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SUMARIO:
I) Exclusión de la declaración obtenida bajo tortura. II) Obligación del estado de verificar que la
declaración o confesión del imputado no haya sido obtenida mediante coacción. III) Validez de
la confesión del inculpado. IV) Naturaleza jurídica de la prueba ilícita. V) Naturaleza jurídica de
la prueba prohibida. VI) Prueba prohibida. VII) No es considerada prueba prohibida la que se
obtenga violando derechos de rango legal o infralegal. VIII) Conversaciones telefónicas
interceptadas ilegalmente. IX) El derecho al secreto y a la inviolabilidad de las comunicaciones.
X) La valoración del juez del examen de ADNI. XI) Efectos de la prueba irregular. XII) Prueba
ilícita y prueba prohibida. XIII) Prueba prohibida en grabación de conversación telefónica. XIV)
Prueba ilícita y correcta valoración de la prueba.
Criterio 1: “La exclusión de pruebas obtenidas mediante coacción ostenta un carácter absoluto
e inderogable. No cabe duda que cualquier declaración obtenida bajo tortura, sea auto
inculpatoria o que inculpe a terceros, es absolutamente inválida como medio de prueba. En
este caso, los actos de tortura fueron cometidos con la intención de obligar a la presunta
víctima a declarar en su contra o a dar alguna otra información, a pesar de lo cual no llegó a
hacerlo. Sin perjuicio de ello, el artículo 8.2.g) de la Convención, que implica el derecho de
participación activa del imputado en los medios probatorios, reconoce el derecho a no declarar
contra sí mismo y, más específicamente, el derecho de abstenerse a declarar en una
investigación o proceso penal en a que la persona es señalada como autor probable o
sospechosa de la comisión de un hecho ilícito. Puesto que la administración de justicia penal
debe partir del análisis de pruebas legalmente obtenidas, un medio de investigación que implica
el uso de coacción para doblegar la voluntad del imputado deja de ser válido, pues implica una
instrumentalización de la persona y una violación per se de aquel derecho, independientemente
del grado de coacción (ya fuere desde una amenaza, otros tratos, crueles inhumanos o
degradantes o tortura) y del resultado (es decir, de que se obtenga efectivamente una
confesión o información). En consecuencia, no cabe duda que el presente caso el Estado es
responsable por la violación de derecho reconocido ene l artículo 8.2.g) de la Convección, en
relación con el artículo 1.1. de la misma, en perjuicio del señor Pollo Rivera”. Criterio
jurisprudencial establecido en el siguiente pronunciamiento:
Criterio 2: “Sin perjuicio de lo anterior, la Corte recuerda que en los casos que la persona
alegue dentro del proceso que su declaración o confesión ha sido obtenida mediante coacción,
los Estados tienen la obligación de verificar, en primer lugar, la veracidad de dicha denuncia a
través de una investigación llevada a cabo con la debida diligencia. Asimismo, la carga
probatoria no puede recaer en el denunciante, sino que el Estado debe demostrar que la
confesión fue voluntaria. Del mismo modo, de acuerdo a lo dispuesto en el Protocolo de
Estambul, en cuanto a la investigación de casos de tortura y a la realización del examen
médico, este “debe realizarse independientemente del tiempo que haya transcurrido desde el
momento de la tortura”. Además, las “declaraciones de testigos y supervivientes son
componentes necesarios de la documentación de la tortura” y las “pruebas físicas”, en la
medida en que existan, son importantes informaciones que confirman que la persona ha sido
torturada. De todas formas, en ningún caso se considerará que la ausencia de señales físicas
indica que no se ha producido tortura, ya que es frecuente que estos actos de violencia contra
las personas no dejen marcas ni cicatrices permanentes”. Criterio jurisprudencial establecido en
el siguiente pronunciamiento:
Criterio 3: “Al respecto, la Corte observa que la regla de exclusión de pruebas obtenidas
mediante la tortura o tratos crueles e inhumanos (en adelante “regla de exclusión”) ha sido
reconocida por diversos tratados y órganos internacionales de protección de derechos
humanos que han establecido que dicha regla es intrínseca a la prohibición de tales actos. Al
respecto, la Corte considera que esta regla ostenta un carácter absoluto e inderogable. En ese
sentido, la Corte ha sostenido que la anulación de los actos procesales derivados de la tortura
o tratos crueles constituye una medida efectiva para hacer cesar las consecuencias de una
violación a las garantías judiciales. Además, el Tribunal considera necesario recalcar que la
regla de exclusión no se aplica sólo a casos en los cuales se haya cometido tortura o tratos
crueles. Al respecto, el artículo 8.3. de la Convención es claro al señalar que “[I] a confesión del
inculpado solamente es válida si es hecho a que se haya perpetrado un acto de tortura o trato
cruel, sino que se extienda a cualquier tipo de coacción. En efecto, al comprobarse cualquier
tipo de coacción capaz de quebrantar la expresión espontánea de la voluntad de la persona,
ello implica necesariamente la obligación de excluir la evidencia respectiva del proceso judicial.
Esta anulación es un medio necesario para desincentivar el uso de cualquier modalidad de
coacción. Por otra parte, este Tribunal considera que las declaraciones obtenidas mediante
coacción no suelen ser veraces, ya que la persona intenta aseverar lo necesario para lograr
que los tratos crueles o la tortura cesen. Por lo anterior, para el Tribunal, aceptar o dar valor
probatorio a declaraciones o confesiones obtenida mediante coacción, que afecten a la persona
o a un tercero, constituye a su vez una infracción a un juicio justo. Asimismo, el carácter
absoluto de la regla de exclusión se ve reflejado en la prohibición de otorgarle valor probatorio
no sólo a la prueba obtenida directamente mediante coacción, sino también a la evidencia que
se desprende de dicha acción. En consecuencia, la Corte considera que excluir la prueba que
haya sido encontrada o derivada de la información obtenida mediante coacción, garantiza de
manera adecuada la regla de exclusión”. Criterio jurisprudencial establecido en el siguiente
pronunciamiento:
Criterio 4: “La prueba ilícita es aquella en cuya obtención actuación se lesionan derechos
fundamentales o se viola la legalidad procesal, de modo que la misma deviene procesalmente
inefectiva e inutilizable. Ahora bien, en el proceso penal impugnado ha quedado desvirtuado el
alegato del recurrente (que las entrevistas y la investigación que cuestiona hayan determinado
el sentido del fallo en su contra), pues se ha acreditado fehacientemente la comisión del delito y
su responsabilidad penal, en cuya merituación de pruebas los juzgados no tuvieron en cuenta
la documentación que el accionante impugna”. Criterio jurisprudencial establecido en el
siguiente pronunciamiento:
Criterio 6: “De este modo del proceso penal la consecuencia de la prueba prohibida se
encuentra reconocida en el artículo 159° del Nuevo Código procesal Penal, al señalar que “[e]
el Juez no podrá utilizar, directa o indirectamente, las fuentes o medios de prueba obtenidos
con vulneración del contenido esencial de los derechos de rango legal o infralegal”. Criterio
jurisprudencial establecido en el siguiente pronunciamiento:
Criterio 8: “Pues bien, en el presente caso se advierte que las conversaciones telefónicas del
beneficiario que sirven de fundamento al auto de apertura que se cuestiona no fueron
interceptadas por agentes del Estado, por lo que la injerencia arbitraria en su vida privada no le
es imputable al juez demandado, ni al fiscal que interpuso la denuncia. En este sentido debe
destacarse que las conversaciones telefónicas del beneficiario no constituían información
pública, por lo que su divulgación a través de los medios de prensa sin la autorización del
beneficiario se tornó inconstitucional. Por esta razón este Tribunal considera que el Estado
debe investigar, juzgar y, en su caso, sancionar a los responsables de la violación del derecho
a la vida privada del beneficiario, consistente en la interceptación y divulgación de sus
conversaciones telefónicas, así como la entrega de las conversaciones telefónicas a los medios
de comunicación. Asimismo, debe precisarse que la divulgación de las grabaciones telefónicas
requiere de la autorización de sus interlocutores para que se legítima. Para evaluar la
incidencia de las pruebas prohibidas en la situación jurídica del beneficiario, este Tribunal
considera necesario examinar en abstracto el conjunto del proceso penal a fin de verificar la
afectación del derecho al debido proceso, y si la decisión sobre la situación jurídica del
demandante se fundamenta, o no, en pruebas prohibidas. Como el proceso penal aún no ha
concluido, la presente demanda ha sido presentada en forma prematura, por lo que deviene en
improcedente. Debe destacarse que el criterio del análisis global para evaluar la relación entre
prueba prohibida y debido proceso penal también es utilizado por el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos”. Criterio jurisprudencial establecido en el siguiente pronunciamiento:
Criterio 10: “Establecer como doctrina legal, al amparo de los criterios expuestos en los
fundamentos precedentes –que se sumirán como pautas de interpretación en los asuntos
judiciales respectivos-, los siguientes lineamientos jurídicos: a. Que el examen de ADN es un
medio de prueba científico de alta fiabilidad probabilística, siempre que se observen todas las
condiciones para control de todas las etapas del análisis: recojo, observación, análisis,
contrastación de resultados, expresados términos probabilísticos. Es fundamental para este
objetivo que se mantenga la cadena de custodia. b. Que como medio de prueba puede
aplicarse en cualquier ámbito relacionado con la identificación de un sospechoso o de otra
persona, a condición que se respeten los criterios de legalidad, razonabilidad, proporcionalidad
y uso del procedimiento idóneo, conforme a las normas del Código Procesal, en materia de
búsqueda de la prueba. c. Que, en particular, en el ámbito de los delitos sexuales, el examen
de ADN puede ser útil para la formación de la prueba directa o de la prueba por indicios,
siempre que la no exclusión del sospechoso sea corroborada con otros elementos periféricos.
d. Que, que las partes procesales y, en especial, los jueces deben valorar con sentido crítico
los informes periciales de ADN, conforme a las reglas de la sana crítica racional.
Corresponderá su análisis individual como su examen correlacionado con otros medios de
prueba”. Criterio jurisprudencial establecido en el siguiente pronunciamiento:
• Casación N° 591-2015/Huánuco
• Sala Penal Permanente
• Ponente: Pariona Pastrana
• (17/05/2017) / Fundamento décimo sexto al vigésimo segundo
• https://cutt.ly/OgMKhZs
Criterio 13: “Que, de otro lado, se ha desestimado el mérito de la conversación telefónica entre
Doig Sánchez y Atencio Gonzáles (actas de transcripción de audio de fojas setecientos
cincuenta y nueve y setecientos sesenta y uno: su contenido, por lo demás, es
inequívocamente delictivo). La Sala Superior mencionó que es una prueba inducida, son
autorización judicial y la transcripción no cuenta con la presencia de un defensor. Sin embargo,
no se está ante una prueba prohibida (i) tanto porque se trató de una conversación entre dos
personas, una de las cuales era el interlocutor que aceptó efectuar esa llamada – no intervino
un tercero ajeno a la conversación, por lo que no existe vulneración del derecho al secreto de
las comunicaciones, y el contenido de la conversación no erpa íntimo o privado (véase: STCE
cincuenta y seis diagonal dos mil tres, de veinticuatro de marzo)-. (ii) cuanto porque se está
ante un delito de tracto sucesivo –una línea reiterada de conductas tendentes a la obtención de
dos mil quinientos dólares americanos con el objetivo. Presuntamente simulado, de influencias
ante un juez que tiene un caso a su cargo-, por lo que no se indujo al imputado a delinquir –la
idea criminal no se introdujo artificialmente: no se trata, en suma, de un delito provocado-. (iii)
Tratándose de una conversación entre dos personas –una de las cuales aceptó la grabación-,
no se necesitaba autorización judicial –la espontaneidad de uno de los interlocutores no está en
discusión-. (iv) No es ilícito, por lo demás que la autoridad inste a uno de los imputados a tener
una conversación con otro de los partícipes en el delito y que esa conversación se grabe
(STSE de veinte de febrero de dos mil seis). (v) A los efectos de la transcripción judicial, no es
constitutiva de su eficacia procesal la intervención del defensor; además, los testigos de cargo
corroboran la intervención delictiva de Atencio Gonzales”. Criterio jurisprudencial establecido en
el siguiente pronunciamiento:
Criterio 14: “No es posible calificar de excesivo o desproporcionado el acceso por la empresa al
contenido de los correos electrónicos archivados, de suerte que impida su utilización en este
proceso penal. La medida efectuada por la empresa supera satisfactoriamente los juicios de
idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido estricto. Es de acotar que lo realizado por
la empresa era la vía para examinar íntegramente los procedimientos utilizados por la empresa
y conocer lo ocurrido, son esa información y examen no se podía conseguir el propósito
buscado –no había otra meida menos moderada para hacerlo: los email era una comunicación
necesaria para garantizar una eficaz gestión e información-, y la actividad de fiscalización
ejecutada fue ponderada porque se derivó más beneficios o ventajas para el interés general
que perjuicios sobre los otros bienes o valores en conflicto. En consecuencia, no fue correcto
inutilizar o excluir de la apreciación de la prueba actuada el Informe “Revisión de Operaciones y
Control Interno en Automotores Gildemeister Perú Sociedad Anónima. La correcta valoración
de la prueba- de todo el material probatorio pertinente, conducente y útil, excluido lo ilícito, si lo
hubiere, en tanto forma parte de la garantía de defensa procesal en orden al derecho a la
valoración de la prueba pertinente- requiere el examen individual de los medios de prueba y,
luego, su análisis conjunto”. Doctrina jurisprudencial desarrollada en el siguiente
pronunciamiento:
• Recurso de Nulidad N° 817-2016/Lima
• Sala Penal Permanente
• Ponente: San Martín Castro
• (20/11/2017) / Fundamento décimo y undécimo
• https://cutt.ly/fg1jS5P