Está en la página 1de 4

¿Prostitución o violencia de género?

Se le designa el término prostitución al intercambio de dinero o algún bien material por

relaciones sexuales entre dos o más personas, si bien este oficio puede ser efectuado tanto

por trabajadores sexuales hombres como mujeres, lo que predomina es el género femenino,

mientras que los clientes son generalmente hombres. Se sabe que la prostitución es una

práctica que ha existido desde siempre, por eso es considerado el oficio más antiguo de la

historia.

Por otra parte, para comprender la prostitución existen enfoques como los enfoques

jurídicos tradicionales para la comprensión y normatización de la prostitución han sido: el

prohibicionismo, el reglamentarismo y el abolicionismo. En el primero la prostitución se

considera un delito, la mujer que la ejerce es una delincuente; en el segundo, se le considera

un mal necesario; y en el tercero una especie de esclavitud, la mujer que la ejerce es una

víctima de las condiciones sociales. El abolicionismo es el discurso jurídico hegemónico y

dominante, dada su fuerza y su contenido ideológico condiciona la mirada y la comprensión

de otras disciplinas, incluida la psicología. En estos tres enfoques no se reconoce la

prostitución como un trabajo.

Para, (Pachajoa Londoño & Figueroa García, 2008). La opción por la prostitución se

comprende en el marco de las oportunidades laborales y los ingresos de las mujeres. Sin

embargo, advierte sobre el peligro de caer en determinismos socioeconómicos en los que se

equipara la pobreza con la prostitución. “La opción por la prostitución está construida

socialmente, y cuando es voluntaria, implica una valoración de las alternativas laborales

posibles, que está determinada a su vez por los significados que se atribuyen a cada

opción”. Las investigaciones muestran que las mujeres que se dedican a la prostitución por
voluntad propia han tenido otros empleos, sin embargo, la prefieren por sobre otros trabajos

de bajo prestigio social, bajos ingresos, alta demanda de tiempo y esfuerzo físico.

Una de las razones por las cuales la prostitución no ha sido reconocida como trabajo es

porque sobre ella pesan la estigmatización, la desvalorización y la esencialización. Es decir,

a la prostituta se le considera diferente e indigna de aceptación social, Esto hace suponer

que la prostituta no es una trabajadora, sino una persona con una particular configuración

social, emocional y psíquica. La estigmatización, la desvalorización y la esencialización

son el resultado de la sanción que reciben las prostitutas por subvertir los roles de género

tradicionales de la sociedad patriarcal, en los que el polo más valorado del rol femenino es

el de madre y esposa, y el menos valorado es el de puta. La desvalorización de la prostituta

tiene un importante valor pedagógico, mostrar lo que les ocurre a las mujeres que se alejan

del modelo aceptado de comportamiento femenino.

Existen mujeres que deciden involucrarse en la prostitución no por voluntad propia sino por

falta de recursos económicos falta de posibilidades, necesidades, prefieren el camino fácil

sin tanto esfuerzo para ganar dinero haciendo este oficio en contra de su voluntad porque

les toca sino con que sobreviven ellas o su familia actualmente estamos en una sociedad

llenas de pocas posibilidades para salir adelante por esta razón muchas mujeres le toca

elegir ese camino.

Algunas de las causas que explica porque varias mujeres la ejercen están la pereza o auto

indulgencia, el gusto por el dinero, fácil y rápido, seducción y posterior abandono, los

fenómenos migratorios aunados a la falta de oportunidades laborales, la pobreza, la

promiscuidad sexual, unida a la inmadurez intelectual y afectiva, así como la promiscuidad

familiar. Todas estas causas van encaminadas a dar explicación al fenómeno de la


prostitución, la voluntad en el proceso de selección del trabajo sexual como forma de vida,

e incluso, de realización profesional.

Algunas investigaciones muestran que si la prostitución fuera por voluntad propia porque

más del 95% de mujeres que la ejercen ha sido a causa de una violación o porque son

víctima de tratas, prostitución forzada a través de condiciones socioculturales, entonces la

prostitución está muy encaminada a factores socioeconómicos y violencia física por esta

razón muchas mujeres caen en este camino, del dinero fácil sin vuelta atrás, siendo

obligadas por explotadores sexuales.

La prostitución encamina la violencia de género extrema, como es el uso y violación de

mujeres por dinero, está en contra de los derechos humanos y no debe ser considerada un

“trabajo” que justifique su continuidad y que quienes la promueven y se benefician de ella,

En contra de este oficio llamado prostitución hay que cambiar el foco de análisis y

centrarnos en el protagonista de esta forma de violencia de género que permanece oculto y

casi siempre pasa desapercibido e invisibilizado. En esta época de libertad sexual como la

actual, todos los estudios y resultados coinciden en que los hombres usan la prostitución

como un ejercicio de poder y sumisión sobre otra persona, con la que no tienen que tener

ninguna consideración porque la pagan y debe estar a su servicio, convirtiéndola en objeto

de consumo, la prostitución, se justifique como la quieran justificar, no deja de ser una

violación reiterada, no una relación sexual en libertad e igualdad. No se vende la actividad

o el producto, como en cualquier trabajo, sino el propio cuerpo sin intermediarios. Y el

cuerpo no se puede separar de la personalidad.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Beda, R. (2016). Un ensayo sociológico sobre la prostitución. Política y Sociedad, 53(3),

897-914. https://doi.org/10.5209/rev_POSO.2016.v53.n3.48476

Sanchis, E (2011). Prostitución voluntaria o forzada. Una contribución al debate. Papers,

96(3).

Figueroa García, Jhonny Alexander, & Pachajoa Londoño, Alejandro (2008). ¿Es la

prostitución un trabajo? Tesis Psicológica, (3),54-69.

También podría gustarte