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CAPITULO 8
PROCESOS FLUVIALES
La descarga del agua en los canales de los ríos varía a través del tiempo y del
espacio en una gran variedad de escalas. Los cambios en la descarga a través del tiempo
están representados por un HIDROGRAFICO (HIDROGRAMA). En un
HIDROGRAFICO DE DESCARGA se plotean los cambios en la descarga contra el
tiempo, pero la medición directa de la descarga de una corriente es consumidora de
tiempo y más frecuentemente la descarga es estimada a partir de un HIDROGRAFICO
DE ESTADO. Este muestra las variaciones en el estado o elevación de la superficie del
agua a través del tiempo. Estos cambios en el estado pueden ser convertidos en un
registro de variaciones en la descarga usando una CURVA DE CLASIFICACION
DEL ESTADO DE DESCARGA, la cual plotea cambios en la descarga contra
cambios en la profundidad del agua. La curva es inicialmente calibrada tomando
mediciones de la descarga en una sección transversal de canal bien definida. A partir de
esto un REGISTRO DE ESTADO puede ser usado para monitorear variaciones
subsecuentes en la descarga.
Aunque la descarga es usualmente expresada en unidades de m3. S-1 (metros
cúbicos por segundo a la menos uno), representada en esta vía ella es una función del
área de la cuenca de drenaje. Si nosotros deseamos relacionar la descarga a la velocidad
de operación de los procesos geomórficos, tales como el transporte de sedimentos o
solutos, sobre una cuenca como una totalidad, puede ser apropiado representar a la
descarga como un EQUIVALENTE DE LA PROFUNDIDAD MEDIA DEL AGUA
SOBRE LA CUENCA. Un índice común de este tipo es obtenido dividiendo la
descarga media anual por el área de la cuenca de drenaje. Esta medida de la descarga
equivalente a la profundidad media anual varía desde alrededor de 1000 mm para el Río
Amazonas a 177 mm para el Mississippi y 31 mm para el Colorado.
En términos de descarga absoluta el Amazonas tiene por lejos el mayor
escurrimiento medio en el mundo estimado en unos 230.000 m3.s-1 no es sorprendente
cuando nosotros consideramos que su canal en Obidos, 700 km corriente arriba de su
desembocadura, es de unos 2,5 km de ancho y alcanza una profundidad de 60 metros. El
Amazonas es seguido por el Río Zaire, con una descarga media de alrededor de 40.000
m3 . s-1. Estos totales pueden ser comparados con la descarga media de la cuenca del
Mississippi la cual es de unos 18.000 m3 . s-1, a pesar de que el mayor registro de
inundación del Mississippi tuvo una descarga de solo 57.000 m3 . s-1.
VARIACIONES ESPACIALES
VARIACIONES TEMPORALES
El agua que contribuye al flujo de las corrientes puede ser dividida en dos tipos
en términos de la rapidez con la cual entra al canal de corrientes después de un evento
de precipitación. En muchas corrientes hay un relativamente bajo nivel de flujo de base
el cual es mantenido entre eventos de precipitaciones mayores y es aportado por lo que
se llama flujo retardado desde el agua subterránea o desde la percolación del agua a
través del suelo. Por el contrario, el agua que entra a los canales de corriente
rápidamente después de una tormenta se denomina flujo rápido y es generado de
diferentes maneras dependiendo de la naturaleza de la topografía, vegetación y suelos
en una cuenca.
En cuencas de drenaje carentes de una cubierta vegetal significativa tal como en
regiones semiáridas y áridas o donde la vegetación ha sido eliminada y la superficie
compactada, la capacidad de infiltración del suelo puede ser suficientemente baja para
ser excedida por la intensidad de la precipitación durante las tormentas. En tales
circunstancias los flujos superficiales por un exceso en la infiltración serán generados
una vez que la capacidad de almacenamiento de la superficie ha sido excedida, esto es
conocido como modelo de área parcial de la generación del flujo de la corriente.
Grandes volúmenes de agua pueden ser transmitidos a los canales de los ríos por este
medio a causa de las altas velocidades alcanzadas por los flujos superficiales (500 m . h-
1) y la ocurrencia simultánea sobre grandes partes de una cuenca individual.
Una cuestión obvia para preguntar acerca de los canales de corrientes es como
ellos se originan. Los canales pueden ser creados a partir de una superficie
recientemente expuesta o desarrollarse a través de la expansión de una red de drenaje
existente, pero en orden de entender como ellos son iniciados nosotros debemos mirar
en las condiciones en las cuales el agua fluyendo sobre una superficie se hace
suficientemente concentrada para que la incisión que forme un canal tenga lugar. Es
también necesario establecer como una vez que ellos son formados, son mantenidos y
agrandados a formas o rasgos ¨ permanentes ¨ en el paisaje.
En el capítulo 7 nosotros vimos como los flujos superficiales y subsuperficiales
convergen en áreas de concavidad de las curvas de nivel y tal convergencia es un
importante factor en el desarrollo de los canales. Además fue también puntualizado
como los flujos superficiales que exceden la infiltración pueden conducir al desarrollo
de rills (canalículos) aunque los mecanismos precisos que conducen aproximadamente a
esto es por lejos poco claro. Las microtopografías sobre las laderas tienden a
desorganizar el flujo en manto y promover la concentración del movimiento del agua y
formación de rills. Pero tal desarrollo de canalículos puede ser contrarrestado por las
desviaciones laterales de las líneas de flujo o por erosión debida a la mojadura o
salpicadura de la lluvia la cual tiende a igualar la superficie.
En el modelo presentado por R. E. Horton, antes de que la erosión por flujos
superficiales se produzca sobre una pendiente el debe alcanzar una profundidad crítica
en la cual el esfuerzo erosivo del flujo excede la resistencia al corte de la superficie del
suelo (Figura 8.5). Horton pensó por lo tanto que una ¨ faja de no erosión ¨ está presente
en la parte más elevada de las pendientes a causa de que allí la profundidad del flujo es
insuficiente para causar erosión. Trabajos subsecuentes han mostrado que algún lavado
superficial es posible aún sobre las crestas de las pendientes, aunque allí no se conduce
a la formación de rills a causa de que la tasa de incisión es baja y los canalículos
incipientes son rellenados como consecuencia del efecto de salpicadura de la lluvia.
Aunque el modelo de los flujos superficiales por exceso de infiltración provee
una razonable estructura para la comprensión de la iniciación de los canales en
ambientes áridos y semiáridos, en las regiones húmedas nosotros tenemos que mirar en
un mecanismo alternativo. En dichas áreas la iniciación del canal está menos
relacionada a una distancia crítica de los flujos superficiales que a la localización de la
convergencia de flujos superficiales y subsuperficiales, usualmente en concavidades de
pendientes y adyacentes a líneas de drenaje existentes. En un caso se ha visto que los
canalículos se desarrollan como resultado de salidas súbitas de flujos subsuperficiales
en la superficie cercana a la base de una pendiente. El desarrollo de canales en
ambientes húmedos es probablemente que sea favorecido especialmente donde los pipes
(conductos) están presentes. Las redes de conductos parecen capaces de promover el
desarrollo de canales a través del colapso del techo o por la concentración del
escurrimiento y la erosión pendiente abajo del desagüe o salida de los conductos.
Aunque el flujo superficial por exceso de infiltración es usualmente tenido en cuenta
como dominante en las regiones semiáridas, el piping es también frecuentemente
importante en tales ambientes.
Los canales también pueden ser iniciados a través del zapeamiento por
manantiales allí donde el flujo de agua subterránea es concentrado en zonas más
permeables dentro del sustrato. Esto fomenta la meteorización química o disolución de
la roca del sustrato la cual a su turno conduce a un incremento en la conductividad
hidráulica y a un adicional incremento en las tasas de velocidad del agua. Este
mecanismo de acción (feedback) positiva puede conducir al desarrollo de canales por
erosión en cabeceras o retrocederte cuando el flujo de agua que emerge en la superficie
a lo largo de una zona de permeabilidad realzada. El zapeamiento por manantiales es
probable que sea especialmente activo donde una litología permeable tal como una
arenisca o caliza sobreyace a una litología impermeable tal como una arcilla.
RESISTENCIA A FLUIR
Un fluido moviéndose sobre una superficie sólida y plana puede hacerlo como
una serie de láminas o capas delgadas deslizándose unas sobre otras, la resistencia al
movimiento proviene de la viscosidad molecular. Esta forma de movimiento es
descripta como FLUJO LAMINAR y mientras el es relativamente común en fluidos
altamente viscosos, tales como los flujos de lavas, es extremadamente raro para el agua
moviéndose en canales naturales. En los canales de corrientes el movimiento del agua
casi siempre ocurre como FLUJO TURBULENTO, esto es la velocidad del flujo
fluctúa en todas las direcciones dentro del fluido. El agua está constantemente
intercambiada en remolinos dentro de zonas adyacentes del flujo y cambios locales en la
velocidad tienen lugar los cuales trabajan contra el gradiente de velocidad media y
conducen a una pérdida de energía. La resistencia adicional al corte resultante se
denomina VISCOSIDAD POR CONTRAFLUJO o REMOLINOS. En muchos canales,
hay una delgada SUBCAPA LAMINAR dentro de la cual la velocidad del flujo
inicialmente se incrementa de una manera rugosamente lineal. Por sobre esta zona de
incremento en la velocidad del flujo la velocidad es aproximadamente logarítmica.
Que el flujo sea laminar o turbulento está determinado por la velocidad media
del flujo, la viscosidad molecular, la densidad del fluido y de las dimensiones de la
sección del flujo. Para los canales de corriente las dimensiones de la sección de flujo
usadas son tanto la profundidad del flujo o el RADIO HIDRAULICO. El radio
hidráulico de un canal de corriente es definido como el área de la sección del flujo en un
canal dividido por el PERIMETRO MOJADO, este último es la longitud del límite a lo
largo del cual el agua está en contacto con el canal. En canales muy amplios y poco
profundos el radio hidráulico es aproximadamente igual a la profundidad del flujo.
Las condiciones bajo las cuales tienen lugar los flujos laminares o turbulentos
son definidas por el NUMERO DE REYNOLDS (Re) el cual es esencialmente una
medida adimensional de la clase de flujo. Un número de Reynolds es calculado
multiplicando la velocidad media del flujo por el radio hidráulico y dividiéndolo por la
VISCOSIDAD CINEMATICA. Esta representa la relación entre la viscosidad
molecular y la densidad del fluido.
Re = v. R / V
REGIMEN DE FLUJO
ECUACION DE CHEZY
Vel. Media = C
ECUACION DE MANNING
TOMA DE SEDIMENTOS
La mayoría de los ríos no corta directamente en roca de lecho pero fluyen más
bien en canales aluviales formados en sedimentos no consolidados. Estos sedimentos
pueden variar en tamaño de boulders a materiales de tamaño arcilla. Los canales
aluviales son geoformas en equilibrio o casi equilibrio en que su morfología proviene de
la movilización, transporte y depositación de sedimentos y representan un ajuste a las
condiciones sedimentológicas e hidrológicas prevalecientes. Los canales aluviales
pueden generalmente ajustarse rápidamente a los cambios en el balance entre los
esfuerzos generados por el agua fluyendo y la resistencia de los sedimentos del lecho
del canal al movimiento. En este aspecto, ellos difieren significativamente de los
canales en lechos rocosos los cuales pueden usualmente cambiar solo lentamente y
aquella morfología está dominada por controles litológicos y estructurales. Los
sedimentos en los canales aluviales incluyen partículas previamente acarreadas corriente
abajo como también materiales contribuidos directamente de las pendientes de los
costados de los valles y de la erosión de bancos.
La puesta inicial en movimiento de una partícula sólida en un fluido se
denomina entrainment (toma) y esto ocurre cuando los esfuerzos que actúan sobre una
partícula exceden las fuerzas de resistencia. Las fuerzas resistentes son el peso
sumergido de la partícula en el agua que actúa normal al lecho del canal y los efectos de
apretamiento de los granos vecinos. Las fuerzas conductoras son la componente
corriente abajo del peso sumergido de la partícula y la fuerza del fluido, la última es de
dos tipos (Figura 8.11). Una partícula sobre el lecho de un canal está sujeta a una
fuerza tractiva o arrastre en gran proporción generada como resultado de la diferencia
de presión del fluido sobre sus costados corriente arriba y corriente abajo. El esfuerzo se
hace más grande a medida que la velocidad del flujo se incrementa, pero en los flujos
turbulentos, los incrementos temporarios en las velocidades en los torbellinos pueden
generar esfuerzos locales que son tres a cuatro veces los valores medios. Las partículas
pequeñas experimentan fuerzas de arrastre relativamente bajas ya que ellas están
localizadas dentro de la subcapa laminar. Cuando la velocidad del flujo se incrementa
esta zona se hace más delgada y las partículas están sujetas a esfuerzos marcadamente
incrementados cuando ellas comienzan a sobresalir a través de la subcapa laminar y son
expuestos a mayores velocidades de flujos turbulentos y remolinos. Las partículas están
también sujetas a una Fuerza de elevación o levantamiento o ascenso que proviene de
la aceleración en el flujo del agua sobre las partículas que sobresalen. Este incremento
en la velocidad conduce a una caída en la presión por sobre los granos y es conocido
como Efecto Bernoulli. Si esta fuerza de ascenso es suficiente para superar la
resistencia al movimiento el grano ascenderá desde el lecho del canal. Como la fuerza
de ascenso declina rápidamente, la fuerza de arrastre se incrementa rápidamente y la
partícula es transportada corriente abajo en el flujo de agua. A menos que el flujo sea
altamente turbulento y energético las grandes partículas se mueven en una trayectoria
convergente con el lecho del canal a un ángulo bajo (Figura 8.12). Este tipo de
movimiento de la partícula es denominado saltación. Cuando un número grande de
granos están en movimiento bajo condiciones de flujo rápido la trayectoria de saltación
ideal no es alcanzada a causa de que hay colisiones frecuentes entre las partículas. En
esta situación hay una dispersión concentrada de partículas cerca del lecho del canal
dominado por colisiones interpartículas y desviaciones. Las partículas mayores, las
cuales no pueden ser levantadas desde el lecho del canal pueden simplemente moverse a
través de él por rodamiento o deslizamiento. Los granos en saltación impactantes que
retornan al lecho del canal pueden también ayudar a precipitar este movimiento.
En adición al rodamiento, deslizamiento y saltación las partículas sólidas pueden
experimentar movimientos suspendidos en los cuales sus trayectorias son más
irregulares y más prolongadas que las de la saltación (Figura 8.12). El peso de las
partículas finas en suspensión verdadera es enteramente soportado por los pulsos
ascendentes hacia arriba de los flujos generados por los remolinos. Los granos
descendentes durante la saltación pueden ser temporalmente mantenidos a flote por el
movimiento hacia arriba en los flujos turbulentos y esta condición es más
apropiadamente descripta como suspensión incipiente.
El material puede ser transportado por los ríos como partículas sólidas o en
solución. La carga de solutos o carga disuelta la cual es aportada en gran proporción a
partir de la meteorización de rocas del sustrato (Ver Capítulo 6) es dispersada a través
del flujo. La Carga sólida es de dos tipos principales. La Carga de lecho o Carga de
tracción que agrupa todos los materiales rodando, saltando o deslizándose a lo largo
del lecho del canal. La Carga suspendida es invariablemente de calibre o tamaño fino e
involucra todas las partículas que evitan la caída al lecho del canal por el impulso
impartido hacia arriba por remolinos dentro de flujos turbulentos. La fracción más fina
de la carga suspendida que consiste de partículas muy pequeñas de tamaño arcilla es
denominada Carga de lavado y está capacitada para quedarse esencialmente en
suspensión permanente tanto tiempo como sean mantenidos los flujos.
Las cargas sólidas y de solutos pueden ser estimadas relacionando las
concentraciones de solutos y sedimentos a la descarga de las corrientes (Ver Sección
15.3.1). La concentración de carga de solutos y carga suspendida puede ser medida a
partir de muestras de agua colectadas insertando dispositivos muestreadotes en la
corriente a varias profundidades y en diferentes estados de flujo, aunque tales
muestreadotes colectan también algunos granos en saltación que corresponden a la
carga de lecho. Estas medidas pueden ser luego multiplicadas por la descarga para
proporcionar una estimación de las tasas de transporte de sedimento suspendido y en
solución o carga de solutos. La carga de fondo es mucho más difícil de estimar a causa
de que muchos de los instrumentos usados interfieren en alguna medida el lecho del
canal. Las técnicas empleadas han variado desde una variedad de trampas a aparatos que
registran diferencias de presión y acústicos. El movimiento de material muy grueso de
fondo puede ser monitoreado pintando bloques (boulders) individuales y siguiendo el
camino de su movimiento a lo largo del lecho del canal sobre un período de tiempo,
mientras que trazadores radiactivos y tintas fluorescentes pueden ser usados para
monitorear el movimiento de materiales más finos de una mineralogía o tamaño
específico.
El sedimento en tránsito en los canales de los ríos está sujeto a abrasión y a
meteorización. Aunque hay evidencias para un redondeamiento significativo de
partículas de tamaño pebbles cuando ellas son transportadas corriente abajo es menos
certero respecto a cual es el alcance en el que las arenas y materiales más finos
experimentan atrición durante el transporte fluvial. Una reducción corriente abajo en el
tamaño medio de la partícula es una característica muy extendida de los canales de los
ríos pero la gran mayoría de este parece ser debida a la selección (Ver Sección 8.4.3).
TRANSPORTE DE SEDIMENTOS
Aunque los principios generales por medio de cómo los granos son puestos en
movimiento en un fluido están bien entendidos, el problema de predecir la tasa de
partículas en movimiento en los canales de los ríos naturales bajo diferentes condiciones
de flujo y con variadas características de los sedimentos tiene demostraciones
extremadamente difíciles. Avances en este campo, han sido alcanzados en gran medida
a través de investigaciones que emplean ¨ canales ¨ en laboratorio para medir las tasas
de movimiento de sedimentos bajo un rango de condiciones de flujo. En tales trabajos
experimentales, las variables involucradas pueden ser relativamente bien controladas,
pero la complejidad presente en los canales naturales considera que no es posible
extrapolar estos datos hallados en laboratorio directamente a las situaciones de campo.
Es también posible aproximar el problema de transporte de sedimentos a partir
de principios físicos fundamentales. Una partícula que yace sobre el lecho de un canal
posee energía potencial en virtud de su elevación respecto al nivel de base. Una vez
puesta en movimiento una partícula se mueve consumiendo energía cinética y porque
vence la resistencia friccional. Un importante concepto vinculado a la energía fluvial
para el transporte de sedimentos es el de Poder de la corriente (Caja 8.4). Para realizar
el transporte de sedimento se debe realizar trabajo. El Trabajo es definido como el
producto de la fuerza por la distancia y el Poder es la tasa de hacer un trabajo. El
poder de una corriente es de esta manera es el poder por unidad de longitud del canal.
En otras palabras, es la tasa de energía suministrada al lecho del canal disponible para
vencer la fricción y transportar sedimentos. El Poder de una corriente es máximo en
corrientes con alta descarga, con elevados gradientes y grandes radios hidráulicos. El
Poder específico de una corriente es definido como el poder de una corriente por unidad
de área de lecho de canal y es igual al esfuerzo de corte del lecho por la velocidad media
de la corriente.
El concepto de poder de una corriente puede ser aplicado a las condiciones bajo
las cuales la erosión o la depositación predominarán a través de lo que se conoce como
Umbral o Poder crítico. Este es definido como el estado en un tramo específico de
canal donde el poder disponible es exactamente suficiente para transportar la carga de
sedimento disponible media. Si el poder disponible es mayor que el requerido para
transportar esta carga de sedimento media luego la erosión y el corte hacia abajo van a
tener lugar. Si es menor a la requerida la depositación predominará.
En orden de predecir la tasa de transporte total o general de sedimentos en un
canal más que las condiciones que conducen a la toma de las partículas individuales, es
conveniente usar fácilmente una propiedad promedio de medida del flujo del agua. Una
aproximación llevada adelante por F. Hjulström usa la velocidad media del flujo para
definir condiciones de toma de sedimentos y el transporte de los mismos. Dicho autor
colectó datos de unos 30 estudios experimentales relacionando la velocidad del flujo
con el transporte de sedimentos para construir las curvas mostradas en la Figura 8.13.
Estas curvas que han sido ampliamente confirmadas por otros investigadores, muestran
la competencia de diferentes velocidades de flujo. La competencia de un flujo es el
tamaño de partícula máximo que puede ser tomado para una velocidad específica del
flujo. Es importante hacer notar que la velocidad de flujo se refiere en este caso a la
velocidad media en el canal y no a la velocidad mucho más baja sobre el lecho del canal
donde el sedimento es tomado. Una limitación mayor de esta aproximación es que no
hay una única velocidad media de flujo en la cual las partículas de un tamaño particular
son puestas en movimiento. La velocidad en el lecho del canal es la variable de control
más importante y para una velocidad de lecho umbral dada, la velocidad de flujo media
se incrementa con la profundidad del agua.
Una aproximación alternativa usa el esfuerzo de corte medio en el lecho
necesario para iniciar el movimiento de la partícula. Esto depende no solo del tamaño de
la partícula sino también de la rugosidad del lecho del canal. El esfuerzo de corte crítico
en el lecho del canal puede ser representado en forma dimensional y relacionarlo a un
número de Reynolds límite el cual define el grado de rugosidad del lecho del canal y es
proporcional a la relación entre el tamaño de grano y el espesor de la subcapa laminar.
Esta relación puede ser representada en un Diagrama Shields (Figura 8.14) y muestra
un forma ampliamente similar a la curva del Diagrama de Hjulström relacionando la
velocidad de flujo media con la toma de sedimentos. Las curvas nos indican que el
tamaño de partícula que puede ser movilizado a una velocidad más baja (de alrededor de
0,2 m . s-1) es de aproximadamente 0,25-0,5 mm (arena mediana). Para granos
mayores, más pesados, se requieren umbrales de velocidades más altas para iniciar el
movimiento, mientras que materiales de tamaño limo y arcilla también requieren
velocidades más altas a causa de que las partículas muy pequeñas están como mínimo
parcialmente protegidas por yacer dentro de la subcapa laminar. Para los materiales de
tamaño arcilla la cohesión entre las partículas individuales además realza su resistencia
a ser tomada. Una vez que están en movimiento las partículas finas pueden continuar
siendo transportadas en suspensión aún si las velocidades del flujo caen
significativamente, pero los granos más gruesos son más rápidamente depositados
cuando las velocidades del flujo son reducidas.
Aunque útiles en indicar algunos de los controles fundamentales en las tasas de
transporte de sedimentos, las relaciones evidentes en las curvas de Hjulström y el
diagrama de Shields son difíciles de aplicar a lo canales naturales por un número de
razones. En primer término ellos se refieren a sedimentos bien seleccionados, esto es,
sedimentos de un tamaño de grano uniforme. En sedimentos heterogéneos o mal
seleccionados, partículas pequeñas pueden estar al abrigo de granos mayores de los
esfuerzos de arrastre ejercidos por el flujo de agua. El ejemplo extremo de esto es la
producción de una armadura o coraza donde los granos gruesos cubren el lecho del
canal y ocultan los sedimentos más finos por debajo. Secundariamente las curvas se
refieren a canales lisos, uniformes, mientras que muchos canales son irregulares. En
tercer lugar las curvas asumen flujos estables pero en los canales naturales la velocidad
del flujo es altamente variable. En cuarto término, la manera en la cual las partículas son
empaquetadas juntas puede afectar significativamente la facilidad con la cual ellas son
tomadas. Finalmente, las ecuaciones de transporte de sedimentos derivadas teórica o
experimentalmente son especialmente difíciles de aplicar a los canales con lechos de
gravas. El transporte de sedimentos tiene lugar en casi todos los flujos en canales
aluviales arenosos, pero un transporte significativo en ríos con lechos de gravas
solamente tienen lugar con flujos relativamente altos, normalmente donde la descarga
de banco lleno es aproximada. Consecuentemente, en los lechos de los canales
compuestos de gravas o boulders, hay relativamente largos períodos de flujos de base
con poco o nada de transporte durante los cuales los sedimentos pueden asentarse
DEPOSITACION FLUVIAL