Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Santa Mentira.
Traidor o traición:
Familiarmente, la traición consiste en defraudar a familia, amigos, grupo
étnico, religión, u otro grupo al cual pueda pertenecerse, haciendo
contrariamente a los que los otros espetan. A menudo, cuando se acusa de
traidor, tales acusaciones son controvertidas y disputadas, cuando la
persona no puede identificarse con el grupo del cual es miembro, o de lo
contrario está en desacuerdo con los líderes del grupo que hacen el cargo1.
1
http://es.wikipedia.org/wiki/Traici%C3%B3n
Incontinencia verbal.
“Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su
casa, sabiendo que tienen una” (Voltaire).
Si se acepta todo lo que está expuesto hasta ahora nos cabe formular otra
pregunta: ¿De qué huimos y qué ideal de felicidad buscamos en la
actualidad?
El tercer día se creó la moneda. El oro (y la plata) que todos conocían fue
tomando forma hasta convertirse en moneda. Socialmente la voz era la
siguiente: “este trozo de oro vale igual que tres monedas”. Era la
convención.
La sociedad se puede resumir con la premisa que reza: “El tiempo es oro”.
La sociedad nos educa con impulsos puramente mecanicistas: si actúas bien
te recompensamos, si actúas mal te castigamos. ¿Qué es lo socialmente
aceptable y por qué hemos de buscarlo? La respuesta ya nos la dejo
entrever Aristóteles con su (manoseada) frase “El hombre es un animal
social” (zoon politikon). Ciertamente cada ser humano tiene dentro de sí
una necesidad de pertenencia al grupo y un profundo miedo a la soledad.
Sin profundizar mucho en la sociología de grupos, existen los llamados
3
Zeitgeist: http://video.google.com/videoplay?docid=8883910961351786332
grupos de referencias, que es aquel “grupo, real o imaginario, ajeno al
individuo, cuyas normas, valores y formas de vida sirven de referencia para
su conducta; bien para imitarlos (grupos de referencia positivos), bien para
evitarlos (grupos de referencia negativos)”4. Estos podríamos traducirlos
como educarte (o adoctrinarte en el sistema social) poniéndote
simultáneamente ejemplos positivos, socialmente aprobados, junto con
ejemplos negativos o socialmente repudiados. Pero somos ante todo seres
racionales y el motivo que nos lleve a seguir fielmente (y ciegamente) esta
sociedad ha de ser por sí mismo de peso, ya que si no esos ejemplos no
tendrían ningún valor. Este motor motivacional es doble: por lado la
búsqueda hedonista a nivel individual de la felicidad y, por otro lado, a nivel
social es la pertenencia al grupo. El sentido de pertenencia y la búsqueda de
la felicidad están tan interconectados en la sociedad que son
incomprensible la una sin la otra.
El alfa y el omega
4
http://www.diagnosticomedico.es/descripcion/Grupo_De_Referencia--14027.html
dejarnos esclavizar por él. La sociedad rinde pleitesía a aquellos sujetos que
poseen dinero, un profundo culto, llegando al punto de la mismísima
beatificación de esos que están tan cerca de Dios. Por la gracia de Dios
(hecho dinero) ellos pueden hacer o deshacer lo que quieran porque son
dioses que pisan la tierra y, no solo eso, deben mostrar su condición de
dioses haciendo milagros de ostentosidad públicos. Siempre ha de ser
público, extravagante, pomposo. Hay otros que al no estar tan en contacto
como los semidioses (o endiosados) piensan que imitando, en la medida de
lo posible, sus formas podrán parecerse a esos santurrones, aunque no
dejan de ser farsantes. Eso sí, socialmente aceptados. Así es como se
entiende correctamente los grupos de referencia en su vertiente positiva.
Los infieles
5
http://es.wikipedia.org/wiki/Comercio_de_esclavos
6
Sospechosos Habituales. Película estadounidense de 1995 escrita por Christopher
McQuarrie (quien ganó un Oscar al mejor guión original por este trabajo) y dirigida
por Bryan Singer. Protagonizada por Kevin Spacey (Oscar al mejor actor de reparto),
Gabriel Byrne, Stephen Baldwin, Benicio del Toro y Kevin Pollak.
Marley (considerado como enemigo del gobierno americano por sus letras)
dice en su canción:
Chica 1: “No con marcas… Pero iré arreglada para dar una buena
impresión, porque si no…”
No son pocos los autores que ante la desesperanza de hacer entrar en razón
a los adultos se han dirigidos a los más jóvenes de la casa, a los niños. La
potencialidad de cambio que existe en un niño es muy grande, ya que no
tiene sus juicios formados, son maleables. Esto no sería malo si esta
volubilidad se usara impartiéndoles una educación adecuada, libre de
7
Libérate de la esclavitud mental, nadie excepto nosotros puede liberar nuestras mentes
8
Dirección y realización: María González, Pedro Ramiro e Isidro Jiménez. Se puede
ver en http://www.letra.org/spip/article.php?id_article=688
9
El uniforme escolar regresa con la bandera igualitaria, Susana Pérez de Pablos, El
País, 17/06/2008.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/uniforme/escolar/regresa/bandera/igualitari
a/elpepisoc/20080617elpepisoc_1/Tes
intereses sesgados destinados a resaltar el orgullo patrio, adoctrinadores en
hábitos sociales como el consumo y, en definitiva, de cualquier intento de
usar esa potencialidad como arma política o instrumento de manipulación.
Esta circunstancia fue conocida por muchos hombres de saber, que, con
miras sociales, como Antoine De Saint-Exupery, Enrique Barrios o Mark
Twin, escribieron cuentos (no libros) con un fin verdaderamente educativo y
mucho más elevado. El problema es que esta potencialidad se viene usando
como arma arrojadiza y en las escuelas (como metáfora de la educación) se
han metido intereses de muy variada índole. Esto ha hecho que el
estudiante sea un soldado y las clases pelotones de reclutamiento
obligatorio. Quizás parezca radical e injusta la metáfora, pero la verdad es
que el único tesoro que puede tener una sociedad que aspire a ideales más
elevados es darle a estos potenciales ciudadanos (no consumidores) una
antorcha para que iluminen la ignorancia reinante. Por tanto, no creo que
peque de catastrofista. El problema es que en las escuelas, en las mentes
de los niños, se han metido las grandes multinacionales y han inculcado
valores tan precisos como las matemáticas. En la primera entrevista vemos
la mentalidad de los niños, como ven las relaciones sociales en relación a
los valores que llevar una marca les otorga. En el artículo de El País vemos
un intento de un gobierno autonómico por frenar está escalada que nos
lleva al clasismo más crudo. Cuando los gobiernos han reaccionado (sin
querer valorar su eficacia) ha sido demasiado tarde, para ese entonces ya
los niños habían aprendido las reglas de aceptación del grupo: tanto tienes,
tanto vales.
Una vez que los jóvenes (a los adultos ya los doy por perdidos) aceptan la
premisa básica de que llevar tal marca habla de ti, en ese momento se
siembra el germen que desembocará en un futuro exhibicionismo, en una
conversión de la persona en objeto. Se pasa a ser un objeto que se expone
al mejor postor en el escaparate de la sociedad.
Por eso soy traidor. Porque no me callo, porque rechazo al grupo al que
pertenezco. Porque reniego de los representantes del pueblo que solo
piensan en ellos y en su posición. Por huyo de los medios que nos
anestesian. Como decía Nietzsche: Lo que me preocupa no es que me hayas
mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.
11
El arte de amar, Erich Fromm, páginas 14 y 15.