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UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA

FORMACIÓN HUMANA I. EXISTENCIALISMO Y SENTIDO


DE VIDA

EL GOBIERNO DE LAS EMOCIONES EN LA TOMA DE


DECISIONES ÉTICAS

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Desde muy antiguo los filósofos griegos hablaron de la inteligencia como una de las
características más importantes del ser humano. Pero fue a principios del siglo
pasado cuando la ciencia empezó a dedicarse a estudiar el fenómeno de la
inteligencia; se hizo énfasis en los aspectos cognitivos y en la medición de la
conducta inteligente. En
1.995 Daniel Goleman hizo
el intento de dar una
definición diferente de lo
que significa ser
inteligente. Cuando se
quiere predecir el éxito y la
felicidad de una persona,
la medida más apropiada
parece ser la inteligencia
emocional, o las
cualidades del carácter, y no sus calificaciones en las diferentes pruebas de
inteligencia tradicionales. Así nació el concepto de inteligencia emocional que
consiste en resaltar las habilidades no racionales, sino en hacer énfasis en la
importancia del manejo, orientación y encauzamiento de las emociones. La
inteligencia emocional no es lo opuesto a coeficiente de inteligencia. Algunas
personas tienen altos coeficientes en ambos, pero los investigadores están de
acuerdo en que, entre los ingredientes de la felicidad, el coeficiente intelectual
contribuye aproximadamente en un 20%, mientras que el otro 80% es el res
ultado de la inteligencia emocional.

En su esencia, la inteligencia emocional es la fuente primaria de la energía humana,


la autenticidad, aspiración y empuje que activan nuestros íntimos valores y
propósitos en la vida. Desarrollando la inteligencia emocional es como aprendemos
a reconocer fácilmente y a valorar las sensaciones básicas en nosotros mismos y
en los demás y a responder apropiadamente a ellas, reconociendo que las
emociones proporcionan información vital, nos mantiene con la autoestima alta,
forma relaciones de confianza, aclara decisiones importantes y nos guía hacia
posibilidades inesperadas y soluciones trascendentales. En todo caso la
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inteligencia emocional contribuye de manera significativa a propiciar las llamadas
habilidades blandas encaminadas a la toma de decisiones y realización de
acciones asertivas. La flexibilidad, la empatía, la capacidad de trabajo en equipo,
el asertividad, la ética y la compasión, solo se pueden ejercitar a aparir de un
desarrollo de la inteligencia emocional. Pero entonces:

1. ¿QUÉ ES LA
INTELIGENCIA?
La inteligencia se ha explicado como la capacidad que tiene el ser humano de
entender y comprender el mundo de las cosas, el mundo de los otros y el mundo
propio.
La inteligencia se puede entender como:

- La capacidad de discriminar; es decir la capacidad de establecer semejanzas


y diferencias entre los objetos.
- La capacidad de clasificar ordenada y jerárquicamente.
- La capacidad de aprender.
- La capacidad de razonar deductivamente, es decir de un principio teórico se
hacen aplicaciones prácticas.
- La capacidad inductiva: de diferentes hechos concretos se formulan
principios generales.
- Capacidad de conceptualizar y de pensar en forma abstracta.
- Capacidad de analizar y sintetizar.
- Capacidad de solucionar problemas.
- Capacidad de adaptarse a situaciones nuevas.

Todo lo anterior es lo que comprende la inteligencia entendida racionalmente y


medida a través de las diferentes pruebas debidamente estandarizadas. Es por
esto por lo que se han creado multitud de tests de inteligencia. Cada uno de ellos
mide aspectos diferentes de acuerdo a la orientación teórica y al concepto que se
elija para construirlos. El anterior concepto dio origen a una medida muy divulgada
en el ambiente de la psicología, la llamada cociente intelectual.

2.¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?


El término inteligencia emocional fue utilizado por primera vez en 1990 por los
psicólogos Peter Salovey de la Universidad de Yale y John Mayer de la Universidad
New Hampshire. Posteriormente, Daniel Goleman (1995), lo divulgó y lo empleó
para describir las cualidades emocionales que tienen importancia para el éxito:
empatía, expresión y comprensión de los sentimientos, control emocional,
independencia, capacidad de adaptación, simpatía, comprensión de los otros,
cordialidad, amabilidad y respeto.

El interés por las emociones y el descubrimiento de su importancia en el desarrollo


de la inteligencia se ha debido a tres factores: en primer lugar, el cansancio del
racionalismo propio de la era moderna y que dio origen a la ciencia, a la técnica y
por tanto a la importancia de la objetividad. En segundo lugar y muy relacionado con
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lo anterior es el descubrimiento de la subjetividad, la intersubjetividad y su relación
con las emociones. El mundo de la objetividad es frío, cuantitativo, medible,
observable, cientificista y manipulable. El mundo de la subjetividad es el propio de
las emociones y de la existencialidad humana. El tercer factor que contribuyó al
descubrimiento de las emociones se relaciona con las investigaciones recientes
sobre los factores biológicos implicados en el comportamiento humano.

Uno de estos descubrimientos es el de los neurotransmisores, que son sustancias


bioquímicas (p.e. la serotonina y la dopamina) que hacen sentirse bien a las
personas con ciertos comportamientos. Éstas son producidas por nuestras
reacciones emocionales, en el ámbito de la conexión de las neuronas,
principalmente cerebrales y que transmiten mensajes emocionales del cerebro a
distintas partes del cuerpo. Éstas están presentes o ausentes en las grandes
enfermedades de hoy como el Alzheimer, el déficit de atención y la depresión.
Ciertas drogas como el prozac están indicadas para elevar los niveles de estos
neurotransmisores. Pero existen ciertos estados emocionales que pueden
aumentarlas o disminuirlas y es así como los elevados niveles de serotonina se
asocian con disminución de la agresión y la impulsividad. Si es verdad que el gran
logro de los primates y concretamente del ser humano es el crecimiento de su
corteza cerebral y principalmente de su lóbulo frontal, también es verdad que el
cerebro antiguo, el sistema límbico, sede de las emociones, son fundamentales para
nuestra relación con las cosas, las personas y nosotros mismos.

Definición. Se definen las emociones como aquellas reacciones totales de nuestro


organismo en sus tres componentes: fisiológico, cognitivo y conductual, con el fin
de lograr nuestra supervivencia como seres libres y conscientes.

Clasificación de las emociones. No todas las emociones son saludables. Es por


esto por lo que se han clasificado en tres tipos:

• Primero. las
emociones primarias, que son
aquellas no aprendidas,
rápidas y adaptativas. Son
ellas la tristeza, el dolor, la
alegría, el miedo, la ira y la
sorpresa.
• Segundo. Las
emociones secundarias son
aprendidas, culturales, de larga
duración, no adaptativas y por
tanto no saludables. Son ellas,
el sufrimiento, la ansiedad, la
depresión, el apego y la
agresión.
• Tercero. Finalmente,
otro tipo de emociones son las
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llamadas instrumentales, las cuales se aprenden y se utilizan para obtener
beneficios secundarios y por tanto no son saludables ni adaptativas. Entre
estas se encuentran los berrinches, los dolores instrumentales y crónicos.

3. ¿QUÉ COMPRENDE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?


La inteligencia emocional comprende la autoconciencia, la asertividad, la empatía,
la congruencia, la autonomía, la motivación, las habilidades sociales, la capacidad
de solucionar problemas y las relaciones interpersonales profundas. Nos vamos a
referir brevemente a cada una de ellas.

3.1 Autoconciencia. consiste en el conocimiento del propio cuerpo, de nuestras


emociones, del proceso de nuestro pensamiento, de los esquemas cognitivos-
afectivos y del sí mismo. La conciencia del cuerpo está estrechamente relacionada
con la conciencia de las emociones y de los sentimientos mientras suceden, lo que
indica que sin este conocimiento no sería posible una orientación saludable hacia la
vida

3.2 Asertividad. Fue definida por primera vez por Andrew Salter (1.949). Pero
Wolpe (1.958) y Lázarus (1.966), redefinieron la asertividad como el acto de
expresar los derechos y los sentimientos personales. Hoy se ha definido la
asertividad como “la habilidad de expresar nuestras emociones y pensamientos,
facilitando actuar en pro de nuestros mejores intereses y derechos, sin infringir o
negar los de los demás” (Daniel Gil´Adí 2.000). La asertividad permite expresar
espontáneamente los gustos personales e intereses, hablar sobre sí mismo sin
cohibirse, aceptar cumplidos cómodamente, no estar de acuerdo con alguien
abiertamente, pedir aclaratorias y decir no.

3.3 Empatía. Es la capacidad empática, que nos permite conocer los sentimientos
de los demás. Empatía significa entender a la otra persona identificando sus
emociones y sentir como si fuésemos ella. Es ver el mundo como lo ve el otro sin
dejar de verlo como lo vemos nosotros. La empatía es importante para las
relaciones interpersonales, puesto que demuestra que se entiende a la otra persona
y que se interesa por entenderla, dirige la conversación hacia tópicos emocionales
importantes, deja saber al otro que es aceptado en el entendimiento de su realidad,
invitándolo de esa manera a expresar sus temas más íntimos y personales, genera
un espacio seguro donde conversar sobre temas íntimos. De esa manera se puede
explorar el origen de las emociones y las opiniones, generando relaciones más
significativas y profundas (Daniel Gil´Adí 2.000).

3.4 Congruencia. Consiste en la armonía y el balance entre nuestros


pensamientos, acciones y emociones y surge de nuestra autonomía y de nuestro
proceso de individuación. Nadie genera autonomía y congruencia en forma
automática. Es el resultado de un desarrollo y de haber alcanzado una meta
personal, es el producto del crecimiento de la personalidad. Progresa de la
dependencia a la independencia y posteriormente a la relación con los demás, del
respaldo externo al propio respaldo, de la no responsabilidad a la responsabilidad.
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Éste es el proceso de individuación y congruencia (Daniel Gil ´Adí 2.000).

3.5 Diferenciación. El quinto elemento de la inteligencia emocional es haber


logrado diferenciarnos mediante la aceptación de nuestra historia personal y no
dejarnos influir por las opiniones conceptos y comportamientos de los demás.
Consiste en aceptar el aporte que nuestra familia, maestros y compañeros han dado
para lograr ser lo que somos, disculparlos si es necesario de sus errores, integrar
dentro de nuestro yo lo que creemos y sentimos que nos identifica más plenamente.
La persona diferenciada no es sólo un ser racional, sino que es capaz de balancear
pensamientos y sentimientos. Asume una independencia y autonomía, lo mismo
que posiciones firmes sobre temas de importancia.

3.6 Motivación. La persona que es inteligente emocionalmente es aquella que ha


alcanzado grandes niveles de motivación. éste lo entiende como un proceso de
anticipación, puesto que el hombre existe primariamente en las dimensiones
temporales: “los procesos de una persona están psicológicamente canalizados por
la forma en que anticipa los acontecimientos” (Brendan Maher 2.001).

3.7 Solución de problemas. A menudo se nos ha enseñado a solucionar


problemas matemáticos, pero poco se nos ha entrenado para solucionar los
problemas emocionales y relacionales. Se ha creído que la resolución de problemas
está mucho más relacionada con el desarrollo intelectual que con las capacidades
emocionales y sociales. El eminente psicólogo del desarrollo Jean Peaget, suponía
que la lógica, primero concreta y luego abstracta, constituye el elemento crítico en
la resolución de problemas relacionándolas con las dotes intelectuales de las
personas. Pero un cuerpo creciente de pruebas sugiere que la experiencia social y
la familiaridad con el problema pueden ser los factores más críticos (Shapiro 2.001).
el proceso de solución de problemas en identificarlo, pensar en soluciones
alternativas, comparar cada solución y escoger la mejor de ellas. Es necesario involucrar
las emociones en el proceso de solucionar problemas.

3.8 Habilidades sociales. De todas las capacidades de la inteligencia emocional,


la de llevarse bien con los demás es la que contribuirá más al sentido de éxito y de
satisfacción en la vida. Es necesario aprender a reconocer, interpretar y responder
en forma apropiada a las situaciones sociales. Se debe juzgar la forma de conciliar
las necesidades y expectativas de los demás. Las personas que tienen capacidad
de conversar; el humor; la capacidad de hacer amigos y de desenvolverse en
grupos; Los modales… pueden tener más éxito en sus interacciones sociales a lo
largo de la vida

3.9 Relaciones interpersonales profundas. Finalmente, la capacidad para


establecer relaciones interpersonales profundas, se ha constituido en el elemento
más importante de la inteligencia emocional. Se entiende por relaciones
interpersonales profundas aquellas que permiten establecer comunicación entre el
yo profundo y el otro en su intimidad. Se diferencia de las relaciones superficiales
que se caracterizan por ser objetivas, funcionales, modulares y utilitarias, las cuales
conducen a la masificación, unidimensionalidad, y soledad.

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4. ¿CÓMO SE APLICA LA INTELIGENCIA EMOCIONAL? Este concepto
revolucionario sobre inteligencia emocional ha sido aplicado en la educación de los
niños y adolescentes, en el campo de las organizaciones y de las instituciones y en
la formación ética y ciudadana.

5. CONCLUSIÓN
Por todo lo anterior, nos damos cuenta de la importancia grande que tiene hoy en
día la inteligencia emocional. La capacidad de entender el mundo de las cosas, de
las personas y nuestro propio mundo es condición fundamental para poder
realizarnos como personas en las tres dimensiones: individual, comunitaria y
trascendente. Individual, porque sin inteligencia emocional es imposible alcanzar
nuestra libertad y nuestra conciencia. Comunitaria, porque necesitamos aprender
a relacionarnos con el otro para lograr la comunicación de las existencias
fundamental para la realización personal. Trascendente, porque sin la inteligencia
emocional no podremos encontrar el verdadero sentido a nuestra existencia.

LA GESTIÓN DE LAS EMOCIONES COMO FUNDAMENTO


DE LA EDUCACIÓN MORAL

Juicio moral. El juicio moral es una evaluación mediante la cual el agente aprueba
o desaprueba acciones intencionales o acciones que son producto del efecto
colateral de una acción intencional, en las que se causa daño físico o psicológico a
una persona, o asco. Está constituido por dos aspectos: [a] normas morales y [b]
emociones morales. De la unión entre [a] y [b] se sigue [c] competencia de la
persona para actuar siguiendo [a]. [c] es básicamente un corolario de [b] con el que
se busca enfatizar el poder motivacional del juicio moral. El aspecto [c] consiste en
la habilidad del individuo para actuar siguiendo las normas morales, habilidad que
se logra gracias a las emociones morales; en efecto, si el individuo pierde la
capacidad para experimentar emociones.

Ahora bien, tener esta habilidad no implica que necesariamente la persona la


ejecute en cada caso; que la ejecute dependerá de su historia, de la situación a la
que se enfrente al momento de actuar y de sus preferencias. De esto se sigue que
un individuo que carece de la competencia para actuar siguiendo las normas
morales carece de la capacidad para expresar juicios morales. Este parece ser el
caso de los psicópatas y de los sociópatas.

Ahora, si el individuo se enfrenta a un dilema moral, a un caso en el que se enfrentan


dos normas morales, tal que cualquier decisión que tome o juicio que emita implique
transgredir una de las normas–, se verá en la necesidad de hacer una deliberación,
la cual irá acompañada de un control cognitivo, que será el que le permita finalmente
tomar una decisión o hacer la evaluación. Qué evaluación realice o qué decisión
tome el sujeto depende del control cognitivo. Tal control cognitivo, por su parte,
estará moldeado por la historia del sujeto.

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Test para medir la repugnancia

1. ¿Se bebería usted un zumo de manzana en un orinal de hospital recién estrenado


y esterilizado?
Sí No

2. Se comería usted una golosina de chocolate con aspecto de haces de perro


Sí No
3. Si abriera usted una caja de bombones y descubriera que alguien le habría dado
un mordisco a cada uno de ellos, ¿se comería usted algún bombón?
Sí No
4. Si su mamá le sirviera una bandeja de su plato favorito decorada con una orla de
cucarachas muertas esterilizadas, ¿se comería usted ese plato?
Sí No

La gestión de las emociones como fundamento de la educación moral

El racionalismo exacerbado que se origina con las tesis cartesianas tiene


consecuencias nefastas en la modernidad, que desemboca en las guerras europeas
del siglo XX. Esta tradición utiliza la sola razón con fines instrumentales a partir del
modelo computacional que desconectan la razón de la voluntad y privilegiando la
raison raissonnement y descuidando la importancia que tienen las emociones en la
vida del sujeto y en las relaciones intersubjetivas. Ya Pascal (1959), advirtió del
riesgo de admitir la sola razón en la aprehensión del conocimiento, puesto que hay
realidades que la sobre pasan (la moral, la fe, Dios, los primeros principios). Dice
Pascal (1959), que “la última resolución de la razón es reconocer que hay infinidad
de cosas que la sobrepujan. Es débil del todo si no llega a conocer eso […]” (62).
En esta misma tradición se sitúan los estudios de Vanegas (2009), al proponer una
antropología integral razón-voluntad como vías complementarias de acceder al
conocimiento. También Honneth (1997), en su etapa final de su producción
intelectual, construye su teoría del reconocimiento como una alternativa al
cartesianismo al incluir emociones positivas como el amor, el honor y la
solidaridad como condiciones de posibilidad en la construcción intersubjetividad de
un sujeto ético- político.

Cuando se abordan estudios antropológicos de las emociones, (no solo desde la


filosofía racionalista o la psicología experimental), se puede llegar a concluir que la
razón por sí sola no es suficiente para elaborar un juicio moral, sino que por el
contrario razón y emoción son un continuum difícil de separar, y que más bien
existe una relación de complementariedad. En este sentido, cuando se habla de la
ética como saber práctico lo que se quiere significar es que la ética corresponde a
otro tipo de racionalidad que implica las emociones humanas, pero sin desaprobar
el juicio racional. Esta hipótesis se inscribe en la línea de Díaz (2010) reseñando la
obra el gobierno de las emociones de Camps (2011), cuando afirma que:

La ética no puede prescindir de la parte afectiva o emotiva del ser


humano, porque una de sus tareas, es precisamente, poner en orden,
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organizar y dotar de sentido los afectos o las emociones. La ética no
ignora la sensibilidad ni se empeña en reprimirla, lo que pretende es
encausarla en la dirección apropiada […]. En el encauzamiento de las
emociones tiene una parte importante la facultad racional, pero no
para eliminar el afecto, sino para darle el sentido que conviene más a
la vida, tanto individual como colectiva (30).

Cuando Camps (2011), habla de encauzamiento de las emociones, se está


refiriendo a la importancia de educar las emociones para efectos de la ética, tanto
desde la claridad cognitiva de la racionalidad analítica, como desde “el campo de
los simbólico, del Mythos, del ritual sagrado […]. El mundo de las emociones debe
ser trabajado desde el ser humano integral y complejo” (Reyes, 2017: 32 y 60); es
decir desde una antropológica integral y no solo desde la psicología experimental.
Dicho de otra manera: La enseñanza ética actual debe abordar “la emoción como
juicio y su importancia en la formación del juicio moral, además del papel de la
educación de las emocione en contraste con el intelectualismo moral” (Bedoya, Rey
y Romero, 2015: 103), puesto que los seres humanos nos regimos conductualmente
no solamente por el razonamiento moral, sino también por la valoración emocional.
Por eso, Nussbaum (2014b) aconseja conocer “los componentes no cognitivos (las
sensaciones, los estados físicos del cuerpo) de las emociones” (481), como
detonantes de acciones/inacciones morales; mientras que Lazarus (1991), concluye
que "las emociones y la razón se hallan inextricablemente vinculadas en una lógica
inexorable": 135).

Realizar un análisis exhaustivo de las emociones a propósito de la ética y la


educación moral, desbordaría este trabajo; para este efecto se pueden consultar las
obras de Arbelaez, E.L. Inteligencia Emocional, (Inédito); Goleman, D. (1996); Le
Breton, D. (1998) Las pasiones ordinarias. Antropología de las emociones; Mélich,
J.C. (2010) Ética de la compasión; y Rodríguez, F. (2015) El sujeto emocional. La
función de las emociones en la vida humana; entre otras.

Elaboró. Dr. Edgar Alonso Vanegas Carvajal

Este material fue diseñado por el profesor Edgar A. Vanegas para el


curso Formación Humana II. Existencialismo y sentido de vida de
la Universidad de San Buenaventura, Medellín. La información ha
sido tomada de diversos textos como: Inteligencia Emocional
(por. Enrique Arbeláez Inédito); Gramática emocional (Tesis
doctoral José Oliverio Tovar 2011); y El sujeto emocional
(Francisco Rodríguez Valls, Tovar); y La mente moral (Marc D.
Hauser, 2008).

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