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lechytiz solore Venarmile one Mico. Eotuela Nations] ae troroma Gelecaon & Guillema Camine, Hexeéo 1485 p 44484 W. W. Rostow 23. Las cinco etapas del crecimiento* Es posible identiticar las sociedades, en sus. dimen- siones econémicas, dentro de una de estas cinco co. tegorias: la sociedad tradicional, las condiciones pre vias paro el impulso inicial, el impulso inicial, la marcha hacia a madurez y Ia era del gran consumo La sociedad tradicional Primero consideraremos la sociedad tradicional. Sociedad trodicionel os aquella cuya estructura 6 desarrolla dentio de una serie limitoda de funciones de produccién, basedas en la ciencia, la técnica y Una actitud prenewtoniana en relacién ‘con el mundo fisico. Empleamos en este caso a Newton como un simboto de esa fase de la historia en que los hombres ilegaron a creer que el mundo exterior estabo some: fide a unas pocas leyes concebibles, y que sistema- ficamente era susceptible de una manipulacién pro- ductive. Sin embargo, este concepto de la sociedad tra- dicionol no es, en modo alguno, estétice; y no eli- mina la posibilidad de incrementos en la produccién. Pusde ser ompliada la superficie de tierra cultiva- ble; pueden ser intraducidas en ef comercio, la. in- dustria y la agricultura algunos innovaciones téenicas ‘ad hoc, a menudo muy productivas; puede aumen- tarse 18. productividad, por. ejemplo, con ol mejorc. miento de obras de irrigacién 0 con él descubn y difusign de un nuevo tipo de cultive. Pero el hecho fundamental relacionado con la sociedad tradicional ‘era que existia un tope al nivel de la produccién, oblenible per capita. Este limite provenia del hecho de que no eran asequibles las posibilidades cionti- ficas y téenicas modernas © que no se podian aplicar en forma regulor y sistemética. Tonto en el pescdo remote como en épocas re cientes la historia de las-sociededes tradicionales fue {asi un relato de cambios incesantes. Por ejemplo, en- tre ellas y dentro de ellas, fluctuaba la extensién y el Volumen del comercio de acuerdo con el grado que alcanzaran lee turbulencias. politicas y sociales, Ia eficacia del gobierno ceniral © el mantenimienio de los caminos. La poblacién —y, dentro de ciertos Ii- mites, el nivel de vida— aumentaba y disminufa no sélo con la sucesin de las cosechas, sino también “Las Kapaa del Crecimionto Reondmivo. Dn manifesto no-comaniote, México: F.C, 1058, Po. 16-25, 269, 173 7 179. con a incidencio de los guerras y de fas epidemias. Se desarroliaron diversos grados de produccién, pero, pero, a semejanza de la ogricsltura, el nivel de lo productividad’ estaba limitado por lo inaccesible de [a clencio maderme, de sus aplicaciones y del mareo intelectual Hablando en términos generales, como conse- cuencia de la limitacién de la productividad, estas sociedades tenian quo dedicar una gran parte de sus recursos a la agricultura; y del sistema agricola dimanaba una estructura jerérquica social, con un margen relativamente estrecho —aunque existento— pore: tu movilided vertical. Los nexos familiares y de clan desempenaken un’ papel importante en la organizacién social EI sistema de valores de estas sociedades estaba ligado, por lo general, a fo que pudiera Hlomerse un fatalismo a largo plazo; es decir, el supuesto de que las posibilidades abiertas para fos nietos serfan po- co mas 0 menos los mismas que habla tenido el abuelo, Mas este fatalismo a largo plozo de ningin modo exeluia la opeién a corto plazo de que, den: tro de un margen considerable, fuese posible y le- gitimo que una persona luchara por mejorar su condicién de vida, En las aldaas chinas, por ejemplo, existia una lucha interminable por adqurir o retenet las tierros, lo que hacia que la tierra cara vex perte- neciera a fa misma familia durante mds de un siglo. ‘Aunque en las sociedades tradicionales existia con frecuencia —en una v otra forma— una auto Fidad politica central, que superaba a la de provin- iat relativamente avtosuficientes, el centro de gia- verdad del poder piblico se encontraba, en las provincios, en manos de los que poseian 0 contro- aban la terra, El terrateniente mentenic una influen- cia variable, aunque comunmente profunda, sobre ‘el gobierno politico central existento, apoyado por Su séquito de servidores civiles y scldados, imbuido de actitudes que ‘rascendian la provincia y contio- lado por intereses que también la sobreposaban. Asi, pues, con la frase “sociedad tadicionel” ‘agrupamos histéricamente a todo el mundo pre- newloniono: las dinostias en China; la civilizacién dal Mesoriente y el Mediterréneo; el mundo de la Europa medieval. Y agregaremes a éstos las saciedo- LAS CINCO ETAPAS DEL CRECIMIENTO 149 des posnewtonianas que, durante algin tiempo, per- manecieron intactos y sin ser movidas por fa nueva copacided humana de monejor. regularmente sv cir cunstaneia para su propio beneficio. econémico. Ineluir dentro de una sola categoria a tales so- ciedades infinitamente variades y mutables, baséndo- nos en Ia limitada productividad de sus técnicas eco- némicas es, en verded, decir bien poca cosa. Pero, después de todo, estamos simplemente despejando ei camino con-el objato de entrar de leno en el tema de este libro, es decir, el de las sociedades postra dicionales, en los que’ se alteraron las diversas ca- racteristicas primordiales de toda sociedad tradicional de manero que les permitiera un crecimiento regu: for eu pola su estructura socal y, en cierto grad, sus valores, asi come su economia, Condiciones previes pora el impulso ini La segunda etapa de crecimiento abarca las so- ciedades que- se halion en proceso’ de transicién, es decir, e! petiodo en que se desarrollan los condicio- nes previas para el impulso inicial; pues requiere tiempo transformar una sociedad tradicional de ma- nera que pueda explotar los frutos de la ciencia modema, defenderse de los rendimientos decrecien- tes y gorar de los beneticios y opciones debidos al progreso a ritmo de interés compuesto, En un-principio, as condiciones previos para of impulso inicial se desorvollaron, claramente, en la Europa occidental de fines del siglo XVII y principios del XVIII, a medida que les interioridades de ia

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