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FUNDAMENTOS DEL SISTEMA

UNIVERSITARIO
PROFESOR: Eduardo RINESI
PROFESORA: Sandra LESCANO
ALUMNO: Hugo Jorge ROBLEDO
TRABAJO FINAL DEL MODULO
HISTÓRIA DEL SISTEMA PÚBLICO UNIVERSITARIO EN ARGENTINA
1. El sistema universitario argentino, originado en la Universidad Nacional de Córdoba (1613)
orientada en las Artes y la Teología, dio paso a Casas de Estudios Superiores más profesionalistas
con la fundación de la Universidad de Buenos Aires (1821) en la que, si bien aparecían las ciencias
disciplinares, no se hablaba todavía de investigación; mucho menos de extensión. Vale decir que,
como herencia medieval, se trataba de instituciones de enseñanza centradas en la docencia.
Estas Universidades no limitaban su accionar al interior institucional, sino que tuvieron mucha
participación en la organización nacional. La comunidad universitaria “formaba parte de un sistema
de poder y de un contexto socioeconómico-cultural que respondía a una cosmovisión y a un proyecto
común” de país; de hecho, “la clase política y socioeconómica que dirigía el país integraba al mismo
tiempo los cuadros docentes y los núcleos estudiantiles”. Sin embargo, esta vinculación entre
Universidad y contexto social se desarrollaba sólo entre la elite y se vinculaba a actividades políticas.
La Universidad era el ámbito por excelencia en Córdoba de socialización y selección de las elites.
Lejos está este tipo de vinculación con la sociedad de lo que posteriormente se entendió como misión
social de la Universidad y de la Extensión Universitaria en particular.

MOMENTO HISTORICO 1
El origen de la Universidad Nacional de Córdoba se remonta al siglo XVII, con el Colegio Máximo
creado por los jesuitas. Este establecimiento fue el antecesor de la primera universidad del territorio
que, dos siglos después, será Argentina. A finales del siglo XVIII, se incorporaron los estudios de
leyes con la creación de la Facultad de Derecho y Ciencias sociales en 1791. De esta manera, la
Universidad de Córdoba dejó de ser exclusivamente teológica.
La Universidad de Buenos Aires se creó el 9 de agosto de 1821. La universidad incorporó algunas
instituciones de enseñanza superior que funcionaban en la ciudad. En 1885 se sancionó la primera
Ley Universitaria que llevó el N° 1597 conocida como Ley Avellaneda. Esta ley no establecía sobre
las funciones de la Universidad y el papel que le cabía en la sociedad argentina de finales del siglo
XIX, “por aquel entonces, vivía un proceso notable de transformación signado por el impacto del
fenómeno migratorio y la inserción en el sistema capitalista mundial.
En cierta medida, aislaba a la Universidad del activo mundo cultural e intelectual que se desarrollaba
en los grandes centros urbanos de la Argentina desde los primeros años del siglo. La práctica de la
investigación desinteresada y de las disciplinas humanísticas se desenvolvía así al margen de la
Universidad y era el resultado de vocaciones individuales. La actividad humanística se asociaba con
una labor exclusivamente vocacional y se practicaba en ámbitos esencialmente privados” Luego de
un sostenido crecimiento de las universidades argentinas durante el periodo de 1870 y 1880, se
decidió la promulgación de la Ley Avellaneda (1885). Se trata de la primera Ley Universitaria.
Fijó las bases para los estatutos de las universidades argentinas. La Ley Avellaneda se refería
fundamentalmente a la organización del régimen administrativo de las universidades nacionales. Es
en el siglo XIX cuando se da un conjunto de propuestas –en medio de cambios muy profundos- que
estaban vinculadas a la educación popular. Surgió así la propuesta de las universidades populares,
que tenían relación con la extensión universitaria sobre todo en aquellas universidades donde se
sumó la educación popular para adultos. A principios del siglo XX ya estaba presente el ideal
reformista: aparece por primera vez planteada la idea de vinculación universidad-sociedad en la
creación de la Universidad de La Plata en 1905, y también en el primer encuentro de estudiantes que
se hizo en Montevideo en 1908 que planteó definiciones en cuanto a la extensión.
Una de las propuestas que formularon los estudiantes en dicho encuentro fue el establecimiento de
un sistema de extensión universitaria. Es de notar también las acciones extensionistas que se
desarrollaban en otras universidades del país, por ejemplo, en la de La Plata. Más allá de la
existencia de la Universidad Nacional de la Plata a inicios del Siglo XX, es frecuente considerar, por
la trascendencia que tuvo, que el hito que marca la impronta definitiva de los modelos de
universidades públicas argentinas y de Latinoamérica y el carácter extensionista de ellas es la
Reforma de 1918 en la Universidad Nacional de Córdoba.
CARACTERISTICA
Es a partir de ese momento en que se dejan sentados los lineamientos de una universidad abierta a la
comunidad, con un fuerte compromiso social, de democratización del saber y del conocimiento;
bases del planteo del ideario de universidad sostenido por el movimiento reformista que abrió una
línea diferente a lo que eran los modelos de Cambridge y Oxford, cuestionando y transformando el
modelo elitista y cerrado de universidad que existía en aquel entonces.

MOMENTO HISTORICO 2
A partir de 1918 la influencia de la universidad adquirió una fuerza importante. En junio de ese año,
la juventud universitaria de Córdoba inició un movimiento exigiendo la genuina democratización de
la enseñanza. Esta gesta, conocida como Reforma Universitaria, marcó un antes y un después en la
historia de la educación superior.
La lucha de los estudiantes influenció a todas las universidades argentinas y latinoamericanas. La
Reforma Universitaria fue el antecedente de las luchas por la democratización y la gratuidad de la
educación universitaria. Luego de décadas de reclamos, en 1949, el presidente Juan Domingo Perón
sanciona la gratuidad de las universidades argentinas públicas. Antes, Perón ya había comenzado un
plan para que la clase trabajadora pudiera acceder a la formación profesional y técnica.
El fin era favorecer, de esta manera, la movilidad social. El contexto socioeconómico y político en el
cual se produce la Ley 13.031 es diferente en relación con el proceso histórico anterior; con un fuerte
ascenso de la figura de Juan Domingo Perón a partir del apoyo de los sectores obreros y carenciados.
La Universidad se constituyó en un bastión hostil y hasta retardatario frente a los cambios
socioeconómicos y el nuevo gobierno, que contaba con un amplio sostén popular y poseía en sus
manos la casi totalidad de los instrumentos institucionales. Así, la nueva ley universitaria tendría
como objetivo la sujeción de las Casas de Altos Estudios al poder político en ascenso.
En el segundo gobierno peronista, se dictó la Ley Orgánica de Universidades que lleva por número
14.297 del año 1954. Esta norma, reglamentarista como su predecesora, mantiene el mismo espíritu
con respecto a la Extensión Universitaria. Entre los antecedentes encontramos, por ejemplo, la
creación de la Universidad Obrera Nacional en 1958. Además, el Estado había instaurado antes la
gratuidad para los estudiantes de bajos ingresos.
La Reforma de la Libertadora. Desarrollismo Con la Revolución Libertadora, a partir de 1955, se
modifica rotundamente el papel de las Universidades y desaparece la modalidad de definir la misión
de éstas a partir de la legislación, vale decir que la Extensión Universitaria desaparece también de los
textos normativos.
A poco tiempo del golpe, y como alternativa al intento del Estado de imponer ideologías totalitarias a
través del sistema educativo como había sucedido durante los dos períodos peronistas, las
autoridades implantaron nuevamente la Ley Avellaneda y luego el Decreto-Ley 6.403 que,
contradiciendo la tradición de los golpes militares, reorganizó las universidades de acuerdo con los
principios de la Reforma Universitaria de 1918: autonomía de las instituciones, cogobierno por parte
de docentes, estudiantes y graduados, concursos públicos de antecedentes y oposición para la
designación de los docentes y periodicidad en las cátedras.
La historia argentina está signada por múltiples golpes de Estado y períodos autoritarios. Todos
tuvieron sus repercusiones en la vida universitaria. Entre 1955 y 1966, luego del golpe de Estado a
Perón, la universidad se encontraba atravesada por fuertes tensiones políticas. En ese marco, la
autodenominada Revolución Libertadora privilegió a las elites estudiantiles, otorgándoles la
autonomía de las universidades al eliminar la dependencia del Estado.
En 1966 se instauró un nuevo golpe militar y las universidades fueron intervenidas. La resistencia de
los estudiantes contra el orden represivo se manifestó activamente con movilizaciones y protestas.
Entre ellas, el movimiento estudiantil y obrero conocido como el “Cordobazo” de 1969.
Las universidades populares surgieron en el siglo XIX en Europa con las primeras organizaciones
sindicalistas. Llegaron a América a principios del XX. Las universidades populares son casas de
estudios no formales que se especializan en la capacitación laboral, la oferta de cursos, talleres
abiertos y la certificación de saberes adquiridos.
En Argentina hoy funcionan las siguientes universidades populares: La Boca (Buenos Aires);
Belgrano (Buenos Aires); Alejandro Korn (La Plata); Resistencia (Chaco); Villa María (Córdoba);
Catamarca; Entre Rios.
En marzo de 1976, comienza una nueva dictadura que, con su ordenamiento represivo, marcó a los
estudiantes universitarios como sus principales víctimas. Este oscuro periodo impuso: Fuerte control
de la vida universitaria, Eliminación de los principios de libertad académica, Disminución en las
matrículas: exámenes de ingreso e imposición de aranceles, Prohibición de toda actividad gremial y
política en los claustros.
Con la elección de Raúl Alfonsín como presidente se puso fin a un oscuro periodo de siete años de
dictadura. En el marco de la apertura democrática, el nuevo gobierno incorporó la democratización
de la universidad pública a su agenda. Evocando los principios de la Reforma de 1918, inició la
normalización universitaria devolviéndole el gobierno autónomo. Entre las líneas rectoras del nuevo
proyecto estaban el gobierno democrático de las universidades, el pluralismo ideológico y la
inclusión de nuevos sectores sociales.
En 1989 Carlos Saúl Menem asume la presidencia del país. Durante su mandato, las universidades
argentinas vuelven a sufrir un retroceso. Entre las principales problemáticas de la educación
universitaria durante esos años encontramos: Creación de universidades privadas para élites
adineradas, que son subsidiadas por el Estado. Creación de universidades públicas sin criterio,
beneficiadas desde el poder. Políticas asfixiantes hacia las universidades con conducciones
reformistas. Aprobación de la Ley de Educación Superior: se buscaba limitar el ingreso, autonomía,
cogobierno y la gratuidad de la enseñanza. Esta ley fue rechazada ampliamente por la comunidad
universitaria. Los últimos años de la década y los primeros del nuevo siglo mantuvieron los
conflictos a raíz del impacto de las políticas de ajuste. Estas afectaron particularmente al sector
público y al presupuesto dedicado a la educación.
El gobierno del kirchnerismo abarcó tres períodos presidenciales completos. Eso, en materia de
educación marca una diferencia, ya que los procesos son complejos y los efectos se perciben de otro
modo si el ciclo es prolongado. Durante este gobierno, se impulsaron las políticas de inclusión
estudiantil y acceso a la educación.
A través de su iniciativa legislativa, el gobierno de Néstor Kirchner comenzó el reordenamiento
normativo. En la primera etapa se sancionaron leyes relevantes para el sistema educativo. Entre ellas,
la Ley del Fondo Nacional de Incentivo Docente (2004), la Ley de Educación Nacional (2006) y la
Ley de Educación Sexual Integral (2006).
CARACTERISTICA
En este sentido podemos decir, que la Ley 13.031 significó un retroceso con respecto a las conquistas
reformistas de autonomía y participación estudiantil en el gobierno de la universidad. Sin embargo,
es a partir de la imposición de la norma, en que se institucionaliza la extensión universitaria como tal
en la mayoría de la Universidades.

MOMENTO HISTORICO 3
Hacia el final del gobierno de Cristina Kirchner se sancionó la Ley de Implementación Efectiva de la
Responsabilidad del Estado en el Nivel de Educación Superior (2015). Con ella, se reforma la Ley
24521 de Educación Superior estableciendo el acceso “libre e irrestricto” a los estudios de grado
estatales, prohibiendo exámenes eliminatorios y aranceles. La ley establece la responsabilidad
“indelegable y principal” del Estado respecto de la educación superior, considerándola un “bien
público” y un “derecho humano”, a través de la modificación de una serie de artículos en la actual
Ley 24.521 de Educación Superior. La reforma explicita que ningún ciudadano puede ser privado del
acceso a la universidad por razones personales o de origen social y hace cargo al Estado de
garantizar ese derecho. La modificación de varios artículos de la Ley 24.521, sancionada en 1995,
durante el gobierno de Carlos Menem, establece que «el Estado Nacional es el responsable de
proveer el financiamiento, la supervisión y fiscalización de las Universidades Nacionales, así como
la supervisión y fiscalización de las Universidades Privadas».
La nueva norma garantiza que sean «las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires las
responsables de proveer el financiamiento, la supervisión y fiscalización» de los Institutos de
Formación Superior de sus distritos y casa de altos estudios provinciales si las tuviere. Elimina el
arancelamiento encubierto, por otra parte, taxativamente prohíbe “cualquier tipo de gravamen, tasa,
impuesto, arancel o tarifa directos o indirectos”. Disposición que obligará a algunas universidades
públicas donde existen este tipo de “cuotas” a eliminarlas.
La ley menemista creó la posibilidad del cobro a estudiantes disfrazado bajo la figura de aportes, por
ejemplo, lo que a abrió la puerta a vivir una situación como la chilena, esta ley ahora garantiza la
gratuidad y acompaña la creación de las nuevas universidades que hemos impulsado en los últimos
años, incluyendo la Universidad Pedagógica, Integración y otros mecanismos de auditoría también
instala que la responsabilidad del Estado sobre la educación superior implica crear mecanismos de
integración con el resto del sistema educativo y con otras casas de altos estudios latinoamericanas.
Los cambios también apuntan a que las casas de altos estudios promuevan la igualdad de
oportunidades y condiciones en el acceso, reconozcan las diferentes identidades de género y culturas,
y generen una integración regional. Con el mismo espíritu de gratuidad, les prohíbe suscribir
acuerdos o convenios con otros Estados, instituciones u organismos nacionales e internacionales
públicos o privados que impliquen ofertar educación como un servicio lucrativo o que alienten
formas de mercantilización.
En otro orden, la nueva norma también establece que la Auditoría General de la Nación disponga de
una sección especial dedicada a las universidades, que pueda dar cuenta de las particularidades de la
administración universitaria, que no se corresponde con la de otros organismos públicos.
La educación en Argentina es reconocida como un derecho y el Estado, tanto nacional como
provincial, debe asegurar la igualdad, gratuidad, laicidad y el acceso a todos los niveles del sistema
educativo en el ejercicio de este derecho para toda la población que vive en el país.
En este sentido, las personas migrantes y refugiadas que viven en Argentina tienen el mismo derecho
que los nacionales a acceder a la educación y a ser admitidas en instituciones de todos los niveles
educativos, sean de gestión estatal o privada.
Cabe destacar que a partir del año 2006 la educación en Argentina es obligatoria desde los cuatro
años hasta completar el nivel secundario. También existe oferta educativa para jóvenes y adultos que
no hayan completado el nivel secundario. El Estado argentino asegura la gratuidad en el acceso a la
educación desde el nivel inicial hasta el universitario a través de las instituciones educativas de
gestión pública.
CARACTERISTICA
Es tan importante la reforma de la Ley de Educación Superior del año 2015, que viene a intervenir en
esa situación para “desambiguar” un poco las cosas por la vía de dejar establecido en el texto de la
ley ese principio de la educación superior como un derecho. Y no solo de dejarlo establecido, sino de
sacar de la postulación de ese derecho dos consecuencias (y señalar, en sintonía con eso, dos
prohibiciones) muy decisivas: que no pueden tomarse exámenes de ingreso selectivos y que no se
pueden cobrar los estudios de grado. Por supuesto, estas dos consecuencias del postulado de que la
educación superior es un derecho son muy insuficientes, muy parciales.

2. El derecho a la educación superior, aun entendido apenas como un derecho individual de los
ciudadanos, implica muchas cosas más que la mera prohibición, para las universidades, de
seleccionar a sus estudiantes y de cobrarles aranceles.
Es necesario preguntarnos qué otras cosas implican también postular que la educación superior es un
derecho. Porque pensar ese derecho solo como el derecho de todos los ciudadanos y todas las
ciudadanas a estudiar en las instituciones que componen ese sistema supone una doble reducción del
problema. Primero, porque el derecho a la educación superior no es solo, dijimos, un derecho
individual, sino también y acaso, sobre todo, un derecho colectivo. Segundo, porque lo que las
instituciones de educación superior (y muy especialmente las universidades) hacen y deben hacer no
es solo formar graduados, sino también producir conocimiento, hacerlo circular e interactuar con los
diversos actores de la sociedad de la que forma parte y con el gobierno democrático de su Estado.
Hay que preguntarse entonces qué significa “decir” en la educación superior (y específicamente
universitaria) de acuerdo en lo establecido en la legislación argentina, es un derecho colectivo del
pueblo mirando a las distintas funciones que deben cumplir las universidades. En primer lugar,
entonces, decir que la educación superior es un derecho del pueblo mirando a su función formativa
quiere decir que el pueblo tiene que tener el derecho a que sus instituciones de educación superior
formen para él, en los más altos niveles de calidad (no hay contradicción de principio entre calidad y
cantidad: no hay ningún motivo para suponer que los más no pueden hacer, igual de bien, lo mismo
que los menos, pero es necesario desplegar políticas públicas activas para garantizarlo.

Bibliografía
Rinesi, Eduardo Universidad y democracia: CLACSO, 2020. Libro digital, PDF - (Red CLACSO de
posgrados)
Kant, I. (2004). El conflicto de las facultades. Buenos Aires: Losada.
Manuel Ugarte: modernismo y latinoamericanismo / Horacio González. - 1a ed. Los Polvorines:
Universidad Nacional de General Sarmiento, 2017.
CONADU: Declaración de la Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el
Caribe -CRES 2008.
TELAM DIGITAL: El Estado garantiza la gratuidad universitaria tras una reforma en las leyes.
http://servicios.infoleg.gob.ar/ La reforma a la Ley de Educación Superior; Ley Nacional de
Educación Suerior.

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