ENSAYO: La ciencia del amor

Es increíble ver todo el proceso que trae consigo el amor, pues este sentimiento existe
desde antes que nosotros y no es ajeno al hombre, ya que también está presente en los
animales. Se podría decir que el amor se debe a un conjunto de factores, en donde actúan:
el proceso neurológico, las hormonas que se liberan, como la oxitocina y vasopresina, y
también a un aspecto biológico, por ejemplo: la atracción que sienten los hombres por las
caderas anchas, lo cual primitivamente se vuelve un rasgo de una mayor fertilidad.

El amor abarca una gran cantidad de sentimientos diferentes que comprenden desde el
deseo pasional hasta el apego asexual que se siente por el amor familiar y platónico, ya
que en la actualidad entendemos al amor como el símbolo afectivo que se desarrolla entre
2 o más personas, ya que existe el amor entre parejas, familia, hijos, etc. Para la ciencia el
amor o más bien ‘el juego del amor’ es un proceso neurológico que se produce en el
cerebro y que involucra diferentes partes como el hipotálamo, la corteza prefrontal, la
amígdala, el núcleo acomben y el área tegmen tal frontal. Cuando están enamorados, el
hombre y la mujer se involucran de manera distinta: los varones son más pasionales y se
enamoran más rápido, además que suele ser muy visual, siendo prueba de esto que son los
principales consumidores de la pornografía.

Los celos, los hombres temen que, al estar con su pareja esta le sea infiel sexualmente, ya
que temen criar hijos que no sean suyos, porque no servirían para la trascendencia de sus
genes. Desde el punto de vista biológico, el amor se caracteriza como un fenómeno
integral que involucra nuestro cerebro y órganos productores de hormonas, como la
hipófisis y la glándula adrenal, a todo esto, el amor es un fenómeno que presenta patrones
conductuales, cognitivos y emocionales característicos. Es importante saber diferenciar
entre el gustar y querer, porque cada una de estas se procesa en una parte diferente del
cerebro y también se ve de manera diferente en las culturas. Por ejemplo: a diferencia de
los occidentales, los orientales toman más en cuenta los aspectos negativos de las parejas.

Científicamente el amor para siempre no funciona si solamente se basa en el amor, es una

utopía, el amor no basta y es necesario aportarle energía y esfuerzo a la relación. Pero el
amor no es igual para todos, hombres y mujeres lo vivimos de manera distinta. Helen
Fisher, antropóloga y escritora, realizó un estudio con hombres y mujeres enamorados,
donde mediante técnicas de neuroimagen logró observar que ellos tienen mayor actividad
en una pequeña región cerebral asociada a los estímulos visuales y ellas en áreas asociadas
con la memoria y la rememoración. Y es que la búsqueda de la media naranja no es nada
más que la búsqueda ancestral de una pareja que transmita nuestro ADN para toda la
eternidad, un instinto primitivo que también sienten los animales.

El enigma del amor es tan complejo y maravilloso que, aun sabiendo de él, la ciencia no
deja de sorprender con cada resultado y es que al final no importa si lo llamemos
sentimiento o explosión neuropsicologíca y hormonal, porque lo que realmente importa es
el saber darlo y revibirlo en todas sus presentaciones, pues está claro que no solo existe el
amor romántico.