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HUA TIA historia 16 Los Balcanes contemporaneos (y 2) Julio Gil Pecharroman 21664309) — ‘Wil historia © INFORMACION Y FE\ Barcelona: Paseo de San Ge ENTE: Juan Tom VICEPRESIDENTE: Carlos Bu: DIRECTOR GENERAL: José Lui DIRECTOR: David Solar bariaranch PUBLICIDAD MADRID: Susana Vazquez IMPRI SUBDIRECTOR: Javier Vi Ms “ oe , - Cooma nacioN ace pam pistaIBuYE Poligono Industral. Avenida Va ete bd irene eae deparr. in, 26000 Alcobendas (Madd) FEDACCION: Isabel Valedrce, José Maria Solé Man Depésito legal: M. 41.536, — 1985, fo y Ana Bustelo SECRETARIA DE REDACCION: Mare-Loup Sougez — CONFECCION: Guilermo Llorente. FOTOGRAFIA: Juan Manuel Salabert Con ef CARTOGRAFIA: Julio Gil Pecharroman patrocinio Es una publicacion del Grupo 16. cultural REDACCION Y ADMINISTRACION: Macha, Herma. de la nos Garcia Nobiejas, 4, 6 28037 Madrid, Tele Junta de Andalucia fonos 407 CUADERNOS historia 16 201. Felipe ll. ¢ 202. Altamira, ¢ 203. La Commonwealth. © 204, La ciudad castellana medieval. © 205. Los Borgia. # 206. La Arabia de Lawrence. # 207. La guerra de la Independencia 1. # 208. La ‘guerra de la Independencia 2. » 209. El nacimiento de la escritura. © 210. La China de Mao. « 211. La Espana de Carlos Il. ¢ 212. El Neolitico. # 213. La Florencia de los Medici. # 214. La flota de Indias. 215. El imperio portugués. 216. Las primeras cludades. # 217. La independencia de la India. 218. Viajeros de la Antigdedad. 219. Los Templarios. © 220. La iglesia y la ll Republica. 221, Los virreinatos americanos. * 222. Los tracios. # 223. La Hansa. © 224. El colonialism. 225. Los moriscos. * 226. Ciencia del antiguo Egipto. * 227. La independencia de EE UU. ‘© 228. Las siete maravillas de la AntigUedad. # 229. La China de Confucio. © 230. Cromwell y la re- volucién inglesa. * 231. Las drdenes mendicantes. * 232. El Iran de Jomeini. © 233. El megalitismo Ibérico. © 234. El México de Judrez. © 235. Picasso. * 236. Los Balcanes contemporéneos 1. #237. Los Balcanes contempordneos 2. # 238. La ruta de la seda. # 239. La reforma agraria en Es- baa, ¢ 240, La revolucion de. 1905.» 241. Troye. «242. Los condottieros. 243. £1 Magreb. ‘© 244. La conquista de Sevilla, 1248. « 245. La América de Roosevelt. « 248. Los vikingos. © 247. saiturahtonition © 245, El Mactid Ge los Auction 240, La conguteta arabe de ie Foninaul, 1° 250. Japon Te 3. © 251. El Oeste americano. © 252. Augusto. # 253. La Barcelona mediev ‘© 254, La huelga general de 1917. « 255. Jap6n: de Melli a hoy. # 258. La medicina en el mundo an- tiguo. * 257. La Revolucion industrial. 258. Jorge Manrique. * 259. La Palestina de Jesus. #260. La Espafia de Isabel Il. 261. Los origenes de la banca. » 262. La mujer medieval. © 263. Des- cubrimientos geograficos de los siglos xvi-xvu. © 264. El Egipto ptolemaico. « 265. Los arameos. ‘© 256. La guerra de los Cien Afios. * 267. La colonizacién de América del Norte. « 268. La Rusia de Pedro el Grande. # 269. La dictadura de Primo de Rivera. © 270. Canada. * 271. El siglo de oro ‘andaluz. © 272. Los Estados Pontificios 1. © 273. Los Estados Pontificios 2. » 274. Los grandes im- perios africanos. « 275. Goya. « 276. La Inglaterra isabelina. 277. Las Naciones Unidas. © 278. La Babilonia de Nabucodonosor. « 279. El Renacimiento. # 280. Los carlistas. # 281. La Rusia de Ca- 3. ® 284. La revolucion cu- 288. La Espana de Caide- ‘On, #289. El nacimiento del cine. # 290. La Espana de Fernando Vl. « 291. Avinon. © 292. El tea- {ro griego. * 293. El peronismo. » 294. Las revueltas campesinas en Andalucia. ® 295. La América de ja opuiencia. # 296. La Castilla del Cid. © 297. La Il Internacional. # 298. Hispanos en Roma. ‘© 299. El siglo de Luis XIV. © 300. Los Reyes Catolicos. Tio, tres décadas al frente de Yugoslavia, ha sido, sin duda, el poitico mas prestigioso y conocido de lus paises balvanicos en la segunda mitad del siglo x. La foto recoge una visita @ Guinea, en 1961 Indice LOS BALCANES CONTEMPORANEOS (y 2) Por Julio Gil Pecharroman. Profesor titular de Historia Contemporénea. UNED, Madrid. Revoluciones y nuevos Estados 4 Democracias y dictaduras 6 EI desarrollo economic . 12 La crisis de los anos treinta 14 De la seguridad colectiva a la guerra 16 La Segunda Guerra Mund 18 La juerra 22 El estalinismo 5 Los modelos socialistas 26 El caso griego 27 Una etapa sin cerrar 29 Bibliografia 31 Textos VIL .0S BALCANES CONTEMPORANEOS (0/9 Los Balcanes contemporaneos (y 2) Julio Gil Pecharroman Profesor titular de Historia Contempordnea. UNED, Madrid A derrota de los Imperios Centrales en los uitimos meses de 1918 abrié una etapa de hondas transformaciones en el mundo bal- canico. El final de un conflicto peninsular que, con breves paréntesis, se arrastraba desde hacia siete afos, consolidé la existencia dos bloques de Estados. Los que habian jugado la baza franco-briténica —Grecia, Serbia y Ru- mania— y ahora estaban en condiciones de imponer sus exigencias. Y los que, alineados en el bando perdedor, iban a pagar las con- secuencias del desasire. Entre 1919 y 1923, los paises balcanicos sufrieron profundas al- teraciones, no solo fronterizas, sino sobre todo sociales y polticas, pero ello no sirvid para es- tablecer un orden internacional mas justo y du- radero. Revoluciones y nuevos Estados Quien primero pagé las consecuencias de la derrota fue Bulgaria. Tras un esfuerzo béli- co de siete afios, las masas campesinas, que habian soportado el peso de la prolongada movilizacion, aceptaban cada vez peor una guerra impuesta por la burguesia germandfi- ia. El comienzo de la ofensiva aliada en Ma- cedonia provocd, el 23 de septiempre de 1918, una desbandada general de las tropas, que Se amotinaron y marcharon hacia la capi- tal. La Union Agraria, partido aliadofilo que se habia opuesto firmemente a la guerra, supo capitalizar el movimiento y los dirigentes de su ala izquierda, A. Stamboliski y R. Daskalov, asumieron la direccién de un Gobierno repu- blicano en Radomir. Pero los rebeldes fueron detenidos por tropas alemanas cerca de So- fia y Boris Ill, en quien abdicd el zar Fernan- do, logré salvar su torno solicitando un armis- tico y aceptando la ocupaci6n militar aliada de su pais. La derrota de Bulgaria hizo inutil la tenaz resistencia turca en Tracia y Mesopotamia. El armisticio de Mudros, firmando el 30 de oc- tubre, implicé la desmovilizacién del ejérci- cio otomano y la ocupacién por franceses, britanicos, griegos ¢ italianos de Estambul, 4110S BALCANES CONTEMPORANEOS () los Dardanelos, Tracia y algunas zonas de Anatolia En la Europa central, el derrumbamiento del frente balcdnico puso también un brusco final a la guerra. El muttinacional Imperio Austro- Hungaro no sobrevivié a la derrota. Los che- cos fueron los primeros en proclamar la inde- pendencia, a finales de octubre, pero pronto sendas revoluciones crearon republicas na- cionales en Austria y Hungria, mientras el titi mo emperador Habsburgo, Carlos |, tomaba el camino del exilio. El caos en que habia caido la antigua Co- rona Dual enfrenté a los eslavos del sur det Im- perio con su propio destino. A eslovenos, Croatas, bosnios y serbios les cabian tres sa- lidas: mantenerse bajo la soberania hungara, seguir vias nacionales propias o integrarse con Serbia y Montenegro en una Estado su- deslavo. La segunda solucién tenfa partidarios en Croacia y Eslovenia, pero los aliados se in- clinaban por la tercera, que asumié un Comi- té Yugoslavo establecido en Londres. En di- ciembre de 1917, el dirigente del Comité, Trumbic, y el jefe de! Gobierno serbio en el exi- lio, Pasic, firmaron la Declaracion de Corti, que establecia un Estado yugoslavo bajo la Monarquia serbia, democratico y con un es- tricto respeto a las peculiaridades religiosas y culturales de los distintos pueblos que lo inte- grarian. El presidente norteamericano Wilson Tecogié esta idea en sus 14 Puntos, que los aliados admitieron como programa basico de la reconstrucci6n europea de posguerra El colapso austro-hungaro precipito el pro- ces0. El 29 de octubre de 1918 la Dieta de Croacia se separé de Hungria y nombr6 una Junta Nacional, que manifest su deseo de unirse a Serbia y Montenegro. El 1 de diciem- bre, en Belgrado, se constituyd el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, mientras en Montenegro los nacionalistas se alzaban con- tra los ocupantes austriacos y, tras deponer al exiiado rey Nicolés, solicitaban su incorpora- cién al nuevo Estado. Sin embargo, quedaba por definir la formula bajo la que se organiza- Tia éste, y las diferencias entre el concepto centralizador de los radicales serbios y el fe- = es AUSTRO-HUNGARO ge eee — ee . sents ones f wa ( aN ‘aie Ss \ pucks —Biistra Somat BULGARIA Frentes: Fates 1914 seneee Finales 1915 1916 301K-1918 — ensivas de las potencias centrales LA GUERRA EN LOS BALCANES =n Ofensivas aliadas Ofensivas finales tras el armisticio ‘con Bulgaria (29-1X-18) Potencias centrales Allados: Neutrales deralismo definido por dirigentes eslovenos —como monsefior Korosec— y croatas —como el agrario Radic— iban a complicar la vida de la naciente Monarquia. En Transilvania y el Banato, los nacionalis- tas rumanos reaccionaron también ante la cri- sis del Imperio. El 12 de octubre, sus lideres proclamaron el derecho a la autodetermina- Cin, y establecieron en Arad un Consejo Na- cional Rumano que entré en negociaciones el Gobierno provisional hungaro de M. Karolyi Pero el final de la guerra aceleré la ruptura. El 1 de diciembre se reunia en Alba Julia una Gran Asamblea que proclamé la unién con Rumania. A comienzos de 1919, las tropas ru- manas, en lucha con el régimen revoluciona- rio hungaro, ocuparon la regidn y el Gobierno de Bucarest declaré constituida la Gran Ru- mania, que incluia la Bucovina y Besarabia. La Paz de Paris no hizo sino confirmar la si- tuacion de facto establecida en los Balcanes desde los atmisticios bélicos. Cuatro de sus cinco tratados afectaban a paises del area Por el de Saint-Germain (19 de septiembre de 1919), impuesto a Austria la, Bucovina fue ad- judicada a los rumanos mientras Esiovenia Dalmacia, Bosnia y Herzegovina quedaban englobadas en el Reino yugosiavo. Istria y la ciudad daimata de Zara fueron cedidas a Ita- lia, mientras que Fiume, disputada por italianos y eslavos, seria convertida en una ciudad libre bajo proteccién de la Sociedad de Naciones. Hungria, por el tratado de Trianén (2 de ju- niio), tuvo que reconocer la cesion a Rumania de un enorme territorio que comprendia casi toda la Transiivania historica y parte del Bana- to; y a Yugoslavia la de Croacia, Vojvodina y otra porcién del Banato. Los bulgatos perdie- ron pocos territorios por el tratado de Neuilly (27 de noviembre), pero eran pérdidas muy humillantes: los uilimos distritos de Macedo- nia, entregados a los serbios, la costa egea, que paso a Grecia y la Dobrubja, brevemente recuperada en la paz de Brest-Litovsk y que ahora retornaba a los rumanos, Finalmente, el tratado de Sévres (10 de agosto de 1920), puso un momentaneo final a las disputas so: bre el terttorio otomano. Con la cesion de casi toda la Tracia oriental a los griegos —excepto Estambul, sometida a ocupacién aliada— Tur- quia desaparecia vitualmente como pais bal- cénico Junto a las clausulas territoriales, la Paz de Paris impuso a los vencidos una considera- ble limitacion en los efectivos militares y gra- vosas clausulas econdmicas, sobre todo unas fuertes indemnizaciones por dafios de {6/105 BAL CANES CONTEMPORANEOS i) guerra que para Bulgaria y Turquia, arruina- das por el largo conflcto, iban a representar un pesado lastre Democracias y dictaduras El final de la guerra y los cambios politicos que le siguieron aportaron a los Estados su- cesores baleénicos un pasajero fortalecimien- to de los procesos de democratizacion. A ello contribuyo el prestigio alcanzado por las po- tencias vencedoras, y especialmente por Francia, que habian hecho de la lucha contra el viejo constitucionalismo autoritario uno de sus Mas efectivos recursos propagandisticos Con la extension del sufragio, los sistemas de partidos se ampliaron, incluyendo siete opcio~ nes basicas: conservadores, liberales, demo- cratas, agrarios, socialistas, comunistas y, desde mediados de la década, fascistas. La ampliacion de las garantias constitucionales, una mayor sinceridad en los procesos electo- rales y la acentuacién del control parlamenta- tio sobre los Ejecutivos, fueron puntos comu- nes alos cinco Estados balcanicos en los pri- meros afios veinte Sin embargo, a mediados de la década, la linea democratizadora habia sido contenida e incluso se hallaba en franca regresién en cua- tro de ellos, mientras que el quinto —Ruma- nia— debia hacer frente a serios problemas politicos y sociales. Las causas que motivaron el establecimiento de regimenes autoritarios en Bulgaria, Albania y Grecia entre 1923 y 1925 y en Yugoslavia a partir de 1929, eran de indole muy diversa. Estaban las dificulta- des econémicas: destrucciones de la guerra, crisis mundial de 1920-1922, integracion de sistemas dispares tras los cambios fronteri- zos. EI nivel cultural de la poblacién no favo- recia su concienciacién politica: mas de la mi- tad de los ciudadanos era analfabeta, y ese porcentaje superaba el 80 por 100 en zonas, como Macedonia y Albania. El realojamiento de cientos de miles de refugiados —bilgaros de Macedonia, griegos de Anatolia, turcos de Tracia— creo serios problemas interiores y no pocas fricciones internacionales. Los pequerios campesinos exigian refor- mas agrarias radicales, a las que se oponian los propietarios. E! ejemplo de los bolchevi- ques rusos convertia las reivindicaciones del proletariado en graves conflictos de orden pu- blico, que suscitaban respuestas autoritarias en las clases acomodadas. Anticomunismo y nacionalismo —tanto en las mayorias como en las minorias nacionales— alteraron el sarrollo de la vida parlamentaria y favor ron el desarrollo de una ultraderecha fascisti- zada, que en los afios treinta terminara por ahogar las tltimas experiencias demoeratticas en la Peninsula. Rumania mantuvo el régimen mas estable de la region ién de 1923, que es- tablecié el sufragio universal igualitario, alter sustancialmente el panorama politico. El Par- tido Nacional Liberal, de lon Bratianu, recogié los frutos del triunfo bélico frente a un conser- vadurismo desprestigiado por su germanofilia La concienciacion politica del pequefio cam- pesinado llev6 a la creacion, en diciembre de 1918, del Partido Nacional Campesino de lon Mihalache, que tras su fusion en 1926 con los transilvanos del Partido Nacional Rumano se convirtié, bajo la direccién de luliu Maniu, en la segunda fuerza politica del pais y en un im- portante elemento de estabilidad democrati- ca. Un tercer grupo con cierto arraigo era el Partido Popular, del general Averescu, hetero- géneo y demagégico que, tras un ascenso ful- minante, se disolvid en 1927. El antisernitismo continuaba muy vivo y alenté la actividad de grupos ultraderechistas como el Partido Na cional Cristiano, de A. Cuza y O. Goga, y la gidn de San Miguel Arcéngel, fundada por C. Codreanu en 1927, y que daria origen a la fas- cista Guardia de Hierro. En cuanto a los co munistas, muy débiles, tuvieron que pasar a la clandestinidad en 1924. Los grandes problemas politicos de la dé- cada fueron el de las nacionalidades y el que planteaba la actuacion del heredero de la Co- ona, principe Carol. Las minorias étnicas magiares, ucranianos, alemanes, bilga- ros— suponian un 28 por 100 del total de la poblacién. Sus reivindicaciones, representa- das por partidos propios, no siempre encon- traban los cauces adecuadbs frente al nacio- nalismo rumano, y ello provocaba tensiones en el interior y con paises que, como Hungria y Bulgaria, alentaban sentimientos de revan: cha hacia la Gran Rumania La cuestion dindstica era complicada. En 1925, Carol se separd de su esposa, una prin- cesa griega, para unirse a una plebeya de ori- gen judio, Magda Lupescu. El rey Fernando le envio al extranjero y designé heredero al hijo 1S BALCANES CONTEMPORANEOS (0/7 FIUME YUGOSLAVIA ITALIA MAR ADRIATICO lzquierda, mapa de la ciudad libre (de Fiume, reparida posteriormente, en 1924, entre tala y Yugoslavia, J a tata, 1928 | Yugoslavia, 1924 Derecha, mapa del cdesmemtramianto del imperio austro-hungaro, que en gran parte configura los actuales paises de Carol, Miguel, que sucedié a su abuelo a los seis afos, en 1927. Pero tres aflos des- pues, Carol retornd al pais y, con apoyo del jefe del Gobierno, Maniu, y de parte del Ejér- cito, destituyé a los regentes y se hizo procla- mat rey por el Parlamento. En teoria, el ms inestable de los Estados balcénicos era Yugosiavia, Las disputas sobre la organizacin del Estado pusieron desde el principio en grave peligro no sélo al régimen demooratico, sino la propia unidad nacional recientemente lograda. Las diferencias entre el partido radical, integrado por burgueses |i- berales y donde predominaba la visién centra- lista y panserbia de Pasic, y los partidos cam pesinos, defensores del federalismo y de una profunda reforma agraria, se mostraron irre- Coniiables desde un principio. Celebradas elecciones para la Asamblea Constituyente en noviembre de 1920, ningun grupo obtuvo la mayoria, pero el Partido ampesino croata, dirigido por Stjepan Ra- dic, se negé a concurrir al Parlamento, faci- litando asi la labor de los radicales. La Cons- titucién de Vidovdan, promulgada en 1921, establecia un Estado centralista, que los au: tonomistas croatas, pero también algunos li- berales eslovenos, rechazaron inmediata- mente. Los radicales acentuaron la centrali- zacidn del Estado y utlizaron la muerte del ministro del Interior a manos de un comunis- ta para implantar en 1925 una dura legisla- cién policiaca, que limit6 las actividades de los federalistas y Ilev6 a la clandestinidad al pujante Partido Comunista Alejandro | subid al trono en agosto de 1921. Los primeros afios de su reinado con- templaron un fuerte crecimiento econémico y una reforma agraria bienintencionada, pero la situacién poltica distaba de resolverse. La ac- titud abstencionista de los agrarios croatas, entre los que crecian los sentimientos separa- tistas, dificultaba la vida parlamentaria y la B/LOS BALCANES CONTEMPORANEOS bbalcénicos consolidacién de las instituciones del joven Estado. El ultranacionalismo de los radicales setbios, opuestos a cualquier reforma demo- cratica que abriese cauce a la autonomia para las restantes nacionalidades, era otro obsta- culo muy serio. En 1924, una coalicién de de- macratas, agrarios y musulmanes bosnios lo- gro que el Partido Campesino croata acepta- fa la Constitucién, y que se integrase en un Bloque de Acuerdo Nacional contra los radi- cales. Pero el habil Pasic logrd atraer a Radic una alianza gubernamental que aumento la contusién politica. El veterano dirigente serbio falleci6 en 1926, y un afo después los agra- Tios croatas volvian a la oposicién, declaran- dose dispuestos a terminar con el centralismo de Belgrado. La tension lleg6 al extremo cuando, en ju- nig de 1928, un diputado radical maté a Ra- dic en plena Skupstina. Era un golpe fatal para la precatia democracia yugoslava. Las dife- rencias entre los radicales panserbios y los partidarios de una Monarquia federalista se hi- Cleron irreconciliables, hasta poner en peligro la propia supervivencia del reino. En Croacia, los independentistas, dirigidos por Ante Pave- lic, crearon el movimiento Ustasa, que no dudé en recurrr a la violencia terrorista como arma politica mientras en Montenegro y Ma- cedonia, regiones muy deprimidas, actuaban grupos soparatistas. A comienzos de 1929, la Coalicién de partidos que gobernaba en Bel- grado se rompi6, sin que fuera posible recons- truir una mayoria parlamentaria. Enfrentado al colapso del régimen, Alejandro opto por la dictadura real y, apoyado por el Ejército, di- solvio la Skupstina e| 6 de enero, anuld la Constitucién y prohibié las actividades en fa- vor del federalismo. En Bulgaria, un Gobierno de coalicién de los partidos “aliadofilos convocé elecciones en agosto de 1919, con resultados sorprenden- tes. Mientras los partidos tradicionales se hun- % = Prape semana ara A Prot rata 23 RSFSR | os gf ig CHECOSLOVAQUIA >, RUTENIA “A L 7% Neg ESLOVAQUIA x Boe. Jiuy) | AUSTRIA hoes r A a = Budapest _/ AR Fiesta lf fore goer ree Rie _{HUNGRIA’ 0 See ea y Es XS ees 2 ~ Be ccnan Be ee oe ITALIA i 0 DEL , ee ae . a BOSNIA DESMEMBRAMIENTO (vucos! DEL IMPERIO XS : AUSTRO-HUNGARO El imperio CR iS Y Es VE! | austro-hingaro en 1914 IEGI jidos de i fal Rovensee ee BULGARIA = J Warioa | Estados que incorporan territorios del imperio Zonas de plebiscito MACEDONIA ‘\ BANIA > TURQUIA 3 22 Comunista en dbtenian ios, Per artidos convocd naria a men nto, jones que su partido (m ia muy ra s tierra: sn de Cnn 5 politicos nt6 crear u ‘oso territorio. Ocupada por los italianos durante la guerra, en 1920 Albania pas6 a ser gobernada por un Con- sejo de regencia, y dos afios después dispuso de una Constitucién inspirada por el primer minictro, Anmo Zogu. Pero la vida politica, re- gida por alianzas de clanes, era muy inestable. En marzo de 1924, Zogui tuvo que refu- giarse en Yugoslavia mien- ras Su Sucesor, el obispo or- todoxo Fan Noli, establecia un régimen democratico de corta vida. En diciembre Zogu regresé al frente de un upo de exiliados y, tras re- uuperar el poder, hizo votar una Constitucién republicana y se erigio en dictador. Cam- bid entonces su orientacion proyugoslava @ inicio una aproximacion a Italia, que aporto capitales y técnicos para sacar al pais de su enor- me atraso. A cambio, por el pacto de Tirana (noviembre de 1926), Albania acepté un virtual protectorado de Roma. Zogu pudo entonces gobernar sin oposicién, y en 1928 asumid el titulo de rey como Zog En Grecia, una vez més, las dificultadk la politica exterior condicionaron dramatica: mente el desarrollo interno. Con los tratados de Trianén y Sévres, la Gran Idea proxima a ser una realidad, aunque el taba exhausto tras largos afos de guerra. A la muerte del rey Alejandro, en octubre de 1920, Venizelos intenté sin éxito que le sucediera el incipe Pablo, tercer hijo del exiliado Cons: tino. Un bloque que congregaba a toda la oposicién derroté a los liberales venizelistas en las elecciones de noviembre, y poco des pués el pueblo voto un referéndum el retorno del rey El nuevo Gobiemo animé una ofensiva mil tar en Anatolia occidental, donde los nacion: listas turcos intentaban eliminar la ocupacion helena. En julio de 1921, los griegos llegaron a pocos kilometros de Ankara, pero luego una contraofensiva les hizo retroceder tre sasire de Sakaria, pasaron a la de ta que, en septiembre de 1922, las tropas ke- malistas ocuparon Esmirna, La derrota mermé el prestigio de Constantino y de los politicos le le apoyaban y cuando, poco después, el coronel Plastiras encabezé un levantamiento militar, el monarca abdicd en favor de su hijo Jorge I La paz de Lausana (julio de 1923) devolvid a Turq zonas de Anatolia y Tracia ocu padas por los helenos. En diciembre, las lecciones dieron el triunfo a los venizelistas y, presionado por los sectores republicanos del Ejército, el rey Jorge abandond el pais. Gobierno pasé a la Union Democratica de A. Papanastosiou y siguid un breve periodo de mocracia republicana, pero entre los mili- prendido el vitus golpista. En ju: 1925 la Liga de oficiales republicans dio un golpe y situé en el poder a su lider, el general Pangalos. Establecida la dictadura, Pangalos amordaz0 a la prensa y a los parti- dos, pero en agosto de 1926 fue derrocado por el también general Kondylis, quien con- sensué una Constitucién republicana muy maoderada e inicié el retorno a la normalidad demoeratica. Fue finalmente Venizelos, vuel- to a Grecia en 1928, quien asumid la direc- cién de un Gobierno que tendria que hacer frente a las dificultades generadas por la cri- sis mundial de 1929. El desarrollo econémico La Gran Guerra representé un serio revés para los paises balcanicos. No s6lo produjo grandes destrucciones, en las zonas afecta- das por los combates, sino que eliminé bue- nna parte de la mano de obra cualificada y ori- gino una aguda carestia de subsistencias. Los desplazamientos de poblacién contribuyeron a aumentar las dificultades econémicas: entre 1919 y 1924. Bulgaria, que tenia unos 5 millo- nes de habitantes, recibié mas de 250.000 re- fugiados y Grecia, poblada por poco mas de 6 millones, casi millon y medio; mientras, unos 200.000 htingaros abandonaban la Transilva- nia rumana, Los paises balcdnicos continuaron siendo eminentemente agricolas. La poblaci6n rural suponia el 85 por 100 del total en Albania, el 80 en Bulgaria, 78 en Rumania, 75 en Yugos- lavia y 60 en Grecia. El hambre de tierras de un campesinado convencio de que la Gran Guerra habia alterado los viejos esquemas so- cioeconémicos forz6 en la primera mitad de la década un proceso de reformas agrarias. En Grecia, las regiones del norte eran latifundis- tas, mientras que el resto del territorio estaba muy parcelado. Por la ley agraria de 1922 fue- ron expropiadas 1,250,000 hectareas, que se Tepartieron entre unos 21.000 campesinos no propietarios n Rurnania, donde la lucha por la tierra venia provocando graves conflictos desde hacia medio siglo, la reforma se realiz6 so- bre todo a costa de los grandes propietarios alemanes, rusos 0 hungaros de las areas re- cién incorporadas, de las comunidades reli- giosas y del patrimonio estatal. La legislacion agraria rumana tuvo un notable alcance: en 4927 se habian repartido tres millones y me- dio de hectareas entre casi dos millones de cultivadores modestos. En Yugoslavia las grandes fincas se con- ‘2/08 BALCANES CONTEMPORANEOS fH) centraban en las antiguas provincias austro- hungaras, mientras que Serbia era un pais de pequerios propietarios. La reforma, iniciada en 1919, elimin6 los residuos de régimen feudal agrario que atin susbsistian en muchas regio- nes y expropid a los grandes terratenientes, en su mayoria alemanes, hungaros y turcos, en beneficio de unos 460.000 cultivadores. En Bulgaria, el nico pais donde un partido cam- pesino goberné en solitario, se consolidé la estructura de pequefios propietarios median- te el reparto de los predios del Estado a unas 75.000 familias, casi la mitad de las cuales eran de refugiados de los paises vecinos. Las reformas agrarias modificaron conside- rablemente el panorama socio-econémico de los cuatro paises balcdnicos que las acome- tieron. La soluci6n, siquiera parcial, del proble- ma agrario facilité en los primeros anos veinte la pacificacién interior en los Estados salidos de una larga guerra, dismninuy6 el poder de las tradicionales oligarquias terratenientes, con- trarias a la democratizacion politica, evité la aparici6n de movimientos revolucionarios en- tre el campesinado y propicié en cambio su apoyo a los partidos agrarios parlamentarios. pa a més largo plazo, los resultados fueron otros. La extrema parcelacién de las tierras atec- tadas por la reforma sentencié a los nuevos propietarios a practicar una agricultura de subsistencia, faltos de capitales y de medios técnicos. El creciente endeudamiento de los pequerios campesinos —agudizado por la cri- sis agricola de los afos treinta— condujo a un inevitable proceso de concentraci6n de la pro- Piedad que favorecié a las burguesias nacio- nales. Muchos de los beneficiarios de las re- formas tuviefon que volver a trabajar como asalariados, 0 engrosar el contingente de po- blacion rural que buscaba una salida en el l- mitado crecimiento de otros sectores econd- micos, La industria y el comercio se resintieron no- tablemente durante los primeros afos de la posguerra, cuando la perdida de los merca- dos aleman y ruso, la falta de capitales nacio- nales y la retraccién de los extranjeros y la fuerte caida del consumo ocasionaron graves trastomos. Se alzaron barreras proteccionistas y los Estados aumentaron su intervenci6n en la vida econdmica. Pero a partir de 1924 se Guerra greco-turca. Arriba, campamento griego durante la camparia de 1932; abajo, el Estado Mayor heleno

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