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Universidad Uniagustiniana.

Moral Social.
Padre: German Andrés Rodríguez Herrera.
Seminarista: Jhon Alexander Acuna Valencia.

En el capítulo XXII titulado la participación de los cristianos en la vida pública, se puede


observar con toda severidad la necesidad de los cristianos nos solo en la Iglesia también en
la sociedad. La doctrina social de la iglesia invita y proporciona los principios propios de
reflexión y lógicamente los criterios de juicio, es importante comprender y vislumbrar las
directrices para la acción o mejor comprender y entender la brújula que se les da a los
cristianos del hoy, del ayer y del ahora.

La iglesia y sus pastores han invitado al pueblo de Dios a tomar el liderazgo del mundo que
hoy yace perdido moral y espiritualmente, por tanto, los sucesores de San Pedro invitan
constantemente e incitan a los cristianos a ejercer una mayor presencia en la vida pública,
con el fin de buscar y encontrar el bien común del que nos habla el Evangelio de Cristo, si
bien es de valorar, que la iglesia de Cristo no cesa en la invitación publica y personal a los
miembros de Cristo también será de resaltar que el participar de esta vida exige como tal
un comportamiento apropiado y unos fundamentos prístinos propios del católico.

En el mundo de hoy no se puede pasar por alto y mucho menos olvidar tres principios
fundamentales expuestos por la Iglesia, por su Magisterio, por la Tradición y por el Evangelio,
la dignidad, la razón y la obediencia son actitudes propias de los hombres cuyos corazones
y cuyas almas han sido traspasados por los clavos y por las espinas propias del trono de
Jesucristo, reconocer que en estos tres puntos yacen las iniciales propias de las leyes que
Dios Padre, imprimió en los corazones de los hombres, corazones que aun fríos y quizás
petrificados por el hielo de la arrogancia, laten con fuerza al sentir la luz propia que emanan
dichas leyes.

La enseñanza de la Iglesia, invita a aquellos que tienen el poder, a proteger a los que viven
en desigualdad, ya que el hombre es imagen de Dios o Imago Dei porque Él mismo ha sido
quien le ha diseñado y le ha creado con sus propias manos, por ende, el bien común yace
en la buena administración política de aquellos que han sido puestos allí por voluntad del
sumo hacedor, con el fin de dar prioridad a los valores morales sobre los procesos
netamente técnicos.

Por tanto, se debe recordar a Dios como principio y al hombre como clave, siempre
enfatizado en la verdad, y alejado de la existencia falsa, esto se hace con el fin de que el
hombre adquiera la certeza del buen actuar bajo la libertad y la responsabilidad, valores
Universidad Uniagustiniana.
Moral Social.
Padre: German Andrés Rodríguez Herrera.
Seminarista: Jhon Alexander Acuna Valencia.

inseparables, el hombre está invitado a trabajar constantemente sin presumir o contentarse


con lo hecho, ya que esto ocasionaría un reflejo erróneo dañando y afectando la integridad
del mismo hombre, y suscitando alteraciones en la fe y la moral. Si bien los criterios de la
vida pública exigen del hombre su mejor comportamiento, estos criterios también exigirán
a los demás un comportamiento propio, recto y translucido de lo ven y aprenden.

¿Que debe distinguir a los cristianos de hoy?

Según el magisterio de la Iglesia la presencia del cristiano se debe caracterizar por el servicio,
de ahí las múltiples tareas que este desarrolla, el servicio del cristiano da inicio en el
momento del contacto con el otro, con el igual, con el hermano, y será importante resaltar
que el primer servicio del cristiano en el mundo seda con la familia. Esta es parte de la
participación de los cristianos en la vida pública, claro está que la tarea de otros consiste en
dar luz y porque no decirlo, de impulsar espiritualmente al que yace agotado, al que por el
peso de la cruz no puede mover con facilidad, ahí está el servir, en ayudar al otro a cargar
con su cruz, dejando que descanse mientras en nosotros reposa el tesoro que Cristo mismo
le ha dado al mundo.

Se puede señalar las palabras de Juan XXIII, cuando dice: Los cristianos deben penetrar en
las instituciones de la misma vida pública y actuar con eficacia dentro de ellas, esto es propio
del bien común. Además, cabe plasmar que dentro de las participaciones del cristiano en la
vida pública está el buen uso del voto, ya que esta exige una postura moral por que invita a
discernir con cuidado el futuro de todos aquellos que se verán afectados, por la abstención,
por el rechazo o por la despreocupación, por tanto, el cristiano debe asumir con toda
responsabilidad los deberes que se le han asignado ya que al huir de este deber expone a
los suyos al yugo del fracaso y de la injusticia.

Por ende, se debe discernir con conciencia y cuidadosamente todas las ofertas demostrando
que puede trabajar en favor del servicio, siempre a la búsqueda del bien social. En
conclusión, es imprescindible para el cristiano el compromiso público en sus diferentes
grados ya que esto permite intervenir en favor de aquellos que no pueden defenderse y
batallar en contra de los que destruyen y matan.

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