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“ENRIQUE FINOT”
-Origen
El Imperio romano fue la última de las tres etapas de desarrollo de gobierno de
la civilización romana, comenzó en el 27 a. C. y finalizó en el 476 d. C. La primera
etapa fue la Monarquía (753 a. C – 509 a. C.) y la segunda la República (509 a. C.
– 27 a. C.).
La historia legendaria de Roma comienza en Troya. O al menos así es como los
padres romanos explicaban a sus hijos el origen de la patria. Y es así como inician
sus historias romanas Tito Livio y Dionisio de Halicarnaso, tomando como
referente la leyenda.
Junto al poeta Virgilio, ambos autores constituyen las principales fuentes para
conocer el nacimiento de la ciudad, que ellos describen más o menos de este
modo: durante la guerra de Troya, un joven llamado Eneas logró escapar de la
furia de Aquiles y Ulises ayudado por su madre, la diosa Venus. Fue a
desembarcar en Italia, en la región del Lacio, donde desposó a la hija de un
monarca y fundó un reino.
Ocho generaciones más tarde, una de las descendientes de Eneas, Rea Silvia,
mantuvo una furtiva relación amorosa con el dios Marte. De aquel encuentro
nacieron dos gemelos: Rómulo y Remo. El tío de Rea Silvia, el rey Amulio, se
encolerizó al oír la noticia. No quería que nadie amenazara el trono de Alba Longa,
que había usurpado.
Así que mandó abandonar a los legítimos herederos en una cesta entre las
corrientes del río con la intención de que muriesen ahogados. Pero el canasto
quedó varado en uno de los recodos del Tíber y, al oír los llantos, una loba halló a
los niños y los amamantó. Los hermanos crecieron y se vengaron matando a
Amulio, para regresar luego al lugar que les vio renacer. En aquel recodo del río
donde la cesta fue a encallar, Rómulo y Remo fundaron Roma el 21 de abril de
753 a. C.
Algunas de las características del Imperio romano fueron las siguientes:
Durante gran parte de su historia su capital fue la ciudad de Roma. A partir del
reinado de Constantino, y luego cuando el imperio fue dividido, la capital de la
parte oriental fue la ciudad de Bizancio (Constantinopla).
Su idioma oficial era el latín. Hacia finales del período, en el Imperio romano de
Oriente, el idioma oficial pasó a ser el griego.
Hasta la adopción del cristianismo como religión oficial, la religión de Estado
romana era politeísta, es decir, incluía muchos dioses. Los emperadores también
eran divinizados.
Para el año 117 d. C., cuando el imperio llegó a su máxima extensión, ocupaba
más de 7 millones de kilómetros cuadrados de territorio.
-El auge
La Monarquía (del 753 a.C. al 509 a.C)
Será precisamente el año 509 a.C. el del fin de la Monarquía. En ese año el
rey Tarquino el Soberbio, que gobernaba de forma autoritaria y despótica,
es expulsado después de una revuelta.
Después de la expulsión del último rey, los romanos iniciaron una nueva
forma de gobierno: la República.
A partir de ahora serán dos cónsules, elegidos por un año, quienes dirigirán
la ciudad en acuerdo con el senado. Tanto los cónsules como los miembros
del senado son patricios (miembros de familias nobles).
Los distintos integrantes del aparato de gobierno (los dos cónsules, los
pretores, los censores, los cuestores,...) son elegidos por los ciudadanos de
Roma. A los cónsules los eligen los electores y a los miembros del senado
los censores, que previamente han sido elegidos por los electores.
El final del período republicano está marcado por guerras civiles y por el
enfrentamiento interno entre patricios y plebeyos.
Tras el asesinato de Julio César el 15 de marzo del año 44 a.C (los idus de
marzo), y una vez sus responsables son vencidos, se forma un nuevo
triunvirato con Octavio, Lépido y Marco Antonio.
Durante esta etapa se superan las crisis sociales y políticas que el sistema
republicano no pudo hacer frente.
Si bien el período abarcado por los siglos I y II d.C fue conocido como Pax
Romana, desde el siglo III d.C el imperio romano padeció una serie de crisis
militares, políticas y económicas causadas entre otros aspectos por: el
debilitamiento del poder del emperador, el fortalecimiento del papel del
ejército en las provincias, la presión de los pueblos germánicos por el norte
y de los partos y persas por el este, los alimentos empiezan a escasear y
aumentan sus precios.
--Caída
El último emperador de Roma fue Rómulo Augusto que gobernó desde el 475
hasta el 476 con tan solo 15 años de edad. Paradójicamente, llevaba el mismo
nombre que el fundador de Roma, Rómulo, y que el primer emperador,
Augusto. Fue capturado y ejecutado por Odoacro, jefe de la tribu germánica de
origen hérulo, que asumió el poder por la fuerza y puso fin al período del Imperio
romano.
Antagonismo entre el Senado y el Emperador
Una de las principales causas que explican la caída del Imperio Romano, consistió
en el antagonismo sostenido entre el Senado y los Emperadores. El Emperador
romano poseía el poder legal para gobernar sobre los asuntos religiosos, civiles y
militares del estado, con el Senado actuando como cuerpo consejero. El
Emperador tenía el poder sobre la vida y la muerte, eran poderosos, caprichosos y
acaudalados, lo que trajo como consecuencia que se volvieran corruptos, y
muchos de ellos se abandonaran a un estilo de vida perverso, inmoral y engañoso.
Pérdida de la moral
Otra de las causas fundamentales que dieron al traste con el Imperio Romano,
residía en la pérdida de la moral. Este deterioro, especialmente en la clase alta, la
nobleza y los Emperadores, trajo un impacto devastador en el pueblo romano.
Ejemplo de ello, encontramos en la inmoralidad y la promiscuidad de los actos
sexuales, incluyendo el adulterio y las orgías. Algunos Emperadores como Tiberio,
mantenían grupos de jóvenes muchachos para sus placeres, Nerón disfrutaba del
incesto, e incluso poseía un esclavo castrado para tomarlo como esposa,
Heliogábalo forzó a una virgen vestal para contraer matrimonio y Cómodo, famoso
por su harén de concubinas, enfurecía a la multitud romana sentándose en el
teatro o en los juegos, vestido con prendas de mujer.
Corrupción política y de la Guardia Pretoriana
El poder de la Guardia Pretoriana, la élite de soldados que componían la escolta
personal del Emperador, también cayó en un abismo de corrupción política, a tal
punto, que su potestad les permitía a este grupo masivo de soldados, decidir
cuándo un Emperador debía ser depuesto y cuándo debían nombrar uno nuevo.
Rápida expansión del Imperio
El rápido crecimiento de las tierras conquistadas por el Imperio condujo a una
necesidad de defender las fronteras y los nuevos territorios de Roma. Los pueblos
conquistados, al que muchos romanos se referían como los bárbaros, mostraban
un marcado odio hacia sus conquistadores. Los impuestos establecidos a estos
pueblos eran tan altos y abusivos, que las rebeliones se volvieron un suceso
frecuente.
Guerras constantes y alto gasto militar
Las frecuentes sagas bélicas llevadas a cabo por el Imperio, requerían de un
presupuesto militar excesivamente grande. El ejército romano se volvió cada vez
más numeroso, y la demanda de soldados era imparable. Los bárbaros, una vez
conquistados, eran autorizados a unirse al Imperio Romano en calidad de
mercenarios extranjeros.
Economía decadente y alta inflación
El Gobierno Romano se encontraba constantemente amenazado por la
bancarrota, en parte debido al alto costo que demandaba el Imperio, y en parte
también a su economía estancada, los elevados impuestos y una inflación que
condujo al final inevitable del Imperio Romano. La mayoría de los habitantes de
Roma apenas pudieron disfrutar de la increíble prosperidad de esta nación. Por
ejemplo, la cantidad de oro enviada al oriente en pago por bienes de lujo, llevó a
una escasez de este mineral para producir las monedas romanas. Como
resultado, la moneda romana se devaluó tanto, que el sistema de trueque hubo de
ser implantado en una de las mayores civilizaciones conocidas por el mundo.
Desempleo de la clase trabajadora
La mano de obra esclava y barata fue otra de las grandes causas que provocaron
la caída del Imperio Romano. Los plebeyos de Roma, al no poder competir contra
los esclavos, quedaron desempleados y pasaron a depender de las dádivas del
Estado. Además de lo anterior, los romanos pusieron en práctica una política de
comercio sin restricciones que empeoró aún más la situación de los plebeyos,
pues se vieron imposibilitados de competir con el comercio extranjero.
La chusma y el costo de los juegos de gladiadores
Si los miles de ciudadanos romanos desempleados se hartaron de sus vidas, esto
llevó a numerosos disturbios civiles y motines callejeros. El populacho necesitaba
encontrar un modo de entretenerse, y los espectaculares juegos de gladiadores
comenzaron a llenar el vacío de sus vidas. El costo de estos juegos corría a cargo
de los Emperadores, y por ende del Estado, por lo que muchos corruptos políticos
patrocinaron los juegos para ganarse el favor y el apoyo del pueblo. El costo de
los juegos de gladiadores, eventualmente llegó a representar un tercio de los
ingresos totales del Imperio Romano.
La esclavitud
El número de esclavos se incrementó dramáticamente durante las dos primeras
centurias del Imperio Romano. La dependencia del pueblo romano a los esclavos
fue tal, que no solo disminuyó la moral, los valores y la ética, sino que propició el
estancamiento de cualquier nueva tecnología que pudiera producir bienes de
manera más eficiente. Los romanos dependían de la mano de obra esclava para
casi todas sus necesidades, y esta dependencia inhibió cualquier cambio o
crecimiento tecnológico.
Desastres naturales
Durante el período del Imperio Romano, no solo existieron guerras externas,
enfrentamientos civiles, peleas callejeras, incendios y rebeliones, sino también
desastres naturales como las plagas, la hambruna y los terremotos. Como en
todos los períodos y sociedades, las personas buscaban a quien culpar,
incluyendo algunas religiones.
Cristianismo
La vida parecía desesperanzadora para los millones de personas regidas bajo
Roma, y la idea de una muerte temprana era algo inevitable. El cristianismo en
cambio, promovía la creencia de la vida después de la muerte, lo que dio un nuevo
aliento de esperanza y coraje al desesperado pueblo romano. Con el paso del
tiempo, el Emperador Romano Constantino el Grande, se proclamó devoto de la fe
cristiana y emitió un edicto en favor de los cristianos otorgándole su protección.
Poco a poco, el Imperio Romano pasaría de una actitud antagonista a un estilo de
vida pacífico.
Invasión bárbara
Durante su reinado, Roma acumuló el odio de sus enemigos más cercanos.
Dentro de ese rango, los ejércitos bárbaros se encontraban compuestos por tribus
como los visigodos, los hunos y los vándalos. El golpe final que llevó a la caída del
Imperio Romano, fue infligido por estas tribus bárbaras. La ciudad de Roma fue
saqueada por los visigodos en el 410 d. C., y por los vándalos en el 455 d. C.,
evidenciando la desintegración de la autoridad romana y su inevitable declive.
-Aportes del imperio romano
Entre los principales aportes del Imperio romano se destacan: