Cada domingo los cristianos nos reunimos para hacer
memoria de Jesús, para recordar su entrega y su generosidad hasta la muerte. Pero al hacer memoria de Jesús, traemos a la memoria su última voluntad, que es la voluntad de Dios, de que nos amemos. La eucaristía es la celebración gozosa del amor de Dios, que nos invita a su mesa y nos compromete en su tarea de implantar el reino del amor, de la justicia y de la paz. Para esa tarea sólo hace falta una cosa: amar Oración; Dios todopoderoso y eterno, lleva a — tu pleno cumplimiento en nosotros el misterio pascual, para que quienes, por tu bondad, han sido renovados en el santo bautismo, den frutos abundantes con tu ayuda y protección y lleguen a los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura. Cumplida la misión, Pablo y Bernabé animan a los hermanos, advirtiéndoles que Os doy un mandamiento nuevo, que os améis el Reino de Dios requiere de todo el esfuerzo unos a otros como yo os he amado. Hechos de los Apóstoles 14,21 b-27 En aquellos días, Evangelio. Jesús se despide de sus discípulos. Su Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a última voluntad, la voluntad de Dios, es que nos Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos amemos como él. a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia Juan 13,3l-33a.34-35 Cuando salió Judas del cenáculo, dijo designaban presbíteros, oraban, ayunaban, y los Jesús: -Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es encomendaban al Señor, en quien habían creído. glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios Atravesaron Pisidía y llegaron a Panfilia. Predicaron lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para me queda poco de estar con vosotros. Os doy un Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios la que conocerán todos que sois discípulos míos será que había hecho por medio de ellos y cómo había abierto os amáis unos a otros. a los gentiles la ¡ puerta de la fe. Salmo responsorial Señor, queremos cumplir tu última voluntad. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Desde este momento nos hacemos cargo de tu mandamientc Dios mío, mi Rey Estamos dispuestos a amar a los hermanos. Segunda lectura. El Apocalipsis nos habla de una Y vamos a amarlos como tú, hasta la muerte. gran utopía: un mundo nuevo, sin muerte, ni guerra, ni Con tu fuerza, Señor, con la fuerza de tu odio, ni dolor... Creer es hacer posible esa utopía del cuerpo y de tu sangre, que hemos comulgado, Reino de Dios. _________________________ ________ vamos a cambiar la historia y sentar las bases de Apocalipsis 21,1-5® Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra un mundo nuevo, un mundo sin guerras y sin nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, armas, sin injusticias ni desigualdades, sin y el mar ya no existe, vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, explotación, sin especulación, sin trampas. que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo, escuché una voz- Con amor y en solidaridad con todos Esta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre construiremos un mundo nuevo, hermoso, seguro, humanizado, en el que se pueda vivir a ellos .Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será gusto, en el que todos puedan vivir a gusto. su Dios .Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá Para que en ese mundo te^sientas q qusto Tú. muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor .Porque el primer mundo Tú con nosotros, ha pasado. Y el que estaba sentado en el trono dijo: Todo lo Nosotros contigo. hago nuevo.
En el atardecer de la vida nos examinarán del amor (s. Juan de ia cruz)
En la frase «¡Jesús es el Señor!» hay también un aspecto subjetivo, que depende de quien la pronuncia. Varias veces me he preguntado por qué los demonios, en los evangelios, nunca pronuncian este título de Jesús. Llegan hasta a decirle a Jesús: Tú eres el Hijo de Dios”, o también Tú eres el Santo de Dios» (cf. Mt 4,3; Me 3,11; 5,7; Le 4,41); pero nunca los oímos exclamar: «¡Tú eres el Señor!» La respuesta más plausible mé parece ésta: Decir «Tú eres el Hijo de Dios» es reconocer un dato real que no depende de ellos y que ellos no pueden cambiar. Pero decir «¡Tú eres el Señor!» es algo muy distinto. Implica una decisión personal. Significa reconocerlo como tal, someterse a su dominio. Si lo hiciesen, dejarían en ese mismo momento de ser lo que son y se convertirían en ángeles de luz. Esa expresión divide realmente dos mundos. Decir «¡Jesús es el Señor!» significa entrar libremente en el ámbito de su dominio. Es como decir: Jesucristo es «mi» Señor; él es la razón de mi vida; yo vivo «para» él, y ya no «para mí». «Ninguno de nosotros —escribía Pablo a tu poder, Jesús, Hijo de Dios e Hijo del los Romanos— vive para sí mismo y ninguno muere para si mismo. Si Hombre. Siendo por nacimiento el vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la Unigénito e imagen expresa de Dios, al vida y en la muerte somos del Señor» (Rm 14,7-8). La suprema tomar nuestra carne. Él no se manchó ni contradicción que el hombre experimenta desde siempre —la rebajó, sino que nuestra naturaleza contradicción entre la vida y la muerte— ya ha sido superada. Ahora la humana se elevó hasta Él, de la misma contradicción más radical no se da entre el vivir y el morir, sino entre él manera que Él pasó desde el humilde vivir «para el Señor» y el vivir «para sí mismos». Vivir para sí mismos es pesebre hasta la diestra de Dios el nuevo nombre de la muerte. Todopoderoso. Él, que experimentó La proclamación «¡Jesús es el Señor!» ocupó, después de Pascua, nuestra debilidad y que sabe cómo tomar el lugar que en la predicación de Jesús había tenido el anuncio «¡Ha el partido del débil; Él, que está deseando llegado a vosotros el reino de Dios!» Antes de que existiesen los cosechar el fruto de su Pasión, separará el evangelios y antes de que existiese el proyecto de escribirlos, existía ya grano de la paja de tal-forma que ni un esta noticia: «Jesús ha resucitado. Él es el Mesías. ¡Él es el Señor!» solo grano se pierda. Él, que nos ha dado a compartir su misma naturaleza espiritual Todo empezó con esto. En esta noticia que nació con la Pascua estaba [...], Él, nuestro hermano, decidirá sobre encerrada ya, como en una semilla, toda la fuerza de la predicación sus hermanos. Pidámosle a Él, esperanza y evangélica. salvación nuestra, que en su segunda venida tenga misericordia y ternura con "Yo soy el que ha destruido la muerte el que ha triunfado cada unn del enemigo, el. que ha arrebatado al hombre a lo mas alto de nosotros». S. Henri Niwman de los cielos. Ea pues, venid todas las razas humanas ¡SEÑGK, TÚ EKES LA sumidas en el pecado. Recibid el perdón de los ■ pecados. FUENTE VIVA. TU Pues yo soy vuestro perdón; yo soy la Paseua de la salvación, yo el Cordero inmolado por vosotros, yo vuestro rescate, yo vuestra vida, yo vuestra resurrección, LUZ NOS HACE VEK yo vuestra luz, yo vuestra salvación, yo vuestro rey. Yo os mostraré al Padre LA LUZ!