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La indiferencia en las personas pasivo-agresivas

A los pasivo-agresivos les resulta muy difícil mantener un debate con alguien. No tienen ninguna
capacidad asertiva y temen ganarse con sus opiniones el rechazo de los demás. Se sienten
cómodos cuando la conversación gira en torno a otros: en este contexto comunicativo “se sienten
a salvo”.

El silencio y el sarcasmo despectivo son los dos pilares de la indiferencia de las personas pasivo-
agresivas. Evitan involucrarse en actividades en grupo porque sienten un gran desprecio por el
talento ajeno. Prefieren juzgar a los demás desde la distancia, sin intervenir para evitar ser
juzgados.

La indiferencia de las personas pasivo-agresivas es una forma de venganza y de manipulación que


crea un gran malestar en quien la sufre. Es un tipo de interacción que provoca mucha tensión
mental. Someten a las personas de su entorno a un silencio agresivo y a un maltrato encubierto.
Sus víctimas entran en una rueda interminable de conjeturas ante la falta de respuestas claras.

El único objetivo de la indiferencia de las personas pasivo-agresivas es la de hacerte sentir mal por
las carencias que ellos acarrean. Así, pueden culparte por algo que ellos mismos hicieron o para
encubrir una envidia malsana que les corroe. Son personas que desgastan, literalmente, a todo el
mundo.

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