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Dos grandes eruditos de la ciencia se encuentran en un campo de batalla marcado por distinciones

nacionalistas y rivalidades absurdas de banderas sin conocerse, emprenden investigaciones que


revolucionaron el campo de la medicina, por un lado un joven doctor rural entusiasmado por curar
sus pacientes y saber que acontecía a sus animales empieza realizando una serie de ensayos para
afirmar la teoría de su mentor la cual planteaba que los microorganismos podían transmitir
enfermedades, es así como Robert Koch logra trazar el eslabón que le faltaba a la cadena de
investigaciones de Louis Pasteur un experimentado químico francés reconocido por sus trabajos
con el gusano de seda y sus investigaciones sobre la fermentación, quien posteriormente seria su
rival. Pasteur al principio no creía en los trabajos de Koch y por consiguiente los desmeritaba, sin
embargo, le causaban intriga y comprobó que eran ciertas sus especulaciones, pero se atribuyó a
si mismo las investigaciones de su oponente y gano el éxito que en parte le pertencia a Koch. Este
al ver tal jugada sucia decidió superarlo al indagar en las enfermedades que eran potencialmente
mortales en esa época y lo logro, lo supero por mucho, sin embargo Pasteur no se quedó atrás y su
ímpetu por mantener su reconocimiento lo llevo a encontrar soluciones para enfermedades
posteriores lo que los mantuvo parejos, es así como el deseo de superación por ver quien
contribuía más a la humanidad dieron un vuelco total a esas absurdas ideas de castigos divinos
presentes en ese entonces.

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