Está en la página 1de 50

ESTABILIDAD DE TALUDES

Prof. Camilo Andrade


MACROCOMPETENCIA

 Desarrollar los conocimientos teóricos y prácticos, y


las habilidades necesarias para el mejoramiento de
la infraestuctura relacionada a la estabilidad de
taludes en nuestro país.
COMPETENCIAS ESPECIFICAS

 Conocer las propiedades del suelo y rocas mínimas


necesarias para todo proyecto de estabilidad de taludes.

 Identificar las principales variables geotécnicas y


constructivas implicadas en todo tipo de proyectos de
estabilidad de taludes. Ofrecer mejores soluciones
técnicas para los proyectos, teniendo en cuenta el entorno
y condición geotécnica del suelo.
COMPETENCIAS ESPECIFICAS

 Conocer las diversas alternativas de sistemas de sostenimiento


de suelos según las condiciones y características de cada
proyecto.

 Desarrollar estrategias para el planeamiento y control durante


la evaluación de la estabilidad de taludes.

 Promover el uso de nuevas tecnologías que se vienen utilizando


en el entorno global e implementar los procedimientos que se
están introduciendo en nuestro medio.
TEMAS

 Introducción

 Reconocimiento y caracterización geotécnica

 Factores condicionantes y desencadenantes

 Tipos y mecanismos de rotura. Definición de factor de

seguridad.
TEMAS

 Métodos de cálculo. Taludes en suelos

 Métodos de cálculo. Consideración de sismo

 Métodos de estabilización

 Instrumentación y control
INTRODUCCIÓN

El moderno desarrollo de las actuales vías de


comunicación, carreteras y ferrocarriles, así como el
impulso de la construcción de presas de tierra, y el
desenvolvimiento de obras de protección contrala
acción de ríos han puesto al diseño y construcción de
taludes en un plano de importancia de primer orden en
la ingeniería moderna.
DEFINICIÓN DE TALUD

Qué es?
Se entiende por talud a cualquier superficie inclinada
respecto de la horizontal que hayan de adoptar
permanentemente las estructuras de tierra. No hay duda
que el talud constituye una estructura compleja de
analizar debido a que en su estudio coinciden los
problemas de mecánica de suelos y de mecánica de rocas,
sin olvidar el papel básico que la geología aplicada
desempeña en la formulación de cualquier criterio
aceptable.
DEFINICIÓN DE TALUD

TIPOS DE Talud

Cuando el talud se produce en forma natural, sin


intervención humana, se denomina ladera natural o
simplemente ladera. Cuando los taludes son hechos por
el hombre se denominan cortes o taludes artificiales.
DEFINICIÓN DE TALUD

TALUD NATURAL TALUD ARTIFICIAL


Definición de estabilidad

Se entiende por estabilidad a la Propiedad de un cuerpo o de


una masa de tierra de mantenerse en equilibrio contra la falla
o movimiento.

Como primera medida es necesario definir criterios de


estabilidad de taludes, entendiéndose por tales algo tan
simple como poder decir en un instante dado cuál será la
inclinación apropiada en un corte o terraplén.
ESTABILIZACIÓN DEL TALUD

Para el diseño de las obras de estabilización en un


talud debe realizarse un análisis muy completo de las
condiciones geológicas, geotécnicas, hidrológicas y
ambientales que permitan tener un conocimiento
completo del comportamiento del talud.
METODOLOGÍA DE TRABAJO

El estudio se realiza según las siguientes actividades

Etapa 1. Reconocimiento de campo: Realizar un


análisis preliminar para saber qué tipo de movimiento
corresponde. Determinar las características del
proceso de inestabilidad, materiales involucrados y
procedimiento de la investigación.
RECONOCIMIENTO DEL TALUD

 Etapa 2. Exploración del Subsuelo:

INDIRECTA: Mediante la realización de 3 sondeos


eléctricos verticales SEV, se determina
aproximadamente la geometría y profundidad de la
superficie de falla, además de la configuración
estratigráfica determinada a partir de valores de
resistividad aparente.
RECONOCIMIENTO DEL TALUD

 Etapa 2. Exploración del Subsuelo

DIRECTA: Conocida la profundidad y geometría de


la superficie de falla se asigna los sitios a investigar
mediante 2 perforaciones mecánicas, para
determinar las propiedades y parámetros de la masa
inestable.
RECONOCIMIENTO DEL TALUD

• Etapa 3: Ensayos de Laboratorio: Al material


recuperado en cada perforación se le realizaron las
pruebas necesarias para obtener las características
del subsuelo.

• Etapa 4. Análisis de Información: Con base en la


información e interpretación de las actividades
adelantadas se determinan las obras requeridas
para la estabilización del sector.
RECONOCIMIENTO DEL TALUD

• Etapa 5: MODELAMIENTO. Se representan las


características físicas del talud en un software de
estabilidad de taludes “SLOPE” que determina la
probabilidad de falla antes y después de las obras
de estabilización.
COMPOSICIÓN SUELO – ROCA
CARACTERIZACIÓN DEL TALUD

Geología

En este tipo de estudio se realiza una descripción del


entorno geológico a nivel regional y a nivel local,
identificando las formaciones y estructuras geológicas
del sector, para de esta manera lograr conocer los
factores que pueden llegar a ser influyentes en el
desarrollo del estudio de estabilidad.
CARACTERIZACIÓN DEL TALUD

Meteorización
Al aumentar la meteorización de la roca se requieren
taludes más tendidos, menores alturas entre bermas y
mayor ancho de las gradas. Los materiales muy
meteorizados requieren de taludes inferiores a 1H: 1V.

En la mayoría de las formaciones geológicas no


permiten alturas entre bermas superiores a 7 metros y
requieren anchos de berma de mínimo 4 metros.
CARACTERIZACIÓN DEL TALUD

Para cortes en materiales meteorizados la pendiente


en la parte más profunda del corte permite ángulos
superiores a los de la cabeza del talud.

Se recomienda para cortes de gran altura establecer


ángulos diferentes de pendiente para el pie y la cabeza
del corte, adaptándolos a la intensidad del proceso de
meteorización.
PENDIENTE DEL TALUD
EJERCICIO EN CLASE:
PENDIENTES Y BERMAS
Factores condicionantes y
desencadenantes

La estabilidad de los taludes está determinada por factores


capaces de modificar las fuerzas internas y externas que actúan
sobre el terreno. Estos factores que condicionan la situación de
equilibrio se agrupan en:

Factores condicionantes (o “pasivos”): son intrínsecos a los


materiales naturales, tales como factores geométricos o
morfológicos, geológicos, hidrogeológicos, geotécnicos,
estructurales.
Factores condicionantes y
desencadenantes

Factores desencadenantes (o “activos”): son factores externos que


actúan sobre los suelos, modificando sus características,
propiedades y las condiciones de equilibrio del talud o ladera,
provocando o desencadenando las inestabilidades una vez que se
cumplen una serie de condiciones. Son responsables, por lo
general, de la magnitud y velocidad de los movimientos.
Factores condicionantes

•Relieve y geometría.

El relieve y la geometría juegan un papel definitivo en cuanto que


es necesaria cierta pendiente para que se produzcan los
movimientos gravitacionales en masa. Las regiones montañosas
son las zonas más propensas a la ocurrencia de los movimientos
de ladera.

No obstante, en ocasiones, y dependiendo de otros factores


presentes, es suficiente una pendiente muy baja, para que tengan
lugar determinados tipos de inestabilidades, como los flujos de
barro o tierra.
Factores condicionantes

•Estratigrafía y litología.
La naturaleza del material que forma un talud o una ladera está
íntimamente relacionada con el tipo de inestabilidad que éste puede
sufrir, presentando las diferentes litologías distinto grado de
susceptibilidad potencial ante la ocurrencia de deslizamientos. Las
propiedades físicas y resistentes de cada tipo de material, junto con
la presencia de agua, gobiernan su comportamiento tenso-
deformacional.

Aspectos como la alternancia de materiales de diferente litología,


competencia y grado de alteración, o la presencia de capas de
material blando o de estratos duros, controlan los tipos y la
disposición de las superficies de rotura.
Factores condicionantes

•Estructura geológica y discontinuidades

La estructura geológica juega un papel definitivo en las


condiciones de estabilidad. La combinación de los elementos
estructurales con los parámetros geométricos del talud, altura e
inclinación, y con su orientación, define los problemas de
estabilidad que se pueden presentar. Estos factores son más
influyentes en macizos rocosos que en materiales tipo suelo. No
obstante también los suelos pueden estar afectados por fallas y
discontinuidades.
Factores condicionantes

• Condiciones hidrogeológicas.

La mayor parte de las roturas se producen por los efectos del agua en el
terreno, como la generación de presiones intersticiales, o los arrastres y
erosiones, superficiales o internas, de los materiales que forman el
talud o la ladera. En general, puede decirse que el agua es el mayor
enemigo de la estabilidad de los taludes .

La presencia de agua en un talud o la ladera reduce su estabilidad al


disminuir la resistencia del terreno y aumentar las fuerzas tendentes a
la inestabilidad.
Factores condicionantes y
desencadenantes
Condiciones hidrogeológicas.

Sus efectos más importantes son:

• Erosión interna por flujo subsuperficial o subterráneo.


• Meteorización y cambios en la composición mineralógica de los
materiales.
• Reducción de la resistencia al corte de los planos de rotura al
disminuir la tensión normal efectiva.
• La presión ejercida sobre grietas de tracción aumenta las fuerzas que
tienden al deslizamiento.
• Aumento del peso del material por saturación.
Factores condicionantes

Propiedades geomecánicas de los suelos.


La posible rotura de un talud o ladera a favor de una determinada superficie
depende de la resistencia al corte de la misma. En primera instancia, esta
resistencia depende de los parámetros resistentes del material, cohesión y
fricción.

Efectos de la meteorización.
En determinados tipos de suelos, los procesos de meteorización juegan un
papel importante en la reducción de sus propiedades resistentes, dando lugar a
una alteración y degradación intensas al ser expuestos los materiales a
las condiciones ambientales como consecuencia de una excavación. Esta pérdida
de resistencia puede dar lugar a la caída del material superficial y, si afecta a
zonas críticas del talud, puede generar roturas generales, sobre todo en
condiciones de saturación.
Factores condicionantes y
desencadenantes

Factores desencadenantes

Los más importantes son las precipitaciones, los cambios en las


condiciones hidrogeológicas de las laderas, las sobrecargas
estáticas y cargas dinámicas, la modificación de la geometría, la
erosión y los terremotos. Algunos de ellos, como los cambios de las
condiciones de agua, de la geometría, así como las sobrecargas y
cargas dinámicas, frecuentemente son la consecuencia de acciones
antrópicas.
Factores desencadenantes

Sobrecargas estáticas y cargas dinámicas.


Estas presiones modifican la distribución de las fuerzas y pueden generar
condiciones de inestabilidad. Entre las primeras están el peso de estructuras
o edificios, u otro tipo de cargas como rellenos, escombreras, paso de
vehículos pesados, que cuando se ejercen sobre la cabecera de los taludes,
modifican sus condiciones de estabilidad ya que aportan una carga adicional
que contribuye al aumento de las fuerzas desestabilizadoras.

Las cargas dinámicas se deben, principalmente, a los movimientos sísmicos,


naturales o inducidos, y a las vibraciones producidas por voladuras cercanas o
plantas industriales. En casos de fuertes movimientos sísmicos, las fuerzas
aplicadas de forma instantánea pueden producir la rotura general del talud si
existen las condiciones previas favorables.
Factores desencadenantes

Precipitaciones y condiciones climáticas.


El desencadenamiento meteorológico y climático de los movimientos de
ladera e inestabilidad de taludes está relacionado fundamentalmente con el
volumen, intensidad y distribución de las precipitaciones, y con el régimen
climático. Así, debe considerarse la respuesta del terreno a precipitaciones
intensas, y la respuesta estacional o plurianual (ciclos húmedos y de sequía).

El agua en el terreno da lugar a presiones que alteran los estados de


esfuerzos, por presiones intersticiales y aumento del peso, a procesos de
erosión interna y externa y a cambios mineralógicos, aspectos todos ellos
que modifican las propiedades y resistencia de los materiales tipo suelo.
Factores desencadenantes
La infiltración del agua de lluvia produce flujos subsuperficiales y
subterráneos en las laderas, el aumento del contenido en agua de la zona
no saturada y la elevación del nivel freático, recargando la zona
saturada.

La cantidad de agua que se infiltra al terreno depende de la intensidad y


duración de las lluvias, tamaño de la cuenca de aporte, contenido previo
de agua en el terreno, de su permeabilidad y de la topografía y otras
características de la ladera, como la presencia de vegetación.

Las precipitaciones intensas durante horas o días pueden desencadenar


movimientos superficiales, como deslizamientos y flujos de barro o
derrubios.
Factores desencadenantes

Condiciones antrópicas.
MODOS DE ROTURA EN TALUDES

La selección apropiada de las medidas de contención y


estabilización de los taludes y laderas depende en gran medida del
conocimento preciso del tipo de mecanismo actuante, su velocidad y
dimensiones. Una incorrecta apreciación del mecanismo de rotura,
puede tener como consecuencia que las soluciones adoptadas para
estabilizarla sean ineficaces y a veces, contraproducentes.

En la literatura científica y técnica existen numerosas


clasificaciones de los movimientos de ladera. La clasificación
que vamos a comentar aquí está basada en las dos más aceptadas
por la comunidad internacional: la de Varnes (1978), completada
posteriormente por Cruden y Varnes (1996) y la de Hutchinson
(1988).
MECANISMOS DE LOS
MOVIMIENTOS DE LADERA

Las clasificaciones de movimientos de ladera más aceptadas se


basan en las características cinemáticas de los movimientos, es
decir, en los mecanismos de propagación. Para identificar del
mecanismo actuante es necesario acudir a detalladas
observaciones geomorfológicas, geométricas y al análisis de
los desplazamientos en superficie y en profundidad. Raras
veces se dispone de toda esta información y la identificación
del mecanismo se realiza casi exclusivamente a partir de la
forma de la masa movida.

Todas las clasificaciones coinciden en la existencia de, al menos,


cinco mecanismos principales que son: caídas, vuelcos,
deslizamientos, expansiones laterales y flujos.
Desprendimientos o caídas
El desprendimiento se origina por el despegue de una masa de suelo
o roca de una pared empinada o acantilado. El movimiento
tiene lugar mediante caída libre y posterior rebote o
rodadura. Es frecuente que al impactar contra la superficie
del terreno, la masa caída se rompa en multitud de
fragmentos.

El movimiento es muy rápido. La rotura suele producirse por


deslizamiento o vuelco de pequeña envergadura,
proporcionando a la masa despegada una velocidad inicial. La
propagación de los desprendimientos en laderas con pendientes
superiores a los 76º se produce preferentemente por caída
libre, por debajo de este ángulo los impactos contra el
terreno son frecuentes.
Desprendimientos o caídas
Vuelcos

Es la rotación hacia delante y hacia el exterior de la ladera,


de una masa de suelo o roca alrededor de un eje situado por
debajo de su centro de gravedad. La fuerza desestabilizadora
es la gravedad así como el empuje ejercido por el terreno
adyacente o los fluidos (agua o hielo) en las grietas.
Vuelcos
Deslizamientos (slides)

Es un desplazamiento ladera abajo de una masa de suelo o


roca, que tiene lugar predominantemente sobre una o más
superficies de rotura, o zonas relativamente delgadas con
intensa deformación de cizalla. Elementos característicos de este
tipo de movimiento son la presencia de superficies de rotura
definidas y la preservación a grandes rasgos de la forma de la masa
desplazada.

La distinción entre deslizamientos rotacionales y translacionales es


importante en lo que se refiere a los análisis de estabilidad y
el diseño de medidas de control y estabilización. Este tipo de
movimientos es el que dispone de métodos de análisis y
modelización más desarrollados.
Deslizamientos (slides)

La rotura se produce a lo largo de una superficie curvilínea y cóncava. El


terreno experimenta una giro según un eje situado por encima del centro de
gravedad de la masa deslizada. El material de cabecera efectúa una
inclinación contra ladera, generando depresiones donde se acumula
el agua e induce nuevas reactivaciones. Este tipo de mecanismo
es característico de suelos cohesivos homogéneos y de macizos
rocosos intensamente fracturados.

Los deslizamientos rotacionales, una vez producidos, son


susceptibles de reactivación. El movimiento tiende a estabilizarse por
disminución del momento de giro y aumento del momento estabilizador,
no obstante, cualquier cambio en las condiciones piezométricas o la
remoción del pie pueden dar lugar a una nueva inestabilidad.
Deslizamientos traslacionales

Tiene lugar a lo largo de una superficie de rotura plana o ondulada.


La masa deslizada puede proseguir por la ladera. Los componentes de la
masa desplazada se mueven a la misma velocidad y siguen trayectorias
paralelas. A medida que un deslizamiento traslacional progresa puede
romperse, en particular si aumenta la velocidad.

Cuando la superficie de rotura está formada por dos planos que


obligan a la masa rocosa contenida a desplazarse según la línea
de intersección, se forma un deslizamiento en cuña. Las roturas de
cuñas no suelen alcanzar grandes dimensiones debido a que la
intersección de planos de gran penetración en el macizo rocoso es
infrecuente.
Deslizamientos
Expansiones laterales
(lateral spreads)

Varnes (1978), distinguió dos tipos de extensiones laterales.


(1) la fracturación y extensión de material compacto (tanto suelo como
roca), debido a la licuefacción del material subyacente.
(2) Los movimientos afectan al conjunto de formación sin que se
identifiquen zonas basales de cizalla o flujo plástico, o por lo menos,
sin que estén bien definidas. Suelen afectar a litologías blandas y
deformables que se encuentran por debajo de niveles potentes de
materiales resistentes y densos.
Expansiones laterales
Flujos (flows)

Son movimientos espacialmente continuos en los que las


superficies de cizalla tienen corta vida, se encuentran muy próximas
y generalmente no se conservan. La distribución de velocidades en
la masa desplazada se parece a la que se presenta en un fluido
viscoso. Por este motivo, la masa movida no conserva la forma
en su movimiento descendente, adoptando a menudo, formas
lobuladas cuando interesan a materiales cohesivos y
desparramándose por la ladera o formando conos de deyección
cuando afectan a materiales granulares.
Existe una gradación desde los deslizamientos a los flujos
dependiendo del contenido de agua, movilidad y evolución del
movimiento.
FLUJOS

También podría gustarte