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El VOLEIBOL

Historia del voleibol

Origen del voleibol

En el 1895 William G. Morgan asumió como director de educación física en la


YMCA y se encontró con un problema, debía proporcionar el ejercicio sin que
fuera demasiado agresivo o intenso. Notaba que el juego de baloncesto, a pesar
de ser muy popular, resultaba demasiado agotador.

Quería una alternativa en la que no fuese necesario dar tantos golpes o


sacudidas, de modo que se adaptara a un público más amplio. Morgan tomó ideas
de diversos deportes, como la pelota del baloncesto, la red del tenis, el uso de las
manos del balonmano y el concepto de entradas del béisbol. Así, creó una
disciplina que denominó “mintonette”.

Un año después, el juego mintonette resultó muy popular y obtuvo una audiencia
en la Conferencia de Directores Físicos de la asociación YMCA, celebrada en
Massachusetts. Allí, el Dr. Alfred Halstead, profesor del Springfield College,
observó que lo más destacado del juego era el voleo del balón sobre la red. Por
eso, sugirió rebautizarlo “volley ball”.

En los orígenes, el “mintonette” resultaba bastante diferente al desempeño del


voleibol que se conoce en la actualidad. Se jugaba en una cancha más pequeña,
con un balón muy pesado, una red más baja y demasiados jugadores que
golpeaba el balón una cantidad ilimitada de veces.

Aunque Morgan probablemente no lo imaginó en aquel momento, décadas más


tarde el voleibol se convirtió en la segunda disciplina de equipo más popular del
mundo, después del futbol.

Crecimiento mundial del voleibol


En sus inicios, el juego de voleibol alcanzó amplia aceptación gracias al apoyo y a
la difusión de la asociación YMCA, alentada por dos escuelas profesionales de
educación física: Springfield Collage y George Williams Collage.

A comienzos del 1900 Canadá fue el primer país extranjero que adoptó el
juego como deporte para ser practicado en diversas instituciones. Pronto lo
siguieron Japón (1908) y Filipinas (1910), donde fue incluido en el programa de los
primeros Juegos del Lejano Oriente, en 1913. Así comenzó su expansión a nivel
mundial.

En 1914 fue incluido en el programa de educación y recreación de las fuerzas


armadas de Norteamérica. En 1916 la YMCA logró que la poderosa asociación
NCAA (National Collegiate Athletic Association) contribuyera a la rápida difusión
del voleibol entre los estudiantes universitarios de Estados Unidos, a través de la
publicación de una serie de artículos sobre su reglamento.

Allí se anunció, por ejemplo, que el número de jugadores por equipo se limitaba a
seis y más tarde, en 1922, se limitó a tres el número de toques del balón por
jugada. Sin embargo, hasta principios de 1930 el voleibol resultaba un juego de
ocio y recreación, con pocas presentaciones competitivas a nivel mundial y con un
reglamento que variaba según el país donde se jugaba.

En 1947 se creó en Francia la Federación Internacional de Voleibol (FIVB). Este


organismo mundial se encarga de regular las normas a nivel competitivo y de
celebrar encuentros de manera periódica.

En los Juegos Olímpicos de París en 1924 se jugó por primera vez al voleibol
tradicional como deporte de demostración. Pero recién en 1964 pasó a formar
parte de las especialidades olímpicas en el encuentro celebrado en Tokio.

Hoy el voleibol es uno de los deportes populares más practicados a nivel mundial,
con competiciones como, el Campeonato Mundial FIVB, la Liga mundial FIVB, el
Gran Premio Mundial FIVB y los Juegos Olímpicos. Es un deporte competitivo de
alto rendimiento físico y técnico que presenta algunas variantes aceptadas de
manera oficial:

 El voleibol de playa. Se juega sobre la arena y desde 1996 forma parte de


las disciplinas olímpicas, a partir del encuentro celebrado en Atlanta que
contó con un estadio construido especialmente sobre la playa.
 El voleibol sentado. Se practica especialmente entre los deportes de
personas con discapacidad y en 1980 fue incorporado en los Juegos
Paraolímpicos.

Fundamentos técnicos del voleibol


Saque de voleibol

En cuanto al saque de voleibol, es uno de los fundamentos técnicos más


importantes. Existen esencialmente dos tipos: el saque bajo y el saque alto.
El saque bajo en voleibol consiste en colocar la pelota sobre la mano a la altura
del ombligo con una separación suficiente para que, al golpear con la mano
contraria (con la muñeca o con la palma), el balón realice una parábola que lo
haga llegar al campo contrario. Este sería el saque de principiantes, ya que
requiere de una técnica más sencilla y menos fuerza para que la pelota pase por
encima de la red.
El segundo tipo es el saque alto: con el brazo bien estirado, la mano sujeta el
balón a la altura de la frente y, con un movimiento rápido y acompasado, el
jugador suelta el balón y la mano contraria lo golpea. Este es el más habitual y el
que siempre verás en los partidos de vóley. Incluso podrás ver a los jugadores
coger carrerilla, lanzar el balón hacia arriba y saltar para aumentar la altura de
éste.
Debes tener en cuenta que, para la correcta ejecución del saque, el lanzamiento y
golpeo del balón tienen que ser precisos.
Para golpear bien el balón de mano baja, hay que adelantar la pierna contraria a la
mano con la que golpees la bola, consiguiendo una base de apoyo óptima.
En los saques con salto, la velocidad con la que éste se realiza sumado a la fuerza
de las piernas, nos da como resultado la llamada potencia de salto. Para lograr un
buen saque con salto en carrera debes hacer bien el movimiento de batida.

Recepción en voleibol
Recibir el balón consiste en golpearlo cuando viene del campo contrario con el
objetivo de evitar que el rival consiga un punto. El jugador que recibe la pelota
normalmente trata de seguir la jugada de tres toques con sus compañeros de
equipo. El golpe de antebrazo en voleibol es la recepción más habitual y uno de
los fundamentos técnicos del voleibol más frecuente.
Para ejecutar la recepción, sitúate en la trayectoria del balón. Después, flexiona
las piernas para tener un mayor rango de maniobra e impulsar el golpe con ellas.
Los brazos se colocan juntos y extendidos a la espera de que la pelota rebote en
ellos sin acompañar el golpeo con los brazos. Para eso ya están las piernas, que
se extenderán al recibir la bola.
En los saques más potentes ni siquiera es necesario impulsar el balón con tu
cuerpo. La bola golpea tus antebrazos y rebota en la dirección que marques con la
posición de tus hombros. En cambio, cuando el saque se dirige a la parte trasera
de la cancha, la recepción se hace de dedos. Hay que tener en cuenta que este
tipo de recepción solo se permite en pista, pero nunca en playa.

Golpe de dedos en voleibol


El golpe de dedos o toque de dedos es el elemento táctico más importante, ya que
de él depende que el rematador tenga la oportunidad de dar un golpe efectivo que
lleve a su equipo a marcar punto. Suele ser el segundo pase en una jugada de
tres y ocurre después de la recepción.
Si eres de los que piensa que solo es un movimiento intermedio, piensa que un
buen toque de dedos puede ser la diferencia entre un punto fácil o un fallo
beneficioso para el rival. Esto implica que los jugadores profesionales invierten
mucho tiempo en trabajar este movimiento para que el pase sea lo más fluido y
exacto posible.
Para su correcta ejecución conviene prever la trayectoria del balón y situarse
debajo de la pelota.
Los brazos deben estar flexionados y las palmas apuntando al balón. Las manos
se sitúan a la altura de la frente con los dedos extendidos y los pulgares e índices
formando un triángulo ligeramente abierto.
Cuando la bola llegue a los dedos, ejecuta un movimiento rápido para enviar el
balón a la dirección escogida. Si retienes la bola más de lo permitido, el árbitro
podría pitar falta, por lo que debe ser un gesto fugaz, parecido a un golpeo con los
dedos.
Remate en voleibol

El remate es el fundamento técnico principal, ya que este movimiento determina si


la jugada culmina en punto. Con esta técnica el jugador busca que el rival reciba el
balón con dificultad. ¡Cuidado! Habrá jugadores bloqueando en el campo contrario,
por lo que hay que buscar una estrategia para rematar de manera que el balón
sobrepase a los bloqueadores.
A la técnica de remate se la conoce como batida. La batida se puede ejecutar de
tres formas distintas: rápida, larga y estática.
Batida larga
La batida larga es la más habitual. El rematador se sitúa a tres pasos del balón y
avanza primero con la pierna correspondiente a la mano con la que ataca. Da los
dos pasos restantes hacia delante, estira los brazos hacia atrás, baja el cuerpo y
salta con la potencia acumulada de todo el movimiento realizado.
Batida rápida
En la rápida ocurre lo mismo con una única diferencia. El remate se efectúa a dos
pasos del balón comenzando con la pierna opuesta a la que ataca la mano. Este
remate se suele utilizar para colocaciones rápidas o para ganar tempo al bloqueo
enemigo.
Batida estática
Por último, en la batida estática el jugador no avanza más allá de su posición. Al
estar situado bajo la trayectoria del balón, su único impulso lo ejecuta en el aire sin
haber corrido hasta la posición de la bola. El rematador dobla las piernas al
máximo formando una sentadilla profunda y salta con impulso, elevando a su vez
los brazos y llevándolos hacia atrás para golpear el balón con energía. Es un
movimiento inusual y se utiliza en segundos toques o en colocaciones
extremadamente rápidas.
En el vóley playa surge una pequeña diferencia, y es que al saltar a por la pelota
cuando el jugador ejecuta la batida, se impulsa hacia arriba y no hacia adelante.
Bloqueo en voleibol
El bloqueo es el movimiento en que el jugador o jugadores interceptan el ataque al
saltar frente a la red con los brazos elevados.
Cuando el rival va a rematar, el bloqueador debe prever hacia dónde y la
velocidad de éste para saltar en la trayectoria y el momento adecuados. Si logra
detener el balón, éste regresa al campo del rematador. Si los jugadores no son lo
bastante rápidos, la pelota cae al suelo, consiguiendo un punto. Pero también
puede darse una recepción ágil que salve la bola y la ponga de nuevo en juego.
Cuando el ataque es fuerte, el bloqueo también puede servir para facilitar la
recepción del balón, ya que al rebotar contra la palma frena un poco la potencia y
lo eleva, ganando unos segundos extra para preparar la recepción.

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