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en el ámbito
económico
En primer lugar, vamos a estudiar la elasticidad demanda-precio o elasticidad de
la demanda. Consiste en analizar cuánto cambia la cantidad demandada por parte de
los consumidores de un bien cuando el precio de ese bien ha experimentado un
cambio.
Por sentido común, afirmaríamos que si el precio de un bien baja, su demanda
aumentará y viceversa.
Lo interesante es comprobar qué efecto tiene en la demanda la variación en el precio.
Dependerá del tipo de bien del que se trate. Por ejemplo, si el precio de un paquete de
sal se redujera a la mitad, la gente no compraría el doble de paquetes de sal, ya que
se trata de un bien de primera necesidad, es decir, su consumo ya está satisfecho por
necesidad y no depende, relativamente hablando, de su precio. En este caso, la
elasticidad de la demanda de sal es inelástica.
Además, cabe destacar que la elasticidad en algunos casos es negativa. Dado que al
aumentar el precio (variación positiva) la demanda suele caer (variación negativa).
Esto es por la ley de la oferta y la demanda. Al mismo tiempo, si dividimos positivo
entre negativo, el resultante es un número negativo.
Por otro lado, otra aplicación interesante es la elasticidad de la renta con la demanda,
que mide el efecto que las variaciones de la renta de los consumidores tienen en la
cantidad demandada de un producto. Permitiendo así clasificar los bienes económicos
en:
Según sea el grado de cambio de la demanda del bien X por la variación del precio de
Y, diremos que la relación es elástica (varía considerablemente) o inelástica (apenas
varía).