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Juan Antonio Pezet y Rodríguez de la Piedra (Lima, 11 de junio de 1809 - Chorrillos, Lima, 24 de

marzo de 1879), fue un militar y político peruano, que ocupó los cargos de primer ministro,
vicepresidente y finalmente Presidente del Perú de 1863 a 1865.

Carrera militar y política

Hijo de José Pezet y Monel y de María del Rosario Rodríguez de la Piedra. Su padre, médico,
periodista, literato y parlamentario, sirvió a la causa independentista.Su abuelo fue un marino
francés, Antoine Pezet Eustache, que había llegado a Lima en 1765.

Fue bautizado en la parroquia de Santa Ana en 1810.1 Empezó sus estudios en el Real
Convictorio de San Carlos, pero ganado por la causa patriota, abandonó las aulas y se presentó
ante el general José de San Martín en el cuartel de Huaura (1821). Admitido en el Ejército
Libertador como cadete (tenía 12 años de edad), participó en la entrada de Lima y en el primer
sitio del Callao. Ascendido a subteniente, integró la Legión Peruana e intervino en las batallas
de Torata y Moquegua durante la Primera Campaña de Intermedios. Luego participó en la
batalla de Zepita, durante la Segunda Campaña de Intermedios (1823). Promovido a teniente,
y ya bajo las órdenes de Bolívar y Sucre, peleó en las batallas finales de la independencia: Junín
y Ayacucho (1824). Como ayudante, acompañó a Sucre en la campaña del Alto Perú, donde
posteriormente fue creada la república de Bolivia.

De regresó al Perú, fue ascendido a capitán y transferido al Batallón Zepita (1827), en cuyas
filas acompañó al general Agustín Gamarra en la campaña de Bolivia de 1828, que puso fin a la
presencia colombiana en dicho país. En 1831 fue promovido a sargento mayor y pasó a ser
Comandante Militar del Desaguadero, en la frontera con Bolivia, a raíz de una nueva tensión
surgida con dicha República.

Ya con el grado de teniente coronel, en 1833 sirvió como edecán del presidente Luis José de
Orbegoso, a quien acompañó al Callao poco antes del estallido de la sublevación del general
Pedro Pablo Bermúdez y la Mariscala, en enero de 1834. Durante la guerra civil participó en la
batalla de Huaylacucho y en el abrazo de Maquinhuayo que puso fin a la lucha, en abril del
mismo año. Luego siguió al presidente Orbegoso en su gira por el sur y al producirse la
sublevación de Felipe Santiago Salaverry, fue ascendido a coronel y nombrado jefe del batallón
Libres de Arequipa (1835). Pero cuando Orbegoso pactó la intervención del ejército boliviano,
Pezet solicitó su retiró del servicio.

Bajo la Confederación Perú-Boliviana ejerció como contador de la aduana de Islay, de donde


pasó a la aduana del Callao; tras la invasión del Ejército Restaurador del Perú fue destituido de
ese cargo (1838). Luego de la derrota y muerte del presidente Gamarra en Ingavi y producida
la invasión boliviana en 1841, fue llamado nuevamente al servicio y nombrado jefe de estado
mayor de la segunda división del Ejército del Sur.

Hecha la paz con Bolivia, Pezet apoyó el levantamiento del general Juan Francisco de Vidal y
luchó en la batalla de Agua Santa, librada el 17 de octubre de 1842; por su destacada conducta
en el campo de batalla fue ascendido a General de Brigada.Vidal, ya como Presidente del Perú,
lo nombró Prefecto de Lima y le confió el mando de una división que debía oponerse a la
revolución de Manuel Ignacio de Vivanco; sin embargo, Pezet se pasó a las filas de dicho
caudillo, y en su nombre ejerció el poder interinamente, de 27 de marzo a 7 de abril de 1843.
Luego entregó el poder a Vivanco, quien instauró el Directorio y lo nombró la Inspector
General del ejército y Prefecto del departamento de La Libertad, pero pronto hubo de
enfrentar la revolución constitucional encabezada por los generales Domingo Nieto y Ramón
Castilla. Como jefe de estado mayor, Pezet estuvo en la batalla de Carmen Alto, donde resultó
herido y hecho prisionero (17 de julio de 1844).

No obstante ser vivanquista, el primer gobierno de Castilla requirió sus servicios y lo nombró
Inspector General de la Guardia Nacional (1846). Al año siguiente fue enviado a Arequipa con
la misión de formar tropas. Ejerció interinamente la prefectura de dicho departamento, y con
igual cargo pasó a Moquegua (1848).

Durante el gobierno del general José Rufino Echenique fue nombrado general en jefe del
ejército que se organizó en el sur, al producirse una nueva amenaza de guerra con Bolivia.
Sorprendido por el estallido de la revolución liberal de 1854 encabezada por Castilla en
Arequipa, no pudo contenerla, pero se mantuvo leal al gobierno de Echenique hasta su derrota
en la batalla de La Palma, donde comandó una de las divisiones del ejército (5 de enero de
1855).

Desterrado primero a Chile y alejado del servicio militar, retornó a los nueve meses,
reincorporándose al ejército. En 1859 el presidente Castilla lo nombró ministro de Guerra y
Marina. Fue jefe de Estado Mayor durante la guerra con el Ecuador (1859-1860). Llegó a
presidir el Consejo de Ministros, y como tal, se hizo cargo del Poder Ejecutivo de julio a agosto
de 1860, por la incapacidad temporal de Castilla (herido en un atentado) y del vicepresidente
Juan Manuel del Mar (por enfermedad). En tal calidad le correspondió presidir la ceremonia de
instalación del Congreso encargado de reformar la Constitución, el 28 de julio de 1860.

En 1862 resultó elegido primer vicepresidente de la República, acompañando al presidente


electo, mariscal Miguel de San Román, junto con el segundo vicepresidente, Pedro Diez
Canseco. Pero su mal estado de su salud lo obligó a pedir licencia y trasladarse a Europa,
dirigiéndose a los balnearios medicinales de Vichy, Francia, con el propósito de restablecerse.

La muerte de San Román en abril de 1863 lo obligó a volver al Perú para asumir el poder como
Presidente Constitucional, pues de acuerdo a la Constitución de 1860, en su calidad de primer
vicepresidente le correspondía completar el periodo constitucional del mandatario fallecido
(que finalizaba en 1866).

Presidencia de la República
Pezet asumió la presidencia del Perú el 5 de agosto de 1863. Colaborador suyo fue el abogado
Juan Antonio Ribeyro Estada, como primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores.4 El
suceso más importante de su gobierno fue el espinoso conflicto diplomático que enfrentó a
raíz de la ocupación de las islas Chincha por una escuadra española, que por entonces
realizaba un viaje por las costas americanas, autodenominándose como «expedición
científica».5

Los problemas con España empezaron justo en el momento en que Pezet asumió el gobierno.
El 4 de agosto de 1863 (es decir, un día antes de su regreso al Perú), se desató un incidente en
la hacienda peruana de Talambo (cerca de Chiclayo) entre inmigrantes vascos y agricultores
peruanos, como resultado del cual un español resultó muerto y otros cuatro quedaron heridos.
El «incidente de Talambo» no pasaba de ser más que un caso policial, que fue sometido al
fuero judicial local, pero el gobierno español explotó el suceso a su favor, enviando a un
personaje excéntrico, Eusebio Salazar y Mazarredo, bajo el título de Ministro de Su Majestad
en Bolivia y Comisario Extraordinario para el Perú, para que exigiera satisfacciones al Perú por
supuestos agravios.6 El gobierno peruano, aunque aceptó entrevistarse con el enviado
español, le indicó que no le reconocía el cargo de Comisario, pues ese tratamiento no se
estilaba en la moderna diplomacia y más bien recordaba a los enviados de la época colonial,
advirtiéndole que solo lo recibiría como agente del gobierno de Madrid. Salazar rechazó
entonces cualquier entrevista y marchó al encuentro de su escuadra, donde se entrevistó con
el almirante español Pinzón, acordando ambos la ocupación de las islas Chincha, como
protesta, a decir de ellos, por la grave ofensa inferida por el Perú a la soberanía española.7 Las
islas Chincha era entonces la principal productora del guano peruano, que entonces era muy
cotizado en el mercado internacional. Se sabe que Salazar había puesto su mira en esa riqueza
para financiar la recuperación de Gibraltar (territorio español en poder de los ingleses), según
confesó en carta dirigida al ministro de gobierno español Joaquín Francisco Pacheco, fechada
el 12 de abril de 1864.8

El 14 de abril de 1864, la escuadra española, surta en el Callao, se dirigió a las islas Chincha,
decretando su ocupación. La escasa guarnición peruana que las resguardaba fue rápidamente
reducida y los marinos españoles izaron su pabellón en las islas. Pinzón adujo que la ocupación
de las islas Chincha era solo en calidad de represalia y como rehén para forzar negociaciones
con el gobierno peruano y obtener satisfacciones.9 Sin embargo, esas acciones de los marinos
españoles fueron observadas con mucho cuidado por el gobierno español; que si bien en un
comienzo no dio su aprobación, finalmente decidió respaldarlas con el envío de cuatro buques
de guerra. Asimismo, se decidió el reemplazo de Pinzón por el vicealmirante José Manuel
Pareja.10

Pese a que la ciudadanía peruana pedía el uso de la fuerza ante lo que consideraban una
flagrante ocupación del territorio nacional, el presidente Pezet apeló a la diplomacia para
solucionar el conflicto, lo que en realidad era una forma de ganar tiempo para armar
adecuadamente al Perú. A Europa se enviaron comisiones para negociar la adquisición de
buques de guerra y material bélico. Entre los comisionados figuraban los marinos Miguel Grau
y Aurelio García y García.

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