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COMPETENCIA PARA CONOCER

INHABILITACIÓN E INTERDICCIÓN
Sala Constitucional
 Publicado el Lunes, 21 de Noviembre de 2016.
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COMPETENCIA PARA CONOCER INHABILITACIÓN E INTERDICCIÓN
Sala Constitucional N° 889 / 25-10-2016

“Al respecto de lo antes expuesto, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en
sentencia nº 521, de fecha 9 de agosto de 2013, con Ponencia de la Magistrada Yris Armenia Peña
Espinoza, expediente Nº 2013-407, estableció lo siguiente:

“… Según la jurisprudencia reiterada de esta Sala de Casación Civil, el procedimiento tanto de


interdicción como de inhabilitación, consta de dos fases, una sumaria y otra plenaria. La fase sumaria es
propia de la jurisdicción voluntaria en razón que el proceso es simple y sencillo, y conformado por tres
etapas, a saber, 1) admisión de la solicitud, conocimiento del asunto, 2) personas que deben ser oídas, y
3) resolución que corresponda sobre la solicitud. Mientras que la segunda etapa del procedimiento, es la
plenaria, caso en el cual el proceso se vuelve contencioso, y ello se denota por la apertura del
procedimiento ordinario.

Ello ha quedado evidenciado entre otras en sentencia N° RH-183, expediente N° 13-089, del 18/4/2013,
caso: Zenaida de Jesús Sucre López, en la que se dijo lo siguiente:

“… En tal sentido, esta Máxima Jurisdicción considera pertinente hacer mención al criterio sentado en
decisión N° 346 de fecha 23 de mayo de 2012, caso: Guadalupe Cubillán de Campos y otros, contra
Arsenio José Cubillán Faría y otra, el cual estableció, lo siguiente:

“…De las normas precedentemente transcritas se desprende que la inhabilitación y la interdicción son
juicios que tienen dos etapas, una sumaria que es propia de la jurisdicción voluntaria, por cuanto el
proceso es llevado de manera simple y sencilla, ya que sólo comprende tres fases: 1) admisión de la
solicitud, conocimiento del asunto, 2) personas que deben ser oídas, y 3) resolución que corresponda
sobre la solicitud. La segunda etapa en el procedimiento de inhabilitación, es la plenaria, que es cuando
el proceso se vuelve contencioso con la apertura del procedimiento ordinario.

En la inhabilitación, la fase sumaria inicia con la admisión de la solicitud de interdicción; la notificación


al Fiscal de Ministerio Público, por cuanto este interviene cuando se trata de procesos que tienen que ver
con estado y capacidad de las personas; la orden de averiguación sumaria, que comprende el
interrogatorio a cuatro (4) parientes del “notado de demencia”, y en su defecto a los amigos de la
familia, dichas actas que deben dirigirse al indiciado, expresarán siempre las preguntas hechas y las
respuestas dadas; el nombramiento de dos (2) expertos médicos psiquiátricos para que examinen al
accionado, siendo la experticia la prueba de mayor importancia en este proceso.
Una vez practicados los interrogatorios y la prueba de experticia médica psiquiátrica, el juez decretará
terminado el proceso si no encuentra motivos reales y suficientes para declarar inhabilitado al indiciado,
pero si encuentra motivos suficientes ordenará que se continúe juicio por el procedimiento ordinario,
quedando la causa abierta a pruebas, pasándose de la fase sumaria del juicio a la plenaria.

En la fase plenaria, es cuando surge contención entre el solicitante o demandante de la inhabilitación y el


“notado de demencia”, indicado, accionado o demandado, el procedimiento queda abierto a pruebas, y el
juez ordenará de nuevo la práctica de experticia médica, así como toda prueba que considere necesaria;
el demandante aportará al juicio todas aquellas pruebas que consideren conducente en defensa de sus
intereses, como testimoniales, documentales, informes; por su parte, el accionado traerá al proceso
aquellas pruebas que defiendan su capacidad, más no recae en él la carga de la prueba, por cuanto no es
quien debe probar su capacidad…”

“…Por último, cabe acotar que el fallo dictado en la etapa sumaria del procedimiento de inhabilitación,
no es recurrible en casación, dado que esta fase es propia de la jurisdicción voluntaria, la cual se
caracteriza por ser meramente unilateral, inquisitiva y breve en la instrucción de los hechos. Sin
embargo, en la etapa Plenaria del procedimiento de inhabilitación, la sentencia que se dicte sí es
recurrible en casación, dado que el juicio deje de ser propio de la jurisdicción voluntaria, para
convertirse en contencioso con la apertura del procedimiento ordinario, donde por lo demás, la parte
podrá emplear medios recursivos propios de dicho proceso como el ordinario de apelación y el
extraordinario de casación; siendo excepción a esto, cuando la parte no haya apelado de la sentencia,
conformándose sólo con la consulta de la misma ante el Juez Superior, que en este caso no podrá
anunciar dicho recurso extraordinario…”.

El citado fallo, que este Tribunal acoge y hace suyo conforme a lo previsto en el artículo 321 del Código
de Procedimiento Civil, se llega a una primera conclusión y es que el procedimiento de interdicción civil
consta de dos fases, a saber: la fase sumaria, la cual está conformada por tres etapas: i) admisión de la
solicitud, conocimiento del asunto, ii) personas que deben ser oídas, y iii) resolución que corresponda
sobre la solicitud. Y, la fase plenaria, caso en el cual el proceso se vuelve contencioso, y ello se denota
por la apertura del procedimiento ordinario y en la cual también debe ser dictada la sentencia de mérito
sobre la interdicción, la cual deberá ser consultada por un Juez Superior.

(…)

Como puede verse claramente, la segunda conclusión a la que se arriba es que la competencia para
conocer de los procedimientos de interdicción e inhabilitación corresponde al Juez de Primera Instancia
que ejerza la jurisdicción especial de los asuntos de familia y, en su defecto, el de primera instancia que
ejerza la plena jurisdicción ordinaria, y que los Tribunales Municipales solo pueden practicar diligencias
sumariales sin decretar la formación del proceso ni la interdicción provisional.

Lo antes expuesto, es compartido por la mejor doctrina, veamos:

(…)
Claro que bien pudiera pensarse que todo esto quedó modificado con la Resolución nº 2009-006 de fecha
18 de marzo de 2009, emanada de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, publicada en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela nº 39.152, de fecha 2 de abril de 2009, en la
cual se resolvió modificar a nivel nacional las competencias por la cuantía de los Tribunales de
Jurisdicción Ordinaria; y en cuanto a la materia, estableció sé que los Juzgados de Municipio conocerán
en forma exclusiva y excluyente de todos los asuntos de jurisdicción voluntaria o no contenciosa en
materia civil, mercantil, familia sin que participen niños, niñas y adolescentes, y en cualquier otro de
semejante naturaleza.

Pero, debe señalarse que dicha Resolución fue motivada, entre otras razones, a que los Juzgados de
Primera Instancia con competencia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito en la República estaban
experimentando un exceso de trabajo como consecuencia de la falta de revisión y ajuste de la
competencia por la cuantía desde hace muchos años; y, muy especialmente, como consecuencia del gran
número de asuntos de jurisdicción voluntaria y no contenciosa que les son requeridos, lo cual -según se
estimó- atenta contra la eficacia judicial, privando a los justiciables de la obtención de una verdadera
tutela judicial efectiva que impone un Estado social de derecho y de justicia; así como también,
considerando que resultaba impostergable la toma de medidas y ajustes que permitan redistribuir de
manera más eficiente entre los jueces ordinarios la función jurisdiccional, garantizando el mayor acceso
posible de los justiciables a la justicia, asegurando su eficacia y transparencia.

Es por eso que, a juicio de quien aquí, dicha Resolución no colide con la competencia natural que tiene
asignada el Tribunal de Primera Instancia que ejerza la jurisdicción especial de Familia o la Ordinaria
para conocer de los asuntos de interdicción e inhabilitación; todo lo contrario, reafirma que los Juzgados
de Municipio conocerán en forma exclusiva y excluyente de los asuntos de jurisdicción voluntaria o no
contenciosa, siendo precisamente la fase sumaria del procedimiento bajo examen un asunto de esa
naturaleza; pero, se insiste, sin que el Tribunal Municipal pueda decretar la formación del proceso ni la
interdicción provisional”.

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