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Aims McGuinness *
DEFENDIENDO EL I STMO :
LAS LUCHAS CONTRA LOS FILIBUSTEROS EN LA
CIUDAD DE P ANAMÁ EN 1856
Resumen
Este artículo explora las conexiones entre dos episodios de conflicto relacionados
con la expansión de Estados Unidos en el Istmo, los cuales en raras ocasiones han sido
examinados en conjunto por los historiadores: la Guerra Nacional en Centroamérica y
un motín en la Ciudad de Panamá en 1856 que los historiadores de Panamá conocen
como el “Incidente de la Tajada de Sandía”. Se analiza cómo la gente trabajadora de la
Ciudad de Panamá vinculó sus luchas contra la Panama Railroad Company y otras
formas de expansión económica de Estados Unidos con la guerra contra William Walker
en Centroamérica. Las conexiones entre estos dos eventos sugieren cómo se formaron
nuevos vínculos entre la gente de Panamá y los demás pueblos del Istmo a mediados
del siglo XIX.
LA “TAJADA DE SANDÍA”
panameños cómo uno de los hombres agarró una tajada de sandía, la probó y
la arrojó al suelo. Luna, que hablaba inglés además de español, le pidió al
viajero que se la pagara. El viajero —que posteriormente fue identificado
unas veces como “Jack Oliver” y otras como “New York Jack”— le respondió
con una vulgaridad. Según su propio relato, Luna procedió a reprender al
hombre, recordándole que no se encontraba en Estados Unidos y que lo mejor
sería que pagara por la tajada de sandía. En vez de ello, el viajero sacó una
pistola. Se armó una refriega que involucró a varios transeúntes.1
Conforme la noticia de la disputa se diseminó por toda la ciudad, gente
de otras partes de El Arrabal acudió rápidamente a La Ciénaga. Poco después
estallaron otros conflictos entre los arrabaleños y los viajeros, en los que salie-
ron a relucir puños, cuchillos y armas de fuego. Docenas de viajeros se atrin-
cheraron dentro de los edificios de la Panama Railroad Company mientras
una multitud se aglomeraba afuera, entre la que se incluían cientos de arra-
baleños y miembros de la policía panameña. Un tenso enfrentamiento se dio
a continuación. Bajo circunstancias que posteriormente fueron debatidas por
funcionarios de Estados Unidos y de Nueva Granada —como se conocía a
Colombia en ese entonces—, algunos elementos de la multitud irrumpieron
en la estación. Propiedades de la Panama Railroad Company y de los viajeros
resultaron destruidas y varias personas muertas o heridas. El total oficial de
víctimas, según los funcionarios panameños, fue de 17: quince viajeros y dos
panameños.2
1
Véase la Declaración de José Manuel Luna, en Gaceta del Estado (26 de abril de
1856).
2
Véase Gaceta del Estado (26 de abril de 1856). Sobre el Incidente de la “Tajada
de Sandía”, véase, entre otras obras, Mercedes Chen Daley, “The Watermelon Riot: Cul-
tural Encounters in Panama City, April 15, 1856”, en Hispanic American Historical Review
70 (February 1990), págs. 85–108; Aims McGuinness, “In the Path of Empire: Labor,
Land, and Liberty in Panama during the California Gold Rush, 1848–1860” (Tesis de
doctorado, University of Michigan, Ann Arbor, 2001); Celestino Araúz, Panamá y sus
relaciones internacionales, 2 tomos (Panamá: Biblioteca de Cultura Panameña, Imprenta
Universitaria, 1994); y Celestino Araúz y Patricia Pizzurno, Relaciones entre Panamá y los
Estados Unidos, tomo 1 (Panamá: Biblioteca de la Nacionalidad, 1999).
3
Sobre “la Ruta de Panamá” a mediados del siglo XIX, véase John Haskell Kemble,
The Panama Route: 1848–1869 (Berkeley: University of California Press, 1943); y
McGuinness, “In the Path of Empire”. Sobre “la Ruta de Nicaragua”, véanse David I.
Folkman, Jr., The Nicaragua Route (Salt Lake City: University of Utah Press, 1972); y la
obra innovadora de Miguel Ángel Herrera C., Bongos, bogas, vapores y marinos: historia de
los ‘marineros’ del río San Juan, 1849–1855 (Managua: Centro Nicaragüense de Escrito-
res, 1999).
Chagres, 1875
Eadweard Muybridge, Fototeca Guatemala, CIRMA.
4
Los mejores relatos sobre la población trabajadora se encuentran en los docu-
mentos de viajeros de dicho período. Véanse, por ejemplo, Bayard Taylor, Eldorado, or
Adventures in the Path of Empire (New York: G. P. Putnam, 1850); y Frank Marryat,
Mountains and Molehills (London: Longman, Brown, Green, and Longmans, 1855).
5
Véase Fessenden Nott Otis, Illustrated History of the Panama Railroad (New York:
Harper and Brothers, 1861).
competía ferozmente con los pocos bogas que quedaban en la Bahía de Pana-
má.6
6
Sobre los cambios en la economía de transporte en Panamá en las décadas de 1840
y 1850, véanse McGuinness, “In the Path of Empire”; y el ensayo clásico de Alfredo Castillero
Calvo, “El oro de California en la vida panameña”, en Relaciones entre Panamá y los Estados
Unidos (Panamá: Biblioteca Nuevo Panamá/Ministerio de Educación, 1973), págs. 117–128.
7
Sobre la historia social de El Arrabal panameño a mediados del siglo XIX, véase
Alfredo Figueroa Navarro, Dominio y sociedad en el Panamá colombiano, 1821–1903 (Pa-
namá: Editorial Universitaria, 1982), págs. 79–100.
8
Véase la declaración de Arthur MacKenzie, 10 de julio de 1856, USNA, DS,
RG 50, M-139, rollo 5.
9
Véase el affidávit de Moses Brinkerhoff, 25 de junio de 1856, USNA, DS, RG
59, M-139, rollo 5; “Fragmento de la ‘Esposición’ del Secretario de Relaciones Exteriores
al Congreso, de fecha 2 de febrero de 1857”, en Nueva Granada, final controversia diplo-
mática con relación a los sucesos de Panamá del día 15 de abril de 1856 (Bogotá: Imprenta
del Estado, 1857), págs. 68–80.
10
Véase el informe firmado por Carlos Cartas, James Madison Frailey, W. C.
Chapman y James Ionett, 29 de abril de 1856, United States National Archives, Depart-
ment of State, Record Group 59, Microfilm Series 139 (de aquí en adelante USNA, DS,
RG 59, M-139), rollo 4.
11
Sobre las reformas liberales a nivel nacional, véase David Bushnell, The Making
of Modern Colombia: A Nation in Spite of Itself (Berkeley: University of California Press,
1993), págs. 104–113.
12
Véase Figueroa Navarro, Dominio y sociedad, págs. 337–342.
13
Revisor de la Política y Literatura Americana (Ciudad de Nueva York, 16 de mar-
zo de 1850).
14
Véase Tomás Cipriano de Mosquera, “La crisis nacional”, en El Liberal (Bogotá,
28 de febrero de 1858).
15
Véase la petición firmada por John L. Brown, William S. Safford, A. B. Miller,
William Miller e I. D. Farwell al presidente José Hilario López, 20 de marzo de 1850,
Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores (Colombia), Correspondencia de la Le-
gación de Estados Unidos en Colombia.
16
Véase Mary Seacole, Wonderful Adventures of Mrs. Seacole in Many Lands, Ziggi
Alexander y Audrey Dewjee, editores (Bristol, England: Falling Wall Press, 1984), pág. 45.
17
Véase la declaración de Arthur MacKenzie, 10 de julio de 1856, USNA, DS,
RG 50, M-139, rollo 5.
18
Véase Albert L. Hurtado, “Crossing the Borders: Sex, Gender, and the Journey
to California”, en su obra Intimate Frontiers: Sex, Gender, and Culture in Old California
(Albuquerque: University of New Mexico Press, 1999), págs. 45–73.
19
Véase Manuel María Gamboa, “Nota del Jefe de la jendarmería”, en Gaceta del
Estado (26 de abril de 1856).
20
Véase Francisco de Fábrega a Francisco Cavalcanto d’Albuquerque, 3 de mayo
de 1856, USNA, DS, RG 59, M-139, rollo 5.
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EL I STMO
10/27/2003, 12:46 PM
Masacre en Panamá. Escena en la bodega de carga
Fuente: Frank Leslie’s Illustrated Newspaper (Ciudad de Nueva York, 17 de mayo de 1856).
Cortesía de la Henry E. Huntington Library and Art Gallery de San Marino, California.
79
80 AIMS MCGUINNESS
21
Véase William Walker, The War in Nicaragua (Tucson: University of Arizona
Press, 1985 [1860]), pág. 106.
22
Véase Folkman, The Nicaragua Route, págs. 77–78.
23
Véase El Panameño (23 de abril de 1856).
24
Véase Panama Star and Herald (19 de abril de 1856).
25
Véase la declaración de Frederick Ansoatigue, 11 de julio de 1856, USNA, DS,
RG 59, M-139, rollo 5.
IMAGINANDO AL ISTMO
26
Véase “Report of Amos B. Corwine, United States Commissioner, Respecting
the Occurrences at Panama on the 15 of April 1856”, USNA, DS, RG 59, M-139, rollo 5.
27
Véase la declaración de José María Rodríguez, Gaceta del Estado (26 de abril de
1856).
28
Véase la declaración de Edward Allen, 9 de julio de 1856, USNA, DS, RG 59,
M-139, rollo 5.
29
Véase Panama Star and Herald (19 de abril de 1856).
30
Véase El Panameño (23 de abril de 1856).
31
Véase la declaración de Antonio Abad Monteser, 4 de agosto de 1856, Archivo
Nacional de Panamá, Período Colombiano, Cajón 850, Tomo 2166 [originalmente loca-
lizado en el Tomo 2160], f. 252–253.
da está identificada por su raza, por sus creencias políticas i relijiosas, i por
otros cuantos títulos.32
32
Véase El Panameño (23 de abril de 1856).
33
Para más datos sobre este personaje, véase el ensayo de Alfredo Figueroa Nava-
rro en este número de Mesoamérica, especialmente la pág. 180.
34
Véase Justo Arosemena, “La cuestión americana i su importancia”, en El
Neogranadino (15 y 29 de julio de 1856), reimpreso en Argelia Tello Burgos, editora,
Escritos de Justo Arosemena (Panamá: Universidad de Panamá, 1985), pág. 248.
35
Véase Arosemena, “La cuestión americana”, pág. 262. Sobre la importancia del
incidente de la tajada de sandía y los escritos de Justo Arosemena en el desarrollo del
concepto de “América Latina”, véase Aims McGuinness, “Searching for ‘Latin America’:
Race and Sovereignty in the Americas in the 1850s”, en Nancy Appelbaum, Anne S.
Macpherson y Karin Alejandra Rosemblatt, editoras, Race and Nation in Modern Latin
America (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2003), págs. 87–107.
CONCLUSIÓN
Cuando el propio William Walker llegó a la Ciudad de Panamá en mayo
de 1857, lo hizo en calidad de refugiado y no de invasor conquistador. De-
rrotado en la tercera batalla de Rivas, Walker se rindió el 1 de mayo de 1857
y salió de Nicaragua acompañado de varios de los seguidores que le quedaron
a bordo del St. Mary’s, un barco de la marina estadounidense. Después de
desembarcar en la Ciudad de Panamá el 19 de mayo, Walker y sus hombres
abordaron el Ferrocarril de Panamá rumbo a Colón, desde donde continua-
ron su viaje de regreso a Estados Unidos. Como bien lo ilustra el viaje a casa
de Walker, la expansión de Estados Unidos tenía diferentes caras en el Istmo
a mediados del siglo XIX. Estos proyectos imperiales a veces entraban en
tensiones e incluso en conflicto entre sí, como lo demuestra el extraño viaje
del Cortes.36 Ante estas diversas manifestaciones de imperio, los pueblos del
Istmo no obraron en forma conjunta ni hablaron con una sola voz. Sin em-
bargo, el período de finales de la década de 1840 y la de 1850 también dio
origen a nuevas formas de colectividad que trascendieron las fronteras nacio-
nales, como lo demuestra el llamado de Justo Arosemena a la unidad latina
en las Américas. Cuando, en 1856, los arrabaleños se movilizaron en contra
de los filibusteros, tanto los reales como los imaginarios, en la noche del 15
de abril, unieron su propio destino con el de sus vecinos istmeños en los
campos de batalla de Centroamérica. Los historiadores en busca de una his-
toria común del Istmo harían bien en seguir su pista.
36
Thomas Schoonover evoca el carácter diverso de la presencia de Estados Unidos
en Centroamérica en un período posterior en su obra The United States in Central America,
1860–1911: Episodes of Social Imperialism and Imperial Rivalry in the World System
(Durham: Duke University Press, 1991). Sobre las tensiones del colonialismo europeo en
los siglos XIX y XX, véase Frederick Cooper y Anne Stoler, “Between Metropole and
Colony: Rethinking a Research Agenda”, en Frederick Cooper y Anne Stoler, editores,
Tensions of Empire: Colonial Cultures in a Bourgeois World (Stanford: Stanford University
Press, 1997), págs. 1–57.