La presidencia de Enrique Peña Nieto significó el regreso del PRI al poder, como consecuencia de la confrontación de las fuerzas políticas durante los sexenios anteriores, la mayor parte de las reformas que el país debía emprender para resolver sus fuertes rezagos económicos y sociales, se encontraban aún pendientes. Durante el periodo del 2013-2014 se impulsaron reformas estructurales, los principales partidos del país (PRI, PRD y PAN) determinaron, junto con la presidencia de la República, establecer un espacio de dialogo, al que se denominó Pacto por México, para determinar las reformas económicas, políticas, y sociales que se aplicarían. Tenían entre sus principales objetivos brindar mayor transparencia y equidad a los procesos electorales, propiciar mayor equilibrio entre los tres poderes de la Unión en el ejercicio de sus funciones, así como fortalecer la estructura tributaria y la capacidad de recaudación de ingresos por parte del Estado mexicano. Dichas reformas se enfocaron tanto al campo político y social, como a impulsar la modernización de la economía mexicana, entre la primera se destacan; la Educativa y la Política-electora. La reforma educativa fue muy polémica y obtuvo pocos resultados, se trataba de un medio de control de evaluación de los profesores que no atacaba realmente el problema. Una de las transformaciones más significativas para el sistema electoral, a consecuencia de la reforma política impulsada, fue la sustitución del Instituto Federal Electoral (IFE) por el Instituto Nacional Electoral (INE) el propósito era propiciar mayor homogeneidad, equidad y coordinación en los procesos electorales que se llevan a cabo en todo el país, tanto a nivel federal como local. En cuanto a las reformas estructurales enfocadas a propiciar la dinamización de la actividad económica del país, destacan; energética, telecomunicaciones, hacendaria y financiera. La reforma energética planteaba, entre muchas otras medidas, la apertura del sector energético a la inversión privada, sin que el Estado pierda su rectoría ni el control de las principales empresas que lo componen, que pasaran de ser organismos descentralizados del gobierno, a empresas productivas del Estado. Con la reforma de telecomunicaciones, se multiplicó el otorgamiento de concepciones para servicios de telefonía, internet y televisión. En la iniciativa de la reforma hacendaria se planteó que el aumento en los recursos recaudados sería canalizado a financiar programas sociales, como el Seguro Popular, la pensión para adultos mayores y el seguro de desempleo, entre otros, su aprobación causó malestar en la población, debido a que resintió el incremento de la carga impositiva, que se reflejó en la reducción de sus recursos. En temas económicos, también hubo mayor expansión de la industria automovilística, y sorprendentemente se consiguió la creación de más de 2 millones de nuevos empleos, 86% fijos. En política social, se llevó a cabo la cruzada nacional contra el hambre, contra la pobreza, la desnutrición y la marginación. En cuestión de seguridad, Peña Nieto se puso como objetivo reducir la violencia y asesinatos en un 50%, aunque existen sospechas de sobornos de los carteles y el PRI, es decir, que el bajo nivel de violencia a causa de las drogas no era por que se estuviera haciendo algo contra el narcotráfico sino porque el gobierno había vuelto a aceptar sobornos por parte de los carteles. En política exterior se presentó una polémica por el desencuentro con Trump sobre el muro, se renovaron relaciones con Cuba, Venezuela, Centroamérica y el Caribe en general, además de mayor cooperación con China y se profundizo en las relaciones con Europa.