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El legado de los ausentes


Lideres y personas importantes en la historia del salado

Juan Camilo Rodríguez Macias


Olver Yamith Palomino Hernández
Vivian Alexandra Otalora Gil

“Me gustaría, desde ya, manifestar mi rechazo a cierto tipo de critica cientificista que insinúa falta de
rigor en el modo como discuto los problemas, y en el lenguaje demasiado afectuoso que uso. La pasión
con la que conozco, hablo o escribo no disminuyen el compromiso con el que denuncio o anuncio.”
Paulo Freire - A la sombra de este mango

Introducción

En el presente documento abordamos el informe del Centro Nacional de Memoria


Histórica; “El legado de los ausentes: lideres y personas importantes en el salado” el cual es un
texto fundamentalmente biográfico, con el cual se busca rescatar del olvido a personas que
influyeron en la comunidad y que contribuyeron a su cultura. Es este informe un homenaje a sus
vidas y aportes, de igual manera, busca dar cuenta de la violencia a la que fueron sometidos y
sometidas.

Este documento ha sido estructurado en cuatro acápites, en el primero se señala el contexto


de la victimización, el segundo, los hechos victimizantes, el tercero las acciones de resistencia de
las comunidades, y finalmente, una valoración del trabajo que realiza el Centro Nacional de
Memoria Histórica, puntualmente, se revisará el caso que hemos elegido como equipo. Aún así,
nos permitimos ampliar unas reflexiones más allá de este ejercicio, considerando relevante,
repensar los ejercicios de memoria, su divulgación y las garantías de acceso a los productos
finales como los informes a todo el público. Para este ejercicio, se atendieron unas preguntas que
fueron sugeridas en la guía y situadas en el caso.
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Finalmente, considerando que este documento aborda diversas historias de vida, nos
permitimos cruzar la información e intentar precisar la misma desde una perspectiva global, no
desconociendo la riqueza que tiene cada caso, sino considerando que esta aproximación, pueda
servir como provocación para que quien nos lee, por iniciativa se acerque al informe, lo sienta y
se piense la memoria como nosotros lo hemos hecho en este ejercicio. Construir memoria
implica caminar la palabra, situarla en tiempo y lugar, pero sobre, permitir que se encuentre con
otras y otros en el andar.

I. Contexto

El informe presenta una estructura capitular por casos, los cuales abordan las historias de
vida de Pedro Eloy Cohen Rivera, Agustín Rafael Redondo Pérez, Álvaro Pérez Ponce, Gustavo
Redondo Suárez y María Del Carmen Cabrera Torres, además pone en evidencia la economía del
corregimiento del Salado: el cultivo de tabaco, el cual le dio prosperidad a este corregimiento del
municipio del Carmen de Bolívar.
Es pertinente señalar que la historia del Carmen de Bolívar, y, puntualmente la del
corregimiento El Salado ha estado ligada estrechamente con la producción de tabaco, situación
económica que en el siglo XIX motivo a extranjero a invertir en la región, y así, fomentar la
exportación, aprovechando su cercanía con el puerto de Cartagena y Barranquilla.

Los personajes se inscriben en una secuencia vital que los ubica en momentos críticos de la
historia contemporánea de El Salado, lo que significa que tras el recuerdo de cada individuo yace la
evocación de un momento decisivo que los marcó a todos, un antes y un después en la vida
colectiva, pero también un aprendizaje sobre la respuesta social ante la adversidad. (CNMH, 2015,
p 153)

Las personas que han sido reseñadas tienen elementos en común; la vocación de servicio a
los otros, propendían por el bienestar colectivo y alzaron sus voces contra las injusticias (CNMH,
2015, p 154)
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Pedro Eloy Cohen Rivera nació el 6 de noviembre de 1928 en el corregimiento El Salado,


fue el “médico del pueblo, alzaba su voz contra las injusticias y luchaba por el progreso del
mismo mediante la gestión con intermediarios políticos para la provisión de bienes públicos”
(CNMH, 2015, p 19). Usaba la poesía como recurso de protesta, y la “convirtió en un recurso
para incursionar en la política, apelando al reclamo, a la denuncia o a la crítica. Su rol de
liderazgo empezó entonces a trascender su función como médico del pueblo y detrás del
mostrador de su farmacia empezó a proyectarse en la vida política sin asumir ningún cargo
público o participar en la organización comunitaria”. (CNMH, 2015, p 28). “Su contacto con las
precarias condiciones de vida de los saladeros que estaban en el origen de muchas de las
enfermedades que debía atender, lo llevaron a la arena política. De allí surgió su obsesión por
gestionar un acueducto para el pueblo, la que luego se extendió hacia la electrificación y el
mejoramiento de la vía hacia El Carmen de Bolívar” (CNMH, 2015, p 32). “El 13 de julio de
1990 un sicario lo asesinó a quemarropa en su farmacia, una vez que se cometió el crimen, el
servicio de energía eléctrica fue interrumpido” (CNMH, 2015, p 38).

Agustín Rafael Redondo Pérez nació el 19 de noviembre de 1930 en el corregimiento El


Salado, “procedía de una familia ganadera con los recursos económicos suficientes para
garantizar el acceso a la educación secundaria” (CNMH, 2015, p 46). Fue líder y promotor de la
primera junta de acción comunal del corregimiento. El proceso social que se desencadenó con la
conformación del comité de la ANUC puso nuevamente en el centro de la escena a Agustín
Redondo. Además de su participación activa en la conformación de la organización, fue elegido
como presidente del comité de la ANUC. Su designación reconoció a la Junta de Acción
Comunal como el soporte organizativo sobre el que se levantaba la organización campesina.
(CNMH, 2015, p 52). Fue estigmatizado como comunista, y esto lo puso en riesgo y le impidió
acceder a oportunidades laborales, desafortunadamente, su liderazgo social puso en riesgo su
supervivencia. Murió el 25 de agosto del 2010 por causas naturales, su salud se había
deteriorado. Fue un gestor de obras sociales y comunales del corregimiento, líder fuerte en la
organización del retorno después de los desplazamientos masivos a causa del conflicto armado.

Álvaro Pérez Ponce, nació el 12 de junio de 1955, fue formado en los procesos de ANUC,
hizo parte de la nueva generación de líderes que irrumpieron en la vida pública de El Salado
como herederos de las nuevas ideas de Agustín Redondo y la lucha ejemplar de Alida Torres y
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Elías Márquez.” […] “Es el tránsito de una estigmatización que va desde el comunista hasta el
guerrillero como criminalización del liderazgo comunitario. Álvaro Pérez se convierte en el
primero de una saga trágica de líderes comunitarios asesinados” (CNMH, 2015, p 68). Álvaro
también fue presidente de la JAC y desde este cargo gestionó el acueducto comunitario

Gustavo Redondo Suárez, nació el 6 de enero de 1900, “El recuerdo de una figura de
autoridad como la de Gustavo Redondo es la evocación de una autoridad en espera de ser
restaurada luego de las distorsiones provocadas por el ejercicio arbitrario del poder para fines
particulares de las familias poderosas de El Salado o del orden armado que impusieron luego las
guerrillas. Porque la autoridad de Gustavo Redondo se construye no desde el poder de las armas
sino desde el respeto que inspira un hombre que se guía por la ley y que persigue el bienestar
colectivo.” (CNMH, 2015, p 90). Gustavo fue inspector de policía, y ayudo a construir varias
obras del centro poblado, murió el 30 de abril por condiciones naturales dado a su vejez y los
achaques del cáncer de garganta.

María del Carmen Cabrera Torres, nació el 18 de diciembre de 1951, ella fue promotora de salud
e inspectora de policía del corregimiento, levanto el puesto de salud después del retorno del año
2002, fue modista y madre comunitaria. Logró después de haber incursionado en la política que
en el Salado hubiese un colegio bachillerato con especialidad en agropecuaria. Su papel se centro
en la gestión en salud y educación, se convirtió en un referente de gestión y de atención paliativa,
especialmente, después de la muerte del medico del pueblo, el señor Pedro Eloy Cohen.

II. Hechos victimizantes

“La masacre del 23 de marzo de 1997, una de cuyas víctimas fue el presidente de la Junta de
Acción Comunal, Álvaro Pérez Ponce, provocó el primer desplazamiento forzado masivo del
corregimiento El Salado y confrontó por primera vez a este pueblo con su desaparición, pues
durante tres meses fue un pueblo fantasma. Solo retornaron 4.500 de sus 7.000 habitantes, quienes
sufrieron tres años más tarde la masacre más grande de la historia del conflicto armado
contemporáneo en Colombia. Con toda su tragedia a cuestas, la Junta de Acción Comunal no
renunció a seguir trabajando por el pueblo, ahora bajo el liderazgo de Luis Pablo Redondo. Entre
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1997 y 2000 la Acción Comunal construyó la cancha de microfútbol en el centro del pueblo, la
misma que sería paradójicamente el escenario de la barbarie paramilitar en el que caería inmolado
Luis Pablo Redondo el 18 de febrero de 2000.” (CNMH, 2015, p 80).

Tres de los cinco líderes y personas importantes fueron asesinados, mientras que los dos
restantes fallecieron por causas naturales. Esto significa que la memoria colectiva de los saladeros
pone el acento en las pérdidas provocadas por la violencia y su conversión en hitos históricos.
Dichas pérdidas se inscriben en momentos críticos para la historia local como la masacre del 23 de
marzo de 1997 (Álvaro Pérez Ponce), punto de inflexión en el recrudecimiento del conflicto
armado, o la coyuntura más desestabilizadora para la sostenibilidad del proceso de retorno con el
asesinato de María Cabrera el 7 de agosto de 2003 y las detenciones masivas por parte de la fuerza
pública sucedidas entre 2003 y 2006. O el asesinato de Pedro Eloy Cohen cuando el abigeato
campeaba desde mediados de los años setenta y a lo largo de los años ochenta. Si bien Agustín
Redondo murió por causas naturales, su vida estuvo signada por la persecución, la estigmatización
y la segregación que derivaron de sus reivindicaciones políticas y sociales. Este sino trágico de los
elegidos confiere sentido a la medida de reparación en tanto que resalta las pérdidas provocadas por
la violencia y reclama la dignificación y el reconocimiento de los liderazgos comunitarios.
(CNMH, 2015, pp. 155-156)

Álvaro Pérez Ponce fue llevado a la fuerza por los paramilitares y su paradero era
desconocido hasta que en 2007 el jefe paramilitar Salvatore Mancuso confesó su
responsabilidad en la masacre del 23 de marzo de 1997 en el corregimiento El Salado y
reconoció que Álvaro había sido asesinado. Su cuerpo nunca pudo ser recuperado, pero sus
familiares como su pueblo siguen reclamando la restitución del buen nombre de su líder, de
quien Salvatore Mancuso indicó que fue asesinado por sus vínculos con la guerrilla.”
(CNMH, 2015, p. 79)

Las victimas además de los lideres que reseña el informe, en general la comunidad que se
vio desplazada, pero que fue agredida por diferentes actores armados, entre ellos las FARC-EP,
los paramilitares, los cuatreros y la fuerza pública.
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III.Acciones de resistencia de las comunidades

Pese a todas las situaciones de riesgo a las que se enfrentaron las comunidades, desde la
organización del retorno, la planeación de las obras de infraestructura que se requerían, las
comunidades se afianzaron mas en las ideas de los lideres que estaban siendo hostigados.
Después de dos desplazamientos masivos, la comunidad decide retornar en el 2002 a su territorio
del que no debieron salir a causa de la guerra.

“los habitantes retornaron el 20 de febrero de 2002 a pesar de la oposición del Estado que
consideraba que no existían condiciones de seguridad para el retorno y que no podía garantizarlas.
María no lo dudó, con el retorno ella volvió a su pueblo, lloró las paredes de su casa y a partir de
entonces puso al servicio de toda su vocación por la salud en medio de las condiciones más
adversas y precarias. Muchos saladeros insisten en que María Cabrera volvió por ellos y por su
pueblo, que, a diferencia de muchas personas desplazadas que no tuvieron más opciones en las
ciudades, María pudo haber elegido una vida más segura y más estable en Cartagena o El Carmen
de Bolívar, y teniendo opciones, eligió la más incierta, la más precaria y la más adversa, porque su
decisión se tomó con el corazón, porque como muchos afirman “ella fue la madre líder que estuvo
con nosotros cuando más la necesitábamos”. María volvió a un pueblo devastado por las huellas del
abandono, con un puesto de salud en ruinas, sin una medicina en la botica, sin farmacias, y sin la
menor perspectiva de que un médico viniera al pueblo. María viviría el año y medio probablemente
más precario de su existencia, con mayores limitaciones materiales, enfrentando situaciones
adversas en medio de un conflicto armado que no cesaba y asumiendo un oficio de alto riesgo
como ser promotora de salud en una zona de conflicto armado.” (CNMH, 2015, pp. 117-118)

Los lideres de las comunidades que se resistían, realizaban jornadas de dialogo con los demás
habitantes, articulaban el trabajo, y lo que buscaban era no versen involucrados en una guerra
que no les pertenecía. Desafortunadamente, las acciones de resistencia noviolenta,
desencadenaron mayor represión, y como se ha señalado, el pueblo debió desplazarse y los
lideres se vieron afectados, ya que muchos perdieron la vida.
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IV. La labor por la memoria: evaluar el trabajo del Centro Nacional de Memoria
Histórica.

El informe presenta las historias de vida de cada uno de estos lideres sociales, sus aportes
históricos y la relevancia que tienen en la historia de su comunidad, es muy lamentable como
algunos terminaron siendo victimas fatales, aunque en general, todos hayan sido perseguidos.
Este informe se centra en reivindicar la memoria de las víctimas, darles un lugar positivo en la
historia no solo de sus comunidades, sino que también, de la historia comunal del caribe. En este
documento al escudriñar la vida privada, las motivaciones y las acciones concretas de estas
personas, se logra poner en evidencia que, una de las tareas de la memoria, es darle sentido a lo
que ha sucedido o situar de manera critica algún acontecimiento del pasado en el presente.

Consideramos que este informe si contribuye en la dignificación de las víctimas y les hace
justicia, sin embargo, a partir de esto nos surgen otros interrogantes, ¿Quién dignifica u otorga
esa dignidad? ¿puede un documento hacer justicia cuando muchas veces se quedan guardados en
bibliotecas? ¿Quién les quitó su dignidad de personas? Estas preguntas del orden ontológico, nos
conducen a problematizar la acción de construir memoria histórica en un país donde no ha
terminado la guerra.

Finalmente, creemos que este informe si contribuye al aprendizaje social, pero esto no
significa una garantía de no repetición de los hechos victimizantes, ya que no está en manos de
quienes le apostamos a la paz, son los violentos los que deben repensarse la construcción de paz,
el respeto por la vida y por el valor de la dignidad humana. Si bien el CNMH utiliza otros medios
para difundir sus hallazgos, estos están sujetos a medios tecnológicos, acceso a la red, y en
especial, a que exista una persona que contribuya a la difusión, ojala que todos llegaran a estos
temas con el animo de trabajar por la verdad, la reparación y la no repetición, pero
desafortunadamente, estos informes con frecuencia son leídos por estudiantes de pregrado o
universidad, escriben algo sobre el mismo, y ahí se queda, y creemos que es necesario echar a
andar la palabra al respecto, difundir ampliamente el sentir y el pensar.
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V. Conclusiones

Consideramos que es un texto muy sentido desde el reconocimiento, también frágil, conecta al
lector y en especial, nos permite ver los liderazgos sociales desde las adversidades a las que se
tuvieron que enfrentar, es un gran desafío, para Colombia reconocer no solo a estas personas,
sino a la cantidad de victimas que existen en el país, situados desde este informe, por lo que
representan los lideres y lideresas en sus comunidades.

Los mecanismos de violencia como la estigmatización y la persecución dañan e imposibilitan


que los lideres y las lideresas puedan sacar hacía adelante sus proyectos de vida individual y
familiar, esto es un elemento para analizar, es común que el desplazamiento de lideres sociales
también se dé porque nadie quiere permitir que trabajen en la región y obtengan el sustento de
sus necesidades básicas.

Referencias

 Centro Nacional de Memoria Histórica.  (2015).  El legado de los ausentes.  Líderes y


personas importantes en la historia del Salado. Bogotá: CNMH.  Recuperado
de http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/informes/informes-2015-1/el-legado-de-
los-ausentes

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