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UNIVERSIDAD CORHUILA
PITALITO HUILA
Rousseau define a la familia como la base de la sociedad, lugar donde salen formados los
ciudadanos, que en si es la estructura donde se enseñan y se aprenden los derechos y
deberes para sociedad, estableciendo que el padre es el estado y el pueblo como los hijos
seres libres e iguales pero los cuales reciben del padre amor y protección.
Nuestra sociedad ha ido perdiendo poco a poco la formación en los hogares, ciertamente la
familia es la micro-sociedad y se supone que debería ser allí donde se deberían enseñar esos
derechos y deberes para sociedad y la falta de esta enseñanza muchos países que enfrentan
problemáticas sociales.
U no de los temas más sensibles que toca Rousseau es la “la voluntad general” como
dirigente principal de las decisiones para un país, y que los representantes tienen que
dirigirse por lo que quiere el pueblo; además de que la voluntad general no se puede
enajenar y que el soberano es un ente colectivo; con todas estas definiciones es sencillo
comprender que las personas que designamos en cargos de poder deben responder a las
necesidades y llamados de la sociedad, pero como es bien conocido en el caso de Colombia
sucede todo lo contrario.
Los políticos asumen el poder y se olvidan a quienes representan, usando sus puestos con el
fin de servirse y no para servir.
A mi criterio creo que esto sucede porque hay personas que nacen con la capacidad servir y
otros no teniendo en cuenta su preparación personal y académica aunque suene un poco
aristocrático y probablemente conociendo filosofías políticas como las que presentan
Hobbes, Kant, Rousseau entre otros… podríamos evitar tantos atropellos en contra del
pueblo.
En la lectura podemos evidenciar la tarea filosófica de Rousseau la cual consistió, en
representarse conceptualmente en sí mismo al ser humano en sus orígenes o esencialmente,
por medio de una regresión consciente que lo llevara a aprehender reflexivamente su
pasado genesíaco, por así decirlo, entendido este término en sentido ontológico, no
importándole cuan empírico sonase dicha investigación ante los ojos de los científicos
sociales.
En el contrato social rousseauniano, por el que se pasa de una libertad «natural» a una
libertad «civil y política», se da una voluntaria y libre alienación, una desposesión de lo que
pertenece al «hombre natural», pero no en favor de una voluntad individual, sino en favor
de toda la comunidad, viniendo así a crear una unión social perfecta, cuya expresión y
principio rector es la voluntad general.
Los hombres no se someten sino a la ley que ellos mismos se han dado. El sometimiento a
la ley lo es a ellos mismos, que libre y racionalmente se han impuesto la ley. Con ello, los
hombres han pasado de un estado natura y de necesidad, a un estado basado en la razón y
fruto de la libertad, estando semejante comunidad social muy por encima del “estado de
naturaleza”.