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- Atresia congénita
- Tapón de cerumen/exostosis/tumores
- Otitis externas
- Otitis media aguda
- Otitis media con efusión
I. Oído Externo:
La piel del conducto en su parte interna carece de glándulas y folículos pilosos, pero el
conducto en su tercio externo tiene folículos pilosos y glándulas sebáceas (que producen
lípidos) y glándulas apócrifas (ceruminosas) denominadas unidad apopilosebácea y
proporcionan una función protectora: el cerumen es una combinación de secreciones
producidas por las glándulas sebáceas, apocrinas modificadas y células descamadas, y pueden
vincularse con el contenido de inmunoglobulina y lisosoma; por tanto, la función del cerumen
es protectora, forma una cubierta ácida que ayuda a prevenir las infecciones del conducto
auditivo externo.
Consideraciones generales: Las anomalías congénitas del oído externo incluyen un espectro de
malformaciones del pabellón auricular, así como grados variables de atresia y estenosis del CAE .
Las causas de estos padecimientos pueden ser genéticas o consecutivas a exposición ambiental.
Estas afecciones incluyen variantes de microtia, oído caído, oído en copa, oído de Stahl, criptotia y
oído prominente. La lista de síndromes relacionados es extensa e incluye los síndromes de
Goldenhar (microsomía hemifacial), de Treacher Collins, de Robinow y branquiootorrenal.
Las protuberancias auriculares que dan origen al pabellón durante la sexta semana de
embriogénesis, mientras los dos tercios internos del CAE no se forman hasta la semana 26. Los
fenómenos desfavorables a lo largo de este periodo podrían dar origen a las anomalías
estructurales del oído externo.
Atresia aural congénita y estenosis del CAE
Las anomalías congénitas del EAC varían entre la estenosis leve y la atresia completa. Éstas
se observan con frecuencia en relación con malformaciones del pabellón auricular y las
estructuras del oído medio. El colesteatoma del CAE puede aparecer cuando hay
estenosis grave del CAE. La evaluación audiológica con mediciones conductuales o
electrofisiológicas debe realizarse para confirmar la audición normal en el oído
contralateral en la enfermedad unilateral, y para buscar pérdida auditiva neurosensitiva
ipsolateral. El rastreo por CT detecta anomalías osiculares, del nervio facial y de la
cápsula ótica, así como el grado de neumatización del hueso temporal. Además, el rastreo
por CT puede utilizarse para identificar un colesteatoma medial a la estenosis del
conducto.
• La atresia aural se presenta en 1 de cada 10,000 – 20,000 RN vivos.
Puede presentarse aislada o junto a malformaciones craneofaciales como Treacher Collins
o Crouzon.
• Un tercio de las malformaciones son bilaterales y suelen asociarse a microtias.
• La atresia provoca una hipoacusia conductiva de hasta 60 dB. Generalmente la vía ósea
es normal.
• Placa atrésica ósea.
• Malformación de martillo y yunque (con fusión o ausencia de huesecillos).
• Son más infrecuentes las malformaciones que comprometen al estribo.
• El nervio facial presenta alteraciones anatómicas, sobre todo en su segmento mastoideo
se encuentra lateralizado y más anterior, dificultando la resolución quirúrgica.
• Las estenosis del conducto auditivo que presentan un lumen < a 2-4 mm tienen alto
riesgo >50% de presentar un colesteatoma.
Exostosis: Nódulos lisos y redondeados que intentan ocluir el CAE y que son cubiertos por
piel normal. Sólo está indicada su extracción cuando afectan la audición o retienen
cerumen.
- Este se conoce como “oído de buceador”, ya que tal estado parece estar inducido por la
exposición crónica al agua fría. Esta afección con frecuencia es bilateral y la exostosis
tiene una base amplia contra el hueso adyacente.
Osteoma: Tumor de tejido óseo esponjoso y de carácter progresivo. El osteoma del
conducto auditivo externo tal vez sea difícil de diferenciar de una exostosis, pero es
característico que sea unilateral y pedunculado.
Otitis Externa
• Bacteriana
– Localizada/Difusa
– Maligna
• Micótica
• Viral
Otitis externa aguda difusa: La otitis externa difusa es la denominada clásica “oído del
nadador” u “oído tropical”. Su inicio es repentino y sus síntomas son desproporcionados a
los resultados clínicos. Se debe realizar diagnóstico diferencial con otras enfermedades
que generan otalgia, hipoacusia y otorrea, principalmente con la otitis media.
- Sintomatología: La otitis externa aguda tiene un desarrollo rápido, por lo general en 48
horas; inicia con síntomas como prurito, dolor, y luego con el edema; al disminuir la luz
del conducto se agrega la hipoacusia. El dolor (70% de los casos) que va de leve a
moderado es espontáneo y aumenta a la movilización del pabellón auricular o el trago
(signo del trago positivo), siendo ésta una característica en el diagnóstico diferencial con la
otitis media, en
la cual el dolor es profundo y no se modifica con el movimiento. Aunque en general el
dolor es desproporcionado a los hallazgos, puede abarcar también la articulación
temporomandibular y aumenta con la masticación. Los otros síntomas se presentan con
menor frecuencia: comezón o prurito (60%), sensación de plenitud aural (22%), y la fiebre
es ligera. La otorrea algunas veces presente es pegajosa y amarillenta. La hipoacusia no
siempre se presenta (32%); sólo en los casos que el edema del conducto lo cierra, o debido
a los detritos.
- Diagnóstico diferencial: Debe hacerse con otras causas de otalgia y otorrea, como otitis
externa crónica, otitis externa maligna o enfermedad de oído medio.
Otitis externa micótica: La otomicosis, o infección fúngica, también conocida como otitis
externa micótica, representa alrededor del 10% de los casos de otitis externa; es común
en ciudades tropicales, lugares húmedos y después de antibioticoterapia tópica por largo
tiempo, la cual da lugar a la ausencia de la capa protectora de cerumen, maceración de
piel subyacente, incremento del pH ambiental y modificación de flora microbiana del
conducto auditivo externo. También es común en pacientes con diabetes, infección por
VIH o en estados de inmunodeficiencia. El principal agente causal es Aspergillus spp. con
frecuencia del 60% al 90% de los casos; en segundo lugar, Candida del 10 a 40%, sea
Candida albicans, hongo blanco o Candida parapsilosis. Otros hongos que se sabe
producen otitis externa micótica son Phycomycetes, Rhizopus, Actinomyces y Penicillium.
Los principales síntomas incluyen prurito y otorrea espesa, la cual puede ser negra, gris,
azul verdosa (Aspergillus fumigatus), amarilla (Aspergillus flavus) o blanca. A la exploración
física, en la otitis externa por Candida se aprecian las hifas blancas a la otomicroscopia; a
diferencia de la infección por Aspergillus niger, se aprecia una mezcla de secreción blanca
con descamación negra (“periódico húmedo”). El tratamiento consiste en la limpieza
frecuente del conducto, con el desbridamiento más terapia antimicótica local, general, o
ambas.
Otitis externa Crónica: Es la inflamación e infección persistente de bajo grado en el
conducto auditivo externo. Se caracteriza por prurito crónico incoercible, dolor leve, con
cambios en la piel del conducto como engrosamiento, piel reseca y descamada. A la
exploración física se aprecia ausencia de cerumen (asteatosis), con piel hipertrófica en
distintos grados, lo cual ocasiona estenosis parcial del conducto, y la movilización
despierta dolor pero leve. También puede haber secreción purulenta y excoriaciones de la
piel, mismas que pueden ser la causa de períodos de agudización.
El patógeno causal es difícil de identificar, pues la flora está modificada por el uso crónico
de antibióticos óticos tópicos y orales, por lo cual es necesario realizar cultivos para
establecer el patógeno.
Pericondritis: Es la infección del cartílago del oído externo. Aunque el agente causal es
bacteriano, habitualmente existe un antecedente traumático previo (contusión,
otohematoma, perforaciones del cartílago y cirugía previa).
- Clínica: El pabellón, a excepción del lóbulo, aparece enrojecido, engrosado, doloroso y
caliente a la palpación, habitualmente se objetiva una puerta de entrada (herida o
erosión). El dolor es pulsátil y se vuelve intenso, aparece fiebre y abscesos. Dejada a su
evolución se produce destrucción del cartílago, en los casos graves se observan amplias
zonas de necrosis cartilaginosa, dando como resultado grandes destrucciones y
malformaciones.
Oído Medio
Otitis media: El término otitis media (OM) se usa para cualquier proceso inflamatorio en
el oído medio detrás de una membrana timpánica íntegra.
Se hace notar que de esta clasificación, se excluyen los varios tipos de otitis media crónica
supurativa relacionada con perforación de la membrana timpánica o con colesteatoma.
En 1981, se creó la clasificación para la otitis media, en la que se tomaron tres etapas
según el tiempo de evolución y no la gravedad; de esta manera, se sugirió que la etapa
aguda fuera desde el inicio de la enfermedad hasta las tres semanas de evolución; la
etapa subaguda hasta tres meses, y más de tres meses se considera crónica. El derrame
es un líquido resultado de una otitis media y que implica una membrana timpánica
íntegra, que se puede presentar en cualquier área de neumatización del hueso temporal.
La enfermedad de la membrana timpánica puede describirse de la siguiente manera:
intacta, perforada, con tubo de timpanostomía, con retracción atelectásica, o ambas, y
con timpanoesclerosis.
Colesteatoma
El colesteatoma es la presencia de epitelio escamoso en el oído medio, la apófisis
mastoides o el epitímpano. La modalidad más habitual de colesteatoma es la variedad
adquirida, la cual se clasifica como
colesteatoma adquirido primario y
secundario. El colesteatoma adquirido
primario es el más frecuente de estos
tipos y se forma como una retracción
de la membrana timpánica. En la
mayoría de los casos, la retracción
ocurre en la pars flaccida, aunque la
retracción de la pars tensa también
pueden ocurrir. El colesteatoma
adquirido secundario se forma como
resultado de migración de epitelio escamoso desde la membrana timpánica o
implantación de epitelio escamoso hacia el oído medio durante cirugía, como la
colocación de un tubo de ventilación o una timpanoplastia.
- Patogenia: la patogenia del colesteatoma adquirido primario no se ha aclarado. Los
factores que parecen vincularse con la formación de retracciones por colesteatoma de la
membrana timpánica incluyen función anómala de la trompa de Eustaquio e inflamación
crónica del oído medio, como en la otitis media crónica. En teoría, la presión negativa
crónica del oído medio origina retracciones del área estructuralmente más débil de la
membrana timpánica, la pars flaccida. Una vez constituidas las retracciones, el patrón
migratorio normal del epitelio escamoso se altera, lo cual ocasiona la acumulación de
detritos de queratina en el saco del colesteatoma. La infección crónica y la inflamación se
asientan, y causan cambios bioquímicos en el ambiente local, y fomentan el crecimiento y
la migración subsiguientes del epitelio escamoso y la actividad osteoclástica
incrementada; esto resulta en resorción ósea. La respuesta inflamatoria local inhibe aún
más la función de la trompa de Eustaquio, aumenta el edema mucoso y la secreción de
moco, y altera las vías de drenaje del hueso temporal. Este ambiente también promueve el
crecimiento de bacterias, que incluyen Pseudomonas aeruginosa, Streptococcus,
Staphylococcus, Proteus, Enterobacter y anaerobios, los cuales incrementan la respuesta
inflamatoria del huésped y continúan el ciclo.
- Signos y síntomas: Por lo general, los pacientes con colesteatomas adquiridos se
presentan con otorrea purulenta recurrente o persistente y pérdida de la audición. Los
acufenos también son frecuentes. Sin embargo, algunos sujetos con colesteatoma quizá
no manifiesten otorrea durante un periodo prolongado. En pocos casos, tal vez se
encuentre
vértigo o desequilibrio por el proceso inflamatorio del oído medio o por erosión laberíntica
directa a causa del colesteatoma. La tensión, la paresia o la parálisis del nervio facial
también pueden generar procesos inflamatorios o por compresión mecánica del nervio.
Los datos físicos casi siempre son diagnósticos en casos de colesteatoma adquirido. En el
colesteatoma adquirido primario, hay retracción de la pars flaccida en la mayoría de los
casos, y es menos habitual en la pars tensa. Ambos tipos de retracción contienen una
matriz de epitelio escamoso, el cual puede o no ser visible, y es frecuente que contenga
detritos queratínicos. En el colesteatoma adquirido secundario, las características
dependen de la causa. Una vez que el colesteatoma del oído medio ha alcanzado un
tamaño suficiente, se torna visible detrás de la membrana timpánica. Por lo general, los
colesteatomas congénitos son asintomáticos hasta que la tumoración crece a un tamaño
suficiente que afecta la función de la cadena osicular y se presente pérdida auditiva.