Regulación y disciplinamiento de los cuerpos en la conformación de la cultura escolar
Marcela Ginestet y Liliana Paredes
La cultura escolar en el proceso de cristianización del siglo XVI. ¿Qué saberes,
normas y prácticas, se pusieron en juego y cómo se articularon? Origen de la escuela como espacio específico de educación. Organización material y disciplinaria de las instituciones educativas a fines de la Edad Media e inicios de la modernidad. Fines del siglo XV surgimiento de la privacidad hogareña y primeros atisbos del concepto de niñez. Ideología humanista: aportó una definición de infancia como sujeto educable e instaló la preocupación por formar hombres y cristianos. La educación como método para formar y perfeccionar al pequeño adulto. Que cada uno acepte su lugar en el orden estamental. “Para la infancia sumida en la pobreza, sólo una pedagogía rudimentaria, memorística y empobrecida en sus alcances respecto del saber: catecismos escritos en un lenguaje en apariencia sencillo y concreto, que tienen como fin obtener respuestas cortas y exactas. Junto con esta catequesis orientada a conducir las almas, se incorpora un disciplinamiento físico destinado a inculcar obediencia y reverencia a los superiores, humildad, sumisión y desterrar los malos hábitos: formar filas, ayudar en la misa, cantar himnos religiosos.” Escuelas para pobres financiadas a través de la caridad. El humanismo cristiano promueve que la comunidad se haga cargo de la educacion de todos los niños: “Se inició en Europa la escolarización de los sectores populares bajo la acción de parroquias, hospitales, albergues, sociedades religiosas y caritativas, seminarios, capillas. Se trató de una diversidad institucional destinada a inmovilizar la infancia vagabunda, inculcarles el modo de vida virtuoso y cristiano, así como también habituarlos al trabajo a través de un castigo corporal humillante.” Surgimiento de la educación escolarizada, sistemática, reglamentada y disciplinada (castigos corporales, tiempos y espacios). Francia a fines del siglo XIV, proceso de enclaustramiento (Durkheim). “Los muros de los colegios encerraron a los niños en una nueva temporalidad, diferente de la de las calles como también de la cotidianeidad familiar, apropiándose o más bien expropiando el tiempo y los movimientos de los alumnos, predeterminando las horas del día (el trabajo, el recreo, las comidas, el tiempo de dormir), las semanas, los meses, y los años, con la estricta vara de la moral del trabajo y produciendo una obediencia a reglas impersonales.” Institución de moralización, contención social, refugio e instrucción. Los regímenes disciplinarios estaban diseñados para acostumbrar a los cuerpos a cierta rutina diaria. “Los primeros en organizar los estudios a partir de una graduación en clases con contenidos bien definidos, centrados en latín y griego y las obras de los antiguos, son los Hermanos de la Vida en Común a fines del siglo XV. La organización de sus colegios fue modelo para las instituciones educativas de la Reforma protestante y los Jesuitas.” Los Hermanos de la Vida Común implementaron el sistema de clases graduadas en niveles separados por exámenes de promoción. Muchos de sus alumnos luego difundieron este sistema de enseñanza por toda Europa. Este proceso de racionalización de la educación acompaño el surgimiento de los estados nacionales centralizados y burocráticos. La aparición de las escuelas conformo un espacio de sociabilidad única para los niños, un lugar separado del mundo adulto, donde pasaban mas tiempo con personas de su propia edad, bajo la atenta vigilancia de los maestros. Tensión entre aplicar la disciplina para todos por igual, o hacer diferencia según origen distinguido de el niño. Cultura de la prohibición: “Prohibido correr, gritar, cantar en la calle; tirar piedras, pelear; […] prohibido salir de la ciudad o a la cancha de pelota sin permiso. Obligación de ceder el paso a los magistrados, profesores y pastores […]. El escolar pensionado […] no se levantará de la cama sin motivo valedero y menos aún recorrerá las calles en la noche. Prohibido llevar armas […]. Prohibido burlarse de alguien […]. Prohibido marcar/rayar los bancos […]. Obligación de huir de los cabarets y lugares deshonestos.” La arquitectura se transforma en función de los objetivos escolares: “la orientación funcional de los espacios nos permite identificar algunas de las técnicas de aislamiento y vigilancia de los cuerpos con el objeto de inculcar comportamientos considerados aceptados y adecuados por cada congregación: pasillos o corredores amplios, patios abiertos, dormitorios compartidos y comedores comunes.”