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¿Tendencia cultural contrala caza de ballenas?

Hace treinta años, los navíos australianos mataban cachalotes,


con la bendición del gobierno, frente a la costa occidental del
país. El mes pasado, Australia encabezí varias protestas inter-
nacionales contra la intención de Japón de matar cincuenta
ballenas jorobadas, y Japón, debido a la presión, anunció que
suspendería el plan durante uno o dos años. El cambio en la
opinión pública sobre la caza de ballenas ha sido espectacular, y
no solo en Australia.
Greenpeace inició las protestas contra la caza de ballenas en
Australia. El gobierno nombró a Sydney Frost, un juez.jubilado,
para que dirigiese una investigación sobre el tema. Como austra-
liano preocupado y profesor de filosofía dedicado a cómo dar un
trato ético a los animales, presenté una propuesta.
Yo n<¡ sostenía que se debiera interrumpir la caza de balle-
nas porque estas estuvieran en peligro de extinción. Sabía de
muchos ecologistas expertos y biólogos marinos que opinaban
lo mismo. Lo que decía es que las ballenas son mamíferos so-
ciales con un cerebro grande, capaces de disfrutar de la vida y
de sentir dolor -y no solo dolor físico, sino muy probablemente
también aflicción ante la pérclida de alguien del grupo-. No es
posible matar a las ballenas de una forma humanitaria: son de-
masiado grandes, e incluso con arpones explosivos es difícil dar
cn el lugar adecuado. Además, los balleneros no quieren utilizar
demasiado explosivo, pues esto rompe el animal en pedazos, y el
erhjetivo de esta caza es obtener aceite o carne de gran valor. For
tanto, normalmente las ballenas arponeadas mueren de manera
lenta y dolorosa.
Iistos hechos plantean una importante duda ética sobre \a caza
rlc ballenas. Si hubiera una necesidad vital que los seres hurnanos
sokl pudicran satisfhcer mata.ndo estos animales, tal vez poclría-
r¡ros rcst:lver el dilr:nla. Sin embargo, no existc ninguna necesi<Iacl
Érrc-q p.rne EL NruNDo REAL ANIMALES

humana esencial que nos obligue a matar ballenas. Todo 1o que trata de una tradición que quieren preservar, seguramente por-
sacamos de ellas podríamos obtenerlo sin crueldad. Provocar su- que algunos están emocionalmente apegados a ella.
frimiento a seres inocentes sin un motivo realmente de peso está Los japoneses sí tienen un argumento que no es fácil de re-
mal, por lo que la pesca de ballenas no es ética. firtar. Afirman que los países occidentales ponen objeciones a la
Frost estaba de acuerdo. Según é1, no había duda alguna de <:az,a de ballenas porque para ellos estas son animales especiales,

que los métodos usados para matar ballenas eran inhumanos, como las vacas para los hinduistas. Según los japoneses, lns paí-
los calificaba inclus<¡ de "atroces". También rnencionaba "la po- scs occidentales no deberían intentar imponerles sus creencias
sibilidad real de que estuviéramos hablando de una criatura con culturales.
un cerebro notablemente desarrollado y un elevado grado de in- La mejor respuesta a este razonamiento es r{ue la injusticia y el
teligenciau. Recomendó que se interrumpiera esa actividad, y el crror de provocar sufrimiento a seres sensibles no es un va.lor es-
gobierno conservador, presidido por el primer ministro Malcolm ¡rccífico desde el punto de vista cuitural. Este es, por ejemplo, uno
Fraser, aceptó. Australia se convirtió pronto en un país contrario rle los primeros preceptos cle una de las principales tradiciones
a la pesca de ballenas. óticas deJapón, el budismo. En cualquier caso, los países occiden-
Pese a la suspensión del plan para cazar ballenas jorobadas, tales no están en buenas condiciones para dar una respuesta así,
la flota ballenera japonesa ha matado igualmente unos mil .j.*- ¡rues también ellos causan a ios animales un sufrimiento innece-
plares de otras clases, la mayoría ballenas minke rnás pequeñas: sario. El gobierno australiano: Qüe se ha mostrado tan contlrnden-
justifica su actividad calificándola de "investigadora" porque una t(: cn contra de la caza de ballenas, permite que cada año se mate

disposición de la Comisión Ballenera Internacional permite a los ;r lniies de canguros, carnicería que conlleva mucho dolor para
paÍses miembros cazar estos animales con fines científicos. No l<rs animales. Lo mismo cabe rlecir de diversas formas de caza en

obstante, al parecer las investigaciones están dirigidas en gran otros países, por no habla.r del enorme padecimiento que sufren
parte a avalar la reanudación de la caza comercial de ballenas, de It»s animales en las granjas industriales.

modo que si dicha caza Íro es ética, las investigaciones propiamen- Habría que poner fin a la pesca de ballenas porque provoca un
te dichas no son éticas ni necesarias. strliimiento superfluo a animales sociales e inteligentes, capaces
Los japoneses desean que la discusión sobre la caza de balie- rlc disfrutar de su vida. Sin ernbargo, los países occidentaies tie-
nas se lleve a cabo cr¡n calma, partiendo de datos científicos, sin ncrr poco que decir contra la acusaciónjaponesa de sesgo cultural
«emocionesr. Los datos, según creen ellos, demostrarán que el rrricntras no hagan más esfuerzos por reducir el innecesario sufri-
númer<¡ de ballenas.iorobadas ha aumentado lo suficiente para rrricnto animal en el ámbito doméstico.
que la muerte de cincuenta no suponga peligro alguno para la de Project Syndicate, 14 de enero de 2008
especie. En esta estricta cuestión puede que acierten. Sin embar-
go, por mucha ciencia qlre aportemes, esta no puede decirnos si
podemos matar ballenas o no. La "emoción, está detrás tanto rlel
deseo japonés de seguir matando ballenas como de la oposición
de los ecologistas a dicha cacería. A losjaponeses no les hace falta
colner ballena para la salud ni para estar mejor nlitnt:¡tlitrlt¡s. Se

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