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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA – 2do. cuatrimestre 2018


Ficha de clase: lunes 5/11 (19-21 hs.)

Prof. Lucas Soares

Caracterizaciones de la filosofía primera en los escritos metafísicos


Primera parte: sabiduría y ontología

[I) La filosofía primera como ciencia de “las causas primeras y de los principios” (“aitiología”).
Nociones de “causa” (aitía) y “principio” (arché). Los cuatro significados de ‘causa’. El sabio y la
sabiduría. Caracterización de la sabiduría desde la perspectiva causal. Relación entre sabiduría y
teología. Dios como aitía y arché. II) La filosofía primera como “ontología” o ciencia de “lo que es en
cuanto es” (tò òn hê ón). El problema de su unidad en Metafísica IV 1 y 2. La “ontología” desde la
perspectiva causal. Contraposición entre la ciencia universal buscada y las ciencias particulares.]

En esta clase vamos a ocuparnos de las caracterizaciones que Aristóteles despliega en sus
escritos metafísicos acerca de aquello que él dio en llamar filosofía primera. Recuerden que
cuando leíamos Metafísica I 1 mencionamos que Aristóteles decía que la sabiduría acompaña
a cada uno según el nivel de su saber. Entonces: ¿dónde habrá más nivel de saber? En esto
que él llama sabiduría y que encontramos en la cúspide de las ciencias teóricas. La definición
de sabiduría será, por tanto, la primera caracterización de la filosofía primera. Vamos a leer a
partir de Metafísica I 1, 981b25:

En la Ética está dicho cuál es la diferencia entre el arte y la ciencia y los


demás (conocimientos) del mismo género…

Tengan en cuenta que Aristóteles en el contexto de la Ética se ocupa de distinguir la


diferencia entre ciencia y arte, pero en este capítulo aparecen como intercambiables.
Avancemos con la lectura:

La finalidad que perseguimos al explicarlo ahora es ésta: (mostrar) cómo


todos opinan que lo que se llama «sabiduría» se ocupa de las causas primeras
y de los principios.

Todo esto es para llegar a la caracterización de la filosofía primera como sabiduría. ¿Qué sería
la sabiduría? Un saber de las causas “primeras”, las famosas cuatro causas aristotélicas. De
modo que en este punto hemos llegado a la meta planteada en el principio del capítulo;
recuerden que allí se establecía que todos los hombres desean por naturaleza saber. El saber
tiene grados, el grado más alto del saber es la filosofía primera, definida en primera instancia
como “sabiduría” o “aitiología” (aitía en griego significa “causa”), según la literatura crítica.
Avancemos hasta el pasaje 981b29:

Conque, como antes se ha dicho, el hombre de experiencia es considerado


más sabio que los que poseen sensación del tipo que sea, y el hombre de arte
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más que los hombres de experiencia, y el director de la obra más que el


obrero manual, y las ciencias teoréticas más que las productivas.

Recuerden que el nivel científico supone más sabiduría que el empírico, y que el nivel
empírico a su vez supone más sabiduría que el nivel sensitivo. Ahora bien, dentro del nivel
científico tenemos la clasificación de las ciencias: ciencias productivas, prácticas y teóricas;
dentro de las teóricas, filosofía primera, matemática y física. Si consideramos las ciencias en
general, hay más sabiduría en las ciencias prácticas que en las productivas, y más sabiduría en
las teóricas que en las prácticas y en las productivas. Pero dentro de las teóricas hay más
sabiduría en la filosofía primera que en la matemática y en la física. Aquí se evidencia el
télos, no se trata de que todos los hombres sean sabios, sino de establecer que el fin del saber
es eso a lo que el ser humano tiende por naturaleza, que es el desarrollo de su capacidad
racional. El sabio ilustra un vivir conforme a la razón, un vivir conforme al intelecto.
Observen cómo define la sabiduría:

Es obvio, pues, que la sabiduría es ciencia acerca de ciertos principios y


causas.

Con lo cual, hemos llegado a la primera caracterización de la filosofía primera en los escritos
metafísicos. La sabiduría va a ser una ciencia que se ocupa de las causas primeras, las
famosas cuatro causas aristotélicas. De modo que en este pasaje encontramos la primera
definición de filosofía primera como sabiduría o aitiología.

1° definición de Sabiduría o aitiología

filosofía primera (Met. I 1-2)

El término “aitiología” no aparece en Aristóteles, pero sí en la bibliografía crítica. Recuerden


que aitía en griego quiere decir causa. Con lo cual la sabiduría es una ciencia que siempre
apunta a las causas. Podemos considerar que todas las ciencias apuntas a las causas, pero la
sabiduría apunta a esas causas primeras, que vamos a ver cuáles son.

La sabiduría en esta primera definición, que encontramos sobre todo en Metafísica I 1, sería
una ciencia teórica que se ocupa de las causas o principios primeros. Veamos qué son estas
causas primeras y principios. Aristóteles se ocupa de la noción de “principio” (arché) en el
libro V, capítulo 1, y de la noción de “causa” (aitía) en Metafísica V 2.

Como ven, son dos capítulos que están conectados. En el libro V cuando se ocupa de la
noción de principio dice que:

Lo común a todo tipo de principios es ser lo primero a partir de lo cual algo


es o se produce o se conoce.
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Habría una acepción del término “principio” que podemos hacer extensiva al término “causa”.
Lo importante es tener en cuenta que para Aristóteles no todas las causas son principios,
solamente lo son las causas primeras. Cuando hablamos de causas primeras sí podemos hablar
al mismo tiempo de principios primeros. En este sentido podemos decir que son
intercambiables la noción de causa y la de principio; pero no siempre. Ahora vamos a precisar
cuáles son estas causas primeras que podemos también tomar como principios. Aristóteles
ofrece una definición de “principio” en el libro V, capítulo 1. En ese contexto es donde
podemos ver esta extensionalidad de la noción de causa:

En otros sentidos se habla también de “causas”, ya que todas las causas son
principios y ciertamente lo común a todo tipo de principios es ser lo primero
a partir de lo cual algo es o se produce o se conoce.

Como ven, no todas las causas son principios, sólo lo son las causas primeras. Veamos cuáles
son estas causas primeras. En la antología tienen el texto donde Aristóteles señala los cuatro
sentidos de causa. Todo esto es para explicar qué quiere decir esa frase que define a la
filosofía primera como sabiduría que apunta a las causas primeras.

Principios o causas primeras Lo primero a partir de lo cual algo es

o se produce o se conoce (Met. V 1)

“Causa” se dice en 4 sentidos

(Met. I 3, Met. V 2, Fis. II 3 y 7)

Esto aparece en Metafísica V 1, cuando Aristóteles desarrolla la noción de “principio”. Causa


se dice en cuatro sentidos. Esto lo encontramos básicamente en Metafísica I 3. También lo
pueden encontrar en Física II 3 y 7, y en Metafísica V 2.

Entonces “causa” se dice en cuatro sentidos, y aquí tenemos la presentación de estas causas a
las que debe apuntar el sabio: causa formal, causa material, causa eficiente y causa final.
Vamos a ver cómo define cada una. Leamos Metafísica I 3:

Es obvio, pues, que necesitamos conseguir la ciencia de las causas


primeras…

¿Cuál es la ciencia de las causas primeras? La sabiduría o filosofía primera en tanto sabiduría.
Seguimos leyendo:

…(desde luego, decimos saber cada cosa cuando creemos conocer la causa
primera).
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De modo que Aristóteles relaciona la sabiduría con el conocimiento de las causas o principios
primeros. Conocemos la cosa cuando conocemos la causa primera, el por qué. Leemos:

Pero de “causas” se habla en cuatro sentidos; de ellas, una causa decimos


que es la entidad, es decir, la esencia (pues el por qué se reduce, en último
término, a la definición, y el porqué primero es causa y principio)…

¿Esa causa a la que se refiere en este pasaje cuál sería? La causa formal. Cuando apuntamos a
la causa formal de x cosa estamos refiriéndonos a la ousía, es decir, la esencia de una cosa en
tanto se expresa o se recoge en su definición. Por eso Aristóteles dice que la causa formal
viene a explicar la razón de que algo sea lo que es, apunta a la configuración esencial. Si
quisiéramos tomar un ejemplo pensemos en un arquitecto y el Partenón: en un plano está
plasmada la configuración esencial; podemos decir que está la definición de aquello que el
arquitecto va a poner en obra; ahí está el mapa conceptual de eso que va a terminar siendo el
Partenón. Continuemos leyendo:

… la segunda, la materia, es decir, el sujeto…

Aristóteles define la causa material como aquello de lo cual se hace algo. La causa material
apunta al constitutivo interno. Hýle es lo que se traduce justamente como “materia”,
“sustrato”. Cuando dice “sujeto” la traducción puede ser confusa. Piensen que estamos
apuntando a la causa material, al sustrato, lo que subyace, lo que permanece, en términos
griegos el hypokeímenon. Eso es lo que se traduce al latín como subiectum y al castellano
como “sujeto”.

Cuando hablamos de la causa material estamos hablando de aquello de lo cual se hace algo.
Un ejemplo que pone Aristóteles es el de la estatua de bronce. ¿Cuál sería la causa material de
la estatua de bronce? El bronce, aquello de lo cual está hecha esa estatua. Otro ejemplo que
pone es la copa de plata. ¿Cuál es la causa material de la copa de plata? La plata. Son
ejemplos bastante claros. La causa material también es inmanente. Consideremos la tercera
causa. Leemos:

…la tercera, de donde proviene el inicio del movimiento…

La causa eficiente sería aquella causa que apunta a donde proviene el inicio del movimiento,
del cambio y del reposo. La causa eficiente del hijo ¿Cuál es? el padre. ¿La causa eficiente de
la estatua? El escultor. Lo interesante es que esta causa eficiente es extrínseca. Desde este
capítulo en adelante Aristóteles empieza a mostrar cómo los filósofos previos a él
descubrieron alguna de estas causas. Por ejemplo podemos encontrar la causa material y la
causa eficiente en algunos presocráticos. Seguimos leyendo:

…y la cuarta, la causa opuesta a esta última, aquello para lo cual, es decir, el


bien (éste es, desde luego, el fin a que tienden la generación y el
movimiento).
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Esta es la causa final, que apunta a aquello para lo cual es el fin y el movimiento tiene lugar.
¿Cuál sería la causa del salir a correr, por ejemplo? La salud. De manera que la causa está
operando de manera extrínseca en términos de télos, en términos de fin.

Consideremos ahora cómo Aristóteles amplia la caracterización de la filosofía primera como


sabiduría en Metafísica I 2. Hasta ahora lo que teníamos en el capítulo anterior es una muy
breve definición: la filosofía primera se ocupa de las causas primeras. Veamos qué más
agrega.

Puesto que andamos a la búsqueda de esta ciencia, habrá de investigarse


acerca de qué causas y qué principios es ciencia la sabiduría. Y si se toman
en consideración las ideas que tenemos acerca del sabio, es posible que a
partir de ellas se aclare mayormente esto.

Aristóteles llama esa ciencia, que más tarde se dio en llamar Metafísica, “la ciencia que
andamos buscando”. En este pasaje aparece esto que es típico del proceder dialéctico
aristotélico, del método que se da en llamar método diaporemático o método de las aporías. Se
debe tener en cuenta qué se dice. Continuemos leyendo el pasaje:

En primer lugar, solemos opinar que el sabio sabe todas las cosas en la
medida de lo posible, sin tener, desde luego, ciencia de cada una de ellas en
particular.

Sabio es en primer lugar el que tiene un conocimiento de lo máximamente universal, el que


sabe todas las cosas. Pero aclara que no tiene ciencia de cada una de ellas en particular, cosa
que sería imposible. Tiene un saber de todas las cosas porque justamente conoce las causas
primeras o principios primeros. Aquí tenemos una primera nota: la sabiduría se relaciona con
el conocimiento de lo máximamente universal, un saber de todas las cosas, en la medida de lo
posible, sin tener ciencia de cada una de ellas en particular. Esta va a ser la diferencia de la
filosofía primera como ciencia universal respecto de las ciencias particulares, como la
matemática, la física, etc. Entonces, la filosofía primera es una ciencia que tiene una
característica universal, que implica un saber de todas las cosas por que se tiene un saber de
las causas primeras.

Veamos la segunda nota.

Además, consideramos sabio a aquel que es capaz de tener conocimiento de


las cosas difíciles, las que no son fáciles de conocer para el hombre (en
efecto, el conocimiento sensible es común a todos y, por tanto, es fácil y
nada tiene de sabiduría).

El sabio tiene un conocimiento de las cosas más difíciles. Las cosas más fáciles de conocer
son las que tienen que ver con la sensación. El objeto último del sabio es lo divino, eso es lo
más difícil porque es una ousía inmaterial e inmóvil. Siempre lo más difícil de conocer –
recuerden el principio metodológico de la Ética Nicomaquea– es lo más alejado de nosotros,
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lo más cognoscible en sí. Lo más cognoscible en sí es anterior y primero, ontológicamente


hablando. Seguimos leyendo el pasaje:

Además y respecto de todas las ciencias, que es más sabio el que es más
exacto en el conocimiento de las causas y más capaz de enseñarlas. Y que,
de las ciencias, aquella que se escoge por sí misma y por amor al
conocimiento es sabiduría en mayor grado que la que se escoge por sus
efectos.

Tercera nota: Respecto de todas las ciencias es más sabio el que es más exacto en el
conocimiento de las causas y más capaz de enseñarlas. La sabiduría compromete este
conocimiento de la estructura cuádruple en términos de causación, que mencionamos antes.

La cuarta nota sería que el conocimiento relativo a la sabiduría se escoge por sí mismo, y no
en función de sus efectos. Es un saber por el saber mismo. No es una ciencia ni productiva ni
práctica.

Quinta nota. Leemos:

Y que la más dominante es sabiduría en mayor grado que la subordinada:


que, desde luego, no corresponde al sabio recibir órdenes, sino darlas, ni
obedecer a otro, sino a él quien es menos sabio.

Siempre en Aristóteles van a ver que se introduce la cuestión del amo y del esclavo, donde el
esclavo es como un instrumento pasivo, casi como vegetal. Lo interesante es que la metáfora
política se filtra en plena sección metafísica, así como también leemos una filtración de
terminología metafísica en los escritos éticos y políticos. Esto para decir que esta es la ciencia
a la cual todas las demás están subordinadas, en términos del objeto de alta estima al que
apunta.

Estas cinco notas que atribuimos comúnmente a la sabiduría se cumplen en la ciencia que
Aristóteles está buscando, que ahora, en primera instancia, tiene el nombre de sabiduría:
ciencia teórica de las causas primeras. Reparen cómo Aristóteles toma en consideración en
Metafísica I 2 las opiniones comunes (éndoxa) acerca del sabio, dignas a tenerse en cuenta.
Esto es típico del proceder dialéctico. Continuemos leyendo:

Tantas y tales son las ideas que tenemos acerca de la sabiduría y de los
sabios. Pues bien, de ellas, el saberlo todo ha de darse necesariamente en
quien posee en grado sumo la ciencia Universal (éste, en efecto, conoce en
cierto modo todas las Cosas). Y, sin duda, lo universal en grado sumo es
también lo más difícil de conocer para los hombres (pues se encuentra
máximamente alejado de las sensaciones).

La sabiduría va a ser una ciencia universal, en el sentido de que apunta a las causas primeras.
Ya vamos a ver esta cuestión de la ciencia universal versus las ciencias particulares. Se dice
que el sabio conoce todas las cosas, en tanto conoce las causas primeras. El conocimiento de
lo universal en grado sumo es lo más difícil de conocer para los hombres en el sentido de que
compromete el nivel científico. En última instancia el objeto de la sabiduría es dios, lo divino.
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Pero antes de dar ese paso, el objeto de la sabiduría es lo universal, como campo de trabajo de
la ciencia. Seguimos leyendo el pasaje:

Por otra parte, las más exactas de las ciencias son las que versan
mayormente sobre los primeros principios:

Avancemos hasta el pasaje 982b5:

Y la más dominante de las ciencias, y más dominante que la subordinada, es


la que conoce aquello para lo cual ha de hacerse cada cosa en particular,
esto es, el bien de cada cosa en particular y, en general, el bien supremo de la
naturaleza en su totalidad.

Reparen en el vocabulario técnico de Aristóteles: “aquello para lo cual” es el fin. De manera


que tenemos que considerar cuál es el fin, cuál es el bien supremo de la naturaleza en su
totalidad: lo divino, como ahora va a decir. Estas cuestiones se aclaran a partir del objeto que
tiene la filosofía primera. Avancemos hasta el renglón 983a5:

Es, en efecto, la más divina y la más digna de estima y lo es, ella sola,
doblemente.

La sabiduría es la más divina y la más digna de estima entra las ciencias en general y, dentro
de las ciencias, en las teóricas. ¿Por qué es la más divina y digna de estima? Porque su objeto
es lo divino.

En efecto, la divina entre las ciencias es o bien aquella que poseyera la


divinidad en grado sumo, o bien aquella que versara sobre lo divino.

Reparen en cómo conecta la filosofía primera como sabiduría con la filosofía primera
caracterizada como teología, que va a ser la cuarta y última definición que ofrezca. En última
instancia, la filosofía primera de Aristóteles termina siendo una teología. Entonces, la filosofía
primera en primera instancia es sabiduría, pero en última instancia desemboca en un saber
teológico, un saber de lo divino. En el juego de remisión causal se llega a dios, como primer
motor (inmóvil) del universo. Continuemos con la lectura del pasaje:

Pues bien, solamente en ella concurren ambas características: todos, en


efecto, opinan que Dios es causa y principio, y tal ciencia la posee Dios, o
sólo él, o él en grado sumo. Y, ciertamente, todas las demás (ciencias) serán
más necesarias que ella, pero ninguna es mejor.

Dios es causa y principio. Observen cómo la sabiduría –primera definición— se conecta con
la teología –que es la cuarta definición. Todas las demás ciencias serán más necesarias en
términos prácticos, pero ninguna es mejor, en términos ontológicos. Justamente la ousía que
está en juego como objeto es dios. Este es un pasaje muy interesante porque se afirma que
quizás las otras ciencias particulares son más efectivas para la vida en la pólis. Leemos:
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Queda dicho, pues, cuál es la naturaleza de la ciencia en cuya búsqueda


andamos y cuál es el objetivo que ha de alcanzar la búsqueda y el proceso de
investigación en su conjunto.

Se trata de caracterizar la filosofía primera como sabiduría. Es interesante cómo en este


capítulo 2 del libro I la sabiduría se conecta con dios (theós), o lo divino (to theîon), que, en
tanto causa y principio, implican el género más digno de estima. En este sentido hay una
conexión entre sabiduría y teología. Al fin y al cabo la teología se ocupa del estudio de dios o
lo divino, en tanto causa y principio.

Teología

Sabiduría ↔ Dios / lo divino es causa y principio


Theós / to theîon

XI 7 (“lo divino” = “principio primero y supremo”)

En Metafísica XI 7 dice que lo divino es principio primero y supremo. En ese contexto afirma
que la teología es el mejor género de ciencia porque se ocupa de la más excelsa de las cosas
que son, que es dios. Como ven, aquí ya tenemos un anticipo de lo que va a ser la cuarta
caracterización de la filosofía primera como teología, que Aristóteles va a brindar recién en el
libro XII de la Metafísica.

Hasta aquí desarrollamos la primera caracterización de la filosofía primera como sabiduría o,


en términos de la literatura crítica, aitiología, de acuerdo con los capítulos que van del 1 al 3
del libro I. Vimos que la sabiduría era presentada por Aristóteles como una ciencia teórica, la
más importante en términos jerárquicos, que se ocupa de las causas primeras y principios.
Luego ampliamos la caracterización de la filosofía primera como sabiduría a partir del libro I,
capítulo 2. Allí Aristóteles partía de las éndoxa sobre la sabiduría. Fue entonces que
señalamos que el sabio está en posesión de lo máximamente universal; en segundo lugar, que
se ocupa de las causas primeras o principios. Mencionamos además que la sabiduría se ocupa
de lo divino o la divinidad, porque lo divino es presentado como causa y principio. Entonces
ese rasgo aitiológico, donde primaba lo causal, desemboca en el estudio de esa causa y
principio último que es dios, porque dios es principio primero y supremo, tal como dice
Aristóteles en Metafísica XI 7. Reparen en esta anticipación de la vinculación entre sabiduría,
primera caracterización, y teología, que va a ser la cuarta caracterización que consideremos la
clase que viene.

Pasemos ahora a la segunda caracterización de la filosofía primera como “ontología”.


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2° caracterización de → “Ontología” = ciencia de “lo que es” en cuanto que es

la filosofía (tò ón)

primera …del ser en tanto ser.

(IV 1) …del ente en tanto ente.

“Ontología” no es un término aristotélico; es un término que proviene como “aitiología” de la


literatura crítica. En verdad cuando Aristóteles refiere a la segunda caracterización, sobre todo
a partir del libro IV, capítulo 1, llama a esta caracterización “ciencia de lo que es [tò ón] en
cuanto es”. También se la conoce como ciencia del ser en tanto ser o ciencia del ente en tanto
ente. Esto sería la ontología, segunda caracterización de la filosofía primera, después de la
sabiduría. Como adelanto les comento que la tercera caracterización de la filosofía primera es
la ousiología, y la cuarta sería la caracterización de la filosofía primera como teología.
Veamos el libro IV, capítulo 1. Leemos:

Hay una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es y los
atributos que, por sí mismo, le pertenecen.

Esa ciencia es la filosofía primera o la ciencia que andamos buscando. La Metafísica de


Aristóteles es como un intento de búsqueda, por eso la llama la ciencia que andamos
buscando. Hay una ciencia que estudia el ser, lo que es, pero no lo que es en tanto capaz de
movimiento, como hace la física, ni lo que es en tanto número o figura, como hace la
matemática, ni lo que es en tanto vida, como hace la biología; estudia lo que es en tanto es.
Estudia el hecho de ser, estudia por qué las cosas son. De manera que estudia lo que es en
términos más fundamentales. Es una ciencia que estudia el ser en tanto ser y los atributos que
“por sí mismo” –es decir, con carácter necesario y universal- le pertenecen. Leemos:

Esta ciencia, por lo demás, no se identifica con ninguna de las denominadas


particulares.

Ahí está la contraposición entre ciencia universal, que es la ontología, y las ciencias
particulares, como por ejemplo la física, la matemática, etc.

La filosofía primera en tanto ontología tiene un enfoque universal, a diferencia de las ciencias
particulares cuyo enfoque es particular, en cuanto a su objeto. Esto no quiere decir que no
sirvan o no sean importantes, su enfoque es diferente. La ontología no se identifica con las
ciencias particulares. Esta ciencia universal que es la ontología estudia lo que es en tanto que
es, no en tanto ciencia particular que estudia el ser recortando un objeto, como la física
estudia lo que es en tanto susceptible de movimiento, la matemática estudia lo que es en tanto
número o figura. Podemos considerar que las ciencias particulares recortan una parcela de lo
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que es y de eso se ocupan, con lo cual tienen un enfoque particular en lo que respecta a su
objeto. Seguimos leyendo:

Esta ciencia, por lo demás, no se identifica con ninguna de las denominadas


particulares. Ninguna de las otras <ciencias>, en efecto, se ocupa
universalmente de lo que es, en tanto que algo que es, sino que tras seccionar
de ello una parte, estudia los accidentes de ésta: así, por ejemplo, las ciencias
matemáticas.

Lo que hacen las ciencias particulares es seccionar una parte de lo que es, a diferencia de la
ontología que estudia lo que es con un enfoque universal, en tanto es. A partir de esta
contraposición tenemos que intentar entender qué sería para esa ciencia que es la ontología
tener un enfoque universal. Ahora vamos a ver que considerar lo que es en tanto que es es
apuntar a las causas primeras. Cuando se menciona que hay una ciencia que estudia lo que es
en cuanto es y los atributos que por sí mismo le pertenecen, esas propiedades o atributos
serían aquellas propiedades o atributos que cualquier ente posee por el sólo hecho de ser.

Les menciono dos posibilidades interpretativas. La pregunta es: ¿qué serían esos atributos que
de manera necesaria y universal le pertenecen a esta ciencia? Recuerden que Aristóteles se
refiere a las propiedades o atributos esenciales que cualquier ente posee por el sólo hecho de
ser. Una opción es pensar que se refiere a las categorías, esas diez categorías que apuntan a
dar cuenta de los atributos o predicados esenciales más generales para referirse a la realidad;
entre los cuales la primera categoría es la de ousía, sustancia o entidad. Todo lo que es está
atravesado por una de esas diez categorías. De modo que podría referirse a las categorías
como atributos esenciales.

Otra opción interpretativa es señalar que con propiedades o atributos que por sí mismo le
pertenecen a lo que es en cuanto que es Aristóteles se refiere al hecho de ser uno o el hecho de
ser múltiple, el hecho de ser idéntico o diverso, el hecho de ser anterior o posterior, género o
especie, todo o parte. Estos podrían ser justamente esos atributos o propiedades que
Aristóteles menciona. Reparen en que se trata de dos posibilidades interpretativas.

Entonces, decíamos que frente a este enfoque particular y parcelado de las ciencias
particulares, Aristóteles presenta una ciencia que tiene un enfoque universal respecto de la
realidad. Me interesa que reparen en la contraposición entre esta ciencia buscada y las
ciencias particulares. La ontología, en primer lugar, tiene carácter universal, esto ya las separa
del enfoque particular que tienen las ciencias particulares. Entonces, lo que encontramos en
este capítulo es este contraste entre esta ciencia universal que es la ontología y las ciencias
particulares, como, por ejemplo, la matemática o la física.

Para ser más claros: si nos atenemos a esta contraposición, la ontología, en primer lugar, se
ocupa de lo que es en cuanto que es, pero al ocuparse de lo que es en cuanto que es está
exhibiendo un enfoque universal respecto de su estudio de la realidad. De modo que aborda lo
que es en sentido absoluto, porque se ocupa de estudiar las causas y principios primeros de lo
que es y no se circunscribe a una parcela de lo que es.
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La segunda nota de la ontología es que busca dar razón de la ousía en general. Vamos a ver
que hay ousíai de naturaleza sensible y hay ousía de naturaleza suprasensible. La ontología
busca dar razón de la esencia, de la ousía en general.

Como tercera nota, la ontología procura dar razón de la existencia del objeto de que se ocupa.
Esto contrasta con el enfoque de las ciencias particulares.

Entonces, las ciencias particulares, que también se ocupan de ciertos principios y causas, pero
no de las primeras, tienen, en primer lugar, a diferencia de la primer nota que mencionamos
de la ontología, un enfoque parcial respeto de lo que es. Se ocupa de lo que es, pero, por
ejemplo, en el caso de la física, sólo en tanto participa de movimientos; en el caso de la
matemática se ocupa de lo que es en tanto número. Como ven, las ciencias particulares son
parciales porque se ocupan de un cierto género determinado de lo que es.

La segunda nota que podemos desprender de las ciencias particulares es que no dan razón de
la esencia de lo que se ocupan y no dan razón de la existencia del objeto del que se ocupan.
Consideren, por ejemplo, que los matemáticos parten de la existencia del número pero no la
cuestionan, así como el biólogo puede partir de la noción de vida sin cuestionarla, y el físico
de la noción de movimiento sin cuestionarla.

Entonces la ontología aristotélica en esta segunda caracterización se ocupa del hecho de ser;
más concretamente se ocupa del hecho de cómo predicamos acerca del ser. Por eso es
interesante reparar en que Aristóteles se ocupa del valor predicativo del verbo ser, no tanto del
existencial. Con lo cual, la Metafísica aristotélica, sobre todo a la luz de esta segunda
caracterización, implicaría un intento de clasificación de los distintos predicados de ser, sobre
todo de los predicados esenciales que van a ser las categorías, predicados esenciales a través
de las cuales me refiero de manera necesaria y universal a todo lo que es. Esta segunda
caracterización de la filosofía primera como ontología nos lleva a considerar qué significa
predicar de las cosas que son. Es decir: ¿qué significa predicar de las cosas el hecho de ser?
¿Qué significa predicar que “lo que es” es? Y una pregunta aún más fundamental: ¿qué es el
ser? Y sabemos que para Aristóteles el ser se dice en muchos sentidos, básicamente en cuatro.
Ese es el gran aporte. Por eso considero que el título de estos escritos metafísicos debería
haber sido, en lugar de Metafísica, este título: El ser se dice en muchos sentidos. De alguna
manera, ese es el trabajo de Aristóteles, glosar esa fórmula según la cual el ser se dice en
muchos sentidos, y destacar sobre todo la predicación de tipo esencial.

En primer lugar, en esta fórmula “lo que es en tanto que es” Aristóteles no está apuntando al
hecho existencial del verbo ser sino al uso predicativo. De manera que la ontología aristotélica
estaría apuntando a todo lo que es susceptible de recibir predicados o atributos de ser, pero
esenciales. La ontología, entonces, se ocupa de todo lo que es susceptible de recibir
predicados de ser, pero no en cuanto recibe tal o cual predicado, sino en general, por el hecho
de recibir predicados. Esto implica ubicarse en un punto de vista más universal que el que
tienen las ciencias particulares, que recortan su objeto de estudio.

A propósito de estas cuestiones tengan presente lo que dice un autor llamado Alfonso Gómez-
Lobo, quien ilumina bien el sentido de la fórmula “lo que es en tanto es”. Dice Gómez-Lobo:
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La ontología aristotélica contempla todo lo que es y, vale decir, todo lo


susceptible de ser caracterizado por un predicado, y lo contempla no en
cuanto es algo específico sino en cuanto puede ser cualquier cosa.

De modo que la ontología para Aristóteles contempla todo lo que es susceptible de recibir
predicados de ser. Pero no en cuanto recibe tal o cual predicado, sino en cuanto en general
recibe predicados. Entonces se pregunta por los predicados de ser que reciben las cosas. Dice
más adelante Gómez-Lobo:

La ontología aristotélica aparece más claramente por un intento de responder


la pregunta por qué las cosas son y no a la pregunta por qué existe esto o
aquello.

Es decir, no es una pregunta por el verbo ser en sentido existencial, es una pregunta por el ser
en sentido predicativo. Veamos cómo sigue el texto aristotélico:

Y puesto que buscamos los principios y las causas supremas, es evidente que
éstas han de serlo necesariamente de alguna naturaleza por sí misma.

Buscar los principios y causas supremas es lo mismo que decir principios o causas primeras,
con lo cual se alude a la aitiología o sabiduría, es decir, a la primera definición. Entonces,
puesto que buscamos los principios y las causas supremas:

De ahí que también nosotros hayamos de alcanzar las causas primeras de lo


que es, en tanto que algo que es.

Fíjense cómo la ontología, desde la perspectiva causal, se conecta con la primera definición
de filosofía primera como sabiduría. En la primera definición nos dice que la filosofía primera
se ocupa de la sabiduría ya que apunta a las causas primeras, pero ¿causas primeras de qué?
de lo que es en cuanto es.

¿Cuál sería la conexión entre la primera y segunda definición? Lo que nos termina diciendo al
final de este libro IV, capítulo 1: estudiar lo que es en tanto que es es al fin y al cabo estudiar
las causas primeras de lo que es en cuanto es. Luego vamos a ver que la tercera
caracterización es una ousiología, porque el problema del ser se reduce al problema de la
ousía. En la cuarta caracterización se ocupa de la ousía suprasensible (inmaterial e inmóvil), y
ahí terminamos en la teología. Lo interesante es cómo desde la perspectiva causal Aristóteles
termina conectando la primera definición de filosofía primera como sabiduría con la segunda
definición de filosofía primera como ontología. En este sentido estudiar lo que es en cuanto es
compromete a una ciencia de tipo universal y, de alguna manera, es estudiar las causas
primeras de lo que es en cuanto que es.

Me interesa que reflexionen en esta segunda caracterización acerca de cómo predicamos


acerca de lo que es, sobre todo el tipo de predicación esencial acerca de lo que es, es decir,
cómo predicamos esencialmente acerca de lo que es. Esto implica ubicarse en un punto de
vista más universal que el que tienen las ciencias particulares, que recortan su objeto de
estudio. Hay un pasaje del libro XI, capítulo 4, que nos sirve como apoyo textual de este uso
predicativo que aparece en este giro “lo que es en cuanto es”. Dice Aristóteles:
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La filosofía, por el contrario, no investiga acerca de ousíai particulares en


tanto que a cada una de ellas le ocurre tener alguna propiedad sino acerca de
lo que es en tanto que cada una de ellas es algo que es.

Debemos entenderlo como en tanto cada una de ellas (es decir, las ousíai particulares) es
susceptible de recibir predicados, puntualmente predicados esenciales.

Les comento que hay un autor llamado Jean Beaufret, un filósofo contemporáneo que vuelve
a la filosofía antigua –y que es uno de los introductores de Heidegger en Francia–, quien dice
algo interesante respecto de la fórmula “el ser en tanto ser”. Les leo esto que considero que
aclara la cuestión que venimos desarrollando:

Se puede, en efecto, estar frente al ente y acometerlo sin tomarlo en


consideración en cuanto es. Uno puede comerlo, beberlo, sentarse sobre él,
utilizarlo como vestimenta, alojarse en su interior, describirlo o contarlo y
aun esperar de él, si lo toma en un nivel adecuado, la salvación eterna de su
alma. Pero ¿significa esto, con todo, tomarlo en consideración en cuanto es,
abordarlo, en otras palabras, según la dimensión de su ser?

Otra autora que me parece interesante para iluminar estas cuestiones es Cristina Rossitto,
quien tiene un texto donde se ocupa de caracterizar la ciencia del ser en cuanto ser, donde
afirma:

La expresión ser en cuanto ser que encontramos en esta segunda


caracterización de hecho viene a indicar todos los entes, es decir, la totalidad
del ser. Pero no los entes considerados en algunas de sus determinaciones
particulares. A esto me refería antes: por ejemplo a la cantidad, objeto de la
matemática, o al movimiento, objeto de la física, sino en su ser, lo que
significa en todas sus determinaciones. Porque de todas las determinaciones
se debe decir que son. Preguntarse por el ente en cuanto ente equivale a
preguntarse por todo el ser de todos los entes y tal indagación consiste
precisamente en buscar las primeras causas.

El problema que teníamos, sobre todo a partir de la primera caracterización según la cual la
filosofía primera era una sabiduría que apunta a las causas primeras, era determinar ¿“causas
primeras” de qué? eso es lo que nos agregaba el último pasaje de este capítulo 1 del libro IV,
donde aparecía la conexión entre sabiduría y ontología. Aquí podemos ver la conexión entre
la primera y segunda caracterización desde la perspectiva causal, porque la perspectiva causal
atraviesa las cuatro caracterizaciones. Releamos el pasaje 1003a26:

Y puesto que buscamos los principios y las causas supremas […] de ahí que
también nosotros hayamos de alcanzar las causas primeras de lo que es, en
tanto que algo que es.

Al fin y al cabo estudiar lo que es en cuanto es es apuntar a las causas primeras de lo que es
en cuanto es. Puesto que habíamos dicho que la filosofía primera, en tanto aitiología se
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ocupaba de los principios y causas supremas ¿Cómo podemos conectar la segunda


caracterización? Consideren los últimos tres renglones:

De ahí que también nosotros hayamos de alcanzar las causas primeras de lo


que es, en tanto que algo que es.

La ontología (segunda caracterización) enfocada desde una perspectiva causal se conecta con
la sabiduría. Estudiar lo que es en tanto que es en definitiva se identificaría con estudiar las
primeras causas o principios primeros del ser en cuanto ser. Pero todavía no sabemos lo que
es el ser, término que se dice en muchos sentidos, de modo que tenemos que considerar a cuál
de los sentidos en que se dice el ser apunta la filosofía primera. Pero, como pueden notar, ya
podemos reparar en una conexión entre la primera caracterización y la segunda.



Material didáctico de circulación interna de Historia de la Filosofía Antigua, Facultad de


Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.

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