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Colegio “Cristo Rey” - Jesuitas Prof.

Marco Palaco Aranibar


Comunicación 5to “A - B”
"CCACAC”: "LA CABEZA QUE VUELA"

Un agricultor se dirigía al pueblo después de las labores del campo `entre claro y oscuro". De
pronto, en un lugar apartado, apareció algo como un bulto que daba vueltas a su alrededor,
lanzando una especie de graznido: "¡Qgagaq... Qqaqaq!"

El hombre se sobrecogió de temor. El cuerpo extraño seguía revoloteando, en forma


amenazadora. En esta emergencia, esgrimió la lampa que portaba para defenderse, y exclamó:-
"¡Jesús! ¡Jesús!". Y al mismo tiempo, mentalmente, se puso a rezar un "Padrenuestro".
Y, la "cabeza voladora", de inmediato, se alejó.
Al llegar a su casa, todo bañado de sudor, y con una fuerte hemorragia nasal, el hombre fue
informado que había fallecido, súbitamente, su comadre Alicia, con la cual se hallaba distanciado
desde hace tiempo.

En un interesante folleto, intitulado "QQARCACHA", de Efrain Morote Best, folklorista


ayacuchano, encontramos lo siguiente: "Aparece como una calavera que se desplaza. Si es de
mujer vuela, porque tiene cabellos; si de varón, marcha rodando como una piedra en la
pendiente". Sigue diciendo Morote Best: "En el departamento de Huancavelica, el sonido que
produce al caminar difiere un poco: "Qgagaq ... gagaq''.
Julia Herminia Rivera Cereceda hace un interesante estudio sobre este tema, que no se trata de
simple leyenda o de algo imaginario. Dice: "Existen cabezas que vuelan. Estas se desprenden
de personas dormidas y generalmente en cuarto creciente y cuarto menguante. En el Cuzco, se
les llama: "Qepqe".

En nuestros pueblos andinos ---que no se quedan atrás este materia-, se les llama "Ccacac" a
las cabezas voladoras", a que se hace referencia anteriormente.

EL "PISTHAKO O "CCARISIRI"

José Mayta era un muchacho alegre, robusto. De dieciocho años de edad. Fue enviado a
Moquegua, a traer mercaderías, por el antiguo camino de herradura.
Una noche, en una "pascana'' del camino, se le presentó un personaje extraño. Vestía un largo
sayal oscuro, un capuchón en la cabeza y un antifaz le cubría el rostro.
-"No te asustes. Yo también soy un caminante, y he querido descansar en esta acogedora
"pascana".
Y, diciendo esto, se sentó al lado de José, entablándose un amable diálogo entre ellos.
En la madrugada siguiente, el muchacho despertó de un pesado sueño, y no vio al personaje de
la noche anterior.
Se sintió débil, confuso. Y, en vez de seguir adelante, retornó al pueblo.
Poco a poco fue perdiendo el conocimiento de las cosas, y fue enflaqueciéndose en forma
precipitada.
En los instantes de lucidez, decía: --"Me vino un sueño profundo. En sueños veía que con un
objeto punzante me extraían algo del vientre".
Poco tiempo después murió José. Y las gentes decían: -"Es el "Ccarisiri" que le ha sacado la
grasa al muchacho. ¡Pobrecito! En despoblados hacen dormir a las personas con sustancias
misteriosas, y, luego, les extraen la grasa del cuerpo, no se sabe para qué, sin dejar huellas en
la piel".

Hace algún tiempo, un estudioso del folklore hizo referencia a los "Pisthakos", degolladores; o
"Ccarisiri ", en aymara. Órganos de Prensa de la capital de la República, publicaron relatos
escalofriantes sobre la acción peligrosa de los "Pisthakos". Pero, la autoridad ha, desmentido,
enfáticamente, la existencia de esos "Pisthakos", manifestando ser: "Pura falsedad". "Que en el
Perú no hay "Pisthakos".

Sin embargo, cuántos "Pisthakos" campearon a lo largo de la historia republicana -como nos dijo
un amigo nuestro, hace poco tiempo--, que extrajeron, a manos llenas, la "grasa" del tesoro
público. ¡Que Dios nos libre de ellos!".

ACTIVIDAD:
Busca en el diccionario las palabras subrayadas en los cuentos.
Haz que tus papás, tíos, abuelos te narren un cuento de la localidad y escríbelo en tu cuaderno.

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