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Universidad Católica Santa Rosa

Decanato de Teología y Ciencias Jurídicas


Especialización: Ciencias Penales y Criminológicas.
Cátedra: Criminología.-

Docente: Ciro Fernando Camerlingo.-

Criminología
“Para bien o para mal la inteligencia
puede no tener la menor importancia
cuando dominan las emociones.”
Daniel Goleman

El delito emocional:

Cuántas veces hemos podido escuchar casos en que, el amor, una provocación o gran exaltación de un
momento, un acometimiento repentino e impensado de una pasión, que hayan podido influir en la comisión de
un hecho criminal.

La Doctrina en relación al trastorno mental en los delitos pasionales se puede decir que es una entidad
Psiquiátrica forense y que se puede considerar en algunos casos como eximente o atenuante de la
responsabilidad Penal, claro está, atendiendo a las circunstancias y particularidades del hecho.

“Hay estados de inimputabilidad que nada tienen que ver con enfermedad mental; en primer lugar, los estallidos
emocionales violentísimos no patológicos que según criterio universalmente admitido pueden aniquilar la
capacidad de culpabilidad” (FRIAS Caballero Jorge. “Imputabilidad Penal, Capacidad Personal de
Reprochabilidad Ético-social. Caracas: Liurosca, C.A., 1993. 120 p).

Ahora bien, los psicólogos hablan de pasiones dinámicas que llevan a la acción y pasiones adinámicas que
llevan a la inercia, así tenemos entre las dinámicas el dolor, pero, con mucha frecuencia, del dolor se pasa a
la ira, es decir, de la pasión adinámica se pasa a la dinámica, y entonces la persona puede cometer un hecho
punible: desde agredir, lesionar, llegando al punto de matar, y en estos cosas se podría indicar que estará
amparado por la excusa de provocación, pues esto, es absolutamente incompatible con la premeditación,
porque ésta implica frialdad del ánimo, que permite al agente medir, pensar, etc; porque el que actúa en
virtud de arrebato emocional no premedita, luego no piensa, y es por esto que no son compatibles, por un lado
la excusa de provocación y por el otro la premeditación.

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Dentro de nuestras normas sustantivas podemos señalar que se encuentra previsto en el artículo 67 del Código
Penal Venezolano, el cual dispone lo relativo a los crímenes emocionales o por una emoción fuerte, así tenemos
que este expresa:

El que cometa el hecho punible en un momento de arrebato o de intenso dolor,


determinado por injusta provocación será castigado, salvo disposición especial, con pena
correspondiente disminuida desde un tercio hasta la mitad, según la gravedad de la
provocación.

La norma antes transcrita se refiere a la injusta provocación que puede llegar a determinar un momento extremo
de arrebato o intenso dolor, pero es el caso, que éstos que deben ser demostrados; es así que no es suficiente
que el hecho se produzca en un momento emocional de arrebato o intenso dolor, además se requiere que este
haya sido determinado por una provocación injusta; la provocación o acción ofensiva, debe ser injusta, esto es,
sine iure, en forma alguna lícita, es decir amparada la actuación del derecho, de igual forma esta provocación
debe ser grave.

El Especialista, Francisco Cóhala (1948) del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica recomendó en
este tipo de casos el empleo de la expresión “trastornos transitorios de inadaptación a situaciones especiales”,
ya que para este autor se trata de fenómenos psíquicos que se refiere al estado de inconsciencia pasajera o
de perturbación morbosa de la actividad mental, estos se consideran como procesos desadaptativos de corta
duración y que generalmente desaparecen tan intespectivamente como aparecieron.

De igual manera, Gisbert Calabuig los define como: “Estados de perturbación mental pasajeros y curables,
debidos a causas ostensibles sobre una base patológica profunda, cuya intensidad llega a producir anulación
del libre albedrió, con su consiguiente repercusión en la imputabilidad (psicosis reactiva breve)”; igualmente
Basile define la emoción: “…como uno de los tres estados afectivos del psiquismo, se caracteriza por irrumpir
bruscamente en la personalidad y en el comportamiento ante un estímulo intenso, interno o externo y por ser
de corta duración…”.

Pero se puede decir que esta persiste cierto tiempo después de haber desaparecido el estímulo.

Aspectos Jurídicos:

a) Circunstancias calificativas.
b) Elementos Cronológico el medio empleado (En medio de esta crisis emocional el individuo generalmente no
busca medios complicados ni maneras complejas de agredir).
Esto no descarta el hecho de forma brutal, precisamente por el súbito furor de que es presa en el momento.

Se puede indicar que ante un estímulo provocador o incitador, sumado a el sentimiento de frustración se puede
llegar a un momento de irracionalidad para una persona donde la mente puede llegar a conjugar los impulso
de, ira, pasión, frenesí , furor ímpetu y es en ese instante, en ese acto de arrebato que cualquiera puede
cometer un hecho; donde aunque ese arrebato no justifica el cometer la acción, se puede considerar que sí
puede valorarse como una posible atenuante para lograr disminuir la pena del delito.

Así tenemos que esta situación, por incidir preponderantemente sobre el elemento esencial de la culpabilidad,
y sobre la base del referido artículo, producen el efecto de disminuir la responsabilidad criminal; ya que cuando
se trata de arrebato o intenso dolor la persona debe haber actuado bajo el ímpetu de la pasión suscitada por

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una provocación injusta, como lo sostiene el Profesor Arteaga Sánchez, que “una u otra situación (arrebato o
intenso dolor) haya sido determinada por una provocación injusta; que la reacción del sujeto que actúa bajo
arrebato o intenso dolor debe producirse de inmediato, que una persona ante determinadas circunstancias de
injusta provocación bien pudiera actuar bajo la influencia de la pasión consternado, adolorido o profundamente
ofendido, “por ejemplo de la esposa o esposo sorprendido(a) (sea el caso) en infidelidad, es un ejemplo
específico de arrebato o intenso dolor”.

EMOCIÓN VIOLENTA:

La emoción es definida como un cambio en la personalidad de quien comete la acción, en virtud de un estímulo
externo, el cual altera transitoriamente el comportamiento habitual de esa persona, impidiéndole dominar sus
impulsos.

Así pues, se puede indicar que es un trastorno mental transitorio, ya que se trata de un estado crepuscular
emocional. Si bien expresa una severa alteración afectiva, ella no alcanza a constituir un estado de alienación
mental, cuando esto se produce, la reacción debe producirse de manera inmediata a la provocación; pero la
doctrina ha admitido otras dos modalidades de la emoción violenta, como lo son la tardía y la diferida.

 TARDÍA: es la emoción violenta que pone fin a conflictos de largo planteamiento y, en este caso fuera
de los requisitos generales se requieren los siguientes:

I. proximidad del acto último de provocación,


II. repetición desesperante del abuso, y
III. ausencia de toda premeditación perceptible.

 DIFERIDA: es considerada como aquella en que existe coincidencia entre el estímulo y la emoción,
pero lo que se distancia es la respuesta agresiva, el impulso psicomotor.

Así tenemos que en la emoción violenta el sujeto activo actúa queriendo, pero impulsado por la ruptura de los
frenos inhibitorios, es por esta razón, que a la emoción violenta se le considera causal de imputabilidad
disminuida, siempre que el imputado se encuentra en ese estado en el momento del hecho y no antes ni
después del mismo.

Ahora bien, debemos entonces indicar que la referida atenuante que contempla la norma tiene su base en los
efectos producidos por la emoción sobre la conciencia, la cual actúa sobre ésta y logra disminuirla y coartar la
libertad de los actos y acciones. Sobre esto la doctrina ha considerado que el hecho punible debe ser impulsado
por la emoción, esto es, el arrebato o intenso dolor, pues cuando se produce el arrebato, se traduce en un
impulso tan fugaz y violento que excluye un cálculo, el propósito, la reflexión actual y todo otro proceso o estado
psíquico compatible; pero, esto no es el caso del rencor o el odio, ya que estos sentimientos negativos implican
una reflexión, una meditación y por supuesto una premeditación con fines de causar un daño a determinada
persona. Sobre esto el autor Mendoza Troconis indicó que la ira y el dolor son emociones distintas; la ira
empuja a la acción, mientras que el dolor lo que produce es una depresión moral; continua Mendoza Troconis
diciendo que la ira exacta, infunde energía a la voluntad arrastrada a soluciones extremas, incita a la acción,
excita el instinto criminal; mientras que el dolor deprime, enerva la voluntad, eclipsa la inteligencia, muchas
veces induce al individuo a volverse contra sí mismo para librarse de su aflicción; la provocación es la excitación
a reaccionar contra un hecho ofensivo. El hecho provocador es de intensidad variable, depende del individuo y
del caso concreto. Lo que para un sujeto puede ser una provocación para otro, en las mismas circunstancias

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nada significaría. La provocación debe ser injusta, no debe provenir de un hecho lícito. La atenuación de la
pena es mayor en tanto sea más grave la provocación, la cual puede resultar de la gravedad extraordinaria del
hecho provocador, se considera en relación a la emoción que causa.

Emoción Inconciencia

Esta variedad de inconciencia patológica fue descrita por Krafft Ebing, y está prevista en las causas
psicóticas y a su diagnóstico concurren elementos clínicos y elementos jurídicos.

Elementos Clínicos

1) Tiene que haber tenido lugar en el momento del acto antijurídico


2) debe revestir las características de una alienación mental de fugaz duración
3) el autor del hecho "no haya podido comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones"

4) la amnesia respecto del acto en si deberá ser completa y los detalles de lo inmediato o próximamente
anterior y posterior deberá revestir los caracteres de lo crepuscular, es decir, con islotes mnésicos
(referente a la memoria) y amnésicos desperdigados.
5) el examen evidenciará una personalidad emotiva, congénita o adquirida, o una hipersensibilidad
emocional de origen mórbido como puede determinarla una secuela meningoencefalitica, un
traumatismo de cráneo o la epilepsia en cualquiera de sus formas.

Peritación Médico legal:

Ahora bien, según Bonnet, la peritación en casos de emoción violenta debe comprender:

a. Estudio del delito.


b. Estudio de la personalidad del imputado.
c. Estudio de su estado psíquico en el momento del hecho.

Los Conceptos más importantes Sección de Psiquiatría y Psicopatología Forense del Departamento de
Medicina Legal de Costa Rica, son los siguientes:

a) La intensidad de la Crisis emocional.


b) La gravedad de la ofensa que la desencadeno.
c) La estructura psíquica del imputado, en la cual pueden persistir alteraciones como los trastornos de
personalidad, pero no una franca enfermedad crónica.

Para el profesor Bernardo Gaitán Mahecha, la persona que actúa bajo la influencia de un estado de ira o de
intenso dolor no se encuentra en ninguna de las categorías antes mencionadas por considerar los estados
emotivos como reacciones normales del ser humano que no comprometen la conciencia.

Nódier Agudelo. Este es uno de los autores que más ha trabajado sobre el tema de la imputabilidad y las
emociones violentas, señala que la ira constituye un fenómeno “esténico”, es decir que produce o incita al
movimiento, que tiene la capacidad efectiva de alterar la conciencia, de “obnubilar el entendimiento” o por lo
menos de afectar el control de la esfera volitiva sin que se vea comprometida de manera grave la conciencia.

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El autor descarta para el tratamiento de la ira la aplicación de una noción o fórmula a priori porque para cada
individuo la intensidad de la reacción varía; en sus palabras “Lo que en una persona apenas causa un leve
enojo, puede en otra causar verdadera ira, e idéntico estímulo puede generar en un mismo sujeto reacciones
diferentes según sus circunstancias (AGUDELO BETANCUR Nódier. Emoción Violenta e Inimputabilidad.
Bogotá: Temis. 15 p.)

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