual puede
ir desde leve a masivo, de acuerdo a los siguientes factores:
1) Leve: - PAS > 100 mmHg
- FC < 10 lpm
2) Moderada: - PAS: 90-100 mmHg
- FC: 100-110 lpm
3) Grave: a) PAS < 90 mmHg
FC > 110 lpm
b) Hipotensión ortostática
c) Signos de baja perfusión tisular en piel, riñon y SNC.
4) Masiva: Shock que no se resuelve a pesar de la reposición intensa y adecuada de volumen y
otras medidas de reanimación.
Los pacientes que se presentan con HDB se verán afectados no sólo por la pérdida de sangre, sino
también por la repercusión de una anemia aguda en otros órganos, que genere problemas
cardíacos, pulmonares, renales o del sistema nervioso.
Diagnóstico
El manejo de estos pacientes será en principio la reanimación del paciente, partiendo con:
La instalación de una vía venosa gruesa, la cual nos permitirá tomar una muestra de sangre para
obtener el grupo y Rh del paciente, para el caso en que se necesite una transfusión.
Referencias
1. Juthaba, R. Approach to the adult patient with lower gastrointestinal bleeding. In: UpToDate,
Basow, DS (Ed), UpToDate, Waltham, MA, 2010.
2. Saenz, R. Hemorragia digestiva baja. Sociedad Chilena de gatroenterología, www.socgastro.cl
Definición
Se denomina Hemorragia Digestiva Alta (HDA), al sangramiento del tubo digestivo, entre el
esófago alto y el ángulo de Treitz. Es una causa frecuente de consulta y hospitalización en los
servicio de urgencia del país.
La presentación es variada, desde un sangramiento leve, pesquisado como una anemia, o grave,
manifestado como hematemesis y compromiso hemodinámico (Shock hipovolemico). La
presentación más habitual es anemia, hematemesis, melena o hematoquezia.
Una manera de enfrentar las Hemorragias Digestivas Altas, es diferenciarlas en las de origen
variceal y no variceal, debido al pronostico distinto, siendo de mayor gravedad las originadas por
varices esofágicas.
La Endoscopia Digestiva Alta como método diagnostico y terapéutico, en el servicio de urgencia,
así como el tratamiento erradicador de Helicobacter pylori, han mejorado notablemente el
pronostico de estos pacientes y, en consecuencia, la evolución clínica; pero se ha contrarrestado
con el envejecimiento de la población y el uso de antiinflamatorios no esteroidales (AINE).
Epidemiología
La incidencia general de las HDA oscila entre 50 a 150 episodios por cada 100.000 habitantes por
año.
La presentación de las HDA es mayor en hombres que en mujeres (2:1) y la edad promedio de
presentación es de 60 años, y la mortalidad en estos pacientes es del 13 a 35%. En los pacientes
menores de 60 años la mortalidad oscila entre el 2 y 8%.
En la mayoria de los casos la hemorragia es autolimitada.
La mortalidad general por HDA es del 10%, la cual dependerá de la edad, etiología y morbilidad
asociada. La mayoria de los pacientes que fallece son mayores de 65 años.
En el 80% de los casos el episodio es único y cede espontáneamente.
La mortalidad de la HDA por varices esofágicas alcanza el 33%, mientras que la mortalidad
producida por úlcera gastroduodenal es del 5 a 10%.
Fisiopatología
La hemorragia digestiva alta tiene los fenómenos propios de toda pérdida sanguínea, pero
además presenta algunas peculiaridades debido al paso de sangre al tubo digestivo. La
hemorragia, sobre todo si es mayor de 500 cc, produce hipovolemia, con el consiguiente
descenso del retorno venoso y presión arterial, lo cual activa mecanismos compensadores
como el sistema renina-angiotensina-aldosterona, o la liberación de catecolaminas. Todo ello
conlleva a una vasoconstricción periférica y un paso de líquido intersticial a la luz vascular;
compensando el sangrado. Si el sangrado es persistente, este mecanismo puede conducir a
un shock hipovolémico. Por otro lado, la sangre en el tubo digestivo provoca un aumento del
peristaltismo, las proteínas liberadas de la digestión de la sangre son metabolizadas por la
flora intestinal bacteriana, liberándose grandes cantidades de amoníaco, que en el hígado
será convertido en urea, elevándose sus niveles plasmáticos. En pacientes con daño
hepático, que no pueden llevar a cabo esta transformación, el exceso de amoníaco en sangre
provoca frecuentemente encefalopatía.
Etiología
1) Vasculares: Várices esofágicas, várices del fondo gástrico, úlcera de Dieulafoy, ectasia vascular
del antro gástrico, fístulas aorto-protésico duodenal.
2) Inflamatorias:Úlcera gastroduodenal (UGD), Gastritis, Esofagitis, Pancreatitis, Divertículos
esofágicos.
3) Mecánicas: Hernia hiatal, Mallory Weiss, prolapso de la mucosa gástrica, cuerpo extraño,
Hemofilia.
4) Sistémicas: Discrasias sanguíneas, enfermedades del colágeno, amiloidosis, tuberculosis,
sarcoidosis.
5) Neoplasias: Carcinomas, Leiomiomas, Linfoma, Leiomiosarcoma, Peutz Jeghers, Pólipos.
Frecuencia de etiologías:
La frecuencia de las etiologías tiene variaciones según el centro y la ubicación geográfica, pero
en general, la causa más frecuente son la ulceras gastroduodenales (50%), siendo levemente
superior la etiología duodenal en comparación con la gástrica , la coexistencia de ambas lesiones
en un adulto ocurre en un 1.2%. La gastritis erosiva (AINE y aspirina) (8 a 15%) y las várices
esofágicas (5 a 18%) son las causas que siguen en frecuencia. El Síndrome de Mallory Weiss (6%) y
Cáncer Gástrico (1 a 2%), son causas menos frecuentes.
Clasificación
Factores pronóstico
Diagnóstico
Manejo
- Estabilización
Endoscopía
La endoscopia corresponde al procedimiento diagnostico y terapéutico más efectivo en la
HDA.
Esta nos permite realizar un diagnostico etiológico (98% de los casos), determinar el tipo de
lesión, su ubicación y a su vez nos permite clasificarlas según Forrest. También resulta ser
una herramienta terapéutica que permite tratar la gran mayoría de las HDA.
Clasificación de Forrest
Corresponde a una clasificación de las lesiones halladas en la endoscopia, esta nos orientara
en la conducta y a su vez también nos entregara una probabilidad de que la lesión vuelva a
sangrar.
Forrest I-A:
Corresponde a una lesión con sangrado activo de tipo arterial, tiene una probabilidad de
resangrado de 90 – 100%. Tiene indicación de tratamiento endoscópico urgente.
Forrest I-B:
Lesión con sangrado activo difuso, tiene una probabilidad de 80 % de resangrar. Tratamiento
endoscópico urgente.
Forrest II-A:
Vaso visible, solevantado, en el fondo de una ulcera, tiene una probabilidad de 60% de
resangrar. Tratamiento endoscópico.
Forrest II-B:
Lesión solevantada, blanquecina, con un coagulo antiguo, 50 % de resangrar. Su tratamiento
será de acuerdo a su contexto clínico.
Forrest II-C:
Maculas planas, las cuales pueden ser rojas o negras, < 50 % de resangrar. Tratamiento
según contexto clínico.
Forrest III:
Lesión que se encuentra cubierta por fibrina, tiene una muy baja probabilidad de resangrar (10
%).
Terapia endoscópica
Gracias a las distintas técnicas terapéuticas del endoscopio, se puede conseguir restablecer la
hemostasia en el 82-92 % de los pacientes. En los pacientes en los cuales se falla la
hemostasia, suele ser causa de un inadecuado acceso a la lesión.
La terapia endoscópica de urgencia se reserva solo para los pacientes con un sangrado activo
y que tienen una alta posibilidad de resangrar.
Las técnicas hemostáticas endoscópicas son:
a) Inyectoterapia: Corresponde a la inyección local de vasoactivos (se utiliza adrenalina al
1:10000), es útil y segura, provoca vasoconstricción transitoria. No tiene buenos resultados
para vasos grandes.
b) Escleroterapia: Consiste en la inyección de agentes esclerosantes en el vaso sangrante,
estas sustancias pueden ser monoetanolamina, cianoacrilato y etanol. Estos son inyectados
posteriormente a la inyección de adrenalina. Pueden llegar a generar necrosis del tejido y
generar nuevos sangrados.
c) Termica: Se utiliza el calor con el fin de provocar el cierre de los vasos sangrantes, esta
puede ser por contacto (electrocoagulación monopolar y bipolar, sondas térmicas) o sin
contacto (fotocoagulación con láser : Argón, Nd : YAG)
d) Mecanicos: Se oclusiona y detiene el sangrado mediante la compresión mecánica del vaso
sangrante, esta puede ser mediante bandas elásticas, suturas, hemoclips o balones.
Fármacoterapia
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Si bien el manejo inicial con endoscopia digestiva y tratamiento farmacológico es muy útil en la
gran mayoría de pacientes, existen casos en que esto fracasa, y es necesario hacer una
intervención quirúrgica.
Lo ideal en estos casos es que el diagnóstico etiológico topográfico esté hecho antes de realizar la
intervención quirurgica, de esta manera si realizará el protocolo adecuado en cada caso. Sin
embargo hay ocaciones en que esto no es así, por lo tanto se deberá realizar una intervención
diagnóstica terapéutica:
Se debe abordar al paciente por laparotomía media, ubicando primero lesiones fácilmente
identificables, si no se logra ver la fuente de sangrado se continuará con un gastrostomia
longitudinal en la cara anterior del antro, aspirando y taponando el piloro; si la lesión no se
identifica hasta este punto, se deberá explorar el bulbo duodenal en busca de ulcera de la pared
posterior del duodeno. Una vez identificada la lesión hay que suturarla y realizar la intervención
mas apropiada en cada caso, evaluando la etiologia, ubicación y condiciones del paciente.
Úlcera gastroduodenal: se presentan en la 5ta-6ta década de la vida, y son el 75-80% de las HDA
de resolución quirúrgica.
Las úlceras Forrest I y II se puedes tratar con endoscopía, y se controlan a las 48 hrs.
Una vez tratado el sangramiento se indica erradicación de H. pilory y omeprazol.
Angiodisplasia del tubo digestivo: son malformaciones arterio- venosas, telangectasia o ectasia
vascular. Tienen historia de anemia o de sangramientos de baja intensidad. El tratamiento
endoscópico es efectivo.
Malformación de Dieulafoy: Es un vaso submucoso aberrante que erosiona el epitelio que lo cubre.
Provoca un sangramiento masivo, intermitente, arterial. El diagnóstico endoscópico es dificil, y se
ubica generalmente a nivel subcardial.
Para e sangramiento activo, se realiza terapia endoscópica, pero si hay recidiva se debe tatuar con
tinta china y realizar cirugia
resectiva en forma electiva.
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