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¿Qué es? Afección por la que una persona tiene preocupación y sentimientos de miedo, terror o
intranquilidad excesivos. Otros síntomas son sudoración, inquietud, irritabilidad, fatiga, falta de
concentración, problemas para dormir, dificultad para respirar, latidos cardíacos rápidos y mareo. A veces los
síntomas empeoran con el tiempo y afectan la vida diaria de la persona.
SINTOMAS:
Los signos y síntomas de la ansiedad más comunes incluyen los siguientes:
El mutismo selectivo es una incapacidad constante que tienen los niños para hablar en ciertas
situaciones, como en la escuela, incluso cuando pueden hablar en otras situaciones, como en
el hogar con miembros cercanos de la familia. Esto puede afectar el desempeño en la escuela,
el trabajo o en la sociedad.
Diagnóstico
Consultar a un médico si tu ansiedad podría estar relacionada con tu salud física. El especialista puede buscar
signos de una afección médica de base que pueda requerir tratamiento.
Sin embargo, es posible que debas consultar a un psicólogo o psiquiatra, si sufres ansiedad intensa. Un
psiquiatra es un médico que se especializa en el diagnóstico y el tratamiento de afecciones de la salud mental.
Un psicólogo y otros profesionales de la salud mental pueden diagnosticar la ansiedad y brindar
asesoramiento (psicoterapia).
Compara síntomas con los criterios del DSM-5. Muchos médicos utilizan los criterios del
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales, DSM-5), publicado por American Psychiatric Association
(Asociación Estadounidense de Psiquiatría), para diagnosticar un trastorno de ansiedad.
Tratamiento
Los dos tratamientos principales para los trastornos de ansiedad son la psicoterapia y los medicamentos. Es
posible que obtengas los mayores beneficios con una combinación de ambos. Puede que sea necesario probar
para descubrir cuáles tratamientos funcionan mejor para ti.
Psicoterapia
También conocida como terapia del habla o asesoramiento psicológico, la psicoterapia incluye el trabajo con
un terapeuta para reducir los síntomas de ansiedad. Puede ser un tratamiento eficaz para la ansiedad.
La terapia cognitiva conductual (TCC) es la manera más eficaz de la psicoterapia para tratar los trastornos de
ansiedad. Generalmente la TCC es un tratamiento a corto plazo y se enfoca en enseñarte técnicas específicas
para mejorar tus síntomas y poder gradualmente volver a las actividades que evitabas como consecuencia de
la ansiedad.
LA TCC incluye terapia de exposición en la que gradualmente encuentras el objeto o la situación que provoca
tu ansiedad, de modo que desarrollas confianza para controlar la situación y los síntomas de ansiedad.
Medicamentos
Se usan varios tipos de medicamentos para ayudar a aliviar los síntomas, según el tipo de trastorno de
ansiedad que tengas y si también tienes otros problemas de salud física o mental. Por ejemplo:
Consulta con el médico sobre los beneficios, los riesgos y los posibles efectos secundarios de los
medicamentos. (Clinic, 2018)
Los trastornos del estado de ánimo (trastornos del humor) se conocen también como trastornos
afectivos. Afecto significa estado emocional, que se expresa a través de gestos y expresiones faciales.
(Coryell, 2020)
SINTOMAS:
Los signos y síntomas los trastornos del estado de ánimo incluyen los siguientes:
Sensación persistente de tristeza, vacío y desesperanza
Sensación de sentirse fuera de lugar y baja autoestima
Culpa
Dificultad para relacionarse
Cambios en el apetito y el sueño
Fatiga
Pérdida de la energía o irritabilidad, hostilidad y agresión
Falta de interés en actividades que se disfrutaban anteriormente
Quejas físicas frecuentes y muchos otros síntomas.
La ansiedad causa preocupación extrema, temor, pensamientos negativos, falta de aire y otros síntomas.
CAUSAS:
Puede existir variación en las causas de los trastornos del estado de ánimo, sin embargo, se pueden agrupar las
causas en dos tipos:
Factores biológicos
Factores psicológicos
TIPOS: Algunos ejemplos de trastornos del estado de ánimo comprenden los siguientes:
Trastorno depresivo mayor: períodos prolongados y persistentes de tristeza extrema
Trastorno afectivo estacional: forma de depresión que, muy a menudo, está relacionada con
tener menos horas de luz solar en las latitudes que se encuentran más al norte y más al sur,
desde fines de otoño hasta principios de la primavera
Trastorno ciclotímico: trastorno que provoca altibajos emocionales algo menos extremos que
en el trastorno bipolar
Depresión relacionada con una enfermedad física: estado de ánimo deprimido persistente y
pérdida significativa del placer en todas las actividades o en gran parte de estas, que tiene
relación directa con los efectos físicos de otra enfermedad
En la mayoría de las personas, los trastornos del estado de ánimo pueden tratarse con éxito con medicamentos
y terapia de conversación (psicoterapia)
DIAGNOSTICO:
El diagnóstico del trastorno del estado de ánimo se realiza en los casos en que la tristeza o la euforia son
demasiado intensas, aparece acompañado de otros síntomas característicos y de la limitación de la
capacidad de llevar una vida normal a nivel físico, social y laboral.
TRATAMIENTO:
Los dos tratamientos principales para los trastornos de estado de ánimo son la psicoterapia y los
medicamentos. Es posible que obtengas los mayores beneficios con una combinación de ambos. Puede que
sea necesario probar para descubrir cuáles tratamientos funcionan mejor para ti.
Psicoterapia:
La psicoterapia en los estados depresivos permite proporcionar recursos, conocimientos y apoyo a la persona,
a fin de animarla a reaccionar y a intervenir y cambiar su estado de ánimo.
Con estas terapias se trabaja sobre el sistema de valores de la persona, la autoestima y el control de la
disposición emocional, y sobre los diferentes recursos que pueden ayudarla a influir en su estado de ánimo.
Medicamentos:
La elección de los fármacos idóneos para cada paciente dependerá de la valoración clínica del médico. De
este modo, se considerará la eficacia de los diferentes principios activos frente a los efectos adversos que
pueden causar, así como algunas de las características personales del paciente, como la edad, circunstancias
de su entorno y personalidad.
Los fármacos más habituales son los distintos antidepresivos, que contribuyen a disminuir los síntomas
mayores, y los ansiolíticos (benzodiacepinas), que permiten controlar la ansiedad.
Es importante indicarle al paciente que este tipo de tratamientos presenta ciertas premisas que debe recordar,
como son la importancia de tomar los fármacos tal como han sido prescritos por el especialista, que la mejoría
de los síntomas puede tardar entre 2 y 4 semanas, y que nunca debe dejar de tomar la medicación sin hablar
con el médico antes.
También es fundamental que el paciente conozca los efectos secundarios más habituales de estos fármacos:
dolor de cabeza, náuseas, nerviosismo o insomnio, agitación, problemas sexuales, boca seca, estreñimiento,
dificultad para orinar, visión borrosa, mareos, somnolencia, etc. Desde el consejo farmacéutico, podremos
ayudar a combatirlos incidiendo en aspectos como la dieta y los hábitos higiénico-dietéticos adecuados.
(Nerea, 2020)
Las características principales son una falta de persistencia en actividades que requieren la participación de
procesos cognoscitivos y una tendencia a cambiar de una actividad a otra sin terminar ninguna, junto con una
actividad desorganizada, mal regulada y excesiva. Normalmente estas dificultades persisten durante los años
de escolaridad e incluso en la vida adulta, pero en muchos de los afectados se produce, con el paso de los
años, una mejoría gradual de la hiperactividad y del déficit de la atención.
SIGNOS DE ALARMA:
TIPOS:
Trastornos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad en los niños son miedos, preocupaciones o
ansiedades persistentes que perturban su capacidad para participar en los juegos, en la escuela o en
situaciones sociales típicas de su edad. Los diagnósticos incluyen el trastorno de ansiedad social, el
trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo-compulsivo.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. En comparación con la mayoría de los niños
de la misma edad, los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad tienen dificultades
de atención, conductas impulsivas, hiperactividad o alguna combinación de estos problemas.
Trastorno del espectro autista. El trastorno del espectro autista es una afección neurológica que se
manifiesta en la infancia temprana, generalmente antes de los tres años. Aunque la gravedad de este
trastorno varía, el niño que lo padece tiene dificultades para comunicarse e interactuar con los demás.
Trastornos alimentarios. Los trastornos alimentarios se definen como la preocupación por un tipo
de cuerpo ideal, el pensamiento desordenado sobre el peso y la pérdida de peso, y los hábitos
alimenticios y de dieta riesgosos. Los trastornos alimentarios, como la anorexia nerviosa, la bulimia
nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo, pueden dar lugar a disfunciones emocionales y
sociales y a complicaciones físicas que ponen en riesgo la vida.
Depresión y otros trastornos del estado de ánimo. La depresión es un sentimiento persistente de
tristeza y pérdida de interés que perturba la capacidad del niño para desempeñarse en la escuela e
interactuar con los demás. El trastorno bipolar provoca cambios del estado de ánimo extremos entre
la depresión y la euforia extrema que pueden ser descuidados, arriesgados o riesgosos.
Trastorno por estrés postraumático. El trastorno por estrés postraumático es un sufrimiento
emocional prolongado, ansiedad, recuerdos inquietantes, pesadillas y conductas perturbadoras en
respuesta a la violencia, al maltrato, a las lesiones o a otros sucesos traumáticos.
Esquizofrenia. La esquizofrenia es un trastorno de las percepciones y los pensamientos que hace
que una persona pierda el contacto con la realidad (psicosis). Aparece con mayor frecuencia entre los
últimos años de la adolescencia y hasta los 29 años, y provoca alucinaciones, ideas delirantes y
trastornos del pensamiento y el comportamiento.
DIAGNOSTICO:
El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, una guía publicada por la American Psychiatric
Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría), establece criterios para hacer un diagnóstico basado
en la naturaleza, la duración y la repercusión de los signos y síntomas. Otra guía de diagnóstico que se usa
comúnmente es la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud.
El diagnóstico de las enfermedades mentales en los niños puede llevar tiempo porque los niños pequeños
pueden tener problemas para comprender o expresar sus sentimientos, y el desarrollo normal varía. El médico
puede cambiar o redefinir el diagnóstico con el tiempo. (Abiertas, 2018; Clinic, 2018)
TRATAMIENTO:
Las opciones de tratamiento más comunes para los niños que tienen afecciones de salud mental incluyen:
comen muy poco a propósito Esto lleva a que tengan un peso corporal muy bajo.
tienen pavor a ganar peso. No soportan la idea de estar gordas.
Tienen una imagen corporal distorsionada. Se siguen viendo gordas a pesar de estar muy delgadas.
Las personas con anorexia nerviosa son muy estrictas sobre qué deben comer y en qué cantidad. Pueden estar
pensando en las calorías constantemente.
Para perder peso, muchas personas con anorexia nerviosa ayunan o hacen demasiado ejercicio. Otras pueden
usar laxantes, diuréticos, o enemas.
comen demasiado y sienten que pierden el control para dejar de comer. Esto se llama comer por
atracón.
hacen cosas para compensar o corregir la conducta de comer en exceso. Pueden vomitar a propósito
después de haber comido demasiado. Esto se conoce como purgarse. Para impedir la ganancia de
peso pueden usar laxantes, diuréticos, pastillas para perder peso, el ayuno o hacer mucho ejercicio
físico.
se juzgan a sí mismas basándose solo en su aspecto corporal y en su peso
Las personas con bulimia nerviosa comen mucho más (durante un período determinado de tiempo) que lo que
come la mayoría de la gente. Si una persona se da atracones y se purga con regularidad, esto puede ser un
signo de que tiene bulimia nerviosa. A diferencia de la gente con anorexia nerviosa, que está muy baja de
peso, las personas con bulimia nerviosa pueden estar delgadas, tener un peso corporal promedio o tener
sobrepeso. Las personas con bulimia nerviosa suelen ocultar sus atracones y sus purgas.
comen demasiado y sienten que pierden el control para dejar de comer. Esto se llama comer por
atracón.
ingieren grandes cantidades de comida incluso cuando no tienen hambre
se pueden sentir mal o culpables después de haberse dado un atracón
a menudo ganan peso, y pueden tener mucho sobrepeso
Muchas personas con trastorno por atracón comen más deprisa de lo normal. Pueden comer a solas para que
los demás no se enteren de cuánto comen. A diferencia de la gente con bulimia nerviosa, las personas con
trastorno por atracón no vomitan de forma voluntaria, no usan laxantes ni hacen ejercicio físico para
compensar sus atracones. Si una persona se da un atracón por lo menos una vez a la semana durante tres
meses seguidos, esto puede ser un signo de que padece un trastorno por atracón.
El trastorno por evitación/restricción de la ingesta. Las personas con trastorno por evitación/restricción de
la ingesta:
Las personas con este trastorno no comen porque les disgusta el olor, el sabor, la textura o el color de la
comida. Pueden tener miedo de vomitar y/o atragantarse con un alimento y sufrir asfixia por aspiración. Pero
no tienen anorexia nerviosa, bulimia nerviosa u otro problema médico que podría explicar su comportamiento
relacionado con la alimentación.
DIAGNOSTICO:
Los profesionales de la salud o los psicólogos pueden diagnosticar un trastorno de la conducta alimentaria
basándose en el historial médico, los síntomas, las pautas de pensamiento, las conductas alimentarias y una
exploración física.
El médico registrará el peso y la estatura de la persona y comparará estas medidas usando una gráfica de
crecimiento. Es posible que el médico pida pruebas para saber si puede haber otra causa de los problemas
relacionados con la alimentación y para evaluar los problemas causados por el trastorno de la conducta
alimentaria.
TRATAMIENTO:
Los trastornos de la conducta alimentaria se tratan mejor cuando los lleva un equipo de profesionales, que
suele incluir a un médico, un dietista o nutricionista y un terapeuta. El tratamiento engloba el asesoramiento
sobre nutrición, los cuidados médicos y la psicoterapia (individual, de grupo y familiar). El médico puede
recetar medicamentos para tratar el trastorno por atracón, la ansiedad, la depresión u otros problemas
relacionados con la salud mental.
Los detalles del tratamiento dependerán del tipo concreto de trastorno de la conducta alimentaria que presente
la persona y de lo grave que sea. Algunas personas deben ser hospitalizadas debido a su extrema pérdida de
peso y a las complicaciones médicas que presentan. (Lyness, 2019)
Incluidos dentro de los trastornos sexuales y de la identidad sexual están: Trastornos sexuales, Parafilias,
Trastornos de la identidad y Trastorno sexuales no identificado.
TIPOS:
En esta categoría se contemplan las alteraciones que pueden darse en cualquiera de las fases en las que se
divide la respuesta sexual:
Dispareunia. Consiste en la experimentación de molestias genitales durante el coito que pueden ser
de diferente intensidad.
Vaginismo. Consiste en una contracción involuntaria de forma persistente de los músculos perineales
del tercio externo de la vagina frente a la penetración.
Las disfunciones pueden aparecer en cualquiera de las fases, en una sólo o en varias.
La presencia de estos trastornos no se explica mejor por la presencia de otro trastorno del Eje I y no se debe
exclusivamente a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica
En función de la sustancia consumida puede variar la fase en la que se dé el trastorno. Se considera que esta
alteración debe explicarse exclusivamente por el consumo.
Se definen por la presencia repetida e intensa de fantasías sexuales, impulsos y/o conductas que engloban:
El sufrimiento y/o la humillación de uno mismo y/o de su pareja: masoquismo sexual y/o sadismo
sexual.
La participación involuntaria de otras personas y de menores: pedofilia, frotteurismo.
Comportamientos sexuales raros: exhibicionismo, fetichismo, travestismo fetichista y voyeurismo.
Parafilia no especificada.
Malestar clínicamente significativo originado por identificarse de manera intensa y continúa con el sexo
contrario al asignado biológicamente.
Los adultos afectados por este trastorno desean vivir como personas del otro sexo tanto física como
socialmente y se muestran dispuestos incluso a emplear medios aversivos (cirugía y tratamientos hormonales)
para conseguirlo.
Generalmente restringen sus relaciones sexuales con personas de su mismo sexo biológico, por sentir
vergüenza de mostrar unos genitales con los que no se identifican.
El malestar que experimentan los individuos con trastorno de la identidad sexual se manifiesta de diferente
manera a lo largo de la vida. En los niños y adolescentes el malestar se manifiesta por un descontento patente
hacia su sexo, y la preocupación que le genera interfiere en sus actividades y dificulta las relaciones
interpersonales, lo que con frecuencia conduce al fracaso académico y al aislamiento social.
Esta categoría se incluye aquellos trastornos sexuales que no cumplen los criterios para un trastorno sexual
específico y que no constituyen una disfunción sexual ni una parafilia. (Mental, 2018)
SINTOMAS Y DIAGNOSTICO:
La mayoría de los niños con disforia de género no son valorados hasta la edad de 6 a 9 años.
Los médicos diagnostican disforia de género cuando la persona en cuestión (sea un niño o un adulto) presenta
las características siguientes:
Siente que su sexo anatómico no coincide con su identidad sexual y se ha sentido así durante 6 meses
o más
Se siente muy angustiada o no puede funcionar normalmente debido a este sentimiento
Presenta otros síntomas concretos, que varían según el grupo de edad
Los otros síntomas necesarios para que se establezca un diagnóstico de disforia de género son ligeramente
diferentes en niños y en adolescentes y adultos.
Los niños deben presentar también al menos seis de los síntomas siguientes:
Deseo intenso y persistente de ser del otro sexo o insistencia en afirmar que son del otro género (o de
algún otro)
Una fuerte preferencia por vestirse con ropas del sexo opuesto y, en las niñas, la resistencia al uso de
ropa típicamente femenina
Una fuerte preferencia por pretender ser del sexo opuesto cuando se juega
Una fuerte preferencia por juguetes, juegos y actividades típicas del otro sexo
Una fuerte preferencia por los compañeros de juego del otro sexo
Un fuerte rechazo de juguetes, juegos y actividades típicas del sexo que coincide con su sexo
anatómico (por ejemplo, los niños se niegan a jugar con camiones o balones)
Una fuerte aversión por su anatomía
Un fuerte deseo de las características sexuales que coinciden con su identidad sexual
Los adolescentes y adultos también deben presentar uno o más de uno de los síntomas siguientes:
TRATAMIENTO
Psicoterapia
A veces, la terapia hormonal
En algunas ocasiones, cirugía de reasignación de sexo y otras cirugías relacionadas con el género
Los adultos que sienten que su sexo anatómico no coincide con su identidad de género pueden no requerir
tratamiento si no presentan malestar psicológico o problemas en su funcionamiento social. Para algunas
personas resulta suficiente la modificación del rol sexual que se efectúa vistiendo, trabajando y viviendo en
sociedad como un miembro del sexo opuesto. Este enfoque puede incluir la obtención de un documento de
identidad (como un permiso de conducir) que les ayude a vivir y trabajar en sociedad como miembros del otro
sexo. Puede que nunca deseen alterar su anatomía. Muchas de estas personas, que en ocasiones reciben la
denominación de «transexuales», no tienen síntomas que cumplan los criterios de un trastorno de la salud
mental.
En la mayoría de las culturas occidentales, la mayor parte de los transexuales que solicitan tratamiento son
personas cuyo sexo anatómico es masculino, se identifican como mujeres y reniegan de sus genitales y rasgos
masculinos.
Cuando los transexuales buscan tratamiento, la mayoría no desea un tratamiento psicológico. Desean terapia
hormonal y/o cirugía que haga que su apariencia física se parezca a la identidad de género que sienten.
Para muchos transexuales, lo más eficaz parece ser una combinación de lo siguiente:
Terapia hormonal
Electrólisis
Si la persona afectada lo desea, cirugía genital (reasignación de sexo o confirmación de género), que
es irreversible
Ya no se necesita psicoterapia antes de que la persona pueda recibir terapia hormonal y/o someterse a una
cirugía de reasignación de sexo. Sin embargo, los profesionales de la salud mental pueden colaborar mediante
las acciones siguientes:
Determinar la presencia de algún trastorno de la salud mental (como una depresión o un trastorno por
consumo de sustancias )
Ayudar a las personas a lidiar con problemas (como desaprobación o discriminación) que pueda
haber provocado su condición
Ayudar a las personas a encontrar una forma cómoda de expresar el género que sienten que tienen
Si corresponde, ayudarles a cambiar los roles de género, hacerse visibles y realizar la transición hacia
otro género
Terapia hormonal
Algunas transexuales, además de adoptar la conducta, la forma de vestir y la gestualidad del sexo opuesto, se
someten a tratamiento hormonal para modificar sus características sexuales secundarias:
En personas cuyo sexo biológico es masculino, el uso de estrógenos (hormonas femeninas) produce
crecimiento mamario y otros cambios corporales, como atrofia de los genitales e incapacidad para
mantener una erección.
En las personas con sexo biológico femenino, el empleo de testosterona (la hormona masculina)
provoca cambios como crecimiento del vello facial, agravamiento de la voz y otros cambios que
afectan al olor corporal y a la distribución de la grasa corporal y músculos.
Además de los efectos físicos, la terapia hormonal tiene efectos psicológicos beneficiosos significativos, que
incluyen sentirse más a gusto, menos ansioso y más capaz de interactuar como el género preferido.
En las personas con sexo biológico masculino, esta cirugía implica la extirpación de parte del pene y de los
testículos y la creación de una vagina artificial. La parte del pene que se deja actúa como un clítoris. Por lo
general, la parte del pene que se deja es sexualmente sensible y posibilita el orgasmo. La transformación de
hombre a mujer también puede incluir cirugías cosméticas no genitales para crear o mejorar los atributos
femeninos (por ejemplo, aumento de senos, rinoplastia, estiramiento de cejas, rasurado traqueal [recortar la
nuez] y/o reconfiguración de la mandíbula). Algunas personas se someten a cirugías de cuerdas vocales para
cambiar la calidad de la voz.
En las personas con sexo biológico femenino, la cirugía supone la extirpación quirúrgica de las mamas
(mastectomía) y, en ocasiones, de los órganos reproductores internos (útero y ovarios), el cierre de la vagina y
la creación de un pene artificial y, generalmente, de un escroto. Los resultados de la cirugía de mujer a
hombre son menos satisfactorios que los de la cirugía de hombre a mujer en términos de apariencia y de
funcionalidad, lo que posiblemente explica por qué un menor número de transexuales femeninos solicitan la
cirugía de reasignación de sexo. Además, las complicaciones, principalmente problemas urinarios, son
frecuentes. Pero las técnicas para la cirugía de mujer a hombre continúan mejorando y cada vez más mujeres
biológicas solicitan esta cirugía.
Aunque los transexuales que se han sometido a una cirugía de reasignación de sexo no pueden procrear, sí
pueden mantener relaciones sexuales satisfactorias. Tras la cirugía, suele conservarse la capacidad de alcanzar
el orgasmo y algunas personas por primera vez en su vida refieren sentirse bien desde el punto de vista sexual.
Sin embargo, son pocas las personas transexuales que afrontan este proceso de reasignación de sexo con el
único propósito de adquirir la función sexual del sexo opuesto. La motivación habitual es lograr la
confirmación externa de la percepción que tienen de su identidad sexual. (Brown, 2019)
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
¿Qué es? Un trastorno de personalidad es un tipo de trastorno mental en el cual tienes un patrón de
pensamiento, desempeño y comportamiento marcado y poco saludable. Una persona con trastorno de
personalidad tiene problemas para percibir y relacionarse con las situaciones y las personas. Esto causa
problemas y limitaciones importantes en las relaciones, las actividades sociales, el trabajo y la escuela.
En algunos casos, es posible que no te des cuenta de que tienes un trastorno de personalidad porque tu manera
de pensar y comportarte te parece natural. Y es posible que culpes a los demás por los problemas que tienes.
TIPOS:
SÍNTOMAS
El trastorno límite de la personalidad afecta la manera en la que te sientes sobre ti mismo, en la que te
relacionas con los demás y en la que te comportas.
Un miedo intenso de abandono, incluso llegar a medidas extremas para evitar una separación o un
rechazo real o imaginario
Un patrón de relaciones intensas inestables, como idealizar a una persona por un momento y luego
creer que esa persona no muestra interés o es cruel
Cambios rápidos de identidad e imagen propias que incluyen el cambio de metas y valores, y verse a
sí mismo como malo y como si no existieras
Períodos de paranoia relacionada con el estrés y pérdida de contacto con la realidad, que puede durar
desde algunos minutos hasta algunas horas
Comportamiento impulsivo y riesgoso, como apuestas, conducción imprudente, sexo inseguro, ola de
gastos, atracones o abuso de drogas, o sabotaje del éxito al dejar de repente un buen trabajo o
terminar una relación positiva
Amenazas o conductas suicidas o autolesiones, a menudo en respuesta al miedo de separación o
rechazo
Grandes cambios de humor que pueden durar desde algunas horas hasta algunos días, que pueden
incluir felicidad intensa, irritabilidad, vergüenza o ansiedad
Sentimientos continuos de vacío
Enojo intenso, inadecuado, como perder el temperamento con frecuencia, ser sarcástico o amargado
o tener peleas físicas (Clinic, 2018)
DIAGNÓSTICO
Si el médico sospecha que tienes un trastorno de la personalidad, podrá determinar el diagnóstico a través de
lo siguiente:
Exploración física. El médico puede realizar una exploración física y hacerte preguntas minuciosas
sobre tu salud. En algunos casos, los síntomas pueden estar vinculados con un problema de salud
físico no diagnosticado. La evaluación puede incluir análisis de laboratorio y una prueba para la
detección del consumo de alcohol y drogas.
Evaluación psiquiátrica. En una evaluación de este tipo, se conversa sobre los pensamientos, los
sentimientos y los comportamientos; además, puede haber un cuestionario que permita establecer un
diagnóstico. Si lo autorizas, la información que brinden familiares u otras personas puede resultar
útil.
Criterios de diagnóstico del Manual DSM-5. El médico puede comparar los síntomas que
presentas con los criterios establecidos en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders
DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la
American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).
CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO
Cada trastorno de personalidad tiene su propio conjunto de criterios de diagnóstico. Sin embargo, según el
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders, DSM-5), generalmente el diagnóstico de un trastorno de personalidad incluye una desviación
marcada a largo plazo de las expectativas culturales que genera angustia o impedimentos significativos en, al
menos, dos de los siguientes puntos:
A veces puede ser difícil determinar el tipo de trastorno de personalidad, dado que algunos trastornos de
personalidad comparten síntomas similares y que pueden presentarse más de un tipo. Otros trastornos, tales
como depresión, ansiedad o abuso de sustancias pueden complicar más el diagnóstico. Pero vale la pena el
tiempo y el esfuerzo tener un diagnóstico preciso para que puedas tener el tratamiento adecuado.
TRATAMIENTO
El equipo de tu tratamiento puede incluir a tu médico de cabecera o a otros profesionales de atención médica
primaria como así también a:
Psiquiatras
Psicólogos u otros terapistas
Personal de enfermería psiquiátrica
Farmacéutico
Asistente social
Si tienes síntomas suaves que se pueden controlar bien, es posible que necesites tratamiento solamente por
parte de tu médico de cabecera, un psiquiatra u otro terapista. Si es posible, busca a un profesional de la salud
mental con experiencia en tratamientos de trastornos de la personalidad.
La psicoterapia, también llamada terapia conversacional, es el principal tratamiento para los trastornos de la
personalidad.
PSICOTERAPIA
Durante la psicoterapia con un profesional de la salud mental, puedes aprender sobre tu afección y hablar
sobre tu estado de ánimo, sentimientos, pensamientos y conductas. Puedes aprender a sobrellevar el estrés y
controlar tu trastorno.
La psicoterapia se puede ofrecer en sesiones individuales, en grupos de terapia o sesiones que incluyen a la
familia e incluso a los amigos. Existen muchos tipos de psicoterapia, el profesional de la salud mental podrá
determinar cuál es la mejor para ti.
Es posible que también recibas entrenamiento para las habilidades sociales. Durante el entrenamiento puedes
usar las perspectivas y el conocimiento que has logrado al aprender formas saludables de controlar tus
síntomas y reducir las conductas que interfieren con tu desempeño y tus relaciones.
La terapia familiar proporciona apoyo y educación a las familias que tienen un familiar con un trastorno de la
personalidad.
MEDICAMENTOS
No existen medicamentos específicamente aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos
para tratar los trastornos de la personalidad. Sin embargo, existen distintos tipos de medicamentos
psiquiátricos que pueden ayudar con varios síntomas del trastorno de la personalidad.
Antidepresivos. Los antidepresivos pueden ser efectivos si te sientes depresivo, con ira, impulsivo,
irritable o desesperanzado, lo que puede asociarse con los trastornos de la personalidad.
Estabilizadores del estado de ánimo. Como su nombre lo sugiere, los estabilizadores del estado de
ánimo pueden suavizar los cambios de humor o reducir la irritabilidad, la impulsividad y la agresión.
Medicamentos antipsicóticos. Llamados también neurolépticos, pueden ser efectivos si tus
síntomas incluyen perder el contacto con la realidad (psicosis) o en ciertos casos, si tienes problemas
de ansiedad o ira.
Ansiolíticos. Pueden ayudar si tienes ansiedad, nerviosismo o insomnio. Pero en algunos casos,
pueden aumentar el comportamiento impulsivo, por lo que se evitan para ciertos tipos de trastornos
de la personalidad.
En algunos casos, un trastorno de personalidad puede ser tan grave que es necesario internarte en un hospital
para recibir atención psiquiátrica. Por lo general, esto se recomienda solamente cuando no puedes cuidarte a ti
mismo adecuadamente o cuando estás en riesgo inminente de hacerte daño a ti o a otra persona.
Después de estabilizarte en el hospital, es posible que tu médico recomiende un programa de hospital de día,
un programa domiciliario o tratamiento ambulatorio.
Junto con tu plan profesional de tratamiento, considera estas estrategias de estilo de vida y autocuidados:
Si bien estas palabras se suelen utilizar con frecuencia, muchas veces no sabemos distinguir lo que son los
delirios y lo que son las alucinaciones. Podríamos decir que:
Los delirios son pensamientos o falsas creencias en las que creemos que alguien nos sigue, que
alguien tiene algo en nuestra contra, etc.
Las alucinaciones están relacionadas con la percepción porque en ella percibimos la realidad de
forma errónea. Por ejemplo, ver objetos que en realidad no existen
SINTOMAS:
TIPOS:
Ahora bien, no todos los trastornos psicóticos son iguales. Vamos a describir brevemente las particularidades
de cada uno de ellos. Para hacerlo vamos a utilizar el DSM-5, el último manual de criterios diagnósticos de la
Asociación Americana de Psiquiatría.
Esquizofrenia
Aunque en el DSM no aparece el primero, vamos a explicarla la primera porque nos ayudará a entender el
resto.
Para que se produzca la esquizofrenia tienen que existir durante un largo periodo de tiempo delirios,
alucinaciones o discurso desorganizado (hablar sin coherencia). Además, también debe producirse, al menos,
uno de los siguientes síntomas: comportamiento desorganizado o catatónico y síntomas negativos. Los
síntomas negativos ocurren cuando, por ejemplo, la persona no muestra emotividad. A este criterio se le
denomina el criterio diagnóstico A.
Junto con lo anterior también tiene que producirse afectación en la vida diaria de la persona. Es decir,
dificultades para relacionarse con otras personas o problemas en el trabajo.
También es importante destacar que es un trastorno con una alta tasa de suicidio, ya que entre el 5 y el 7% de
estos pacientes muere por suicidio y alrededor del 20% ha realizado alguna vez algún tipo de intento de
suicidio.
Trastorno delirante
En este trastorno se presentan delirios que duran al menos un mes y no se cumplen los criterios para
establecer el diagnóstico de esquizofrenia. Puede ser de los siguientes tipos: erotomaníaco (cuando la persona
piensa que están enamorados de ella), grandeza (piensan que tienen talentos o que han realizado
descubrimientos), celotípico (piensa que su pareja le es infiel), persecutorio (piensa que conspiran en su
contra), somático (los delirios están relacionados con sensaciones corporales) y mixto (se producen diferentes
tipos a la vez).
Trastorno esquizofreniforme
Durante un mes deben producirse dos o más de los siguientes: delirios, alucinaciones, discurso desorganizado,
comportamiento desorganizado y/o síntomas negativos. La duración de este trastorno es de entre 1 y 6 meses.
Trastorno esquizoafectivo
Es un tipo de trastorno psicótico en el que predominan los síntomas afectivos. En otras palabras, existe un
episodio depresivo o maníaco que concuerda con el criterio A de la esquizofrenia. Asimismo, los delirios y/o
las alucinaciones sin la presencia de síntomas afectivos durante al menos dos semanas. Además, los síntomas
predominantes tanto en la fase activa como en la residual deben ser los afectivos.
Como hemos destacado en el apartado de "causas" los trastornos psicóticos pueden ser causados por
sustancias (drogas) o medicamentos. Además, también pueden ser originados por otras enfermedades
médicas.
En este apartado entrarían los causados por alcohol, cannabis, alucinógenos, anfetaminas, estimulantes,
cocaína, etc. (Rodriguez, 2020)
DIAGNOSTICO:
El diagnóstico de la esquizofrenia implica descartar otros trastornos de salud mental y determinar que los
síntomas no se deben al abuso de sustancias, medicamentos o afecciones. Para determinar un diagnóstico de
esquizofrenia, puede hacerse lo siguiente:
Exploración física. Se puede realizar para descartar otros problemas que podrían estar causando los
síntomas y para detectar cualquier complicación relacionada.
Análisis y pruebas de detección. Pueden incluirse pruebas que permitan descartar afecciones con
síntomas similares, y para detectar el consumo de alcohol y drogas. El médico también puede
indicarte estudios por imágenes, como una resonancia magnética o una tomografía computada.
Evaluación psiquiátrica. Un médico o profesional en salud mental controla el estado mental por
medio de la observación de la apariencia y el comportamiento, y la indagación sobre pensamientos,
estados de ánimo, delirios, alucinaciones, consumo de sustancias y posibilidad de violencia o
suicidio. También se conversa sobre los antecedentes personales y familiares.
Criterios de diagnóstico para la esquizofrenia. El médico o profesional en salud mental puede
aplicar los criterios establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
(DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de
Psiquiatría).
TRATAMIENTO:
El tratamiento de la esquizofrenia debe realizarse simultáneamente en los tres niveles de prevención que se
han establecido para todas las enfermedades, y que consiste en:
Para evaluar los resultados de un tratamiento se deben observar los siguientes parámetros: mejoría de los
síntomas, aumento del rendimiento laboral, aumento del funcionamiento social, frecuencia de
rehospitalizaciones, duración de los internamientos y disminución de la dependencia a otras personas para
poder realizar la vida normal.
Los medicamentos antipsicóticos están disponibles desde mediados de la década de los años cincuenta. Su
aparición ha mejorado significativamente la calidad de vida de los pacientes, ya que reducen los síntomas
psicóticos y generalmente permiten que el paciente lleve una vida normal. Los medicamentos antipsicóticos
son el mejor tratamiento disponible actualmente, pero no curan la esquizofrenia ni garantizan que no se
produzcan otros episodios psicóticos en el futuro.
La mayoría de los pacientes con esquizofrenia mejoran de manera significativa cuando reciben tratamiento
con medicamentos antipsicóticos. Sin embargo, hay excepciones, y los medicamentos no son efectivos para
todos.
También se siguen terapias electroconvulsivas en pacientes catatónicos o que no pueden tomar medicación
antipsicótica.
La terapia de grupo o familiar suele ser muy beneficiosa. Las intervenciones psicosociales refuerzan la
capacidad de la persona para enfrentarse al estrés o adaptarse a los efectos de la enfermedad.
Los medicamentos antipsicóticos son el mejor tratamiento disponible actualmente, pero no curan la
esquizofrenia ni garantizan que no se produzcan otros episodios psicóticos en el futuro (Colomer, 2006)
Por lo general, los trastornos disociativos aparecen en reacción a un trauma y ayudan a mantener los
recuerdos difíciles controlados. Los síntomas, que pueden ir de la amnesia hasta las identidades alternativas,
dependen, en parte, del tipo de trastorno que tengas. Los períodos de estrés pueden empeorar temporalmente
los síntomas, haciéndolos más evidentes.
Los tratamientos para los trastornos disociativos pueden ser la terapia de conversación (psicoterapia) y los
medicamentos. Si bien tratar los trastornos disociativos puede ser difícil, muchas personas aprenden nuevas
formas de afrontarlos y llevan una vida saludable y productiva.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico suele implicar la evaluación de los síntomas y el descarte de cualquier afección médica que
pudiera causar los síntomas. Las pruebas y el diagnóstico a menudo implican una remisión a un profesional de
la salud mental para determinar el diagnóstico.
Examen físico. El médico te examina, hace preguntas profundas y revisa tus síntomas y
antecedentes personales. Ciertas pruebas pueden descartar afecciones físicas (p. ej., lesiones en la
cabeza, ciertas enfermedades cerebrales, privación del sueño o intoxicación) que pueden causar
síntomas como la pérdida de memoria y una sensación de irrealidad.
Examen psiquiátrico. El profesional de la salud mental te hará preguntas sobre tus pensamientos,
sentimientos y comportamiento y hablará contigo sobre los síntomas. Con tu permiso, la información
suministrada por familiares y otras personas puede ser útil.
Criterios de diagnóstico en el DSM-5. El profesional de salud mental puede comparar tus síntomas
con los criterios de diagnóstico del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-
5, por sus siglas en inglés), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación
Estadounidense de Psiquiatría).
Amnesia disociativa
Tuviste un episodio o más (por lo general, traumáticos o estresantes) en los que no podías recordar
información personal importante, tu identidad o tu historia de vida. Esta pérdida de memoria es
demasiado amplia para explicarse como un olvido común.
Los episodios de pérdida de memoria no suceden solo en el trascurso de otro trastorno de salud
mental, como el trastorno de estrés postraumático. Los síntomas tampoco se deben al alcohol u otras
drogas y la causa no es una afección médica o neurológica, como la amnesia asociada con un
traumatismo de la cabeza.
También puedes experimentar una fuga disociativa, en la que intencionalmente viajas o experimentas
un estado de confusión con amnesia (incapacidad de recordar tu identidad u otra información
personal importante).
Los síntomas producen estrés significativo o problemas en tus relaciones personales, trabajo y otros
ámbitos importantes de tu vida.
Manifiestas, u otras personas observan en ti, dos o más identidades o personalidades definidas (lo
que en algunas culturas puede describirse como «posesión») en forma no deseada e involuntaria.
Cada identidad tiene su propio patrón para percibir, relacionarse y pensar sobre ti mismo y el mundo.
Tienes lagunas recurrentes de memoria para episodios cotidianos, habilidades, información personal
importante y sucesos traumáticos, y estas lagunas son demasiado amplias para explicarse como
olvidos comunes.
Estos síntomas no forman parte de una práctica cultural o religiosa aceptada por la mayoría de las
personas de tu comunidad.
Los síntomas no se deben al alcohol u otras drogas, ni a una afección médica. En los niños, los
síntomas no se deben a amigos imaginarios ni a otros juegos de fantasía.
Los síntomas producen estrés significativo o problemas en tus relaciones personales, trabajo y otros
ámbitos importantes de tu vida.
Trastorno de despersonalización-desrealización
En el trastorno de despersonalización-desrealización:
Tienes la sensación persistente o recurrente de estar separado de ti mismo, como si fueras un
observador externo de tus pensamientos, sensaciones, acciones o de tu cuerpo (despersonalización).
O bien, te sientes desapegado o experimentas una sensación de irrealidad con respecto a las cosas
que te rodean, como si estuvieras en un sueño o como si el mundo estuviera distorsionado
(desrealización).
Durante un episodio de despersonalización o desrealización, sabes que lo que experimentas no es
real.
Los síntomas no ocurren solo en el trascurso de otro trastorno mental, como esquizofrenia o trastorno
de pánico, o durante otro trastorno disociativo. Además, los síntomas no se explican por los efectos
directos del alcohol o de otras drogas ni por una enfermedad, como la epilepsia del lóbulo temporal.
Los síntomas producen estrés significativo o problemas en tus relaciones personales, trabajo y otros
ámbitos importantes de tu vida.
TRATAMIENTO:
El tratamiento para los trastornos disociativos puede variar en función del tipo de trastorno que tienes, pero,
por lo general, incluye psicoterapia y medicamentos.
Psicoterapia
La psicoterapia es el principal tratamiento para los trastornos disociativos. Esta forma de terapia, también
llamada «terapia de conversación», «asesoramiento psicológico» o «terapia psicológica», consiste en hablar
sobre tu trastorno y los problemas relacionados con un profesional de salud mental. Busca un terapeuta con
formación avanzada o experiencia en la atención de personas que han tenido algún trauma.
Tu terapeuta trabajará para ayudarte a entender la causa de tu trastorno y a desarrollar nuevas formas de
afrontar las situaciones de estrés. Con el tiempo, el terapeuta puede ayudarte a hablar más sobre el trauma que
sufriste, pero, por lo general, solo lo hará cuando puedas hacer frente a desafíos o situaciones y tengas una
relación con el terapeuta como para tener estas conversaciones de manera segura.
Medicamentos
Aunque no hay medicamentos que traten específicamente los trastornos disociativos, el médico puede
recetarte antidepresivos, medicamentos para la ansiedad o antipsicóticos para ayudarte a controlar los
síntomas de salud mental asociados con los trastornos disociativos.
Las características de los síntomas del trastorno somatomorfo pueden ser las siguientes:
Son sensaciones específicas, como dolor o dificultad para respirar, o síntomas más generales,
como cansancio o debilidad
No están relacionados con una causa médica identificable, o se relacionan con un trastorno
médico como el cáncer o la enfermedad cardíaca, pero son más importantes de lo que se
espera
El dolor es el síntoma más frecuente, pero cualquiera sean los síntomas, existen pensamientos, sentimientos o
comportamientos excesivos relacionados con tales síntomas, que pueden causar problemas importantes,
dificultar la funcionalidad o, en ocasiones, incapacitar.
Temor sobre la gravedad de los síntomas, aún sin que exista evidencia
Consultas frecuentes al médico que no eliminan las preocupaciones o que las empeoran
En el caso del trastorno somatomorfo, cobra más importancia que los síntomas físicos que se tengan, la forma
en que se interpretan, la reacción que provocan y el efecto que tienen sobre la vida cotidiana.
Cuándo debes consultar con un médico
Ya que los síntomas físicos pueden estar relacionados con problemas médicos, es importante recibir la
evaluación del proveedor principal de atención médica si no estás seguro de qué causa los síntomas. Si el
proveedor principal de atención médica cree que tienes trastorno somatomorfo, quizás te derive con
Causas
La causa exacta del trastorno de síntomas somáticos no es clara, pero cualquiera de estos factores puede
influir:
Menor percepción de las emociones o problemas para procesarlas, lo que provoca que el
foco sea los síntomas físicos en lugar de los problemas emocionales
Conducta aprendida, por ejemplo, la atención y otros beneficios obtenidos luego de haber
padecido una enfermedad; o las «conductas de dolor» en respuesta a síntomas, como evitar
excesivamente la actividad, lo cual puede aumentar tu nivel de discapacidad
Factores de riesgo
Estar en riesgo de padecer una enfermedad, por ejemplo, tener antecedentes familiares
importantes de una enfermedad
Diagnóstico
Para determinar un diagnóstico, es probable que deban hacerte un examen físico y las pruebas que recomiende
el médico. El médico u otro proveedor de atención médica pueden ayudarte a determinar si tienes alguna
enfermedad que requiera tratamiento.
El médico también puede derivarte a un profesional de salud mental, que puede que haga lo siguiente:
Realizar una evaluación psicológica para hablar de tus síntomas, temores o preocupaciones,
situaciones estresantes, problemas en tus relaciones, situaciones que puedes estar evitando y
antecedentes familiares
El Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales DSM-5), publicado por American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de
Psiquiatría), enfatiza estos puntos en el diagnóstico del trastorno somatomorfo:
Tienes uno o más síntomas somáticos, por ejemplo, dolor y fatiga, que son angustiantes o
causan problemas en tu vida diaria
Tienes pensamientos excesivos y constantes sobre la gravedad de tus síntomas, tienes un nivel
de ansiedad persistentemente alto acerca de tu salud o de tus síntomas, o dedicas demasiado
tiempo y energía a tus síntomas o preocupaciones sobre tu salud
Continúas teniendo síntomas que te preocupan, por lo general, durante más de seis meses, a
pesar de que los síntomas pueden variar
Tratamiento
El propósito del tratamiento es mejorar los síntomas y la capacidad de funcionar en la vida diaria. La
psicoterapia, también llamada terapia conversacional, puede ser útil para el trastorno somatomorfo. En
ocasiones se puede agregar medicación, en especial si también te sientes con depresión.
Psicoterapia
Ya que los síntomas físicos pueden estar relacionados con el agotamiento psicológico y con ansiedad de alto
nivel, la psicoterapia, especialmente la terapia cognitivo-conductual (CBT), puede ayudar a mejorar los
síntomas físicos.
Examinar y adaptar tus creencias y expectativas sobre la salud y los síntomas físicos
La terapia familiar también puede ser útil para examinar las relaciones familiares, y mejorar el apoyo y
funcionamiento familiar.
Medicamentos
Los medicamentos antidepresivos pueden ayudar a reducir los síntomas relacionados con la depresión y el
dolor que suelen aparecer con el trastorno somatomorfo.
Si un medicamento no funciona bien para ti, es posible que el médico recomiende cambiar a otro
medicamento o combinar algunos medicamentos para aumentar la efectividad. Ten en cuenta que es posible
que la mejoría en los síntomas se note recién después de varias semanas de haber iniciado el tratamiento con
medicamentos.
Consulta con el médico acerca de las opciones de medicamentos y los efectos secundarios y riesgos posibles.
ADICCIONES Y ALCOHOLISMO
¿Qué es? Las adicciones a sustancias tóxicas son enfermedades crónicas que afectan al cerebro y a la
conducta, caracterizadas por la dependencia a una o varias drogas nocivas para el organismo, en este caso al
alcohol. Existen dos tipos de alcoholismo:
Tipo I: se da en adultos y se caracteriza por tener etapas con grandes ingestas puntuales con
intervalos de abstemia, pero estos intervalos son cada vez más pequeños, y pueden comportar una
gran dependencia y el desarrollo de enfermedad hepáticas.
Tipo II: se da en adolescentes y está relacionado muchas veces son un historial violento. El aumento
del consumo de alcohol no es progresivo.
SINTOMAS:
Los síntomas de la adicción al alcohol son la ansiedad por consumirlo, pérdida del control, incapacidad para
parar de beber, dependencia física, que provoca el síndrome de abstinencia (sudoraciones, fiebre, temblores)
cuando se deja de tomarlo, y la tolerancia (necesidad de beber cada vez mayores cantidades de alcohol).
Además, el consumo excesivo de esta droga conlleva graves problemas de salud, tanto mentales (depresión,
psicosis) como físicos (daños en hígado, cerebro), e incluso la muerte.
DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico de alcoholismo supone la elaboración de una correcta anamnesis, junto con la correcta
exploración clínica. Es necesario realizar la valoración de la cantidad y frecuencia de la ingesta alcohólica.
Puede ser útil el uso de cuestionarios diagnósticos. Realizaremos una analítica completa con marcadores
biológicos y un adecuado diagnóstico dual de las psicopatologías previas o asociadas.
TRATAMIENTO:
Dado que el alcoholismo tiene varias causas, el tratamiento debe realizarse desde un enfoque multidisciplinar.
El primer paso es que el paciente reconozca la adicción. Para tratar el síndrome de abstinencia, puede ser
necesario el ingreso hospitalario. Esta fase se llama desintoxicación, y la última fase es la deshabilitación, que
tiene como objetivo que el paciente no beba nunca más.
El tratamiento es multidisciplinar, que incluye terapia psicológica, como terapia de grupo o individual,
psicoterapia familiar o de pareja, prevención de recaídas, administración de fármacos, grupos de autoayuda,
servicios sociales, atención especializada, entre otros. (topdoctors, 2020)
Referencias
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https://www.mentesabiertaspsicologia.com/tratamiento/trastornos-de-inicio-en-infancia-
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at University of Iowa, 1-3.
Nerea, E. H. (19 de 2 de 2020). Trastornos del estado de ánimo: síntomas y tratamiento. Obtenido
de https://www.elfarmaceutico.es/tendencias/te-interesa/trastornos-del-estado-de-
animo-sintomas-y-tratamiento_110682_102.html
Otras referencias:
American Psychiatric Association (APA).Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales –
revisado (DSM-IV-TR). Barcelona, Masson, 2000.
Organización Mundial de la Salud (OMS). CIE-10. Clasificación de los Trastornos Mentales y del
Comportamiento. Décima Revisión de la Clasificación Internacional de las Enfermedades. Descripciones
Clínicas y pautas para el diagnóstico. Ginebra, Panamericana, 1992.
Belloch, Amparo; Sandín, Bonifacio; Ramos, Francisco. Manual de Psicopatoogía II,(revisado), McGraw Hill,
1995
Hollander, Eric; Simeon, Daphne.Guía de Trastornos de ansiedad. Elsevier. Madrid, 2004
Kaplan, Harold I; Sadock, Benjamin J. Psiquiatría clínica. Waverly Hispánica S.A, .2ª edición, Buenos Aires,
1996
Parallada Rodón, Eduard; Fernández Egea, Emilio. Esquizofrenia, del caos mental a la esperanza, Morales i
Torres Editores, Barcelona, 2004