Está en la página 1de 7

INICIAMOS CONOCIENDO LO QUE ES UN REPORTAJE

¿Qué es un reportaje?
El reportaje es un género periodístico con formato elegido por el autor y con finalidad informativa. En él se
expone con palabras o imágenes un acontecimiento de interés general.

¿Cómo se estructura un reportaje?


Un reportaje escrito suele estructurarse en cuatro partes:

 Titular. Encabezado principal que informa el contenido del reportaje. Al igual que en las noticias, el
título de un reportaje puede estar acompañado de un antetítulo y un subtítulo.
 Párrafo inicial o entrada. Conjunto de oraciones que siguen al título con la función de captar la
atención del receptor, por lo que cuentan con contenidos que resulten interesantes y atractivos.
 Cuerpo del reportaje. Conjunto de párrafos que desarrollan el tema principal del reportaje, están
interconectados y tienen coherencia. Suele organizarse mediante el uso de subtítulos.
 Párrafo final. Conjunto de oraciones que dan el cierre al reportaje. También pueden hacerse
comentarios que inviten al lector a reflexionar e incluso querer averiguar más del tema que fue
tratado. 

¿Cómo hacer un reportaje?

 Elegir un tema a desarrollar: Se elige un área de interés y luego una temática sobre la que se basará
toda la investigación y el posterior reportaje.
 Investigar: Se realiza una investigación exhaustiva con el fin de conocer la información disponible sobre
la materia, que pueda ser útil en el reportaje.
 Organizar la información: Se recopila toda la información encontrada, se clasifica y se define el
enfoque que se le quiere dar al reportaje según la información disponible.
 Consultar fuentes: Se contacta a personas que conozcan en profundidad la temática seleccionada o
hayan sido testigos de algún hecho de interés. A estas fuentes se las debe, en lo posible, entrevistar y
utilizar estas citas para darle fundamento y veracidad al reportaje.
 Escribir un borrador: Se organiza la información y se redacta un borrador en el que se establezca un
orden, se analicen las fuentes de soporte (videos, imágenes) con las que se cuente y se defina qué
información formará parte de la publicación final. Es importante conocer en qué formato se publicará
el reportaje final, con qué fin y dirigido a qué audiencia; así se podrá determinar el tipo de lenguaje a
utilizar y la extensión.
 Redactar la versión final: Se elabora el material teniendo en cuenta que, tanto en un reportaje escrito
como en uno audiovisual, el relato tiene que incluir una introducción, un desarrollo y un desenlace,
contar con las citas obtenidas de fuentes calificadas y un título descriptivo que cautive a la audiencia.

¿Cuáles son las características de un reportaje?

- Tiene una temática: Un reportaje abarca una o varias cuestiones, desde hechos reales de la
actualidad y de sumo interés colectivo, hasta viajes, problemáticas sociales, cultura de un país
particular, arte de un periodo, deporte, espectáculos o la situación económica de un país.
- Despierta el interés: Un reportaje tiene que ser interesante para quien lo esté leyendo o mirando y
captar su atención. Por eso, utiliza una frase inicial, un título o imágenes que inviten al lector o
audiencia a reflexionar y comprender la información.
- Se distribuye por un canal: Un reportaje tiene diversos canales de difusión que pueden ser: la
prensa escrita (diarios o revistas), la radio, la televisión, o medios de comunicación audiovisual
(revistas digitales, radio y televisión a través de internet).
- Se vale de fuentes calificadas: Un reportaje se realiza a partir de datos, testimonios, declaraciones
de expertos en un tema a tratar y fotografías, videos o diagramas que acompañan el relato.

Ejemplo de reportaje y su estructura.


Las lecciones vitales de la Semana Santa
A lo largo de la “semana mayor” del cristianismo, y muy especialmente en el denominado "Triduo Pascual" que
comprende los tres días en que se celebran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, se desarrollan actos
litúrgicos y se comparten mensajes religiosos cargados de significado.

Más allá de su contexto religioso, estos rituales, tradiciones y plegarias, hacen referencia a grande valores, virtudes e
ideas universales de la humanidad que están presentes en las grandes corrientes filosóficas, morales y espirituales, y
sirven de guía para llevar una vida más plena, positiva y feliz.

Son auténticos recordatorios y despertadores, que nos ayudan a tomar conciencia y a tener más presentes una serie
de claves que dan sentido a nuestra vida y nos ayudan a vivirla mejor, válidas para los cristianos y para todas
aquellas personas deseosas del bien para ellas mismas y los demás.

Hemos elegido algunos conceptos y valores reflejados en distintos episodios y enseñanzas de la vida de Jesús y en
algunos rituales litúrgicos como punto de partida, para elaborar una serie de reflexiones que pueden servir de
inspiración para “alegrar y llenar” nuestra existencia.

Estas reflexiones o lecciones vitales que nos ofrece la Semana Santa, las han elaborado prestigioso psicólogos y
expertos en autoayuda, y pueden aprovecharse como un ejercicio de desarrollo personal o para compartirlas con la
familia, pareja, hijos o amigos.

Amor: cómo recibirlo e irradiarlo a los demás.

Durante la Última Cena, aquella reunión y despedida dramática, Cristo celebra la nueva alianza con sus apóstoles a
quienes les entrega el mandamiento mayor de los cristianos: “amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

Para ser un foco de amor y de bondad, hacia nosotros mismos y los demás, el experto en meditación  Jon Kabat-
Zinn aconseja invitar mentalmente "a que sentimientos o imágenes de bondad o de amor llenen todo nuestro ser,
disfrutando de su energía, inspirándola y espirándola, como si fuera un canal de nutrición que está haciendo llegar el
alimento que necesitamos".
"Desde este foco que energiza nuestro interior, desde nuestro corazón, podemos permitir que la bondad amorosa
irradie también hacia el exterior y dirigirla hacia nuestros seres queridos, familiares, a cualquier persona o grupo de
seres, y al planeta", explica el también director del Centro para el Mindfulness, de la Universidad de Massachussets
(EE.UU.).

Según el experto, cuando sentimos amor hacia un árbol, una flor, un perro, un lugar, una persona o hacia nosotros
mismos, podemos encontrar a todas las personas y lugares, a todo el sufrimiento y toda la armonía en ese preciso
instante. "El amor y la bondad están siempre presentes en todas partes, y hemos de permitir que lleguen a nosotros
y expandirlos", apunta Kabat-Zinn.

Aceptación: la fuerza de afrontar lo que llega.

También durante la Última Cena, las Escrituras indican que Pedro, Santiago y Juan escuchan esta oración de Jesús:
“No se haga mi voluntad, sino la tuya" (en referencia a su muerte, en un acto de obediencia, de conformación).

“La aceptación de nosotros mismos y de nuestras circunstancias, consiste en desarrollar una manera de pensar
empírica y lógica, que puede conducir a un cambio real en nuestra existencia y desarrollar la tolerancia y también la
capacidad de sobreponernos a las adversidades”, según la psicóloga Leonor Lega.

Para la experta del Saint Peter’s College, en New Jersey (EE.UU.) "quien acepta lo que llega y se autoacepta, tiene
pensamientos de este tipo: “preferiría obtener lo que quiero, cumplir mis metas, pero acepto que soy yo quien tiene
que esforzarse... y que, si a pesar de intentarlo, no lo logro, puedo disfrutar mi vida”".

Solidaridad: camino a la felicidad compartida.

El Viernes Santo, los cristianos rezan por Cristo crucificado, acompañando a Jesús que sube al Calvario y participando
en sus sufrimientos con el luto, la penitencia y el ayuno, como una expresión de solidaridad con alguien a quien
quieren.

"La solidaridad nos hace más felices, desde el altruismo. Aunque uno a nivel individual piense que está haciendo
poco, está contribuyendo al bienestar de las personas y eso es algo que se distribuye y acaba construyendo una
sociedad más solidaria y, por tanto, más feliz", según el neuropsicólogo Josep María Serra Grabulosa, de la
Universidad de Barcelona.

"Para ser optimista en medio de la crisis, hemos de ser solidarios e imitar las actitudes positivas que vemos en otros
frente a la adversidad", ha explicado este experto en Psiquiatría y Psicobiología, en la presentación del Informe 'La
felicidad y la percepción de la salud', del Instituto Coca Cola de la Felicidad.

Confianza: el universo es nuestro aliado.

El Sábado Santo, junto a la tumba de su hijo, vela María, con dolor, pero callada. En medio de la decepción de
muchos destaca en ella la confianza inquebrantable y la fuerza de saber esperar, alimentadas por el amor
incondicional.

“No sabemos lo que es: universo, cosmos, inteligencia primordial, conciencia infinita, naturaleza, lo que algunos
llaman Dios. El impulso evolutivo o motor que mueve astros, átomos, la vida y todo lo que existe. Algo tan
inabarcable, misterioso y lleno de grandeza, no puede estar concebido para el dolor o el fracaso”, señala  el
psicoterapeuta y escritor José María Doria.

Para el director de la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal (EEDT), “los cerebros de seres tan brillantes
como Mozart, Einstein o Leonardo Da Vinci, que han plasmado tanta lucidez en su obras estéticas o científicas, no
pueden deberse al azar. Todo ello invita a confiar en la naturaleza e intención positivas de esta aventura de la
conciencia que es la vida”.

Renacimiento: sufrir para cambiar y mejorar.

En la noche del Sábado Santo, se celebra la solemne Vigilia Pascual, en la que se anuncia la resurrección de Cristo, su
victoria definitiva sobre la muerte y una llamada a ser hombres nuevos.
“A lo largo de nuestra vida, atravesamos distintos ciclos y etapas adversas, que pueden compararse con sucesivos
partos: ya que producen dolor en el momento, pero dan origen a una nueva vida. Los que nacemos, o más
exactamente volvemos a nacer, somos nosotros mismos, al emerger más maduros y sabios de cada crisis”, según
opina la experta en crecimiento personal, Carmen Retuerce.

Para esta especialista del Centro HARA, en Madrid (España) “la metáfora del renacimiento puede aplicarse a nuestro
día a día, ya que en cada jornada, desde que nos despertamos (nacemos) hasta que nos dormimos (morimos),
vivimos una pequeña vida con experiencias de distintos signo e intensidad. Al día siguiente, tras el descanso
nocturno, renacemos: se abre un nuevo espacio en blanco pleno de posibilidades y sorpresas”.

Así pues, varias son las lecciones vitales que nos ofrece, año tras año, la Semana Santa tanto para personas religiosas
como para cualquiera que desee convivir en paz.

26 de marzo, 2013,MADRID/EFE-MARÍA JESÚS RIBAS.

También podría gustarte