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SUMMERFIELD

CAPITULO 8

PROCESOS FLUVIALES

HIDROLOGIA DE LA CUENCA DE DRENAJE

En el Capítulo 7 nosotros miramos brevemente el movimiento del agua sobre y


dentro de las pendientes, pero es ahora necesario extender nuestra discusión de los
movimientos del agua en una escala que comprenda la totalidad de la cuenca de drenaje.
Toda el agua en los ríos se origina en último término debido a la precipitación,
sin embargo puede haber un considerable retardo antes de que esta agua entre al sistema
fluvial. Los componentes principales de la hidrología de las cuencas de drenaje son
ilustrados en la Figura 8.1 y están representados esquemáticamente en términos de un
sistema de entradas, salidas, almacenamientos y transferencias en la Figura 8.2.
El escurrimiento o más estrictamente el escurrimiento en los canales de la
cuenca es la cantidad de agua que entra a los canales de corrientes en una cuenca de
drenaje en un período específico de tiempo y puede ser determinado mediante una
ecuación de balance de agua. Esta expresa el escurrimiento en términos de
precipitación, pérdidas a través de la evapotranspiración y cambios en la cantidad de
humedad del suelo y almacenamientos de agua subterránea. En ambientes donde gran
parte de la precipitación cae como nieve la ecuación del balance del agua es complicada
ya que hay que calcular el agua liberada durante la fusión. Una salida adicional la cual
ha sido considerada, en adición al escurrimiento y a la evapotranspiración son los flujos
de salida profundos a partir de las aguas subterráneas. En muchos casos esto ocurre tan
lentamente que puede ser ignorado en los cálculos del balance de agua en una cuenca.
En terrenos de calizas sin embargo, los movimientos del agua en profundidad pueden
tener poca relación con los modelos de superficie de flujos de agua y puede resultar un
sistema hidrológico complejo.

DESCARGA DE LOS CANALES

La descarga del agua en los canales de los ríos varía a través del tiempo y del
espacio en una gran variedad de escalas. Los cambios en la descarga a través del tiempo
están representados por un HIDROGRAFICO (HIDROGRAMA). En un
HIDROGRAFICO DE DESCARGA se plotean los cambios en la descarga contra el
tiempo, pero la medición directa de la descarga de una corriente es consumidora de
tiempo y más frecuentemente la descarga es estimada a partir de un HIDROGRAFICO
DE ESTADO. Este muestra las variaciones en el estado o elevación de la superficie del
agua a través del tiempo. Estos cambios en el estado pueden ser convertidos en un
registro de variaciones en la descarga usando una CURVA DE CLASIFICACION
DEL ESTADO DE DESCARGA, la cual plotea cambios en la descarga contra
cambios en la profundidad del agua. La curva es inicialmente calibrada tomando
mediciones de la descarga en una sección transversal de canal bien definida. A partir de
esto un REGISTRO DE ESTADO puede ser usado para monitorear variaciones
subsecuentes en la descarga.
Aunque la descarga es usualmente expresada en unidades de m3. S-1 (metros
cúbicos por segundo a la menos uno), representada en esta vía ella es una función del
área de la cuenca de drenaje. Si nosotros deseamos relacionar la descarga a la velocidad
de operación de los procesos geomórficos, tales como el transporte de sedimentos o
solutos, sobre una cuenca como una totalidad, puede ser apropiado representar a la
descarga como un EQUIVALENTE DE LA PROFUNDIDAD MEDIA DEL AGUA
SOBRE LA CUENCA. Un índice común de este tipo es obtenido dividiendo la
descarga media anual por el área de la cuenca de drenaje. Esta medida de la descarga
equivalente a la profundidad media anual varía desde alrededor de 1000 mm para el Río
Amazonas a 177 mm para el Mississippi y 31 mm para el Colorado.
En términos de descarga absoluta el Amazonas tiene por lejos el mayor
escurrimiento medio en el mundo estimado en unos 230.000 m3.s-1 no es sorprendente
cuando nosotros consideramos que su canal en Obidos, 700 km corriente arriba de su
desembocadura, es de unos 2,5 km de ancho y alcanza una profundidad de 60 metros. El
Amazonas es seguido por el Río Zaire, con una descarga media de alrededor de 40.000
m3 . s-1. Estos totales pueden ser comparados con la descarga media de la cuenca del
Mississippi la cual es de unos 18.000 m3 . s-1, a pesar de que el mayor registro de
inundación del Mississippi tuvo una descarga de solo 57.000 m3 . s-1.

VARIACIONES ESPACIALES

En la gran mayoría de los sistemas de ríos, la descarga se incrementa corriente


abajo debido a que los tributarios progresivamente adicionan más escurrimiento al canal
troncal. En las regiones áridas sin embargo, las pérdidas a través de la evaporación e
infiltración pueden conducir a un decrecimiento corriente abajo en la descarga. En una
escala global, la descarga de los ríos está estrechamente relacionada al balance entre la
precipitación y la evapotranspiración y las descargas más elevadas se producen en
regiones bajo regímenes climáticos húmedos. Desde que la precipitación también tiende
a incrementarse con la altura, las descargas más elevadas equivalentes de la profundidad
se encuentran en las regiones montañosas del sureste de Asia y a lo largo de las
montañas alineadas de latitudes medias tales como aquellas de Chile y Escandinavia, las
cuales interceptan los sistemas de tiempos productores de lluvias.

VARIACIONES TEMPORALES

En los ambientes con una clara variación estacional en la precipitación o la


temperatura, los flujos de las corrientes tenderán a variar sistemáticamente a través del
año, siendo mayores durante la estación húmeda o durante el período cuando las
temperaturas más bajas reducen las pérdidas de agua por evapotranspiración. El término
REGIMEN DE UN RIO es aplicado a estas variaciones anuales promedio en la
descarga. Los sistemas de ríos en ambientes húmedos, seco-húmedo y monsonales
experimentan dramáticas fluctuaciones anuales en la descarga cuando las cuencas
experimentan caídas de nieve muy intensas de invierno. Pero no todo los sistemas de
canales mantienen un flujo constante de agua. En los CANALES DE CORRIENTES
INTERMITENTES el flujo tiene lugar como mínimo un mes por año en respuesta al
escurrimiento generado estacionalmente. En ambientes áridos muchos canales presentan
o transportan flujos ocasionales solamente después de las tormentas y consecuentemente
son descriptos como CANALES DE CORRIENTES EFIMERAS.
Mucha atención ha sido puesta en Geomorfología fluvial en los factores que
determinan las variaciones en la descarga de las corrientes drenando comparativamente
cuencas de drenaje pequeñas. Esto es solamente en pequeñas cuencas que es posible
monitorear cambios en la humedad del suelo y el almacenamiento del agua subterránea
y seguir el camino del movimiento del agua desde donde la precipitación arriba a la
superficie en el punto en el cual ella abandona la cuenca de drenaje. Desde que es el
flujo pico resultante de tormentas los cuales son frecuentemente de mas significación en
términos de trabajo geomórfico, el ha sido al que se le ha prestado particular atención a
como el escurrimiento es generado por períodos de precipitaciones intensas.
Los HIDROGRAFICOS para cuencas pequeñas en ambientes húmedos
muestran típicamente una descarga relativamente constante denominada FLUJO DE
BASE, puntualizados por eventos de crecidas los cuales están representados por un
flanco rápidamente ascendente, un pico de corta vida y un flanco de caída que va
declinando suavemente. Esta forma precisa de un HIDROGRAMA DE TORMENTA
(tal el nombre), depende de la intensidad, duración y extensión areal de la precipitación
como de las propiedades hidrológicas de la cuenca de drenaje.
La FRECUENCIA MEDIA o INTERVALO DE RECURRENCIA de
inundaciones de una magnitud determinada o especificada puede ser estimada si hay un
registro de descarga de las corrientes extendiéndose por muchos años, preferiblemente
algunas décadas. El intervalo de recurrencia de las inundaciones puede ser expresado de
dos maneras. El procedimiento usual es ranquear la descarga más alta obtenida en cada
año y así producir una SERIE ANUAL. El intervalo de recurrencia de una inundación
el cual es igual o mayor en magnitud que una de un tamaño particular en la serie anual
es luego dado como: (n +1) / r.
Donde n = número de años de registro, r es el orden del rango de la inundación
de una magnitud especificada. Por ejemplo, si nosotros tenemos una serie anual de 50
años, el intervalo de recurrencia de una inundación de la misma magnitud o más grande
que las diez inundaciones anuales más grandes en la serie es: (50 + 1) / 10 = 5,1 años.
El tratamiento alternativo para expresar el intervalo de recurrencia de una
inundación es a través de SERIES DE DURACIÓN PARCIAL. Esto es construido
mediante un listado y ordenamiento de todas las descargas que excedan una magnitud
dada sobre un período especificado de tiempo. El intervalo de recurrencia para una serie
de duración parcial es calculado usando la misma fórmula que para las series anuales
con excepción que n representa el número total de eventos de inundación que superan la
magnitud especificada. En una serie de duración parcial, puede haber más de un evento
de inundación registrado en algunos años y ninguno en otros. Un intervalo de
recurrencia calculado usando esta aproximación nos brinda el intervalo medio de tiempo
entre descargas de un tamaño igual o mayor a la magnitud de inundación especificada.
Una inundación que es como mínimo igual en magnitud a la inundación media
en una serie anual es denominada INUNDACIÓN ANUAL MEDIA. Esta tiene un
intervalo de recurrencia de aproximadamente 2,33 años, esto es, la descarga máxima
alcanzada cada año igualará o excederá a la inundación anual media en promedio una
vez cada 2,33 años. La INUNDACIÓN ANUAL MAS PROBABLE en una serie
anual tiene un intervalo de recurrencia de aproximadamente 1,58 años esto es
equivalente en magnitud a la inundación en una serie de duración parcial la cual tiene
un intervalo de recurrencia de 1 año. En general, en los canales aluviales la inundación
anual más probable parece ser toscamente equivalente en magnitud a la descarga de
BANCO LLENO, esto es, la descarga en la cual el canal está lleno en cuanto a su
capacidad. Las inundaciones de esta magnitud parecen ser de especial significado a
causa de que en muchos casos, ellas muestran una relación apretada con ciertas
variables de la forma del canal y son de este modo presumiblemente importantes en el
formato de la morfología del canal.
Raros e ¨ instantáneos ¨ incrementos en el flujo de las corrientes pueden ser
alcanzados o tener lugar como resultado de la destrucción catastrófica de diques
naturales. Tales diques pueden ser formados por hielo glacial o morenas (ver capítulo
11) pero pueden ser creados también por deslizamientos. Muchos diques de
deslizamientos fallan rápidamente después de que ellos son formados, usualmente por
sobrepasamiento del agua. En ocasiones, sin embargo, deslizamientos masivos pueden
endicar ríos mayores y conducir a la formación de grandes lagos. En 1911 un terremoto
en URSS impulsó una avalancha de rocas de 2,0 – 2,5 por 10 a la 9 m 3 de rocas la cual
endicó el Río Murgab. Este dique natural tiene 550 m de altura aproximadamente dos
veces la altura del dique artificial más grande del mundo. La ruptura de tales diques
puede ocasionar de hecho enormes descargas de corto término.

GENERACION DEL ESCURRIMIENTO

El agua que contribuye al flujo de las corrientes puede ser dividida en dos tipos
en términos de la rapidez con la cual entra al canal de corrientes después de un evento
de precipitación. En muchas corrientes hay un relativamente bajo nivel de flujo de base
el cual es mantenido entre eventos de precipitaciones mayores y es aportado por lo que
se llama flujo retardado desde el agua subterránea o desde la percolación del agua a
través del suelo. Por el contrario, el agua que entra a los canales de corriente
rápidamente después de una tormenta se denomina flujo rápido y es generado de
diferentes maneras dependiendo de la naturaleza de la topografía, vegetación y suelos
en una cuenca.
En cuencas de drenaje carentes de una cubierta vegetal significativa tal como en
regiones semiáridas y áridas o donde la vegetación ha sido eliminada y la superficie
compactada, la capacidad de infiltración del suelo puede ser suficientemente baja para
ser excedida por la intensidad de la precipitación durante las tormentas. En tales
circunstancias los flujos superficiales por un exceso en la infiltración serán generados
una vez que la capacidad de almacenamiento de la superficie ha sido excedida, esto es
conocido como modelo de área parcial de la generación del flujo de la corriente.
Grandes volúmenes de agua pueden ser transmitidos a los canales de los ríos por este
medio a causa de las altas velocidades alcanzadas por los flujos superficiales (500 m . h-
1) y la ocurrencia simultánea sobre grandes partes de una cuenca individual.

En las cuencas bien vegetadas, los suelos tienen característicamente capacidades


de infiltración lejos en exceso de la intensidad de las precipitaciones, todavía picos de
descarga altos son aún observados durante una tormenta. En tales cuencas, los flujos
pico son generados a partir de la lluvia que cae directamente sobre los canales de
corriente y a partir de la saturación de los flujos superficiales que contribuyen desde
zonas adyacentes a los canales donde el suelo ha sido completamente saturado. Las
áreas que contribuyen a la saturación de los flujos superficiales cambian durante una
tormenta cuando las zonas saturadas inicialmente se expanden con el comienzo de la
lluvia y luego se contraen cuando se detiene la lluvia. Esto es conocido como modelo de
área de fuente variable de generación de flujos de corrientes. Una distinción importante
entre exceso de infiltración y flujo superficial por saturación es que el último está
relacionado a las condiciones de humedad del suelo anteriores y a la localización dentro
de una cuenca.
Una segunda ruta para importante para los flujos rápidos en ambientes húmedos
donde están presentes suelos espesos es el movimiento lateral del agua a través del suelo
mismo. Este movimiento lateral es más pronunciado inmediatamente por sobre los
suelos con una conductividad hidráulica más baja, esto es, una permeabilidad o
capacidad para transmitir el agua más baja. Bajo tales condiciones, una mayor
proporción del agua percolando a través del suelo será desviada lateralmente pendiente
abajo. Tal flujo subsuperficial (Throughflow) es generalmente mucho más lento que los
flujos superficiales y usualmente solo alcanza una velocidad máxima de 0,4 m . h-1. En
algunos suelos sin embargo, flujos subsuperficiales con velocidades de 200 m . h-1,
pueden ocurrir a través de conductos (pipes) naturales formados por la descomposición
o putrefacción de raíces o de excavaciones o madrigueras de animales. Tales conductos
pueden desarrollarse a tal punto que forman conductos bien integrados que permiten una
rápida transmisión del agua pendiente abajo. Donde hay un adelgazamiento de los
horizontes de suelo permeables los flujos subsuperficiales pueden emerger en superficie
como un flujo de retorno hacia la base de la pendiente. Aunque mucho flujo
subsuperficial es muy lento para contribuir a los flujos pico principales que acompañan
a los eventos de tormenta, es importante en áreas prístinas adyacentes a los canales de
corrientes y de este modo realzar el área de flujos superficiales por saturación en
tormentas subsecuentes.
Varias propiedades del sistema de drenaje y características morfológicas de las
cuencas también influyen en la respuesta del escurrimiento a las tormentas. Estas
incluyen la densidad de canales y el relieve y forma de la cuenca (ver Sección 9.2).
Tales factores afectan el tiempo de llegada del escurrimiento desde los tributarios al
canal principal.

INICIACION DE LOS CANALES

Una cuestión obvia para preguntar acerca de los canales de corrientes es como
ellos se originan. Los canales pueden ser creados a partir de una superficie
recientemente expuesta o desarrollarse a través de la expansión de una red de drenaje
existente, pero en orden de entender como ellos son iniciados nosotros debemos mirar
en las condiciones en las cuales el agua fluyendo sobre una superficie se hace
suficientemente concentrada para que la incisión que forme un canal tenga lugar. Es
también necesario establecer como una vez que ellos son formados, son mantenidos y
agrandados a formas o rasgos ¨ permanentes ¨ en el paisaje.
En el capítulo 7 nosotros vimos como los flujos superficiales y subsuperficiales
convergen en áreas de concavidad de las curvas de nivel y tal convergencia es un
importante factor en el desarrollo de los canales. Además fue también puntualizado
como los flujos superficiales que exceden la infiltración pueden conducir al desarrollo
de rills (canalículos) aunque los mecanismos precisos que conducen aproximadamente a
esto es por lejos poco claro. Las microtopografías sobre las laderas tienden a
desorganizar el flujo en manto y promover la concentración del movimiento del agua y
formación de rills. Pero tal desarrollo de canalículos puede ser contrarrestado por las
desviaciones laterales de las líneas de flujo o por erosión debida a la mojadura o
salpicadura de la lluvia la cual tiende a igualar la superficie.
En el modelo presentado por R. E. Horton, antes de que la erosión por flujos
superficiales se produzca sobre una pendiente el debe alcanzar una profundidad crítica
en la cual el esfuerzo erosivo del flujo excede la resistencia al corte de la superficie del
suelo (Figura 8.5). Horton pensó por lo tanto que una ¨ faja de no erosión ¨ está presente
en la parte más elevada de las pendientes a causa de que allí la profundidad del flujo es
insuficiente para causar erosión. Trabajos subsecuentes han mostrado que algún lavado
superficial es posible aún sobre las crestas de las pendientes, aunque allí no se conduce
a la formación de rills a causa de que la tasa de incisión es baja y los canalículos
incipientes son rellenados como consecuencia del efecto de salpicadura de la lluvia.
Aunque el modelo de los flujos superficiales por exceso de infiltración provee
una razonable estructura para la comprensión de la iniciación de los canales en
ambientes áridos y semiáridos, en las regiones húmedas nosotros tenemos que mirar en
un mecanismo alternativo. En dichas áreas la iniciación del canal está menos
relacionada a una distancia crítica de los flujos superficiales que a la localización de la
convergencia de flujos superficiales y subsuperficiales, usualmente en concavidades de
pendientes y adyacentes a líneas de drenaje existentes. En un caso se ha visto que los
canalículos se desarrollan como resultado de salidas súbitas de flujos subsuperficiales
en la superficie cercana a la base de una pendiente. El desarrollo de canales en
ambientes húmedos es probablemente que sea favorecido especialmente donde los pipes
(conductos) están presentes. Las redes de conductos parecen capaces de promover el
desarrollo de canales a través del colapso del techo o por la concentración del
escurrimiento y la erosión pendiente abajo del desagüe o salida de los conductos.
Aunque el flujo superficial por exceso de infiltración es usualmente tenido en cuenta
como dominante en las regiones semiáridas, el piping es también frecuentemente
importante en tales ambientes.
Los canales también pueden ser iniciados a través del zapeamiento por
manantiales allí donde el flujo de agua subterránea es concentrado en zonas más
permeables dentro del sustrato. Esto fomenta la meteorización química o disolución de
la roca del sustrato la cual a su turno conduce a un incremento en la conductividad
hidráulica y a un adicional incremento en las tasas de velocidad del agua. Este
mecanismo de acción (feedback) positiva puede conducir al desarrollo de canales por
erosión en cabeceras o retrocederte cuando el flujo de agua que emerge en la superficie
a lo largo de una zona de permeabilidad realzada. El zapeamiento por manantiales es
probable que sea especialmente activo donde una litología permeable tal como una
arenisca o caliza sobreyace a una litología impermeable tal como una arcilla.

FLUJO EN LOS CANALES ABIERTOS

Dos fuerzas opuestas actúan sobre el agua fluyendo en un canal abierto. La


fuerza conductora es la gravedad, la cual actúa en una dirección pendiente abajo y es
determinada por la aceleración de la gravedad y el gradiente del canal. La fuerza
resistente proviene de la fricción tanto dentro del cuerpo de agua como entre el agua
fluyendo y la superficie del canal. La habilidad del agua fluyendo para tomar y
transportar material y por lo tanto su capacidad para producir trabajo geomórfico, está
determinada por las relaciones entre estas dos fuerzas. Sin embargo antes de entrar a ver
los procesos operantes en los canales de ríos naturales nosotros necesitamos considerar
las características fundamentales del comportamiento del agua fluyendo.

RESISTENCIA A FLUIR

El agua es un fluido es decir, su forma cambia continuamente por el más


pequeño esfuerzo aplicado externamente. Este cambio en la forma es sostenido tanto
tiempo como la fuerza es aplicada. La resistencia de un fluido a cambiar de forma es
representada por su VISCOSIDAD. Un tipo de resistencia a la deformación provista por
la viscosidad proviene de la fricción interna causada por la cohesión y las colisiones
entre las moléculas cuando ellas se mueven pasando unas sobre otras y por consiguiente
este tipo de viscosidad es denominada VISCOSIDAD MOLECULAR o VISCOSIDAD
DINÁMICA. Alrededor del 97% de la energía de los ríos es consumida como calor
friccional generado por impactos moleculares, dejando solo un aproximadamente 3%
para el transporte de los sedimentos. Al igual que en todos los líquidos la viscosidad
molecular del agua se incrementa con un descenso en la temperatura. Además, en los
ambientes naturales, nosotros estamos interesados no solo con el agua pura sino también
con agua que contiene sedimentos finos o constituyentes disueltos los cuales tienen una
gran viscosidad dinámica.

FLUJO LAMINAR Y TURBULENTO

Un fluido moviéndose sobre una superficie sólida y plana puede hacerlo como
una serie de láminas o capas delgadas deslizándose unas sobre otras, la resistencia al
movimiento proviene de la viscosidad molecular. Esta forma de movimiento es
descripta como FLUJO LAMINAR y mientras el es relativamente común en fluidos
altamente viscosos, tales como los flujos de lavas, es extremadamente raro para el agua
moviéndose en canales naturales. En los canales de corrientes el movimiento del agua
casi siempre ocurre como FLUJO TURBULENTO, esto es la velocidad del flujo
fluctúa en todas las direcciones dentro del fluido. El agua está constantemente
intercambiada en remolinos dentro de zonas adyacentes del flujo y cambios locales en la
velocidad tienen lugar los cuales trabajan contra el gradiente de velocidad media y
conducen a una pérdida de energía. La resistencia adicional al corte resultante se
denomina VISCOSIDAD POR CONTRAFLUJO o REMOLINOS. En muchos canales,
hay una delgada SUBCAPA LAMINAR dentro de la cual la velocidad del flujo
inicialmente se incrementa de una manera rugosamente lineal. Por sobre esta zona de
incremento en la velocidad del flujo la velocidad es aproximadamente logarítmica.
Que el flujo sea laminar o turbulento está determinado por la velocidad media
del flujo, la viscosidad molecular, la densidad del fluido y de las dimensiones de la
sección del flujo. Para los canales de corriente las dimensiones de la sección de flujo
usadas son tanto la profundidad del flujo o el RADIO HIDRAULICO. El radio
hidráulico de un canal de corriente es definido como el área de la sección del flujo en un
canal dividido por el PERIMETRO MOJADO, este último es la longitud del límite a lo
largo del cual el agua está en contacto con el canal. En canales muy amplios y poco
profundos el radio hidráulico es aproximadamente igual a la profundidad del flujo.
Las condiciones bajo las cuales tienen lugar los flujos laminares o turbulentos
son definidas por el NUMERO DE REYNOLDS (Re) el cual es esencialmente una
medida adimensional de la clase de flujo. Un número de Reynolds es calculado
multiplicando la velocidad media del flujo por el radio hidráulico y dividiéndolo por la
VISCOSIDAD CINEMATICA. Esta representa la relación entre la viscosidad
molecular y la densidad del fluido.

Re = v. R / V

Donde v es la velocidad del flujo, R es el radio hidráulico y V la viscosidad cinemática.


En los canales de corrientes el máximo número de REYNOLDS en el cual el
flujo laminar es sostenido es de alrededor de 500. Por sobre un valor de
aproximadamente 2000 el flujo es turbulento y con valores transicionales entre 500 y
2000 elementos de flujos laminares y turbulentos están presentes.

REGIMEN DE FLUJO

En los canales naturales las variaciones locales en la profundidad del flujo


causadas por irregularidades en el lecho del canal crean ondas las cuales ejercen un peso
o fuerza de gravedad. La relación de la velocidad de flujo media con respecto

VELOCIDAD DEL FLUJO


La velocidad del flujo de la corriente está influenciada por el gradiente, la
rugosidad y la forma del perfil transversal del canal. Los canales naturales tienen casi
invariablemente superficies rugosas las cuales conducen a pérdidas por energía
friccional muy importantes y causan una reducción en la velocidad del flujo,
especialmente aquellas que están cerca de los límites o paredes del canal. La medición
de la velocidad del flujo de la corriente directamente consume tiempo y por este motivo
se han desarrollado ecuaciones empíricas para estimar las velocidades medias del flujo.
Tenemos dos ecuaciones clásicas: CHEZY y la otra la de MANNING.

ECUACION DE CHEZY

En esta ecuación la velocidad es estimada en términos del radio hidráulico y el


gradiente del canal de la corriente y un coeficiente que expresa las fuerzas friccionales y
gravitacionales que actúan en el agua.

Vel. Media = C

La ecuación de CHEZY define la velocidad media del flujo, donde R es el radio


hidráulico, s el gradiente del canal y C el coeficiente de CHEZY, el cual como
mencionamos representa las fuerzas friccionales y gravitacionales.

ECUACION DE MANNING

Es un estimador más ampliamente utilizado el cual incorpora un índice de la


rugosidad del lecho del canal. Este COEFICIENTE DE RUGOSIDAD DE
MANNING (n) es usualmente estimado a partir de tablas o por comparación con
fotografías que ilustran canales de rugosidad conocida.
El uso de la ecuación de Manning es complicado debido al hecho de que la
resistencia a fluir varía con la descarga y la profundidad del flujo. El coeficiente de
rugosidad de Manning decrece cuando la profundidad del flujo se incrementa hasta la
descarga a banco lleno. Una vez que la capacidad del canal es excedida el flujo se
amplía sobre un área o superficie mucho mayor y el coeficiente de rugosidad de
Manning se incrementa.
Otra complicación surge de los ajustes en la forma del lecho y hence la
rugosidad del canal, que acompañan cambios en el régimen del flujo en los canales
aluviales.

EROSION FLUVIAL Y TOMA DE SEDIMENTOS

EROSION DE LOS CANALES ROCOSOS

La erosión del paisaje a través de la acción de los procesos fluviales puede


involucrar la incisión de los canales de corriente dentro de roca de base como la toma y
el transporte corriente debajo de sedimentos. La erosión de los canales en roca dura
debe ser de considerable significado en regiones montañosas y aunque los mecanismos
involucrados son pobremente conocidos u entendidos tres procesos mayores parecen
operar.
La corrosión es la MQ de los minerales en contacto con el agua de la corriente y
la remoción de los productos solubles corriente abajo y los procesos de MQ
involucrados son discutidos en el Capítulo 6. Los factores clave que controlan las tasas
de corrosión son la mineralogía de la roca de base, la concentración de solutos de la
corriente de agua, la descarga de la corriente y la velocidad del flujo. Las tasas máximas
de corrosión son alcanzadas donde corrientes de agua que fluyen rápidamente y se
encuentran subsaturadas pasan sobre litologías con una elevada proporción de minerales
reactivos; por instancia, la corrosión es un proceso importante en canales de lecho
rocoso en terrenos montañosos calcáreos en ambiente húmedos.
Un segundo mecanismo es la corrasión o abrasión que consiste en el
desprendimiento o desgaste de la roca de base por partículas movilizadas por el flujo del
agua. Las partículas involucradas pueden ser de cualquier tamaño que pueda ser
transportado a las velocidades de flujo prevalecientes y grandes bloques de algunos
metros pueden estar en movimiento en canales de ríos profundos que fluyen
rápidamente. La efectividad de la abrasión depende de la concentración, dureza y
energía cinética de la partícula impactante y la resistencia de la superficie de la roca de
lecho. Como la energía cinética es proporcional al cuadrado de la velocidad, las tasas de
abrasión se incrementan rápidamente cuando se incrementa la velocidad del flujo.
Un tercer mecanismo involucra la acción hidráulica, este es el movimiento del
agua sola. Una manera en la que esta puede tener lugar es a través del desgaste o
desprendimiento de fragmentos de rocas sueltos por la fuerza del agua moviéndose.
Otro proceso el cual es casi ciertamente el más importante, pero que está pobremente
documentado en los canales naturales es la cavitación (es decir formación de
cavidades). Este es un efecto muy bien conocido en los impulsores de barcos, en
vertederos de represas y otras estructuras artificiales las cuales están sujetas a flujos
rápidos. Una aceleración del flujo en un fluido causa una caída en la presión, la cual si
es de suficiente magnitud conduce a la formación de burbujas de aire. La cavitación
tiene lugar cuando estas burbujas implosionan (explotan?) y emiten delgados chorros de
agua a velocidades tan altas como 130 m . s-1. Dichas velocidades pueden generar
esfuerzos suficientes para fracturar la roca sólida. Aunque las velocidades altas iniciales
de velocidades medias de 10 m . s-1 o más son requeridas para que la cavitación tenga
lugar son ciertamente alcanzadas en algunos canales de corrientes especialmente en
rápidos y en la base de cataratas o cascadas o saltos de agua, sus efectos usualmente
parecen estar ocultados por rasgos producidos por abrasión.

TOMA DE SEDIMENTOS

La mayoría de los ríos no corta directamente en roca de lecho pero fluyen más
bien en canales aluviales formados en sedimentos no consolidados. Estos sedimentos
pueden variar en tamaño de boulders a materiales de tamaño arcilla. Los canales
aluviales son geoformas en equilibrio o casi equilibrio en que su morfología proviene de
la movilización, transporte y depositación de sedimentos y representan un ajuste a las
condiciones sedimentológicas e hidrológicas prevalecientes. Los canales aluviales
pueden generalmente ajustarse rápidamente a los cambios en el balance entre los
esfuerzos generados por el agua fluyendo y la resistencia de los sedimentos del lecho
del canal al movimiento. En este aspecto, ellos difieren significativamente de los
canales en lechos rocosos los cuales pueden usualmente cambiar solo lentamente y
aquella morfología está dominada por controles litológicos y estructurales. Los
sedimentos en los canales aluviales incluyen partículas previamente acarreadas corriente
abajo como también materiales contribuidos directamente de las pendientes de los
costados de los valles y de la erosión de bancos.
La puesta inicial en movimiento de una partícula sólida en un fluido se
denomina entrainment (toma) y esto ocurre cuando los esfuerzos que actúan sobre una
partícula exceden las fuerzas de resistencia. Las fuerzas resistentes son el peso
sumergido de la partícula en el agua que actúa normal al lecho del canal y los efectos de
apretamiento de los granos vecinos. Las fuerzas conductoras son la componente
corriente abajo del peso sumergido de la partícula y la fuerza del fluido, la última es de
dos tipos (Figura 8.11). Una partícula sobre el lecho de un canal está sujeta a una
fuerza tractiva o arrastre en gran proporción generada como resultado de la diferencia
de presión del fluido sobre sus costados corriente arriba y corriente abajo. El esfuerzo se
hace más grande a medida que la velocidad del flujo se incrementa, pero en los flujos
turbulentos, los incrementos temporarios en las velocidades en los torbellinos pueden
generar esfuerzos locales que son tres a cuatro veces los valores medios. Las partículas
pequeñas experimentan fuerzas de arrastre relativamente bajas ya que ellas están
localizadas dentro de la subcapa laminar. Cuando la velocidad del flujo se incrementa
esta zona se hace más delgada y las partículas están sujetas a esfuerzos marcadamente
incrementados cuando ellas comienzan a sobresalir a través de la subcapa laminar y son
expuestos a mayores velocidades de flujos turbulentos y remolinos. Las partículas están
también sujetas a una Fuerza de elevación o levantamiento o ascenso que proviene de
la aceleración en el flujo del agua sobre las partículas que sobresalen. Este incremento
en la velocidad conduce a una caída en la presión por sobre los granos y es conocido
como Efecto Bernoulli. Si esta fuerza de ascenso es suficiente para superar la
resistencia al movimiento el grano ascenderá desde el lecho del canal. Como la fuerza
de ascenso declina rápidamente, la fuerza de arrastre se incrementa rápidamente y la
partícula es transportada corriente abajo en el flujo de agua. A menos que el flujo sea
altamente turbulento y energético las grandes partículas se mueven en una trayectoria
convergente con el lecho del canal a un ángulo bajo (Figura 8.12). Este tipo de
movimiento de la partícula es denominado saltación. Cuando un número grande de
granos están en movimiento bajo condiciones de flujo rápido la trayectoria de saltación
ideal no es alcanzada a causa de que hay colisiones frecuentes entre las partículas. En
esta situación hay una dispersión concentrada de partículas cerca del lecho del canal
dominado por colisiones interpartículas y desviaciones. Las partículas mayores, las
cuales no pueden ser levantadas desde el lecho del canal pueden simplemente moverse a
través de él por rodamiento o deslizamiento. Los granos en saltación impactantes que
retornan al lecho del canal pueden también ayudar a precipitar este movimiento.
En adición al rodamiento, deslizamiento y saltación las partículas sólidas pueden
experimentar movimientos suspendidos en los cuales sus trayectorias son más
irregulares y más prolongadas que las de la saltación (Figura 8.12). El peso de las
partículas finas en suspensión verdadera es enteramente soportado por los pulsos
ascendentes hacia arriba de los flujos generados por los remolinos. Los granos
descendentes durante la saltación pueden ser temporalmente mantenidos a flote por el
movimiento hacia arriba en los flujos turbulentos y esta condición es más
apropiadamente descripta como suspensión incipiente.

TRANSPORTE Y DEPOSITACION FLUVIAL

MODOS DE TRANSPORTE FLUVIAL

El material puede ser transportado por los ríos como partículas sólidas o en
solución. La carga de solutos o carga disuelta la cual es aportada en gran proporción a
partir de la meteorización de rocas del sustrato (Ver Capítulo 6) es dispersada a través
del flujo. La Carga sólida es de dos tipos principales. La Carga de lecho o Carga de
tracción que agrupa todos los materiales rodando, saltando o deslizándose a lo largo
del lecho del canal. La Carga suspendida es invariablemente de calibre o tamaño fino e
involucra todas las partículas que evitan la caída al lecho del canal por el impulso
impartido hacia arriba por remolinos dentro de flujos turbulentos. La fracción más fina
de la carga suspendida que consiste de partículas muy pequeñas de tamaño arcilla es
denominada Carga de lavado y está capacitada para quedarse esencialmente en
suspensión permanente tanto tiempo como sean mantenidos los flujos.
Las cargas sólidas y de solutos pueden ser estimadas relacionando las
concentraciones de solutos y sedimentos a la descarga de las corrientes (Ver Sección
15.3.1). La concentración de carga de solutos y carga suspendida puede ser medida a
partir de muestras de agua colectadas insertando dispositivos muestreadotes en la
corriente a varias profundidades y en diferentes estados de flujo, aunque tales
muestreadotes colectan también algunos granos en saltación que corresponden a la
carga de lecho. Estas medidas pueden ser luego multiplicadas por la descarga para
proporcionar una estimación de las tasas de transporte de sedimento suspendido y en
solución o carga de solutos. La carga de fondo es mucho más difícil de estimar a causa
de que muchos de los instrumentos usados interfieren en alguna medida el lecho del
canal. Las técnicas empleadas han variado desde una variedad de trampas a aparatos que
registran diferencias de presión y acústicos. El movimiento de material muy grueso de
fondo puede ser monitoreado pintando bloques (boulders) individuales y siguiendo el
camino de su movimiento a lo largo del lecho del canal sobre un período de tiempo,
mientras que trazadores radiactivos y tintas fluorescentes pueden ser usados para
monitorear el movimiento de materiales más finos de una mineralogía o tamaño
específico.
El sedimento en tránsito en los canales de los ríos está sujeto a abrasión y a
meteorización. Aunque hay evidencias para un redondeamiento significativo de
partículas de tamaño pebbles cuando ellas son transportadas corriente abajo es menos
certero respecto a cual es el alcance en el que las arenas y materiales más finos
experimentan atrición durante el transporte fluvial. Una reducción corriente abajo en el
tamaño medio de la partícula es una característica muy extendida de los canales de los
ríos pero la gran mayoría de este parece ser debida a la selección (Ver Sección 8.4.3).

TRANSPORTE DE SEDIMENTOS

Aunque los principios generales por medio de cómo los granos son puestos en
movimiento en un fluido están bien entendidos, el problema de predecir la tasa de
partículas en movimiento en los canales de los ríos naturales bajo diferentes condiciones
de flujo y con variadas características de los sedimentos tiene demostraciones
extremadamente difíciles. Avances en este campo, han sido alcanzados en gran medida
a través de investigaciones que emplean ¨ canales ¨ en laboratorio para medir las tasas
de movimiento de sedimentos bajo un rango de condiciones de flujo. En tales trabajos
experimentales, las variables involucradas pueden ser relativamente bien controladas,
pero la complejidad presente en los canales naturales considera que no es posible
extrapolar estos datos hallados en laboratorio directamente a las situaciones de campo.
Es también posible aproximar el problema de transporte de sedimentos a partir
de principios físicos fundamentales. Una partícula que yace sobre el lecho de un canal
posee energía potencial en virtud de su elevación respecto al nivel de base. Una vez
puesta en movimiento una partícula se mueve consumiendo energía cinética y porque
vence la resistencia friccional. Un importante concepto vinculado a la energía fluvial
para el transporte de sedimentos es el de Poder de la corriente (Caja 8.4). Para realizar
el transporte de sedimento se debe realizar trabajo. El Trabajo es definido como el
producto de la fuerza por la distancia y el Poder es la tasa de hacer un trabajo. El
poder de una corriente es de esta manera es el poder por unidad de longitud del canal.
En otras palabras, es la tasa de energía suministrada al lecho del canal disponible para
vencer la fricción y transportar sedimentos. El Poder de una corriente es máximo en
corrientes con alta descarga, con elevados gradientes y grandes radios hidráulicos. El
Poder específico de una corriente es definido como el poder de una corriente por unidad
de área de lecho de canal y es igual al esfuerzo de corte del lecho por la velocidad media
de la corriente.
El concepto de poder de una corriente puede ser aplicado a las condiciones bajo
las cuales la erosión o la depositación predominarán a través de lo que se conoce como
Umbral o Poder crítico. Este es definido como el estado en un tramo específico de
canal donde el poder disponible es exactamente suficiente para transportar la carga de
sedimento disponible media. Si el poder disponible es mayor que el requerido para
transportar esta carga de sedimento media luego la erosión y el corte hacia abajo van a
tener lugar. Si es menor a la requerida la depositación predominará.
En orden de predecir la tasa de transporte total o general de sedimentos en un
canal más que las condiciones que conducen a la toma de las partículas individuales, es
conveniente usar fácilmente una propiedad promedio de medida del flujo del agua. Una
aproximación llevada adelante por F. Hjulström usa la velocidad media del flujo para
definir condiciones de toma de sedimentos y el transporte de los mismos. Dicho autor
colectó datos de unos 30 estudios experimentales relacionando la velocidad del flujo
con el transporte de sedimentos para construir las curvas mostradas en la Figura 8.13.
Estas curvas que han sido ampliamente confirmadas por otros investigadores, muestran
la competencia de diferentes velocidades de flujo. La competencia de un flujo es el
tamaño de partícula máximo que puede ser tomado para una velocidad específica del
flujo. Es importante hacer notar que la velocidad de flujo se refiere en este caso a la
velocidad media en el canal y no a la velocidad mucho más baja sobre el lecho del canal
donde el sedimento es tomado. Una limitación mayor de esta aproximación es que no
hay una única velocidad media de flujo en la cual las partículas de un tamaño particular
son puestas en movimiento. La velocidad en el lecho del canal es la variable de control
más importante y para una velocidad de lecho umbral dada, la velocidad de flujo media
se incrementa con la profundidad del agua.
Una aproximación alternativa usa el esfuerzo de corte medio en el lecho
necesario para iniciar el movimiento de la partícula. Esto depende no solo del tamaño de
la partícula sino también de la rugosidad del lecho del canal. El esfuerzo de corte crítico
en el lecho del canal puede ser representado en forma dimensional y relacionarlo a un
número de Reynolds límite el cual define el grado de rugosidad del lecho del canal y es
proporcional a la relación entre el tamaño de grano y el espesor de la subcapa laminar.
Esta relación puede ser representada en un Diagrama Shields (Figura 8.14) y muestra
un forma ampliamente similar a la curva del Diagrama de Hjulström relacionando la
velocidad de flujo media con la toma de sedimentos. Las curvas nos indican que el
tamaño de partícula que puede ser movilizado a una velocidad más baja (de alrededor de
0,2 m . s-1) es de aproximadamente 0,25-0,5 mm (arena mediana). Para granos
mayores, más pesados, se requieren umbrales de velocidades más altas para iniciar el
movimiento, mientras que materiales de tamaño limo y arcilla también requieren
velocidades más altas a causa de que las partículas muy pequeñas están como mínimo
parcialmente protegidas por yacer dentro de la subcapa laminar. Para los materiales de
tamaño arcilla la cohesión entre las partículas individuales además realza su resistencia
a ser tomada. Una vez que están en movimiento las partículas finas pueden continuar
siendo transportadas en suspensión aún si las velocidades del flujo caen
significativamente, pero los granos más gruesos son más rápidamente depositados
cuando las velocidades del flujo son reducidas.
Aunque útiles en indicar algunos de los controles fundamentales en las tasas de
transporte de sedimentos, las relaciones evidentes en las curvas de Hjulström y el
diagrama de Shields son difíciles de aplicar a lo canales naturales por un número de
razones. En primer término ellos se refieren a sedimentos bien seleccionados, esto es,
sedimentos de un tamaño de grano uniforme. En sedimentos heterogéneos o mal
seleccionados, partículas pequeñas pueden estar al abrigo de granos mayores de los
esfuerzos de arrastre ejercidos por el flujo de agua. El ejemplo extremo de esto es la
producción de una armadura o coraza donde los granos gruesos cubren el lecho del
canal y ocultan los sedimentos más finos por debajo. Secundariamente las curvas se
refieren a canales lisos, uniformes, mientras que muchos canales son irregulares. En
tercer lugar las curvas asumen flujos estables pero en los canales naturales la velocidad
del flujo es altamente variable. En cuarto término, la manera en la cual las partículas son
empaquetadas juntas puede afectar significativamente la facilidad con la cual ellas son
tomadas. Finalmente, las ecuaciones de transporte de sedimentos derivadas teórica o
experimentalmente son especialmente difíciles de aplicar a los canales con lechos de
gravas. El transporte de sedimentos tiene lugar en casi todos los flujos en canales
aluviales arenosos, pero un transporte significativo en ríos con lechos de gravas
solamente tienen lugar con flujos relativamente altos, normalmente donde la descarga
de banco lleno es aproximada. Consecuentemente, en los lechos de los canales
compuestos de gravas o boulders, hay relativamente largos períodos de flujos de base
con poco o nada de transporte durante los cuales los sedimentos pueden asentarse

DEPOSITACION FLUVIAL

De la misma manera que hay velocidades de flujo umbral para la toma de


partículas de diferentes tamaños por consiguiente también hay umbrales para la
depositación de los sedimentos. La velocidad con la cual una partícula se posa o asienta
en el lecho de un canal se conoce como su velocidad de caída y es una función de su
densidad, tamaño y forma y de la viscosidad y densidad del fluido transportante. Como
la viscosidad y la densidad cambian con la concentración de sedimentos en un flujo de
corriente, la depositación no está relacionada simplemente con la velocidad del flujo.
Cuando la velocidad del flujo decrece los sedimentos más gruesos comienzan a ser
depositados mientras que las partículas más finas permanecen en movimiento y este
asentamiento diferencial del material en tránsito da lugar a la selección del sedimento.
Las condiciones sobre el lecho de un canal pueden cambiar rápidamente tanto en
el tiempo como en el espacio, por consiguiente y de todos modos para que el sedimento
sea tomado o depositado depende de las condiciones locales más que de las condiciones
promedio. Adicionalmente, es posible que la toma y depositación tengan lugar
simultáneamente en el mismo tramo de canal y los sedimentos gruesos puedan ser
depositados al mismo tiempo que las partículas más finas sean tomadas. Sin embargo,
cuando la descarga fluctúa entre estados bajos y altos, episodios de degradación durante
los cuales la erosión predomina alternarán con períodos de agradación durante los
cuales prevalezca la depositación.

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