Está en la página 1de 4

3 bacterias beneficiosas para la salud

Veamos tres de estas bacterias beneficiosas. De ellas os hablamos con conocimiento de


causa; son las que empleamos en la elaboración de nuestras bebidas probióticas.
• Lactococcus
Una de las conocidas como bacterias del ácido láctico, tradicionalmente utilizada en
procesos de fermentación y conservación de alimentos.

Además de su amplio empleo en la industria alimentaria, en los últimos años se han


venido investigando los usos biotecnológicos y terapéuticos de Lactococcus y otras
bacterias ácido lácticas. Concretamente en el tratamiento de alergias o como vehículos
para la administración de vacunas: «Este enfoque es prometedor para nuevas
intervenciones terapéuticas en alergias y enfermedades autoinmunes inducidas por
antígenos». Se dan asimismo progresos en su aplicación para tratar la enfermedad
inflamatoria intestinal (estudio, estudio).
• Lactobacillus
Lactobacillus también se aplica en la industria láctea para la producción de yogures,
quesos y otros productos fermentados. Los lactobacilos son, al igual que Lactococcus,
bacterias ácido lácticas; inhiben el crecimiento de bacterias patógenas al producir ácido
láctico a partir de azúcares (glucosa).
Estudios recientes revelan buenos resultados en el control del colesterol y en la
prevención de cálculos renales. Su administración «dio como resultado una reducción
significativa del nivel de colesterol […] que estuvo acompañado por cambios en la
microbiota intestinal […] también influyó beneficiosamente en la regulación del
metabolismo del colesterol en el hígado». Respecto al segundo de los efectos positivos
citados: la especie «L. plantarum es capaz de degradar el oxalato intestinal y, por lo
tanto, prevenir la formación de cálculos CaOx en ratas experimentales»
(estudio, estudio, estudio).
• Bifidobacterium
Residen en nuestro tracto gastrointestinal. Como las anteriores, Bifidobacterium se
emplea en alimentos como yogur y leche, o en medicamentos. Su ingesta a través de
este tipo de productos persigue la mejora de la salud del intestino y la prevención de
infecciones que puedan derivar en enfermedades inflamatorias intestinales.
Entre las funciones de las bifidobacterias —además de ayudar en la digestión, inhibir
bacterias patógenas y reforzar la respuesta inmune—: previenen algunas formas de
crecimiento de tumores, como cáncer de colon; atenúan las lesiones de órganos debidas
a la isquemia (reducción transitoria del suministro de sangre al intestino); y se
relacionan con una menor incidencia de alergias (estudio, estudio, estudio, estudio).

1. Acinetobacter baumannii una de


las bacterias peligrosas y mortales

Este es quizás el microorganismo más resistente en la actualidad. Miles de

personas mueren cada año por consecuencia de la infección por esta


bacteria, la cual posee múltiples mecanismos de resistencia a los fármacos que

se suministran para su tratamiento.

Según múltiples investigaciones, la bacteria tiene la capacidad de sintetizar una

gran cantidad de enzimas que inhiben a los antibióticos. También ha generado

cambios en las proteínas de su superficie y organelos para evitar la acción de

los fármacos. Por si fuera poco, posee diferentes bombas de expulsión para

eliminar los antibióticos que entren a su citoplasma.


• Todo comienza con una neumonía agresiva acompañada de una fuerte
infección en el tracto urinario. Sin embargo, la bacteria también puede
causar infecciones en heridas y abscesos en muchos órganos.
• La A. baumannii tiene un nivel de prioridad crítica y ya se ha instado a los
laboratorios a enfocarse en descubrir mejores medicinas para combatirla.

2. Pseudomonas aeruginosa
Los ataques de este agente patógeno son muy variados y, por ende, a veces,

resulta difícil de detectar.

• Esta muestra de bacterias peligrosas se relaciona con los pacientes


inmunocomprometidos, por ejemplo con SIDA o con fibrosis quística. La
infección por P. aeruginosa también se relaciona con personas
hospitalizadas, con ventilación mecánica o con quemaduras severas.
• La bacteria puede afectar múltiples órganos dependiendo de su puerta de
entrada. Dentro de las estructuras afectadas con mayor frecuencia destacan
la piel, los pulmones, las vías urinarias, los oídos y las válvulas cardiacas.

Su peligrosidad radica en la incapacidad que tienen las personas con

inmunodeficiencia para combatir la infección, lo que empeora el cuadro clínico

presentado. Asimismo, causa complicaciones pulmonares y fuertes infecciones

a personas que ya estén comprometidas con otros virus.


4. Enterococcus faecium
Esta bacteria puede habitar en el intestino humano sin dañarlo, pero en ciertas

condiciones puede transformarse en un agente perjudicial.

Enterococcus faecium es responsable de la meningitis neonatal, una infección

que causa dolor de cabeza, rigidez de la nuca, fotofobia y fiebre. Por fortuna, se

trata de un agente etiológico muy poco frecuente, ya que representa entre el

0,3 y el 4 % de todas las meningitis neonatales, según una publicación de la

revista Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.


• Actualmente tiene un nivel de prioridad elevada, mas no primordial.
• El problema que presenta es su resistencia a ciertos antibióticos.
• Esta bacteria es capaz de generar múltiples patologías como infecciones
urinarias, bacteriemia, endocarditis, infecciones intraabdominales, pélvicas o
de la piel.

También podría gustarte