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6 de Julio
I. MONICIÓN DE ENTADA
Hoy hacemos un alto en el camino, para compartir unos momentos de reflexió n y oració n.
Dios tiene que ser el fundamento primero y ú ltimo de nuestro quehacer educativo.
La Buena Noticia de Jesú s tiene que ser el soporte, desde las Bienaventuranzas y el
mandato del Amor, má s aun Dios se nos hace presente en el cariñ o, la paciencia y el amor
que nuestros maestros reflejan.
Pocas veces, como estudiantes, oramos por nuestros maestros, pero hoy vamos a orar
por todos los ellos y ellas; por aquellos que no está n físicamente a nuestro lado y por
aquellos que hoy nos acompañ an en nuestro caminar educativo, para que no dejen de
indicarnos el camino que nos llevará al maestro por excelencia y al ú nico, que es Jesú s.
Mt 10,17-27
Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillá ndose, le preguntó :
“Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?”. Jesú s le dijo: “¿Por qué
me llamas bueno? Só lo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matará s, no
cometerá s adulterio, no robará s, no dará s falso testimonio, no perjudicará s a nadie,
honra a tu padre y a tu madre”. El hombre le respondió : “Maestro, todo eso lo he
cumplido desde mi juventud”. Jesú s lo miró con amor y le dijo: “Só lo te falta una cosa: ve,
vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrá s un tesoro en el cielo. Después, ven y
sígueme”.
Efesios 4:11-12
“Y él mismo constituyó a unos, apó stoles; a otros profetas; a otros evangelistas; a otros,
pastores y MAESTROS, a fin de perfeccionara los santos para la obra del ministerio, para
la edificació n del cuerpo de Cristo…”
III. HOMILIA:
Ser docentes es una vocació n que hemos elegido que tememos la noble labor de forjar el
presente y futuro de la sociedad, quienes hemos recibido la misió n de transformar
actitudes, aptitudes y mentes de los estudiantes.
En nuestras manos está el poder de moldear a nuestros discípulos y la gran satisfacció n
de contribuir a que se tornen mejores personas y ciudadanos. Con la prá ctica asidua de
la paciencia, la tolerancia y responsabilidad.
El Maestro es aquel que vive desde la fe su vocació n docente, con calidad profesional y
una proyecció n apostó lica de esa fe en la formació n integral del hombre, en la
comunicació n de la cultura, en la prá ctica de una pedagogía de contacto directo y
personal con el estudiante, y en la animació n espiritual de la comunidad educativa a la
que pertenece.
Todo Maestro está llamado a realizar su misió n, teniendo a Cristo como eje central y
haciendo de nuestra Institució n Educativa un lugar para encontrar a Dios vivo, quien
revela en Jesucristo su fuerza transformadora de su amor y su verdad.
Va má s allá de un trabajo, de un título o de un cargo y tampoco se agota en la vocació n.
Es la elecció n de una forma de vida que se asume desde la labor diaria, las exigencias, la
lucha, el agotamiento, la esperanza y la alegría de hacer lo que elegimos ser.
IV. PETICIONES
Elevemos ahora nuestras peticiones a Dios Padre y respondamos a cada una de ella:
1. Te pedimos Señ or por el papa Francisco, por los sacerdotes, religiosas y misioneros;
para que continú en con la misió n de evangelizar y llevar la alegría a los hombres que
no conocen a Dios.
ROGUEMOS AL SEÑOR
4. Te pedimos Señ or, por las familias de nuestros maestros, de todos los estudiantes y las
personas que nos acompañ an en esta celebració n de nuestros maestros por su día,
para que no perdamos el rumbo y el sentido evangélico que queremos vivir.
ROGUEMOS AL SEÑOR
5. Te pedimos Señor por quienes tanto lo necesitan, hombres y mujeres, niños y niñas,
adolescentes y jóvenes de los países más pobres de nuestro mundo.
ROGUEMOS AL SEÑOR
V. DECÁLOGO DEL MAESTRO
VII. DESPEDIDA.
Felicidades Maestro
Gabriela Mistral
Para ti MAESTRO
Tú, sin más paga, sin más recompensa,
Que verme en la fe crecer,
Me enseñaste con mucha paciencia
Gran parte de lo que hoy yo sé.
Tú me mostraste en la Palabra de Dios
Al valiente David y al humilde Moisés,
Al Dios hecho hombre que por amor
En la cruz del calvario quiso padecer.
Maestro querido, maestro de la Biblia,
Te doy muchas gracias por todo,
Por tu esfuerzo, por tus lágrimas,
Por tu entrega a un trabajo silencioso.
De corazón deseo que nuestro buen Dios
(Al que nos enseñaste a conocer+
Y a quien ahora exaltamos y damos loor),
Colme tu vida de toda clase de bien.
Maestro querido, Maestro de la Biblia…
FELICIDADES en este día especial!
FELÍZ TU MAESTRO