Según la declaración universal de principios éticos para psicólogos y psicólogas y la ley

1090 del 2006 es de suma importancia el respeto por la dignidad de las personas y los
pueblos y la libertad de conciencia, de esta manera, si bien se deben trabajar aspectos
relacionados con la influencia de sus creencias religiosas en su propia vida y en relación a
la indebida presión que intuye genera para su esposa, se da cuenta de que debe
respetarse sus creencias religiosas sin pretender que este se desarraigue de ellas ya que
esto es algo que hace parte de su identidad y que le da sentido a su vida, reconociendo
así la diversidad y las diferencias que implican tener este tipo de creencias brindandole 
un tratamiento equitativo y justo al igual que el resto de personas para evitar la
discriminación. Por otro lado, en el caso de Daniela podemos ver reflejado el principio del
cuidado competente del bienestar de los otros y la integridad, tratando de actuar en su
beneficio minimizando un daño potencial, especialmente porque en estos momentos no
solo esta en riesgo su salud por la lesión maligna en el cuello uterino y su embarazo en
caso de lograr una gestación seria de alto riesgo, por lo tanto, aplazar la intervención
urgente que necesita solo empeoraría su condición, de esta manera la intervención desde
psicología debería enfocarse en reforzar beneficios potenciales y reducir posibles daños
potenciales mediante la reflexión y la  resignificación de la interpretación de su situación
para que posteriormente Daniela pueda tomar las mejores decisiones teniendo en cuenta
su propio autocuidado, bienestar propio y la obtencion de una mejor calidad de vida,
además de asegurar que el interés personal del psicólogo no interfiera con el actuar
acorde al mejor interés de los otros maximizando la imparcialidad y minimizando los
sesgos que puedan interferir en una adecuada intervención del caso, por lo tanto también
se destaca el principio de responsabilidad en donde el psicólogo acepte las
consecuencias de sus acciones con el fin de asegurar que su servicio sea usado de
manera correcta de acuerdo a los demás principios bioéticos y deontológicos,
especialmente el del principio de la beneficencia y la no maleficencia.

Además de lo anterior también se refleja el principio de la confidencialidad e intimidad ya

que la información brindada por cada paciente debe respaldarse por el secreto
profesional, de manera que esta información no debe ser compartida a menos a terceros
de que sea necesario debido a excepciones establecidas con el fin de preservar la
dignidad y el derecho a la honra y el buen nombre. Igualmente, se destaca el principio de
autonomía sustentado en el respeto a la capacidad de las personas para su
autodeterminación en relación con las opciones individuales de que disponen, teniendo en
cuenta el reconocimiento de sus derechos y en la noción de que una persona es capaz de
dar forma y sentido a su vida, por lo tanto las decisiones tomadas tanto por Daniela y
Camilo deben hacerlo por si mismos de acuerdo a las conclusiones a las que llegaron
después del proceso y de la información veraz que recibieron durante el mismo con ayuda
de otras disciplinas  y no por decisiones impuestas por el psicólogo.