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gbngmk fbkjmn gfbjm, sfds el reinado de Carlos II y la posterior Guerra de Sucesión Española, sea tan
mal conocido y esté lleno de tópicos. Es recientemente cuando numerosas investigaciones están dando
una visión distinta a la que tradicionalmente se había tenido sobre este periodo. La importancia de éste
radica en el cambio de dinastía que se produce en España ya que los Austrias, que había gobernado no
sólo España sino amplios territorios durante dos siglos, se extinguían de manos de Carlos II para dar paso
a la dinastía francesa de los Borbones con Felipe V, que introduciría importantes cambios en el país,
aunque algunos ya aparecen anunciados en el reinado de Carlos. Este cambio dinástico trae consigo unas
transformaciones que afectan a todos los ámbitos desde el político hasta el cultural pasando por el
ideológico o el económico y tiene como fecha clave el año 1700 cuando se produce la muerte de Carlos II
y se inicia la Guerra de Sucesión, coincidiendo además con el tránsito del siglo XVII al XVIII.

Tradicionalmente, el siglo XVII ha sido visto como el siglo de la decadencia española y de la pérdida de su
posición hegemónica. Además, Carlos II ha sido el símbolo de dicha crisis, que ya se había iniciado a
inicios de siglo, se precipita a finales del reinado de Felipe IV y culmina durante el reinado de su hijo
Carlos II a finales del siglo XVII. Esta situación contrasta con otras potencias a nivel internacional como es
el caso de Francia, donde su rey Luis XIV ha convertido al país en un estado absoluto, próspero
económicamente y que actúa contra los intereses y los territorios españoles en el continente europeo e
influye en los asuntos internos de España. Recientes investigaciones han puesto en tela de juicio esta
visión y actualmente se tiende a pensar que España durante la segunda mitad del siglo XVII no estuvo
sumida en la total ruina e incluso se apunta a que desde 1680 se asiste a una recuperación del país y
defensa de los territorios y se establecen las bases sobre las que se asienta la dinastía borbónica, por lo
que se produce una pervivencia de la monarquía. Pero no podemos entender el porqué de la guerra sin
hacer una mención al reinado del último de los Austrias.

Carlos II era hijo de Felipe IV y de su segunda esposa, Mariana de Austria y a la muerte de su padre en
1665 Carlos contaba con cuatro años de edad, por lo que no podía gobernar. Desde su nacimiento e
infancia, era evidente la debilidad tanto física como mental de Carlos, sus graves problemas de salud, su
fragilidad y su dantesca apariencia exterior, condiciones que fueron producto de la endogamia
continuada en la dinastía de los Austrias y por ello siempre estuvo rodeado de nodrizas.

Como consecuencia, hubo una regencia en manos de su madre Mariana, que estuvo asistida por una
Junta de Regencia. Estxvfmnk afsdvmnk fsdvbfdnfjhngifuhnffff fghbnk gbngmk fbkjmn gfbjm, sfdxvfmnk
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mal conocido y esté lleno de tópicos. Es recientemente cuando numerosas investigaciones están dando
una visión distinta a la que tradicionalmente se había tenido sobre este periodo. La importancia de éste
radica en el cambio de dinastía que se produce en España ya que los Austrias, que había gobernado no
sólo España sino amplios territorios durante dos siglos, se extinguían de manos de Carlos II para dar paso
a la dinastía francesa de los Borbones con Felipe V, que introduciría importantes cambios en el país,
aunque algunos ya aparecen anunciados en el reinado de Carlos. Este cambio dinástico trae consigo unas
transformaciones que afectan a todos los ámbitos desde el político hasta el cultural pasando por el
ideológico o el económico y tiene como fecha clave el año 1700 cuando se produce la muerte de Carlos II
y se inicia la Guerra de Sucesión, coincidiendo además con el tránsito del siglo XVII al XVIII.

Tradicionalmente, el siglo XVII ha sido visto como el siglo de la decadencia española y de la pérdida de su
posición hegemónica. Además, Carlos II ha sido el símbolo de dicha crisis, que ya se había iniciado a
inicios de siglo, se precipita a finales del reinado de Felipe IV y culmina durante el reinado de su hijo
Carlos II a finales del siglo XVII. Esta situación contrasta con otras potencias a nivel internacional como es
el caso de Francia, donde su rey Luis XIV ha convertido al país en un estado absoluto, próspero
económicamente y que actúa contra los intereses y los territorios españoles en el continente europeo e
influye en los asuntos internos de España. Recientes investigaciones han puesto en tela de juicio esta
visión y actualmente se tiende a pensar que España durante la segunda mitad del siglo XVII no estuvo
sumida en la total ruina e incluso se apunta a que desde 1680 se asiste a una recuperación del país y
defensa de los territorios y se establecen las bases sobre las que se asienta la dinastía borbónica, por lo
que se produce una pervivencia de la monarquía. Pero no podemos entender el porqué de la guerra sin
hacer una mención al reinado del último de los Austrias.

Carlos II era hijo de Felipe IV y de su segunda esposa, Mariana de Austria y a la muerte de su padre en
1665 Carlos contaba con cuatro años de edad, por lo que no podía gobernar. Desde su nacimiento e
infancia, era evidente la debilidad tanto física como mental de Carlos, sus graves problemas de salud, su
fragilidad y su dantesca apariencia exterior, condiciones que fueron producto de la endogamia
continuada en la dinastía de los Austrias y por ello siempre estuvo rodeado de nodrizas.

Como consecuencia, hubo una regencia en manos de su madre Mariana, que estuvo asistida por una
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importantes cambios en el país, aunque algunos ya aparecen anunciados en el reinado de Carlos. Este
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hasta el cultural pasando por el ideológico o el económico y tiene como fecha clave el año 1700 cuando
se produce la muerte de Carlos II y se inicia la Guerra de Sucesión, coincidiendo además con el tránsito
del siglo XVII al XVIII.

Tradicionalmente, el siglo XVII ha sido visto como el siglo de la decadencia española y de la pérdida de su
posición hegemónica. Además, Carlos II ha sido el símbolo de dicha crisis, que ya se había iniciado a
inicios de siglo, se precipita a finales del reinado de Felipe IV y culmina durante el reinado de su hijo
Carlos II a finales del siglo XVII. Esta situación contrasta con otras potencias a nivel internacional como es
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que se produce una pervivencia de la monarquía. Pero no podemos entender el porqué de la guerra sin
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1665 Carlos contaba con cuatro años de edad, por lo que no podía gobernar. Desde su nacimiento e
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