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Immanuel Kant nació en 1724 en una ciudad al este de Prusia y murió en esta misma ciudad a la edad de 80 años.

Pasó toda
su vida en esta ciudad primero como estudiante y luego como profesor de filosofía en la universidad, no solamente fue un
experto en relación con los pensamientos de otros filósofos sino que también fue un verdadero filósofo, que intentó buscar
sus propias respuestas a grandes preguntas filosóficas y por eso ocupa un lugar muy importante en la historia de la filosofía.

A Kant le producían asombro y admiración el cielo estrellado sobre su cabeza y la ley moral en su interior, de esta forma
manifiesta, para él, la contradicción más asombrosa que la realidad nos presenta; la coexistencia entre un mundo
determinista; es decir, un mundo determinado por un conjunto de leyes naturales que hacen que sea imposible cambiar los
eventos que suceden en el mundo, como el cielo estrellado, y la libertad moral del ser humano con la que cambiamos o
guiamos nuestra voluntad. Kant se pregunta que cómo es posible que en un mundo determinista exista la libertad de la
voluntad humana. El proyecto filosófico de Kant consiste en responder a esta gran pregunta, lo que implica a su vez
responder a tres preguntas fundamentales que constituyen el esquema de su proyecto filosófico planteadas por la propia
razón, "¿qué puedo saber?", pregunta que responde cuando aborda el problema del conocimiento, "¿qué debo hacer?",
pregunta que responde cuando aborda el problema ético y en tercer lugar "¿qué me cabe esperar?".

Las cuestiones relativas al conocimiento humano las soluciona kant en su obra Crítica de la razón pura cuando aborda el
problema del conocimiento humano se encuentra con dos soluciones opuestas, dadas por el racionalismo y por el empirismo.
Los racionalistas pensaban que la base de todo el conocimiento humano se encuentra en la razón y los empiristas, en cambio,
pensaban que todo el conocimiento del mundo se encuentra en la experiencia sensible; es decir, en las percepciones que
recibimos a través de nuestros sentidos. Ambas corrientes filosóficas responden a la pregunta "¿qué puedo saber?", pero
ante esta pregunta se mencionan dos posibilidades: el mundo es exactamente como lo percibimos o es como se presenta a
nuestra razón. Kant opinaba que ambos tenían algo de razón, pero también opinaba que los dos se equivocaban en algo,
estaba de acuerdo con los empiristas en que todos nuestros conocimientos sobre el mundo provienen de las percepciones,
pero también estaba de acuerdo con los racionalistas en que hay ciertas condiciones en la mente que contribuyen a
determinar nuestro concepto del mundo.

Todo lo que percibimos, lo conocemos ante todo como un fenómeno en el tiempo y en el espacio. Kant llamaba al tiempo y
al espacio "formas a priori de la sensibilidad humana" a priori porque estas dos formas de la conciencia humana son
anteriores a cualquier experiencia, esto significa que antes de experimentar algo sabemos que sea lo que sea lo captaremos
como un fenómeno en el tiempo y en el espacio, y de la sensibilidad humana porque la idea de Kant es que el tiempo y el
espacio pertenecen a la constitución humana por lo que son ante todo cualidades de nuestra razón y no cualidades del
mundo exterior. Esto quiere decir que la conciencia del ser humano no es pasiva; es decir, que sólo recibe las sensaciones
desde fuera, sino que es un ente que moldea activamente. Las sensaciones se moldean o se adaptan a nuestras formas de
sensibilidad, la propia conciencia contribuye a formar nuestro concepto del mundo ordenando las percepciones que
recibimos en el tiempo y en el espacio, Kant decía que no sólo es la conciencia la que se adapta las cosas, sino que las cosas
también se adaptan a la conciencia. A esto lo llamó la revolución copernicana, esto quería decir que la idea era tan nueva y
tan radicalmente diferente a las ideas antiguas como cuando Copérnico señaló que era la tierra la que giraba alrededor del
sol y no al revés.

Otra forma a priori de nuestra sensibilidad que determina nuestro concepto del mundo es el principio de causalidad, al
contrario que para otros filósofos como Hume para Kant la ley de causa-efecto forma parte de la razón humana. La ley causal
rige siempre y de manera absoluta, simplemente porque la razón del hombre capta todo lo que sucede como una relación
causa-efecto. Según kant la afirmación todo efecto ha de tener una causa que lo produce es una afirmación universal y
necesaria. Siempre habrá una causa de cualquier efecto, sea este el que sea.

En este punto vamos a hacer un pequeño resumen; hay dos cosas que contribuyen a cómo las personas perciben el mundo,
por un lado lo que percibimos a través de nuestra experiencia, lo que se conoce como materia del conocimiento, que es
siempre 'a posteriori' es decir es conocido después de la experiencia y por otro lado las condiciones internas del mismo ser
humano, el que todo lo percibamos como sucesos en el tiempo y en el espacio y además como procesos que siguen una ley
causal inquebrantable, lo que se conoce como la forma del conocimiento son formas a priori de nuestra sensibilidad a priori
porque no dependen de la experiencia por eso para Kant tanto los racionalistas como los empiristas tenían algo de razón, de
algún modo los racionalistas se habían olvidado de la importancia de la experiencia y los empiristas se habían olvidado de
como la razón marca nuestra percepción del mundo con los juicios a priori de nuestra sensibilidad: el tiempo y el espacio y el
principio de causalidad.

La teoría del conocimiento conduce a Kant a la conclusión de que está claramente delimitado, lo que el ser humano puede
conocer a través de su razón; es decir, nos resulta imposible conocer realidades de las cuales no podemos tener experiencia
como dios, el mundo y el yo, pero entonces ¿cómo es posible que tengamos en nuestra mente la idea de su existencia?
Según Kant son realidades que se pueden pensar pero no conocer. Pensar porque es inherente a la naturaleza del ser
humano o a su razón una necesidad fundamental de plantear cuestiones, precisamente de este tipo, y no conocer porque
cuando nos preguntamos por ejemplo de dónde procede el mundo la razón se encuentra en cierto modo vacía porque no
hemos percibido jamás toda esa realidad de la que nosotros formamos una pequeña parte. Por eso para Kant no es posible la
metafísica como ciencia porque tiene por objeto realidades que se encuentran fuera del alcance del conocimiento humano y
por eso no es posible una ciencia sobre ellas.
Las cuestiones relativas a cómo debe comportarse el ser humano las soluciona kant en su obra crítica de la razón práctica. El
escepticismo de hume sobre lo que nos pueden decir la razón y los sentidos obligó a kant a reflexionar de nuevo sobre
algunas cuestiones vitales del campo de la moral, según Hume no son ni la razón, ni los sentidos los que deciden la diferencia
entre el bien y el mal sino que son los sentimientos y esto no convencía Kant. Kant pensaba al igual que los racionalistas que
es inherente a la razón del ser humano el saber distinguir entre el bien y el mal, todos los seres humanos sabemos lo que está
bien y lo que está mal y no sólo porque lo hemos aprendido sino porque forma parte de nuestra naturaleza.

De esta forma según Kant todos los seres humanos tenemos una razón teórica y una razón práctica, la razón teórica nos dice
lo que es la realidad y la razón práctica nos dice cómo debemos actuar en base a lo que debe ser. Así todos los seres
humanos tenemos una razón práctica; es decir, una capacidad de razonar que nos dirá lo que es bueno y lo que es malo
moralmente, lo que quiere decir con esto es que no podemos decidir lo que está bien y lo que está mal teniendo en cuenta lo
que sucede a posteriori, sino teniendo en cuenta lo que debería suceder; es decir, a priori. Esta es la única manera, afirma
kant, de elaborar una ley moral universal válida para todos; es decir, esta ley moral universal no está relacionada con
determinadas situaciones de elección moral sino que es válida para todas las personas en todas las sociedades y en cualquier
época.

Ahora bien de qué nos sirve tener una ley moral en nuestro interior, en nuestra razón si no nos dice cómo debemos actuar en
situaciones determinadas. Kant responde a esta pregunta con un imperativo categórico, Kant formuló la ley moral como un
imperativo categórico con lo cual quiso decir que la ley moral es categórica e imperativa. Categórica porque es válida en
todas las situaciones e imperativa porque es completamente ineludible, nadie puede escapar de esta ley moral. Kant formula
este imperativo categórico de dos maneras; en primer lugar dice que siempre debes actuar de modo que al mismo tiempo
desees que la regla según la cual actúas pueda convertirse en una ley general, esto quiere decir que cuando yo hago algo
tengo que asegurarme de que desearía que todos los demás actúen del mismo modo si se encontrasen en esa misma
situación; en segundo lugar dice que siempre debes tratar a las demás personas como si fueran una finalidad en sí y no sólo
un medio para otra cosa, es decir no debemos utilizar a otras personas con el fin de conseguir ventajas para nosotros mismos
y al mismo tiempo tampoco es válido para uno mismo, es decir tampoco tienes derecho a usarte a ti mismo como un mero
medio para conseguir algo.

Un pequeño resumen del problema ético. Para distinguir qué es lo bueno y qué es lo malo no tenemos que entender lo que
es; sino lo que debería ser y lo que debe ser lo determina el propio sujeto acudiendo a su razón práctica y no a la experiencia
y al mismo tiempo tenemos que obrar de tal manera que la norma de nuestro comportamiento pueda servir como ley
universal.

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