Está en la página 1de 4

El Agua Mineral

El agua mineral, estudiada en este


comparativo, se obtiene de manantiales que
llegan a la superficie mediante perforaciones
de distinta profundidad. Lo que diferencia a
esta de otras aguas de bebida es su
naturaleza mineral y su pureza original, ya
que su origen subterráneo protege el acuífero
de contaminaciones químicas o bacterianas. El
agua mineral natural se define como "aguas
bacteriológicamente sanas extraídas de
yacimientos subterráneos y que brotan de un
manantial en uno o varios puntos de
alumbramiento naturales o perforados".

Otro tipo son las aguas de manantial: aguas potables de origen subterráneo que
emergen espontáneamente a la superficie o se extraen mediante labores
practicadas a tal efecto pero que previamente a su consumo precisan la aplicación
de unos mínimos tratamientos físicos para la separación de materiales no
deseables.

Sobre el agua mineral natural se permiten sólo dos operaciones, que mejoran su
calidad sin variar sensiblemente la composición inicial: eliminar compuestos
naturales inestables como hierro y azufre, y modificar su contenido en gas
carbónico. La reducción o eliminación del hierro y del azufre se realiza para evitar
que el agua presente un color, olor o sabor no deseables. El tipo y cantidad de
sustancias disueltas en el agua dependen de la tipología geológica de la zona donde
fluye la fuente.

Así, de las capas profundas sale un agua muy rica en minerales y carbonatada. Si
en su camino se filtra por piedra calcárea, se originan aguas duras (con elevado
contenido en sales de calcio y magnesio); si es por arena compacta, tendremos
agua semidura, y si discurre por granito y basalto, serán aguas blandas. Estas
sustancias solubles también determinan su sabor: las aguas ricas en sodio y
cloruros saben ligeramente saladas; las sales de calcio y magnesio proporcionan un
sabor duro y terroso, y los sulfatos proporcionan un sabor un poco amargo.

Según el contenido global en minerales, o de algunos de ellos, se


distinguen varios tipos de agua mineral natural:

Aguas de mineralización muy débil: residuo seco de hasta 50 mg/l


de mineralización débil: residuo seco de hasta 500 mg/l
de mineralización fuerte: residuo seco superior a 1500 mg/l
bicarbonatadas: más de 600 mg/l de bicarbonato
sulfatadas: más de 200 mg/l de sulfatos
cloruradas: más de 200 mg/l de cloruro
cálcicas: más de 150 mg/l de calcio
magnésicas: más de 50 mg/l de magnesio
fluoradas, o que contienen fluoruros: más de 1 mg/l de fluoruros
ferruginosas, o que contienen hierro: más de 1 mg/l de hierro
bivalente aciduladas: más de 250 mg/l de CO2 libre
sódicas: más de 200 mg/l de sodio Indicadas para dietas pobres en sodio: no más
de 20 mg/l de sodio.
La composición química, al detalle

El análisis químico revela diferencias importantes en el contenido mineral de estas


aguas. El residuo seco varió de 35 a 816 mg/litro, con un promedio en torno a los
400 mg/l. Este residuo seco, que informa del contenido global en minerales de un
agua, indica que Bezoya es de mineralización muy débil (35 mg/l), mientras que
Font Vella, Lanjarón y Alzola serían aguas de mineralización débil. Corconte y
Solares se acercan a los 500 mg/l, pero no los superan, por lo que según los datos
surgidos de este análisis serían también de mineralización débil. Betelu (656 mg/l)
y, especialmente, Insalus (816), rebasan la cifra de 500 mg/l, pero no alcanzan los
1500 mg/l establecidos para que se consideren de mineralización fuerte. Por otra
parte, la conductividad del agua informa de las sales disueltas (en realidad, del tipo
y cantidad de iones, moléculas disociadas) que contiene ese agua. Se anotó un
grupo de muestras con baja cantidad de iones o sales disueltas (Bezoya, Font Vella,
Lanjarón y Alzola), frente a otro cuya conductividad fue mayor: Corconte, Solares,
Insalus y Betelu.

Por otra parte, el pH informa del carácter ácido o alcalino de un agua, que puede
estar influido por el CO2 disuelto, la cantidad de carbonatos y bicarbonatos que
contenga, etc. El promedio del pH (7,21) nos habla de aguas ligeramente alcalinas,
si bien Font Vella, Alzola, Solares, Betelu e Insalus son aguas alcalinas, y Bezoya,
Lanjarón y Corconte tienen un carácter levemente ácido. Relacionando este valor
con el contenido en bicarbonatos, es importante en Solares (253,2 mg/l) y Betelu
(247 mg/l), y bajo en Bezoya (10,2 mg/l) y Corconte (61 mg/l). Entre los metales
alcalinos, el sodio se encuentra en proporción muy superior al potasio. Así,
presentaron un promedio de 54 mg/l de sodio, aunque destacan los 132 mg/l de
Conconte, o los 127 mg/l de Betelu.

Por el contrario, Font Vella, Bezoya, Lanjarón e Insalus mostraron un contenido en


sodio inferior a 20 mg/l, por lo que son (según la norma) aptas para dietas pobres
en sodio. El potasio se encuentra en una media de 1,5 mg/l, destacando los 3,1
mg/l de Corconte. Calcio y magnesio, metales alcalinotérreos, se encuentran
también en estas aguas minerales. Aparte de su importancia nutricional, el
contenido en sales de estos minerales influye sobre la dureza del agua: un mayor
contenido supone mayor dureza.

Destacan Insalus (166 mg/l de calcio y 15,4 mg/l de magnesio) y Betelu (108 mg/l
de calcio y 15,4 mg/l de magnesio). Estas aguas presentan un contenido superior al
promedio en estos minerales. Por el contrario, en Bezoya el contenido es muy bajo
(2,1 mg/l de calcio y 0,4 mg/l de magnesio).

Los cloruros, por su parte, son iones frecuentes en aguas minerales. Su promedio
en estas que nos ocupan es de 82 mg/l, aunque destacan Corconte (211 mg/l),
Betelu (197 mg/l) y Solares (142 mg/l). Por el contrario, su contenido es muy bajo
en Bezoya, con sólo 0,7 mg/l.

En cuanto a sulfatos, destacan los 368 mg/l de Insalus, muy por encima del valor
promedio: 74 mg/l. Font Vella y Bezoya son las más pobres en sulfatos, con menos
de 15 mg/l. Por otra parte, los nitratos se consideran no deseables en en el agua;
al menos, no por encima de cierto valor. En las muestras estudiadas, los valores se
sitúan en torno a 2,8 mg/l de nitratos, que puede considerarse un contenido bajoy
correcto.

Aptas para el consumo y puras


Una de las características que define un agua mineral
natural es su pureza, determinada en gran medida por la
profundidad de la que procede. En la superficie de la
tierra puede existir contaminación, microbiana y química,
que disminuye conforme lo hace la profundidad. En el
punto de salida, un agua mineral presenta cierta flora,
autóctona o natural. Así, su recogida debe realizarse bajo
condiciones que garanticen su calidad bacterológica
original. Además, el almacenamiento debe realizarse en
condiciones que aseguren su adecuada conservación,
protegidos de la luz solar y olores agresivos, en un lugar
fresco y seco.

Las aguas minerales incluidas en este comparativo


superaron perfectamente los análisis microbiológicos; por
tanto, se encontraban en buenas condiciones para el
consumo.

Etiquetado: una muestra incumple la


norma

Además de la información obligatoria para todo producto alimenticio, en el caso del


agua mineral natural se contemplan otros requisitos. Así, la denominación debe ser
"agua mineral natural", y, si corresponde, "agua minero-medicinal" pero en
caracteres de menor tamaño. Debe incluir el nombre del manantial o lugar de
explotación, además del término municipal y provincia en las aguas nacionales.
También debe llevar una referencia a la conformidad oficial de los resultados
analíticos, indicando la fecha del análisis, o incluir la composición analítica del agua.
Pueden incluir la temperatura del agua en el punto de salida, la fecha en la que el
manantial o punto de explotación fue declarado mineral natural o de utilidad
pública, y una descripción de las características del agua (como la aptitud para
dietas pobres en sodio) según las directrices marcadas en la legislación. Se prohíbe
específicamente incluir menciones relativas a propiedades de prevención,
tratamiento o curación de enfermedades.

Las aguas estudiadas cumplen todos estos puntos, con una excepción: Corconte
indica que actúa contra las afecciones renales, vías urinarias y enfermedades
metabólicas, incurriendo en incumplimiento de la norma, que prohibe este tipo de
afirmaciones. Todas se autodenominaban agua minero-medicinal. Se permite hoy
que las aguas que contaban con esta denominación antes de la entrada en vigor de
la norma actual sigan incluyéndola Pero no por ello son de mayor calidad o poseen
propiedades curativas de las que las otras aguas minerales carecen.

Por otra parte, las muestras incluyen menciones en sus etiquetados, respetuosas
con las directrices de la legislación. Bezoya se describe como de mineralización muy
débil, mientras que Font Vella, Lanjarón, Alzola y Solares dicen ser de
mineralización débil. Asimismo, Font Vella, Bezoya, Lanjarón e Insalus son
Indicadas para dietas pobres en sodio, mientras que las tres primeras son además
Indicadas para la preparación de alimentos infantiles. Alzola es la única que incluye
Puede ser diurética. Respecto de estas dos últimas leyendas, permitidas, no se
establece ningún límite o criterio a cumplir. Otra indicación importante son las
instrucciones de conservación: en un sitio limpio, fresco y seco, protegido de olores
agresivos y de la luz solar.

La única irregularidad al respecto es que la mención de proteger de la luz solar no


aparece en Insalus. Insalus y Alzola, por su parte, señalan la profundidad de la que
nace su agua, y Alzola incluso informa de la temperatura a la que emerge. Por otra
parte, la mayoría incluyen menciones en relación con las características del envase,
bien respecto a su composición (PET), carácter reciclable, volumen reducible, tipo
de tapón, o la indicación de no reutilizar las botellas en posteriores llenados.

Este agua tiene sabor y olor

El carácter inodoro e insípido del agua es bastante relativo así se habla de aguas
minerales. Los resultados de la cata revelan claras diferencias entre las ocho
muestras, tanto en apariencia (color y limpidez), como en criterios olfato-gustativos
(olor, cuerpo, sabor, post-gusto). Font Vella, Bezoya y Lanjarón, que ofrecen un
sabor ligero, limpio y fresco y sin defectos, son superiores al resto. En Alzola, la
cuarta mejor, se encontró un ligero post-gusto áspero, como de plástico. En
Corconte destacó su sabor salado, quizá debido a su mayor contenido en cloruros y
sodio. En Solares y Betelu señalaron los catadores también esta característica,
junto con notas de post-gusto que recuerdan a amargo, químico o plástico. Por
último, en Insalus destaca un post-gusto amargo, acre y persistente, quizá
relacionado con su mayor contenido en sulfatos.

La clasificación de la cata premia a las aguas de mineralización más débil, y, si


hacemos caso a su grado de mineralización, establece dos grupos: Font Vella,
Bezoya y Lanjarón por un lado, y Corconte, Solares, Betelu e Insalus por otro.
Alzola (mineralización débil pero no tanto como las tres mejor valoradas en la cata)
queda a medio camino. Pero en el consumidor los gustos pueden decantarse hacia
aguas más o menos salinas, más o menos duras, con más o menos sabor, según
sean los hábitos de consumo y las preferencias de cada individuo.

También podría gustarte