Los tacneños somos los herederos de una tradición de Extirpe libertaria, de un
espíritu democrático y de un incomparable patriotismo. Legado de nuestros padres y abuelos que con su sangre escribieron una de las páginas más gloriosas de la historia peruana. Poseemos una historia heroica, cuyos hechos trascendentales enaltecen numerosas páginas de la historia patria y que constituyen enseñanzas inagotables para muchas generaciones. Tacna es un libro abierto de la historia, donde se encuentran insertas es sus páginas, los acontecimientos incomparables de sus hombres, mujeres y jóvenes; a quienes hoy rendimos homenaje. Es importante recordar a jóvenes y niños como ustedes, que a pesar de su corta edad tenían ya encendido en sus corazones el fuego del Patriotismo, y que fueron firmes defensores de la Patria de sus padres. La guerra con Chile, llega a su fin con el Tratado de Ancón en octubre de 1883 estableciendo que Tacna y Arica quedarían bajo control chileno, hasta la realización de una consulta popular en un plazo de 10 años. Tiempo durante el cual el gobierno chileno buscó por todos los medios convencer a los peruanos de Tacna y Arica para que votaran a favor de chile en el plebiscito que determinaría a qué país pertenecerían estas ciudades. Como no tenían éxito, empezaron a usar la violencia, cerraron las escuelas peruanas, expulsaron a los curas peruanos, destruyeron las instalaciones de periódicos tacneños, prohibieron el izamiento de las banderas en las casas, encarcelaron a los jóvenes, desterraban los hombres con ideas patrióticas, y muchas otras cosas. Pero el pueblo tacneño logra permanecer fiel al Perú por largos 50 años. Este trabajo de mantener viva la llama de la peruanidad fue obra de hombres, mujeres y jóvenes como ustedes. Cuando escuchamos estos relatos sobre la heroica defensa de nuestra patria, relatos que son el testimonio de la valentía de hombres, mujeres y jóvenes, y que son un demostración de la indomable defensa del sentimiento del amor a la Patria. Nos emocionamos de tal manera que una atmósfera no envuelve y transporta a ese pasado glorioso, regresamos a la Tacna de las casas de quincha y adobe, de los callejones perfumados con el aroma de las buganvillas y granados, de las carretas cuyos rodajes golpetean armoniosamente las calles empedradas, de los domingos de retreta en las plazas principales. Regresamos a la Tacna de la campiña, donde las Vilcas, los viñedos y los granados son el marco verde de un valle acogedor. Recordamos las Chacras de nuestros abuelos donde pasamos felices las vacaciones de la niñez. Allí se despertaba con el aroma de leche fresca, marraquetas y bollos recién horneados. Se saciaba el hambre y la sed con higos, membrillos y peras, acostabamos bajo la sombra de un pacay. Y muchas noches oscuras alumbradas por un viejo candil, fueron el marco para los cuentos del abuelo. Pues bien, éste es el Pasado, nuestro glorioso pasado. Hemos asistido a desfiles muy coloridos y pomposos. Nuestros niños de inicial desfilan representando a personajes tradicionales e históricos, a autoridades ilustres de la época. Pero, ¿qué hay de nuestro presente? ¿Cuáles son las acciones de nosotros los jóvenes tacneños de hoy que merecen un reconocimiento especial? ¿Las grandes acciones sólo son patrimonio de nuestros antepasados? , ¿Todo lo que vale la pena se ha hecho ya? O ¿no somos capaces de realizar ninguna gran acción por nuestro país? Es preciso que recordemos, y que sea nuestro estímulo, que la historia de nuestra tierra está labrada con sangre de nuestros soldados, con el sudor de los campesinos y artesanos que lubricaron la tierra con su trabajo honrado y afán denodado, con lágrimas y sacrificio de sus mujeres. Pero los los enemigos de Tacna y del Perú, ya no viene del exterior, “eso ya es historia” . Los enemigos del Perú están en nosotros mismos. Han invadido nuestras almas con mediocridad, conformismo y envidia. Enemigos a los cuales tenemos que vencer para poder liberarnos de su cautiverio. Esta es una labor que compete a todos, pero que tiene que empezar con ustedes. Reza el dicho “ La juventud es el Futuro del País”. Eso es falso. La juventud no sólo debe ser el futuro de un país, la juventud es y debe ser su presente. Debe dejar de ser potencialidad para convertirse en realidad. Esto último significa un compromiso de cambio y de mejora, de superar nuestras debilidades, fortalecer nuestras virtudes, de cumplir con sus deberes como estudiantes e hijas ahora y más tarde como miembros de la sociedad, de la cual serán conductores. Despierten del letargo de la apatía y la indiferencia. Asuman con responsabilidad sus deberes y obligaciones. Compromé tanse desde hoy, a luchar por los ideales, por los que hombres, mujeres y jóvene s dieron sus vidas y sus almas, la de construir una Nación donde los valores primordiales sean la UNIÓN, VERDAD, la DEMOCRACIA la DIGNIDAD y la LIBERTAD. Gracias