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Momentos satíricos en el Quijote

Don Quijote de la Mancha, escrito por Miguel de Cervantes Saavedra en 1605, se ha mantenido

hasta ahora como uno de los libros más influyentes de la época, esto gracias a su estilo burlesco

y satírico hacia las novelas caballerescas. Este ensayo busca profundizar en el uso de la sátira en

El Quijote, analizando diferentes momentos, en los cuales Cervantes hace utilidad de esta.

Pero, para poder adentrarse en el tema de una mejor manera, hay que comprender el

significado de sátira y su uso en la literatura de la época. La definición dada por el diccionario de

la Real Academia Española, es que la sátira es una “composición en verso o prosa cuyo objeto es

censurar o ridiculizar a alguien o algo”. (RAE, f.1) Cosa que puede verse claramente a lo largo

del libro, desde las situaciones incómodas en las que se encuentra Don Quijote y Sancho, hasta el

personaje mismo, siendo una clara burla hacia los héroes o caballeros de dichos libros de

caballería.

Siguiendo de cerca el artículo de Rodrigo Cacho Casal titulado La sátira en el siglo de

oro, la sátira como género o recurso era un tema confuso, ya que esta puede llegar a agrupar

diferentes elementos diferentes entre sí. Más adelante en el artículo, el autor da una pequeña

definición de lo que es este concepto:

La sátira se presenta así como un género que hace de la mezcla y de la

variedad su razón de ser: lo serio y lo cómico, lo alto y lo bajo, lo bello y lo

abyecto. Se trata, pues, de una forma sin forma que ocasionaba muchos

problemas a los estudiosos que intentaban abarcarla en una definición

cerrada. (Cacho Casal, pág. 65)


El autor Benigno Pallol en Interpretación del Quijote, da un pequeño contexto de la

importancia de la obra y lo que esta alude, reconociendo su valor en la literatura y la belleza

misma de esta

Hasta hoy se ha considerado el Quijote como una sátira

excepcional, encaminada únicamente a desterrar de la república de

las letras los vanos libros de caballerías. En verdad, no se

comprende cómo de un móvil tan insignificante pueda haber

nacido la obra tal vez más admirable de cuantas registra la historia

de la literatura. (Pallol, s.f )

Con esto, nos podemos dar una idea bastante clara del impacto que esta obra tiene en la

literatura de la época, en la cual la sátira no era algo muy común ni bien visto, siendo un riesgo

que terminó de buena manera y pasó a la historia de la literatura como uno de los libros más

estudiados y leídos, superando incluso a los mismos libros de caballerías, según el autor Daniel

Eisenberg en su artículo El género de don Quijote, este dice que el Quijote es leído, incluso antes

que cualquier novelas caballerescas, afirmando más adelante que “parte del ataque de Cervantes

a los libros de caballerías consistió en escribir una obra superior” (Einsberg, s.f)

Para empezar con los ejemplo, considero prudente mencionar que desde el prólogo

Cervantes dejó en claro su intensión de sátira y burla a los libros de caballerías, dedicando

sonetos a diferentes héroes de esta, entre ellos se encuentra Amadís de Gaula y Urganda la

desconocida, un ejemplo de esto sería:

De un noble hidalgo manche-

contarás las aventu-,

a quien ociosas letu-


trastornaron la cabe-;

damas, armas, caballe-,

le provocaron de mo-

que, cual Orlando furio-,

templado a lo enamora-,

alcanzó a fuerza de bra-

a Dulcinea del Tobo-. (Cervantes, pág. 23)

Tomando en cuenta el artículo de José Antonio Serrano Segura titulado Parodia y sátira

literaria en ‘El Quijote’ como libro de libros, lo que el autor menciona es que esta parte del

soneto “se glosa humorísticamente la trama principal del Quijote”(Serrano Segura, 2015),

dejando en claro que la intención es meramente humorística con una referencia clara a algo en

específico, lo cual lo convierte en una sátira total a Amadís de Gaula.

Como mencioné anteriormente, en el Quijote se hacen referencias a ciertos libros

específicos de cabellarías, entre ellos está Amadís de Gaula, escrito por Garci Rodríguez de

Montalvo, el cual trata de las aventuras de este tras ser abandonado y criado por caballeros,

recorriendo diferentes partes del mundo. En un artículo de la Universidad Autónoma de

Barcelona titulado Amadís y Don Quijote, el autor dice:

Nadie puede dudar de que Cervantes, al pensar en un modelo para parodia

de su personaje, lo hizo en el Amadís de Gaula. Y si pensó en él fue por dos

motivos muy importantes: por ser un caballero muy fiel a su amada y por ser

bastante casto. Esas dos características las destacó Cervantes hasta la

saciedad en don Quijote, desde el prólogo hasta el lecho de muerte de su

protagonista. (Universidad Autonoma de Barcelona, 2008, pág.41)


Como alude el autor, este personaje tiene muchas similitudes al Quijote, esto se

demuestra en la actitud de este. Desde un inicio, don Quijote hace hasta lo imposible para lograr

ser un caballero respetable. El personaje de Amadís es mencionado en diferentes ocasiones,

siguiendo la idea del artículo, un ejemplo claro está en el capítulo XXXV Donde se da fin a la

novela del “Curioso impertinente”, el autor da el siguiente ejemplo:

Don Quijote deja Sierra Morena, con la esperanza de dirigirse al Toboso

para reunirse con Dulcinea, pero antes se compromete a luchar contra un

gigante, a quien corta la cabeza en sueños, porque lo confunde con unos

cueros de vino que están en la cabecera de su cama. (Universidad Autónoma

de Barcelona, pág. 42)

El cual — a palabras del autor — se relaciona mucho con una parte de la historia de

Amadís, en donde este, para salvar a Oriana, se enfrenta a diferentes batallas y aventuras , esto

para merecer el amor de su amada. Cosa que es reflejada en el Quijote de una forma más cómica

y burlesca, haciendo de esa hazaña heroica un sueño que termina de forma contraproducente.

Otros ejemplos de sátira se encuentran en los epígrafes a lo largo de toda la obra, en los

cuales explica la naturaleza del capítulo, muchas veces de forma burlesca y cómica. Regresando

al autor de Parodia y sátira literaria en ‘El Quijote’ como libro de libros, este explica que

muchos de estos son:

Similares en su construcción sintáctica a los de las novelas de

caballerías, imitan burlescamente la grandilocuencia de éstos, de

manera que su lectura es muy entretenida a la vez que harto

indicativa de la intencionalidad irónica del autor. (Serrano Segura,

2015)
En lo personal, considero que la mayor prueba de sátira se encuentra —coincidiendo

con la idea del autor— en los títulos de los capítulos, ya que son nombres completamente

burlones a dichos libros de caballerías, ridiculizando al héroe de una forma obvia y cómica.

Entre los títulos mencionados por el autor, se encuentran:

“Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable

y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros

sucesos de felice recordación” (I, 8); “De la jamás vista ni oída

aventura que con más poco peligro fue acabada del famoso

caballero en el mundo como la que acabó el valeroso don Quijote

de la Mancha” (I, 20); “Que trata de la rara y descomunal batalla

que don Quijote tuvo con unos cueros de vino tinto…” (I, 36);

“Donde se cuenta lo que en él se verá” (Serrano Segura, 2015)

Al leer dichos ejemplos, nos podemos dar una idea de la intención de Cervantes. En

ningún momento este trata de ser sincero o espera que el lector se tome enserio las aventuras de

don Quijote o al personaje mismo. En general las situaciones en las cuales se encuentra el

protagonista son simplemente ridículas, al igual que su forma de enfrentar dichos problemas.

Como último ejemplo, quiero mencionar la escena en el capítulo XXVI titulado Donde

se prosiguen las finezas que de enamorado hizo don Quijote en Sierra Morena:

Allí tornó a pensar lo que otras muchas veces había pensado sin

haberse jamás resuelto en ello, y era que cuál sería mejor y le

estaría más a cuento: imitar a Roldán en las locuras desaforadas

que hizo, o Amadís en las malencónicas ; y hablando entre sí

mesmo decía:
—Si Roldán fue tan buen caballero y tan valiente como todos

dicen, ¿qué maravilla, pues al fin era encantado, y no le podía

matar nadie si no era metiéndole un alfiler de a blanca por la planta

del pie, y él traía siempre los zapatos con siete suelas de hierro? …

Pero dejando en él lo de la valentía a una parte, vengamos a lo de

perder el juicio, que es cierto que le perdió… Pero yo ¿cómo

puedo imitalle en las locuras, si no le imito en la ocasión dellas? …

Por otra parte, veo que Amadís de Gaula, sin perder el juicio y sin

hacer locuras, alcanzó tanta fama de enamorado como el que más,

porque lo que hizo, según su historia, no fue más de que por verse

desdeñado de su señora Oriana. (Cervantes, pág. 320)

En este ejemplo en específico es el más claro para mí, ya que don Quijote considera en

voz alta imitar a estos personajes, diciendo que uno perdió el juicio, mientras que el otro, a pesar

de todas las tragedias que pasa — al igual que el hidalgo—, está mentalmente estable,

decidiendo al final seguir a Amados de Gaula y encomendarse a dios. La sátira aquí es muy

directa, ya que don Quijote trata de imitar a este personaje pero no le sale, crea diferentes versos

mediocres tras aburrirse de no tener a nadie con quien quejarse.

Aunque el hidalgo tiene intenciones nobles, estas simplemente no resultan como es de

esperarse; un ejemplo de esto se encuentra en la primera parte del libro, específicamente el

capítulo IV titulado De lo que le sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta, en el cual

don Quijote trata de ayudar a un criado, llamado Andrés, maltratado por su amo, llamando la

atención de este, para que luego de marcharse, el amo termine golpeando con mayor odio a

Andrés, asunto que termina regresando al hidalgo más adelante en la historia con dicho criado
rogándole al protagonista que no lo vuelva a ayudar nunca. Este es uno de muchos casos en

donde muestran al Quijote como un “caballero” incompetente.

En conclusión, considero que este libro está lleno de burlas y sátiras de todo tipo,

llegando a ser caricaturesco, lo cual lo hace una lectura amena y fácil de leer. En diferentes

textos se debate el género principal del Quijote, llegando a colocarlo como un libro de

caballerías, regresando al artículo presentado anteriormente, según Daniel Eisenberg en su

artículo titulado El género de don Quijote, el autor afirma que Don Quijote es un “libro de

caballerías burlesco” (Einsberg, s.f), además de que cuenta con más de una categoría. Aunque

estoy de acuerdo en la clasificación de “burlesco, no estoy de acuerdo con el término “libro de

caballerías”, ya que a lo largo de la obra se nos da a entender que se está burlando de estos,

dándonos un personaje que está loco por leer tantas novelas de ese género, hasta el punto de

creerse uno y tener “aventuras” que constantemente terminan en humillaciones o tragedias.

Referencias

Rodrigo Cacho Casas (2008), La sátira en el Siglo de Oro: notas sobre un concepto

controvertido, Neophilologus, recuperado en:

https://link.springer.com/article/10.1023/B:NEOP.0000003817.26353.65

Benigno Pallol (s.f), Interpretación del Quijote, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Recuperado en: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/interpretacion-del-quijote-primera-

parte/html/ff37c282-82b1-11df-acc7-002185ce6064_10.html

Daniel Eisenberg (s.f), Antología Crítica del Quijote: El género de don Quijote, Centro

Virtual Cervantes. Recuperado en:

https://cvc.cervantes.es/literatura/quijote_antologia/indice.htm
Universidad Autónoma de Barcelona (2004), Amadís y Don Quijote, Criticón.

Recuperado en: https://cvc.cervantes.es/literatura/criticon/PDF/091/091_043.pdf

José Antonio Serrano Segura (2015), Parodia y sátira literaria en ‘El Quijote’ como

libro de libros, Literaria. Recuperado en: https://jaserrano.me/2015/03/19/parodia-y-satira-

literaria-en-el-quijote-como-libro-de-libros/

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., (versión 23.5 en

línea). https://dle.rae.es (15 de marzo 2022).

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