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Estimada Comunidad Estudiantil:

Chile está viviendo momentos difíciles en la Educación Superior y la Universidad Arturo Prat no es
ajena a ello. Nuestros estudiantes se han movilizado y su movimiento ha sido diferente a otros del
país, con formas más radicalizadas de expresión. Se están haciendo los esfuerzos para volver a la
normalidad, que nos permita reiniciar las actividades académicas, cumplir los compromisos y, lo
más importante, abrir los espacios de reflexión que permitan a toda la comunidad expresarse frente
a esta temática nacional.

Los estudiantes, en las conversaciones que sostienen con la Comisión nombrada por el Consejo
Académico, han demandado que este Rector se pronuncie y aclare algunos puntos que les
inquietan. Esta solicitud es una oportunidad para reiterar, a toda la comunidad universitaria y
con especial énfasis a los estudiantes, conceptos que he defendido de manera permanente.

En el concierto latinoamericano, nuestro país se ha destacado históricamente por su preocupación


respecto de la educación. En los albores del siglo pasado se instaló en nuestra sociedad la
necesidad sentida de sus miembros por el acceso a la educación, comprendiendo a ésta como
poderosa herramienta para lograr libertad e independencia. La educación pública se fortaleció; el
acceso a ésta permitió a nuestro país, en un primer momento, alfabetizarse para luego lograr que
un porcentaje importante de ciudadanos completara su enseñanza básica y media. Es así como la
Educación Superior chilena, reconocida internacionalmente, alcanzó tal prestigio que atraía a sus
aulas, jóvenes de otros países que buscaban educación de excelencia. Sin embargo, esta
educación permitía el acceso a ella a un número muy limitado de estudiantes, siendo considerada
de elite. A partir de la reforma universitaria del año 1968, el escenario cambia y de manera
paulatina se abren las puertas universitarias a sectores más amplios.
En Chile, la Educación Superior Pública y las universidades tradicionales, han tenido un rol
histórico. De ellas han egresado millones de profesionales, se han realizado los mayores aportes al
conocimiento científico a través de las investigaciones y representan el espacio natural para el
pensamiento, el arte y la cultura.

A partir del año 1981, se genera un marco legal que debilita la Educación Pública. Con él se abre
la posibilidad de crear universidades privadas sin mayor regulación, determina un financiamiento
precario para las Universidades Públicas, incrementa las trabas administrativas, generando
condiciones que hacen insostenible su funcionamiento y desarrollo. Ante esta situación todos los
Rectores de las Universidades Estatales nos hemos pronunciado, demandando desde hace años
una revisión urgente al trato hacia las Universidades Públicas.

Se ha declarado el año 2011 el “Año de la Educación Superior”. En diferentes espacios y discursos


se expresa que deben producirse cambios. Si bien, hay anuncios y propuestas, la situación es
compleja y exige repuestas concretas y urgentes. En este sentido, como Rector de la Universidad
Arturo Prat, reitero mi defensa de la Educación Superior de carácter público, y el
compromiso de luchar por ésta en todas las instancias que sean necesarias.

La realidad de las universidades públicas regionales tiene particularidades que hacen aún más
necesaria su defensa. En estas Casas de Estudio encuentran oportunidad de formación jóvenes y
trabajadores que enfrentan dificultades adicionales: por una parte la de pertenecer a los quintiles
menos favorecidos y, por otra, la de vivir lejos de la capital en un país claramente centralizado. La
Universidad Arturo Prat, en sus 45 años de existencia, ha dado pruebas concretas de su capacidad
y compromiso regional. Sus egresados son miles y tras ellos existen familias que están
agradecidas, por cuanto sin la Universidad Arturo Prat el sueño de tener profesionales al interior de
ellas no habría sido posible.

Hemos cumplido con la región y el país. En todos los ámbitos laborales hay egresados nuestros,
los que vuelven a las aulas universitarias permanentemente, puesto que también hemos abierto
espacios a la educación continua. La Universidad Arturo Prat, tiene un rol fundamental en la
educación regional. Es tarea de todos los miembros de la comunidad universitaria velar por
su defensa, fortalecimiento y desarrollo. Es mi responsabilidad liderar este desafío. No
duden que así lo haré.
Las universidades regionales requieren un trato especial, más aún cuando se declara la voluntad
política de descentralizar el país, siendo Tarapacá región piloto de este proceso. Es tarea de toda
la comunidad universitaria exigir que se valore nuestro aporte al desarrollo regional. Seré el
primero en hacerlo en las instancias correspondientes y espero el apoyo decidido de la
comunidad.

Un tema recurrente es el financiamiento del sistema de Educación Superior Público. La


Universidad Arturo Prat para funcionar adecuadamente requiere de un presupuesto anual cercano
a los de 37 mil millones de pesos (año 2011); sin embargo, el aporte que se recibe anualmente del
Estado es de 2 mil millones de pesos por Aporte Fiscal Directo, correspondiente al 5,4% de nuestro
presupuesto. Esto impone exigencias adicionales a la gestión de la Institución, obligando a buscar
alternativas de financiamiento externo, necesario para subsistir. Es así como se realizan esfuerzos
permanentes para viabilizar el funcionamiento, cumplir con los compromisos y proyectar a nuestra
Universidad.

En la actualidad, cuando la democracia se visualiza más consolidada, surgen voces que demandan
un cambio en la legislación y una mayor participación al interior de las universidades. Este Rector
plantea claramente que se debe avanzar en la participación, por cuanto ésta enriquece la
convivencia, es formadora y consolida la democracia.

En síntesis, necesitamos construir una nueva cultura universitaria y este proceso se debe iniciar
cuanto antes. Esta es una de las razones por las cuales me parece del todo necesario convocar a
un claustro triestamental, además de solicitar que cada Unidad Académica, Institutos y
Unidades Administrativas expresen su opinión al respecto. Se solicitará a cada uno de éstos
analizar con profundidad esta temática, tan pronto se normalicen las actividades. Es un
compromiso que adquiero y cumpliré.

A través de la historia, los movimientos estudiantiles se pueden considerar prefiguras de cambios


sociales. Es el estudiante universitario el que tiene elementos para generar una visión crítica de la
sociedad, con la pasión y el entusiasmo para luchar por transformaciones profundas. Eso se
reconoce, pero una vez más les insto a mantener una actitud de permanente diálogo y reflexión,
propios del ámbito universitario y pilares de la democracia, que permita a los tres estamentos
actuar unidos en pos de la defensa de un proyecto común: la Educación Superior Pública.
Asumo la responsabilidad de la conducción de la Universidad Arturo Prat, ejerciendo el mandato
que me dieran mis colegas al elegirme democráticamente. Declaro con firmeza y claridad que mi
actuar está inspirado en un profundo compromiso con la Educación Pública, a la que he servido
durante toda mi vida y con la Universidad Arturo Prat, nuestra universidad.

Invito a estudiantes, académicos y funcionarios a sumarse a la reflexión para la acción.

Por una Educación Pública con calidad y equidad.

Gustavo Soto Bringas


Rector

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