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FISIOPATOLOGIA II
Es cualquier tipo de traumatismo que lleva a una lesión del cuero cabelludo, el cráneo o
el cerebro. Las lesiones pueden variar desde un pequeño abultamiento en el cráneo hasta
una lesión cerebral grave.
Ver también:
• Hemorragia subaracnoidea
• Hematoma subdural
Consideraciones generales
En los pacientes que han sufrido un traumatismo craneal severo, a menudo hay otros
sistemas de órganos lesionados. Por ejemplo, un traumatismo craneal algunas veces está
acompañado de una lesión en la columna.
Causas
Entre las causas más comunes de traumatismo craneal se encuentran los accidentes de
tránsito, las caídas, la agresión física, al igual que los accidentes laborales, en el hogar,
al aire libre o mientras se practican deportes.
Algunos traumatismos craneales causan daño cerebral prolongado o irreversible, el cual
puede ocurrir como resultado de una hemorragia intracerebral o de fuerzas que causan
directamente daño cerebral. Estos traumatismos craneales más graves pueden ocasionar:
• Coma
• Dolores de cabeza crónicos
• Pérdida o cambio en la sensibilidad, la audición, la visión, el gusto o el olfato
• Parálisis
• Convulsiones
• Problemas del habla y el lenguaje
Síntomas
Al encontrarse con una persona que acaba de sufrir un traumatismo craneal, trate de
averiguar qué pasó. Si la víctima no puede decírselo, busque indicios y pregúntele a los
testigos del accidente. Suponga siempre que en cualquier traumatismo craneal grave
también hay una lesión de la médula espinal.
Se pueden utilizar medicamentos para el dolor de venta sin receta médica, como
paracetamol, en caso de dolor de cabeza leve. NO tome ácido acetilsalicílico (aspirin),
ibuprofeno ni otros antiinflamatorios debido a que pueden incrementar el riesgo de
sangrado.
Prevención
Hematoma epidural
Etiología
Hematoma subdural
Etiología
• Traumatismo craneal
• Ser muy joven o de avanzada edad
• Medicamentos anticoagulantes
• Consumo de alcohol durante mucho tiempo
Etiología
Debido a que la cavidad ósea del cráneo es inexpansible, el volumen intracraneal está
considerablemente restringido. Cualquier eventualidad que añada volumen a este
espacio aumentará la presión intracraneal. Por lo general, las lesiones ocupantes de
espacio, como los hematomas, tumores, abscesos y aneurismas y el edema causado por
traumatismos aumentan el volumen cerebral. Mientras que las obstrucciones venosas, la
hiperemia e hipercapnia causan un volumen sanguíneo aumentado. Por su parte, la
producción aumentada, absorción disminuida u obstrucción del flujo del líquido
cefalorraquídeo causa un aumento del volumen de ese líquido.
En la infancia
• Traumatismo craneoencefálico
• Hidrocefalia
• Neoplasia intracraneal
• Trastornos metabólicos (hiponatremia)
• Enfermedades infecciosas (meningitis, encefalitis)
En adultos
• Traumatismo craneoencefálico
• Hemorragia intracraneal
• Tumores y otras lesiones ocupantes de espacio (por ej. abscesos)
• Seudotumor cerebral (causa desconocida)6 vista en obesos, embarazadas, uso de
anticonceptivos, etc.
• Eclampsia
Clasificación
Patogenia
Síntomas
• Visión borrosa
• Distención del tallo cerebral, liberando catecolaminas en un último esfuerzo para
prevenir isquemia, causando:
Diagnóstico
1.3 Epilepsia
Causas
En algunas ocasiones, una crisis epiléptica está relacionada con una situación temporal,
como exposición a drogas, abstinencia de algunos medicamentos, una fiebre alta o
niveles anormales de sodio o glucosa en la sangre. Si las crisis o convulsiones no
suceden de nuevo una vez que se corrige el problema subyacente, la persona NO tiene
epilepsia.
En otros casos, la lesión cerebral o los cambios en el tejido cerebral llevan a que el
cerebro se agite de manera anormal. En estos casos, las crisis epilépticas suceden sin
una causa inmediata. Esto ES epilepsia, una enfermedad que puede afectar a personas
de cualquier edad.
La epilepsia puede ser idiopática, lo que quiere decir que no se puede identificar la
causa. Estas convulsiones generalmente se dan entre las edades de 5 a 20 años, pero
pueden ocurrir a cualquier edad. Las personas con esta afección no tienen otros
problemas neurológicos, pero con frecuencia presentan antecedentes familiares de
convulsiones o epilepsia.
Síntomas
En algunas personas, se presenta un aura, que consiste en una sensación extraña (como
hormigueo, sentir un olor que no existe realmente o cambios emocionales), antes de
cada crisis.
Para obtener una descripción detallada de los síntomas asociados con un tipo específico
de crisis epiléptica (convulsión) ver los artículos:
• Ausencias típicas
• Convulsiones tonicoclónicas generalizadas
• Convulsiones parciales simples (focales)
Pruebas y exámenes
Un examen físico (que comprende una evaluación neurológica detallada) puede ser
normal o puede mostrar funcionamiento cerebral anormal en relación con áreas
específicas del cerebro.
Las personas con epilepsia tendrán con frecuencia actividad eléctrica anormal que se
observa en una electroencefalografía (EEG). (Una EEG es una lectura de la actividad
eléctrica en el cerebro). En algunos casos, el examen puede mostrar el lugar en el
cerebro donde empiezan las convulsiones. Las EEG a menudo pueden ser normales
después de una convulsión o entre convulsiones, de manera que puede ser necesario
efectuar un examen más prolongado.
• Química sanguínea
• Glucemia
• CSC (conteo sanguíneo completo)
• Análisis del LCR (líquido cefalorraquídeo)
• Pruebas de la función renal
• Pruebas de la función hepática
• Pruebas para enfermedades infecciosas
Los exámenes para determinar la causa y localización del problema pueden incluir:
• Electroencefalografía (EEG)
• Resonancia magnética o tomografía computarizada de la cabeza
• Punción lumbar (punción raquídea)
Tratamiento
Para el tratamiento de las convulsiones, por favor ver primeros auxilios en caso de
convulsiones.
• El tipo de medicamento que se utiliza depende del tipo de convulsión que esté
teniendo y es posible que se tenga que ajustar la dosis de vez en cuando.
• Algunos tipos de convulsiones responden bien a un medicamento y pueden
responder muy poco (e incluso empeorar) con otros. Es necesario vigilar algunos
medicamentos con relación a sus efectos secundarios y niveles en la sangre.
• Es muy importante que usted se tome el medicamento a tiempo y en la dosis
correcta. La mayoría de las personas que toman estos fármacos necesitan
chequeos y exámenes de sangre regulares para verificar que estén recibiendo la
dosificación correcta.
• Usted no debe dejar de tomar ni cambiar los medicamentos sin hablar primero
con el médico.
Algunos factores aumentan el riesgo de convulsión en una persona con epilepsia. Hable
con su médico acerca de:
Algunas veces, a los niños se les somete a una dieta especial para ayudar a prevenir
convulsiones. La más popular es la dieta cetógena. Una dieta baja en carbohidratos,
como la de Atkins, también puede servir en algunos adultos.
Los pacientes deben portar placas de alerta médica para que puedan obtener el
tratamiento médico oportuno si se presenta una convulsión.
Grupos de apoyo
El estrés causado por el hecho de sufrir convulsiones (o ser responsable de alguien con
convulsiones) a menudo se puede aliviar mediante la vinculación a un grupo de apoyo.
En estos grupos, los miembros comparten experiencias y problemas en común. Ver
grupo de apoyo para la epilepsia.
Además de los grupos que se reúnen frente a frente, hay muchos grupos de discusión y
tableros de anuncios en Internet donde las personas con epilepsia pueden encontrar
apoyo.
Pronóstico
Es probable que algunas personas con ciertos tipos de convulsiones puedan reducir o
suspender por completo sus medicamentos anticonvulsivos después de no tener ninguna
convulsión durante varios años. Ciertos tipos de epilepsia en la niñez desaparecen o
mejoran con la edad, por lo regular a finales de la adolescencia o hacia los 20 años.
Para algunas personas, la epilepsia puede ser una afección de por vida. En estos casos,
es necesario continuar con los fármacos anticonvulsivos.
Se puede presentar una lesión grave si una convulsión ocurre al manejar o al operar
equipo peligroso. Por esta razón, las personas con epilepsia cuyas convulsiones no están
bajo un buen control no deben realizar estas actividades.
Las personas que presenten convulsiones esporádicas pueden no tener ninguna
restricción severa en su estilo de vida.
Posibles complicaciones
• Problemas de aprendizaje
• Inhalación de líquido a los pulmones que puede causar neumonía por aspiración
• Lesiones causadas por caídas, golpes o mordida autoinfligida durante una
convulsión
• Lesiones durante una convulsión mientras se está conduciendo u operando
maquinaria
• Muchos medicamentos antiepilépticos producen defectos congénitos, por lo que
las mujeres que desean quedar embarazadas deben informar a su médico con
anterioridad para ajustarlos
• Daño cerebral permanente (accidente cerebrovascular u otro daño)
• Convulsiones prolongadas o numerosas sin recuperación completa entre ellas
(estado epiléptico)
• Efectos secundarios de los medicamentos
En el caso de alguien que haya presentado convulsiones con anterioridad, llame número
local de emergencias para cualquiera de las siguientes situaciones de emergencia:
• Se trata de una convulsión más larga de las que la persona presenta normalmente
o es un número inusual de convulsiones para la persona
• Se repiten las convulsiones en pocos minutos
• Se repiten las convulsiones cuando no se ha recuperado el conocimiento o
comportamiento normal entre ellas (estado epiléptico)
Prevención
En general, no existe una prevención conocida para la epilepsia. Sin embargo, con una
dieta y reposo adecuados, la abstinencia de drogas y alcohol se puede disminuir la
probabilidad de precipitar convulsiones en una persona con epilepsia.
Las personas con convulsiones incontrolables no deben manejar. Cada estado tiene una
ley diferente que determina a qué personas con antecedentes de convulsiones se les
permite manejar. Si usted tiene convulsiones incontrolables, también debe evitar
actividades en las que la pérdida de la conciencia causaría gran peligro, tales como
trepar a lugares altos, montar en bicicleta y nadar solo.
EPILEPSIA (GRAN MAL)
Síntomas
La convulsión en sí involucra:
Casi todas las personas pierden el conocimiento y la mayoría de ellas presenta actividad
muscular tónica y clónica.
• Respiración normal
• Somnolencia que dura una hora o más
• Pérdida de la memoria (amnesia) frente a sucesos cercanos al episodio de la
convulsión
• Dolor de cabeza
• Somnolencia
• Confusión temporal y leve
• Debilidad de un lado del cuerpo durante unos minutos hasta unas cuantas horas
después de la convulsión (esto se denomina parálisis de Todd)
EPILEPSIA (PEQUEÑO MAL)
Ausencias típicas
Las ausencias típicas son más comunes en personas menores de 20 años, generalmente
en niños entre los 6 y 12 años. Pueden presentarse como el único tipo de crisis
epiléptica, pero también pueden suceder junto con otros tipos de crisis como las
convulsiones tonicoclónicas generalizadas (también llamadas epilepsia mayor), las
fasciculaciones o los espasmos musculares (mioclonía) o la pérdida súbita de la fuerza
muscular (crisis atónicas).
Síntomas
La mayoría de las ausencias típicas duran sólo unos pocos segundos y con mayor
frecuencia involucran episodios de mirada fija o "ausencias".
Es posible que la persona pare o deje de hablar en medio de una frase y que comience
de nuevo unos segundos más tarde. La persona normalmente no se cae y, por lo general,
está bien despierta y pensando con claridad inmediatamente después de la crisis
epiléptica.
Las "crisis" pueden ser poco frecuentes u ocurrir hasta cientos de veces en un día.
Pueden presentarse de semanas a meses antes de que se noten y pueden interferir con el
aprendizaje y el desempeño escolar. Las crisis epilépticas algunas veces se pueden
tomar erróneamente como falta de atención u otro mal comportamiento. Las dificultades
inexplicables en la escuela y los problemas de aprendizaje pueden ser el primer indicio
de las ausencias típicas.
Las ausencias atípicas comienzan de manera más lenta, duran más tiempo y pueden
tener actividad muscular más notoria que las ausencias típicas. Por lo general, no hay
recuerdos de la crisis. Los síntomas pueden abarcar:
Es una interrupción del suministro de sangre a cualquier parte del cerebro y, algunas
veces, se le denomina "ataque cerebral" (derrame cerebral).
Causas
Un accidente cerebrovascular sucede cuando el flujo sanguíneo a una parte del cerebro
se interrumpe debido a que un vaso sanguíneo en dicho órgano se bloquea o se rompe.
Accidente cerebrovascular
• Se puede formar un coágulo en una arteria que ya está muy estrecha, lo cual se
denomina trombo. Si bloquea la arteria completamente, se denomina un
accidente cerebrovascular trombótico.
• Un coágulo se puede desprender desde otro lugar en los vasos sanguíneos del
cerebro o alguna parte en el cuerpo y subir hasta el cerebro para bloquear una
arteria más pequeña. Esto se denomina embolia y causa un accidente
cerebrovascular embólico.
Los accidentes cerebrovasculares isquémicos pueden resultar del taponamiento de las
arterias, una afección llamada ateroesclerosis. Esto puede afectar las arterias dentro del
cerebro o las arterias en el cuello que llevan sangre al cerebro. La grasa, el colesterol y
otras sustancias se acumulan en la pared de las arterias formando una sustancia pegajosa
llamada placa. Con el tiempo, la placa se acumula. Esto a menudo dificulta el flujo
apropiado de la sangre, lo cual puede provocar que ésta se coagule.
Los accidentes cerebrovasculares isquémicos también pueden ser causados por coágulos
de sangre que se forman en el corazón u otras partes del cuerpo. Estos coágulos viajan a
través de la sangre y pueden atascarse en las pequeñas arterias del cerebro, lo cual se
conoce como embolia cerebral.
Ciertos fármacos y afecciones médicas pueden hacer que la sangre sea más susceptible
de coagularse y elevan el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico. Una causa
común de accidente cerebrovascular isquémico en personas menores de 40 años es la
disección carotidea o una ruptura en el revestimiento de la arteria carótida. La ruptura
permite el flujo de sangre entre las capas de esta arteria. Esto causa estrechamiento de la
arteria que no se debe a la acumulación de placa.
• Fibrilación auricular
• Diabetes
• Antecedentes familiares de la enfermedad
• Cardiopatía
• Colesterol alto
• Aumento de la edad
Los hombres tienen más accidentes cerebrovasculares que las mujeres; sin embargo,
estas últimas tienen un riesgo más alto de presentar un accidente cerebrovascular
durante el embarazo y en las semanas inmediatamente posteriores a éste.
Los siguientes factores incrementan el riesgo de sangrado dentro del cerebro, lo cual lo
hace a uno más propenso a sufrir un accidente cerebrovascular:
• Consumo de alcohol
• Trastornos hemorrágicos
• Consumo de cocaína
• Traumatismo craneal
Síntomas Los síntomas del accidente cerebrovascular dependen de qué parte del
cerebro esté dañada. En algunos casos, es posible que una persona ni siquiera se dé
cuenta de que ha tenido un accidente cerebrovascular.
Los síntomas generalmente se presentan de manera súbita y sin aviso o pueden ocurrir a
intervalos durante el primero o segundo día. Los síntomas por lo general son más graves
apenas sucede el accidente cerebrovascular, pero pueden empeorar lentamente.
• Comienza repentinamente
• Ocurre al estar acostado
• Despierta a la persona
• Empeora cuando se cambia de posición o cuando se agacha, hace esfuerzo o tose
• Una tomografía computarizada del cerebro a menudo se realiza poco después del
comienzo de los síntomas del accidente cerebrovascular. Asimismo, se puede
hacer una resonancia magnética del cerebro en lugar o después de ésta.
• Se puede realizar una angiografía por resonancia magnética (ARM) o
angiografía por tomografía computarizada para ver si hay vasos sanguíneos
anormales en el cerebro que puedan haber causado el accidente cerebrovascular.
• Se puede hacer una ecocardiografía si el accidente cerebrovascular pudo haber
sido causado por un coágulo sanguíneo proveniente del corazón.
• Un dúplex carotídeo (un tipo de ecografía) puede mostrar si el estrechamiento de
las arterias del cuello (estenosis carotidea) llevó a un accidente cerebrovascular.
• Una angiografía de la cabeza puede revelar cuál vaso sanguíneo está bloqueado
o sangrando y ayudarle al médico a decidir si la arteria se puede reabrir usando
una sonda delgada.
• Los exámenes de laboratorio incluirán un conteo sanguíneo completo (CSC),
tiempo de sangría y exámenes de la coagulación sanguínea (tiempo de
protrombina o tiempo parcial de tromboplastina). También se verificará en nivel
de azúcar y colesterol en la sangre.
• Un electrocardiograma (ECG) y un monitoreo del ritmo cardíaco pueden ayudar
a determinar si un latido cardíaco irregular (como fibrilación auricular) causó el
accidente cerebrovascular.
• También se puede efectuar una punción raquídea (examen del líquido
cefalorraquídeo).
TRATAMIENTO EN EL HOSPITAL
Posibles complicaciones
Prevención
• Evite los alimentos grasos. Siga una dieta saludable y baja en grasas.
• No beba más de 1 a 2 tragos de alcohol por día.
• Haga ejercicio en forma regular: 30 minutos al día si no tiene sobrepeso y de 60
a 90 minutos si lo tiene.
• Hágase revisar la presión arterial al menos cada 1- 2 años, especialmente si la
hipertensión arterial es hereditaria.
• Hágase revisar el colesterol. Si está en alto riesgo de accidente cerebrovascular,
el colesterol "malo" LDL debe estar por debajo de 100 mg/dL. Es posible que el
médico le recomiende que intente reducir el colesterol LDL hasta 70 mg/dl.
• Siga las recomendaciones de tratamiento del médico si presenta hipertensión
arterial, diabetes, colesterol alto y cardiopatía.
• Deje de fumar.
La terapia con ácido acetilsalicílico o aspirin (81 mg al día o 100 mg cada dos días) se
recomienda para la prevención del accidente cerebrovascular en todos los hombres que
tengan factores de riesgo de sufrirlo y en las mujeres menores de 65 que también estén
en riesgo, en tanto los beneficios superen dichos riesgos. Se debe considerar para
mujeres de más de 65 años sólo si su presión arterial está controlada y si el beneficio es
mayor que el riesgo de sangrado gastrointestinal y hemorragia cerebral. Pregúntele a su
médico si el ácido acetilsalicílico (aspirin) es apropiado en su caso.
Un tipo de cirugía llamada endarterectomía carotidea puede ayudar a evitar que ocurran
nuevos accidentes cerebrovasculares en personas con grandes obstrucciones en las
arterias del cuello.
Descubrimiento
La enfermedad fue descrita y documentada en 1817 (Essay on the Shaking Palsy) por el
médico británico Dr. James Parkinson; los cambios bioquímicos asociados fueron
identificados en los años 1960.
Características clínicas
• Temblor en reposo.
• Rigidez muscular.
• Bradicinesia (lentitud de los movimientos voluntarios).
• Pérdida de reflejos posturales.
Manifestaciones motoras
• Bradicinesia.
• Alteración de la motricidad fina.
• Micrografía (Estado en que la letra en manuscrita del paciente cada vez se hace
más pequeña e ilegible).
• Hipofonía.
• Sialorrea. (Producción excesiva de saliva)
• Temblor en reposo de 4 a 6 Hz.
• Rigidez muscular.
• Alteración de la postura.
• Inestabilidad postural.
Características no motoras
• Depresión y ansiedad.
• Alteraciones cognitivas.
• Trastornos del sueño.
• Alteraciones sensoriales y dolor.
• Anosmia. (Pérdida o disminución del sentido del olfato)
• Trastornos de la función autonómica.
Efectos secundarios
Los síntomas psicóticos (más que una genuina psicosis se trata de la semiología de una
demencia) afectan a 6 – 40% de los pacientes, en etapas tempranas incluyen
alucinaciones visuales, aunque la depresión y la demencia son los principales
desencadenantes de la psicosis, también lo es la administración de agentes
dopaminérgicos, anticolinérgicos, amantadina, selegilina..
Etiología
Otros científicos han sugerido que la enfermedad de Parkinson puede ocurrir cuando
una toxina externa o interna destruye selectivamente las neuronas dopaminérgicas. Un
factor de riesgo ambiental tal como la exposición a pesticidas, o una toxina en el
suministro de alimentos, es un ejemplo de la clase de desencadenante externo que
pudiera, hipotéticamente, ocasionar la enfermedad de Parkinson. La teoría tiene entre
sus apoyos el hecho de que algunas toxinas, tales como 1-metil-4-fenil-1, 2, 3,6,
-tetrahidropiridina (MPTP) inducen síntomas similares a los de la enfermedad de
Parkinson así como lesiones en las neuronas de la materia gris en los seres humanos y
en animales. Sin embargo, hasta la fecha, ninguna investigación ha proporcionado
prueba definitiva de que una toxina sea la causa de la enfermedad.
Por último, otra teoría propone que la enfermedad de Parkinson ocurre cuando, por
causas desconocidas, el desgaste de las neuronas productoras de dopamina normal,
relacionado con la edad, se acelera en ciertas personas. Esta teoría se sustenta en el
conocimiento de que la pérdida de mecanismos protectores antioxidativos está asociada
con la enfermedad de Parkinson y el envejecimiento.
Muchos investigadores creen que una combinación de estos cuatro mecanismos - daño
oxidativo, toxinas ambientales, predisposición genética y envejecimiento acelerado -
finalmente se identificarán como causas de esta enfermedad.
Una lista de referencia de los genes y los factores de riesgo, junto con un análisis Kegg
vías de candidatos gen de susceptibilidad está disponible en esta base de datos Varias de
las vías genéticas pueden estar directamente relacionados con los factores de riesgo
ambientales, por ejemplo, el metabolismo de la toxina p450 vías, la entrada de
patógenos o inmune vías, lo que sugiere que pueden actuar en sinergia o condición
efectos de cada uno. (Con traducción)
Diagnóstico
Resulta habitual que los facultativos formulen preguntas al paciente con las que
pretenden dilucidar si este consumió alguna clase de estupefaciente o si estuvo expuesto
a virus o toxinas medioambientales, para así determinar si un factor específico pudo
haber sido la causa de un parkinsonismo. Es objeto de observación la actividad
muscular del paciente durante un periodo de tiempo, pues con el avance de la
enfermedad los trastornos motores específicos se vuelven más evidentes.
Tratamiento
Tratamiento farmacológico
Levodopa
La levodopa, un fármaco oral que se introdujo en 1967 para tratar afecciones tales como
la bradicinesia, la rigidez o el temblor, es el fármaco anti-parkinsoniano que reporta una
mayor eficacia en la actualidad. Generalmente se combina con carbidopa o benseracida,
lográndose con esto una reducción en las dosis necesarias y un amortiguamiento de los
efectos secundarios periféricos. La estructura que la levodopa presenta permite que esta
penetre en el cerebro, donde se sobreviene la transformación en dopamina, aunque
cuando se administra En torno a un 80% de los pacientes tratados con levodopa
manifiesta una mejoría inicial, sobre todo en lo referido a rigidez e hipocinesia, mientras
que un 20% de las personas llega a recuperar por completo la función motora.
Agonistas dopaminérgicos
Otros agonistas dopaminérgicos son la lisurida, cuyos efectos adversos son parecidos a
los de la bromocriptina, su administración es parenteral y actualmente no está aproada
para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson en EUA solo en Europa; la
perfoliada, que es el más potente y uno de los que más vida media presenta, sin
embargo este medicamento fue retirado en marzo del 2007 del mercado estadounidense
por su asociación con valvulopatías cardiacas; el pramipexol, un compuesto no
ergolínico que produce efectos clínicos de importancia sobre el temblor y la depresión;
el ropirinol, que al igual que el anterior es un compuesto no ergolínico, pero a diferencia
de este puede causar crisis de sueño; y la cabergolina, que es un derivado ergolínico,
con una larga semivida de eliminación que permite administración única diaria. Cabe
destacar que los tres últimos agonistas de los receptores de dopamina son los que más
recientemente se han introducido en el panorama farmacológico.
Actualmente hoy se utiliza la amantadina asociada a Levodopa para logar controlar los
trastornos motores, especialmente la discinecia y prolongar la vida útil de la Levodopa.
Tratamiento quirúrgico
A mediados del siglo XX, la neurocirugía era el método que con más frecuencia se
utilizaba para tratar el temblor y la rigidez característica de los pacientes aquejados de la
enfermedad de Parkinson, pero el problema se hallaba en que no siempre se tenía éxito
en las intervenciones quirúrgicas y en las complicaciones de gravedad que solían surgir.
Con este panorama, el uso de la cirugía se vio reducido a partir de 1967 con la
introducción en el mercado de la levodopa, un tratamiento alternativo que
proporcionaba más seguridad y eficacia. Pero con el avance tecnológico experimentado
en estos últimos años, se han logrado conseguir novedosas técnicas de imagen cerebral
que han permitido mejorar la precisión quirúrgica, recuperando la neurocirugía su
popularidad como tratamiento para algunas personas con enfermedad de Parkinson que
por diversos motivos, ya no responden al tratamiento con fármacos.
Trasplante nervioso
Tratamiento rehabilitador
Prevención
En los últimos años se han realizado múltiples estudios con el fin de identificar factores
exógenos que pudieran modificar el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Mediante
estudios caso-control retrospectivos se ha intentado relacionar el consumo regular de
antiinflamatorios no esteroideos y de ciertas vitaminas con un menor riesgo de
enfermedad de Parkinson pero los resultados de estos estudios son contradictorios y no
es posible en estos momentos inferir que el consumo de estos fármacos reduzca el
riesgo de padecer Parkinson. La asociación más firme actualmente es la mayor
incidencia de la enfermedad entre no fumadores: existe una relación en la alteración en
los niveles de dopamina producidas por el tabaco y un decremento del riesgo de
contraer Parkinson, pero los mecanismos de tal relación aún no se encuentran
determinados.
Por lo general, los síntomas iniciales son la inhabilidad de adquirir nuevas memorias y
suelen ser confundidos con actitudes relacionadas con la vejez o a estrés. Ante la
sospecha de EA, el diagnóstico se realiza con evaluaciones de conducta y cognitivas, así
como neuroimágenes, de estar disponibles. A medida que progresa la enfermedad,
aparecen confusión mental, irritabilidad y agresión, cambios del humor, trastornos del
lenguaje, pérdida de la memoria de largo plazo y una predisposición a aislarse a medida
que los sentidos del paciente declinan. Gradualmente se pierden las funciones
biológicas que finalmente conllevan a la muerte. El pronóstico para cada individuo es
difícil de determinar. El promedio general es de 7 años, menos del 3% de los pacientes
viven por más de 14 años posteriores al diagnóstico.
Etiología
Otro gran factor de riesgo genético es la presencia del gen de la APOE4, el cual tiende a
producir una acumulación amiloide en el cerebro antes de la aparición de los primeros
síntomas de la EA. Por ende, la deposición del amiloide Aβ tiende a preceder la clínica
de la EA. Otras evidencias parten de los hallazgos en ratones genéticamente
modificados, los cuales sólo expresan un gen humano mutado, el de la APP, el cual
invariablemente les causa el desarrollo de placas amiloides fibrilares. Se descubrió una
vacuna experimental que causaba la eliminación de estas placas pero no tenía efecto
sobre la demencia.
Los depósitos de las placas no tienen correlación con la pérdida neuronal. Esta
observación apoya la hipótesis tau, la cual defiende que es esta proteína la que da inicio
a la cascada de trastornos de la enfermedad de Alzheimer.37 De acuerdo a este modelo,
las tau hiperfosforiladas adoptan formas anómalas distribuyéndose en largas hileras.
Eventualmente forman enredos de neurofibrillas dentro de los cuerpos de las células
nerviosas. Cuando esto ocurre, los microtúbulos se desintegran colapsando el sistema de
transporte de la neurona. Ello puede dar inicio a las primeras disfunciones en la
comunicación bioquímica entre una neurona y la otra y conllevar a la muerte de estas
células.
Algunos estudios han sugerido una hipótesis sobre la relación de esta enfermedad con el
aluminio. Dicha hipótesis sugiere que los utensilios de aluminio contaminan con trazas
de iones alúmina en los alimentos. Estos iones se focalizan en los receptores
produciendo degradación y formación de plaquetas amiloide, este hecho está siendo
propuesto en los centros de investigación de la enfermedad.49 A pesar de la polémica
existente en torno al papel que tiene el aluminio como factor de riesgo de la EA, en los
últimos años los estudios científicos han mostrado que este metal podría estar
relacionado con el desarrollo de la enfermedad. Los resultados muestran que el aluminio
se asocia a varios procesos neurofisiológicos que provocan la característica
degeneración de la EA.
Patogenia
Neuropatología
Tanto las placas amiloides como los ovillo neurofibrilares son visibles bajo el
microscopio en los cerebros de personas con la enfermedad de Alzheimer. Las placas
son depósitos densos, insolubles, de la proteína beta-amiloide y de material celular que
se localizan fuera y alrededor de las neuronas. Estas continúan creciendo hasta formar
fibras entretejidas dentro de la célula nerviosa, los llamados ovillos. Es probable que
muchos individuos, en su vejez, desarrollen estas placas y ovillos como parte del
proceso normal de envejecimiento, sin embargo, los pacientes con Alzheimer tienen un
mayor número en lugares específicos del cerebro como el lóbulo temporal.
Cuadro clínico
Predemencia
Demencia inicial
Los síntomas en esta fase inicial van desde una simple e insignificante, pero a veces
recurrente, pérdida de memoria (como la dificultad en orientarse uno mismo en lugares
como calles al estar conduciendo el automóvil), hasta una constante y más persuasiva
pérdida de la memoria conocida como memoria a corto plazo, presentando dificultades
al interactuar en áreas de índole familiar como el vecindario donde el individuo habita.
Los problemas del lenguaje se caracterizan, principalmente, por una reducción del
vocabulario y una disminución en la fluidez de las palabras, lo que conlleva a un
empobrecimiento general del lenguaje hablado y escrito. Usualmente, el paciente con
Alzheimer es capaz de comunicar adecuadamente las ideas básicas. También aparece
torpeza al realizar tareas motoras finas, tales como escribir, dibujar o vestirse, así como
ciertas dificultades de coordinación y de planificación. El paciente mantiene su
autonomía y sólo necesita supervisión cuando se trata de tareas complejas.
Demencia moderada
Conforme la enfermedad avanza los pacientes pueden realizar tareas con cierta
independencia (como usar el baño), pero requerirán asistencia en la realización de tareas
más complejas (como ir al banco, pagar cuentas, etc.).81 Paulatinamente llega la pérdida
de aptitudes como las de reconocer objetos y personas. Además, pueden manifestarse
cambios de conducta como, por ejemplo, arranques violentos incluso en personas que
jamás han presentado este tipo de comportamiento.
Los problemas del lenguaje son cada vez más evidentes debido a una inhabilidad para
recordar el vocabulario, lo que produce frecuentes sustituciones de palabras erróneas,
una condición llamada parafasia. Las capacidades para leer y escribir empeoran
progresivamente. Las secuencias motoras complejas se vuelven menos coordinadas,
reduciendo la habilidad de la persona de realizar sus actividades rutinarias. Durante esta
fase, también empeoran los trastornos de la memoria y el paciente empieza a dejar de
reconocer a sus familiares y seres más cercanos. La memoria a largo plazo, que hasta
ese momento permanecía intacta, se deteriora.
En esta etapa se vuelven más notorios los cambios en la conducta. Las manifestaciones
neuropsiquiátricas más comunes son las distracciones, el desvarío y los episodios de
confusión al final del día (agravados por la fatiga, la poca luz o la oscuridad), así como
la irritabilidad y la labilidad emocional, que incluyen llantos o risas inapropiadas,
agresión no premeditada e incluso la resistencia a las personas a cargo de sus cuidados.
En aproximadamente el 30% de los pacientes aparecen ilusiones en el reconocimiento
de personas. También puede aparecer la incontinencia urinaria. Estos síntomas estresan
a los familiares y a personas a cargo del cuidado del paciente y pueden verse reducidos
si se le traslada a un centro de cuidados a largo plazo.
Demencia avanzada
Diagnóstico
El diagnóstico se basa primero en la historia y la observación clínica, tanto del
profesional de la salud como la que es referida por los familiares, basada en las
características neurológicas y psicológicas, así como en la ausencia de condiciones
alternativas: un diagnóstico de exclusión. Durante una serie de semanas o meses se
realizan pruebas de memoria y de funcionamiento o evaluación intelectual. También se
realizan análisis de sangre y escáner para descartar diagnósticos alternativos. No existe
un test pre mortem para diagnosticar concluyentemente el alzhéimer. Se ha conseguido
aproximar la certeza del diagnóstico a un 85%, pero el definitivo debe hacerse con
pruebas histológicas sobre tejido cerebral, generalmente obtenidas en la autopsia.104 Las
pruebas de imagen cerebral—Tomografía axial computarizada (TAC), Resonancia
magnética nuclear (RMN), tomografía por emisión de positrones (TEP) o la tomografía
computarizada por emisión de fotón único—pueden mostrar diferentes signos de que
existe una demencia, pero no especifica de cuál se trata.105 Por tanto, el diagnóstico de la
enfermedad de Alzheimer se basa tanto en la presencia de ciertas características
neurológicas y neuropsicológicas, como en la ausencia de un diagnóstico alternativo y
se apoya en el escáner cerebral para detectar signos de demencia. Actualmente existen
en desarrollo nuevas técnicas de diagnóstico basadas en el procesamiento de señales
electroencefalográficas.
Una vez identificada, la expectativa promedio de vida de los pacientes que viven con la
enfermedad de Alzheimer es aproximadamente de 7 a 10 años, aunque se conocen casos
en los que se llega antes a la etapa terminal, entre 4 y 5 años; también existe el otro
extremo, donde pueden sobrevivir hasta 21 años.
Tratamiento
Tratamientos farmacológicos
Además existen fármacos que mejoran algunos de los síntomas que produce esta
enfermedad, entre los que se encuentran ansiolíticos, hipnóticos, neurolépticos y
antidepresivos. Los fármacos antipsicóticos se indican para reducir la agresión y la
psicosis en pacientes con Alzheimer que tienen problemas de conducta, pero se usan
con moderación y no de forma rutinaria por razón de los serios efectos secundarios,
incluyendo eventos cerebrovasculares, trastornos extrapiramidales y una reducción
cognitiva.
Intervención psicosocial
Cuidados
Debido a que el Alzheimer no tiene cura, con el tiempo el paciente cae en un estado de
imposibilidad de autosuficiencia para cuidar de sí mismo, por lo que los cuidados por
terceros son una medida vital para esa deficiencia y deben ser abordados
cuidadosamente durante el curso de la enfermedad.
Prevención
Los estudios globales sobre las diferentes medidas que se pueden tomar para prevenir o
retardar la aparición de la enfermedad de Alzheimer han tenido resultados
contradictorios y no se ha comprobado aún una relación causal entre los factores de
riesgo y la enfermedad, ni se han atribuido a efectos secundarios específicos. Por el
momento, no parece haber medidas definitivas para prevenir la aparición del Alzheimer.
Los componentes de una dieta mediterránea, que incluyen frutas y vegetales, pan,
cebada y otros cereales, aceite de oliva, pescados y vino tinto, pueden de manera
individual o colectiva, reducir el riesgo y el curso de la enfermedad de Alzheimer. 161
Varias vitaminas, tales como la vitamina B12, B3, C o el ácido fólico parecen estar
relacionadas con una reducción del riesgo de la EA. Sin embargo, otros estudios han
indicado que no tienen un efecto significativo en el desarrollo o el curso de la
enfermedad, además de que pueden tener efectos secundarios importantes. La
curcumina del curry ha mostrado cierta eficacia en la prevención de daño cerebral en
modelos de ratón.
Otros estudios han demostrado que hay un aumento en el riesgo de la aparición del
Alzheimer con la exposición a campos magnéticos, la ingestión de metales, en
particular de aluminio, o la exposición a ciertos solventes. La calidad de algunos de
estos estudios ha sido criticada, y otros estudios han concluido que no hay una relación
entre estos factores ambientales y la aparición del Alzheimer.
Causas
La esclerosis múltiple (EM) afecta más a las mujeres que a los hombres. El trastorno
comienza más comúnmente entre los 20 y 40 años de edad, pero se puede observar a
cualquier edad.
El daño al nervio es causado por inflamación, la cual ocurre cuando las células
inmunitarias del propio cuerpo atacan el sistema nervioso. Se pueden presentar
episodios repetitivos de inflamación a lo largo de cualquier área del cerebro, el nervio
óptico o la médula espinal.
Los investigadores no están seguros sobre qué desencadena la inflamación. Las teorías
más frecuentes apuntan hacia un virus o un defecto genético, o una combinación de
ambos. Los estudios geográficos indican que puede haber un factor ambiental
involucrado.
Las personas con antecedentes familiares de esclerosis múltiple y las que viven en un
área geográfica donde ésta es más común tienen un riesgo ligeramente mayor de
padecerla.
Síntomas
Los síntomas varían porque la localización y magnitud de cada ataque puede ser
diferente. Los episodios pueden durar días, semanas o meses y se alternan con períodos
de reducción o ausencia de los síntomas (remisiones).
Debido a que los nervios en cualquier parte del cerebro o la médula espinal pueden
resultar dañados, los pacientes con esclerosis múltiple pueden tener síntomas en muchas
partes del cuerpo.
Síntomas musculares:
Síntomas oculares:
• Visión doble
• Molestia en los ojos
• Movimientos oculares rápidos e incontrolables
• Pérdida de visión (usualmente afecta un ojo a la vez)
• Dolor facial
• Espasmos musculares dolorosos
• Sensación de picazón, hormigueo o ardor en brazos y piernas
Síntomas sexuales:
• Problemas de erección
• Problemas con la lubricación vaginal
Pruebas y exámenes
Los síntomas de la esclerosis múltiple pueden simular los de muchos otros trastornos
neurológicos. La enfermedad se diagnostica descartando otras afecciones.
Las personas que tienen una forma de esclerosis múltiple llamada remitente-recurrente
pueden tener antecedentes de al menos dos ataques, separados por un período de
ausencia o reducción en los síntomas.
El médico puede sospechar de esclerosis múltiple si hay disminución en el
funcionamiento de dos partes diferentes del sistema nervioso central (como los reflejos
anormales) en dos momentos diferentes.
Tratamiento
No se conoce cura para la esclerosis múltiple hasta el momento; sin embargo, existen
terapias que pueden retardar el progreso de la enfermedad. El objetivo del tratamiento es
controlar los síntomas y ayudar a mantener una calidad de vida normal.
Pronóstico
• Las mujeres
• Personas que eran jóvenes (menos de 30 años) cuando la enfermedad empezó
• Personas con ataques infrecuentes
• Personas con un patrón remitente-recurrente
• Personas con enfermedad limitada en estudios imagenológicos
Aquellas personas que cuentan con un sistema de apoyo a menudo son capaces de
permanecer en sus hogares.
Posibles complicaciones
• Depresión
• Dificultad para tragar
• Dificultad para pensar
• Cada vez menos capacidad para cuidar de sí mismo
• Necesidad de una sonda permanente
• Osteoporosis o adelgazamiento de los huesos
• Úlceras de decúbito
• Efectos secundarios de los medicamentos usados para tratar el trastorno
• Infecciones urinarias