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En el siglo XVIII los jesuitas introdujeron nuevas técnicas y especies exóticas en los cultivos
aborígenes y se formaron importantes asentamientos, durante mas 150 años se creo un
paisaje en el que aparecía centros urbanos y zonas destinadas a la agricultura extensiva.
Tras la expulsión de los jesuitas se retoma la agricultura itinerante y los parches urbanos y
agrícolas se convirtieron en bosques o pastizales .
Durante la asegunda mitad del siglo XIX se inicia la explotación maderera y yerbatera .
Los caminos constituyen una causa importante de fragmentación y degradación del bosque
nativo, debido a su efecto directo (efecto de borde, fragmentación y aislamiento de población
y atropellamiento de fauna) y porque facilitan el proceso de colonización e invasión de tierras
por parte de ocupantes ilegales .
Casi no hay áreas en la ecorregion a las que no se pueda acceder mediante caminos.
La erosión del suelo a lo largo de los caminos de tierra de diseños inadecuados y escaso
mantenimiento es algo que también genera mucha preocupación.
No hay que olvidarse de mencionar la explotación no sustentable del bosque nativo ya que el
aprovechamiento no sustentable del bosque nativo mediante la explotación “convencional” o
“tradicional” también ha degradado los remanentes de bosque. La explotación del bosque
nativo se ha efectuado, tradicionalmente, de manera predatoria y no sustentable.
La explotación convencional del bosque nativo tiene, como efectos más directos, el
empobrecimiento del bosque y cambios en la estructura del mismo y en la composición del
suelo; también puede incrementar la dominancia de algunas especies arbóreas y puede
reducir la regeneración natural del bosque.