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1. Prehistoria de la Península Ibérica.

La Prehistoria estudia el período de la historia humana anterior a la invención de la escritura. En el caso de la


Península Ibérica la escritura no llegó hasta la Edad de Hierro con la llegada de pueblos colonizadores. A esa fase en
la que ya se cuenta con fuentes escritas de otros pueblos colonizadores, pero son aún escasas, se le conoce como
Protohistoria (inicio de la Historia). La Península Ibérica entra en la Historia a partir de su conquista e integración
dentro del Imperio Romano (desde el 218 a.C.).

Restos humanos fósiles en la Península Ibérica. El yacimiento arqueológico clave es el de Atapuerca (Burgos), aporta
los restos humanos más antiguos del continente europeo, que se remontan a hace 1 200 000 (Homo sp), 900 000
años (Homo Antecessor), 300 000 años (Homo Heidelbergensis). También hay numerosos ejemplos del Homo
Neandertal (230 000 años), Homo (unos 40 000 años).

Períodos de la Prehistoria en la Península Ibérica. Paleolítico. Desde la aparición de los primeros homínidos hasta
el Neolítico. En el caso de la Península hasta hace 5 500 años a.C. Etapas: Paleolítico Inferior (100 000 años),
Paleolítico Medio (hasta 40 000-30 000 años) y Paleolítico Superior (Homo Sapiens antiguos). Epipaleólitico: fase de
transición de unos 3 000 años hasta las primeras manifestaciones de agricultura y ganadería en la Península, se
intensifica la recolección y aparece el marisqueo. Una economía depredadora y omnívora. Usaban instrumentos de
piedra, hueso y madera. Pinturas rupestres cantábricas (sobre roca en el interior de las cuevas), Altamira (Cantabria).
También hay esculturas y decoraciones en instrumentos de hueso.

Neolítico. 5 500 a.C. hasta el 3 000 a.C. Producción de alimentos a través de la ganadería y la agricultura. Aparece la
cerámica, y la elaboración de tejidos. La piedra se pulimenta y se crean instrumentos agrícolas (azuelas, hoces,
molinos de mano y morteros). La población se sedentariza y aumenta junto con los intercambios comerciales. En la
Península destaca la pintura rupestre levantina con enclaves importantes en Valltorta (Castellón) y Cogull (Lérida). Se
da el fenómeno del Megalitismo (construcciones con grandes piedras) en toda la costa atlántica y cantábrica,
mediterránea andaluza y zonas del interior.

Edad de Cobre (Calcolítico). Entre 3 000 y 1800 a.C. Se desarrolla la metalurgia del cobre y del oro. Se produce una
creciente especialización del trabajo y jerarquización social. Se desarrolla el comercio a larga distancia, la minería y la
metalurgia y la artesanía textil. Aparece la Cultura de los Millares (Almería). Asentamientos sobre promontorios y
hábitat circulares en piedra. Desarrollo del Megalitismo. En la cerámica el vaso campaniforme. Comienza la pintura
esquemática, sustituye figuras humanas o animales por símbolos.

Edad de Bronce. Entre 1 800 y 750 a.C. (llegada de pueblos que introducen el uso de hierro). Se extiende la
metalurgia del bronce y de la plata. Se desarrolla mucho la orfebrería. Aumenta la jerarquización social y se
intensifica el comercio a larga distancia. Poblados amurallados y habitualmente en alto para facilitar su defensa. En
la zona del sudeste se da la Cultura de El Argar (Almería), en La Mancha la Cultura de Las Motillas, en Galicia la
Cultura Castreña, la Cultura de los Campos de Urnas en Cataluña y en Baleares una Cultura Talayótica.
Manifestaciones artísticas en orfebrería y productos de lujo. Continúa el megalitismo en Mallorca y Menorca se
emplean construcciones megalíticas propias (talayots)

1.1 Protohistoria de la Península Ibérica.

Los pueblos prerromanos. Durante la Edad de Hierro, entre los siglos VIII y III a.C. existieron en la Península y las
Baleares distintas culturas indígenas que entraron en relación con la llegada de pueblos colonizadores.

Tartessos. (1000 y 500 a. C.) Su riqueza provenía de sus minas de plata, oro, hierro y cobre. Comerciaba con los
griegos y, con los fenicios. La sociedad estaba muy jerarquizada, la aristocracia que controlaba el territorio, el
comercio y la riqueza. Practicaban el culto a dioses orientales como Astarté, Baal y Melkart, y se adoptó la escritura.

Cultura ibérica. Distintos pueblos sin organización política común, hablaban una lengua de origen neolítico anterior
al indoeuropeo, y empleaban la escritura, no ha sido descifrada. Tenían contacto con los pueblos colonizadores.
Fueron reclutados por cartagineses y romanos para la guerra. Parece que existían jefes políticos (régulos) asistidos
por un consejo de notables o senado. Su economía era agrícola, la ganadería criaban toros, ovejas, bueyes, asnos y
caballos. Veneraban y rendían culto a los elementos naturales. Adoptaron diosas orientales como Tanit, Astarté y
Démeter. Practicaban la incineración y enterraban las cenizas con ajuares funerarios en necrópolis. Arte y orfebrería
muy avanzadas con influjo de otros pueblos mediterráneos, (escultura: Dama de Elche y Dama de Baza. )
Cultura celta. Pueblos procedentes del centro de Europa. La economía era autosuficiente basada en la ganadería
nómada y en la agricultura (cereales). Practicaban la metalurgia del hierro. No empleaban ni la moneda ni la
escritura. Las principales manifestaciones culturales eran la orfebrería y la fabricación de armas, y los llamados
verracos. La sociedad estaba organizada en clanes unidos por lazos familiares que formaban una tribu, donde
predominaba una casta de guerreros. Los poblados se situaban en lugares protegidos por elementos naturales. Su
rito funerario era la incineración. Enterraban las cenizas en urnas en necrópolis (lugares de enterramiento).

Cultura celtíbera. Pueblos celtas en contacto y muy influidos por la cultura ibera. Conocían la escritura y empleaban
el alfabeto de los iberos. Pueblos muy guerreros, se enfrentaron encarnizadamente a los romanos y mantuvieron
una de sus ciudades —Numancia— contra varias campañas de asedio romanas hasta el 133 a.C.

1.2 Los pueblos colonizadores.

Desde el año 1000 a. C. La llegada de los colonizadores significó la entrada de los pueblos de la Península Ibérica en
la Historia Los colonizadores aportaron muchas novedades: Nuevos cultivos, Técnicas de explotación minera y el uso
sistemático del hierro, Explotaron las salinas y apareció la industria de salazón de pescado. Aportaron el torno
alfarero y el uso de la moneda. Los colonizadores intercambiaban con los pueblos de la Península Ibérica telas, joyas
y cerámica a cambio de metales y salazones.

Los fenicios procedían del Mediterráneo Oriental (actual Líbano). Expertos en la navegación y el comercio. En la
Península Ibérica establecieron colonias y factorías. La colonia más importante que fundaron fue Gadir (Cádiz).
Tuvieron un fuerte contacto con Tartessos y los pueblos ibéricos de la zona. Fundaron Cartago en el Norte de África,
se convirtió en su colonia más importante y terminó sustituyendo a Fenicia desde el siglo V a. C.

Los griegos. Procedían de Focea, en Asia Menor (actual Turquía). Establecieron colonias y factorías en el este y
noreste de la Península Ibérica. La colonia más importante que fundaron fue Emporion (Ampurias, en Gerona).
Escogían como emplazamiento lugares situados al lado del mar, donde construían un puerto para comerciar y
elegían un lugar fértil para cultivar la tierra. Practicaban el comercio con los indígenas. Las colonias griegas en la
Península Ibérica eran como las ciudades griegas de origen. Compitieron con fenicios y cartagineses por el comercio
con los pueblos iberos.

Los cartagineses. Se establecieron en las colonias fenicias. El centro de sus dominios lo establecieron en Nueva
Cartago (Cartago Nova), que convirtieron en una gran base naval. En el siglo III a.C. intentaron un dominio de los
pueblos iberos para explotar la riqueza minera y reclutar mercenarios para su enfrentamiento militar con los
romanos. El choque con Roma en la Segunda Guerra Púnica atrajo la intervención romana en la Península.

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