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HUD historia 16 El ees turco R. Arau, J. Gil, M. isis y J. Vernet Wu... ficial turco ografa rancesa del siglo xx) Indice EL IMPERIO TURCO El apogeo del Imperio Por Ramén Arau Latre Escrtor El ocaso Julio Gil Pecharromén Profesor titular de Historia Contemporanea, UNED Economia y sociedad Mercé Viladrich Doctora en Historia Literatura Juan Vernet De la Real Academia de la Historia Bibliogratia Textos 14 22 28 = ELIMPERIO TURCO/S EE inperio ae los trcos otomanos constituye una de las més originales formaciones estatales de los tiempos modernos. Desde los primeros arios del siglo xv hasta la Primera Guerra Mun- daal, a lo largo de seis siglos, los sultanes otomanos gobernaron como monarcas absolutes sobre millones de sibditos, cristianos y musulmanes, habitantes de un Imperio inmenso que se extendia por tres continentes y tenia como eje geogrdtico al Mediterrdneo oriental. Desde sus humildes origenes nomadas hasta su conversion en el mas poderoso Estado de la Europa oriental y el Préximo Oriente, rival de los Habsburgo en a lucha por la hegemonia europea, el ascenso de [a potencia otomana fue fulgurante. La organizacién del Estado turco, su configura- ibn social, su politica religiosa y militar, marcaron de modo indeleble el futuro de casi todos los pueblos de origen arabe y eslavo. ‘Luego, a partir del siglo xvu, el Imperio otomano entré en una prolongada fase de decadencia, convertido en el enfermo de Europa, victima de las ambiciones territoriales de sus vecinos y de las tendencias centrifugas de sus minorias, incapaz de adaptarse a la evolucion de los paises euro- peos. Su desaparicién, prevista con mucha antelacion por las grandes potencias, cerré uno de los, més complejos y asombrosos capitulos de! libro de la Historia. El apogeo del Imperio Ramon Arau Latre Esoritor principios del siglo xWv, el pequeno emirate turcomano de los osmanlies u otomanos, es- tablecido en la regién de Bitinia, se convirtio al Is- lam. Durante dos siglos, los osmanlies extendie- ron su dominio por Asia Menor, sometiendo a los demas grupos turcomanos, y pasaron a Europa, a expensas del Imperio bizantino en decadencia, que se extinguid completamente tras la conquis- ta de Constantinopla (1453) por los otomanos. Los afos siguientes vieron la consolidacién del Imperio otomano, que liegaria a su maximo apo- geo durante el siglo xv! Selim | (1512-1520), noveno sultan otomano, fue un enérgico conquistador y un autocrata, que goberné con mano de hierro. Los dos primeros afios de su reinado los dedicd al exterminio de to- dos los miembros de la dinastia otomiana que pu- dieran alegar algiin derecho al trono. Despejado el frente interior, dirigid su atencion al este, donde la nueva dinastia de los salawies habia establecido su Imperio en Persia (1502) y se habia declarado formalmente chiita, en contra- posicion con la ortodoxia sunni de los otomanos. Los predicadores chiitas enviados por los safa- wies estaban consiguiendo un éxito considerable en la Anatolia oriental, minando la autoridad de los otomanos, por lo que Selim | entendié que el sha Ismail era su principal rival, por el momento. Tras una enérgica represion de los disidentes chiitas en Anatolia (se habl6 de 40.000) ejecucio- nes), proclamo la guerra santa en defensa de la A/ELIMPERO TURCO cortodoxia sunni del Islam y emprendié su primera campafa en 1514. El sha Ismail comprendié que el ejercito persa no podia entrentarse con el oto- mano, y se retiré hacia el interior de Iran, para atraer hacia alli al ejército de Selim |, arrasando las tierras de Azerbaijan para dificultar el avitua- llamiento del ejército otomano. Selim se vio obligado a recibir sus suministros desde Estambul a través del mar Negro hasta Trebisonda, y desde alli en carretas, lo que pro- vocé el descontento en el ejército otomano por las dificultades siempre en aumento, A fin de for- zar el encuentro, Selim | dirigié cartas insultantes, al sha Ismail, al que sus seguidores obligaron a presentar batalla. Los dos ejércitos se encontraron en Caldiran en el Azerbaijan occidental, y a pesar de que el ejército otomano estaba exhausto, descontento y falto de suministros, vencio ciaramente al ejército safawi por su superioridad en armamento y tac: ticas militares. Tabriz fue tomada facilmente, y los otomanos trasiadaron a Estambul a gran numero de mercaderes y artistas procedentes de los cen: tros tradicionales de la cultura isiamica, lo que ha- bia de propiciar el gran desarrollo cultural otoma- no durante el reinado de Soliman el Magnifico. ‘Ante el descontento de su ejército por la falta de botin después de la victoria de Caldiran, Se- lim | se retiré a la Anatolia oriental, abandonando Azerbaijén, que fue recuperado por el sha Ismail en la primavera siguiente. De todas formas, la PERSIA nvm) EL IMPERIO OTOMANO 1520-1683 TI nen CConquistas de Soliman 1 (1520-1566) HB sien EAT ees me a ee Limtes cet impero on 1685 Posesiones de los Hebsburgo (Krom) campafa no habia sido init, ya que ermitio completar el control de la ‘Anatolia oriental y convencié a Ismail de la conveniencia de evitar un en- frentamiento directo con los otoma- nos. Una vez neutralizado tran, Selim | se enfrent6 con el Imperio mamelu- co, cuya actuacién no habia sido de- masiado clara durante la campana contra los safawies. Desde hacia tiempo, los mamelu- cos tenian problemas con los sefio- res feudales autonomos y también con los navegantes portugueses que se introdu cian en el mar Rojo intentando desviar las rutas comerciales entre Europa y la India hacia las ru: tas maritimas que bordeaban el sur de Africa Ante este problema, los mamelucos pidieron ayuda a Selim, quien ies envid armas de fuego, hierto y brea para construccion de buques que permitieran entrentarse a los portugueses en el mar Rojo. No obstante, los mamelucos desconfiaban tan to de los otomanos como de los safawies, por lo que cuando éstos se enfrentaron entre si, procu- raron mantenerse al margen del contlicto, negan- dose incluso a enviar ayuda a Selim cuando este tenia dificultades de avituallamiento. En 1516, Selim | organiz6 una segunda expe- dicion hacia el este. En julio de este ano cruz6 el Eufrates y se dirigié claramente hacia el sur. El @jército mameluco salio a su encuentro, pero tue derrotado en Marj Dabig, cerca de Alepo. Siria y Egipto cayeron practicamente sin resistencia. Muchos oficiales, funcionatios y poblaciones WMPERO TURCO enteras se pasaron a los otomanos en espera de alcanzar una buena osicion en el nuevo régimen. El Im- perio mameluco se desintegr6 rapi damente. En octubre, Selim cruzé el Sinai y vencié la ultima resistencia mameluca en las proximidades de El Cairo. En 1517 recibia el homenaje de los principales emires de Egipto y era reconocido como protector y servidor de las dos ciudades santas, La Meca y Medina Tras la conquista de Siria y Egip- to, Selim habia extendido el imperio otomano por casi todas las tierras del antiguo Ca lfato isiémico, a excepoién de Iraq, que ue con quistado por su sucesor. La conquista del Imperio mameluco es de gran importancia politica y econémica, tanto por los in- gresos econémicos que reporta, que convierten al Imperio otomano en uno de los Estados mas ri Cos y poderosos del siglo xv, como por la adqui- sicién del dominio sobre los lugares santos del Is lam, que consolidan la posicion del sultanato, ele- vandolo a un puesto preeminente dentro del mun- do islémico. Segiin Una tradicién del siglo xvii, el ultimo ca- lifa abasial-Mutawakkil transfirio oficiaimente al sultan Selim | y a sus sucesores los derechos al califato, No hay noticias anteriores de esta trans: mmisién Hay razones politicas obvias para que los sul- tanes otomanos, ya en plena decadencia, insis- tieran en apropiarse la teoria clésica del calito. Al llamarse a si mismos califa de todos los mu- suimanes se adjudican unos derechos sobre los subditos musuimanes de cualquier pais. Sin embargo, parece ser que Selim | asumié sdlo el titulo de servidor de los dos Santos San- tuarios. Retuvo al califa al-Mutawakkil y a su cor- te en Estambul y se prociamé a si mismo protec- tor de! Islam. Por lo que se refiere al titulo de ca- lifa, desde tiempos de Murad | (1360-1389) los sultanes otomanos habian utilizado este titulo, que ya habia perdido su significado original. En realidad, era el dominio sobre La Meca y Medina y el mantenimiento de las rutas de pere- grinacién lo que daba a los sultanes otomanos su auténtico predominio en el mundo istémico. ‘Soliman I el Magnifico Soliman | (1520-1566), apodado justamente Le- gislador por los turcos, y Magnifico por los occi- dentales, fue sin duda el sultan mas importante ena historia del Imperio otomano. Durante su rei- nado, éste alcanz6 su maximo prestigio y esplen- dor, ¥ el sultan ocupé un papel relevante en la po- ltica europea de su tiempo. En el interior cumplio una gran labor legislati- va, adaptando las instituciones turcas a la nece: sidad de administrar los vastos territorios domi- nados por los otomanos, Militarmente reafirmd su autoridad en Oriente y Occidente mediante trece camparias militares que extendieron sus domi nios desde las fronteras de Austria hasta el golfo Persico, desde las riberas del mar Negro hasta los confines de Argelia y Marruec Después de las campafas de su padre, Se. lim |, contra los safawies, el sha de Persia ya no era un rival peligroso. Para alcanzar Anatolia des de Persia deben atravesarse importantes cade- nas montafiosas, lo que impide un ataque por sor. presa. Por ello, Soliman dirigio primero su aten: cin a Occidente, y para abrir las puertas de Eu ropa, tomé Belgrado en 1521, tras una rapida camparia contra Hungria. A continuacién ataco la sede de fos Caballeros de la Orden de San Juan en Rodas, que dificultaba sus Comunicaciones en el Mediterraneo oriental, y después de un sitio de seis meses tomé la isla. Los Caballeros de la Or. den de San Juan se vieron obligados a abando- nar Rodas y se instalaron en Malta Dos sucesos extemnos ejercieron gran influen- cia en la politica otomana, En 1519, el rey Car- los | de Espana habia sido elegido titular del Sa- cro Imperio Romano Germanico bajo el nombre de Carlos V. Inmediatamente se inicid una lucha entre Carlos V y Francisco | de Francia, preten- diente tambien a la corona del Sacro Imperio, en la que se disputan la supremacia en Europa. En 1525, Carlos V vencio a Francisco | en Pa: via, y éste envio inmediatamente una embajada a Soliman | en demanda de ayuda. Por otra par- te, tras la muerte del sha Ismail, su sucesor, el sha Tahmasp | pidid ayuda al rey de Hungria y a Carlos V. Se establecio asi un sistema de alian- 2a8 que introdujo de leno a Soliman | en la poli tica europea Soliman atacé de nuevo a Hungria, y después de la brillante victoria conseguida en Mohdcs (1526), en la que muere Luis Il de Hungria, se desvanecen todas las esperanzas de una Hun- gria unida e independiente. La parte norte de Hungria fue anexada practicamente por Austria aunque para cubrir las formas nombré a Fernan do de Habsburgo rey de Hungria, en tanto que Soliman establecia la independencia de la parte central y meridional y pro- piciaba ol nombramicnto de Juan Zé- polya, principe de Transilvania, como rey de Hungria, aunque vasallo del Im perio otomano. Zapolya result6 una débil muralla ante el poder de los Habsburgo, y Fernando re- conquistd la parte central de Hungria. Soli man inicid una nueva campafia, expulsd a los Habsburgo de Hungria y puso sitio a la misma ciudad de Viena (1529). No obstante, tras tres se- manas de sitio, ante la enconada defensa de los austtiacos y vistas las dificultades logisticas para mantener el ejército tan lejos de sus bases, los ‘otomanos se ven obligados a levantar el sitio. En su retitada, Soliman | dej6 una quarnicion de je- nizaros en Buda y Zapolya se comprometié a pa gar un tributo anual En este mismo afo, Francisco | firmé un con: trato de paz con el emperador Carlos V (Cambrai, 1529). Pero siguid instigando a los otomanos, que consideraba eran los Unicos que podian neutra: lizar el poder de Carlos V en Europa, para que atacaran el sur de Italia, Entretanto, Fernando ata: CO Buda de nuevo, y Soliman emprendié una nue- va camparia hacia Viena, al iempo que daba ins- trucciones al capitan-baja de su flota Jayr al-Din Barbarroja, instalado en Argel, para colaborar con los franceses en e! Mediterraneo occidental Soliman no consiguid atraer al ejército aus: triaco a una batalla campal y tuvo que limi- tarse a devastar amplias zonas de Hungria y Austria, Tras la derrota infligida a la flo- ene EL IMPERIO OTOMANO EN EUROPA (SIGLOS XVI-XVII) —— emerson © rotons pa 2% Vion stmanas ta otomana por la flota del emperador, bajo el mando del genovés Andrea Doria, y la pérdida del castillo de Cordn en Morea, se formalizo una tregua entre Fernando de Habsburgo y Soliman (1533), de la que quedd excluido Carlos V El establecimiento de los otomanos en la parte oriental de Anatolia constituia una amenaza per- manente contra Tabriz e Iraq, por lo que el Tahmasp | siguié fomentando la revuelta de tribus turcomanas afines al sufismo, como ya hizo Su padre, el sha Ismail, hasta conseguir la suble vacién del bey de Bilis, que se coloc6 bajo la pro- teccién del sha. Soliman | inicid su campana hacia oriente en 1933. Marco Sobie AzerUaijén, donde conguis té Tabriz, y después se encaminé hacia Iraq, ocu- pando Bagdad en 1534. Después de esta con quista, e! Imperio otomano extendia sus dominios Por todos los antiguos terrtorios del mundo ara be, convirtiendo a Soliman | en el sucesor incon testado de los Abasies. Tras esta camparia, los otomanos dominaban la ruta de la seda, desde Tabriz a Bursa y a Ale po, y la ruta comercial con la India, a través de Basora, Bagdad y Alepo, aunque’ no lograron anular la competencia de los portugueses, que si- Quiendo la ruta maritima alrededor de Africa, con- seguian llegar a los mercados europeos a pre cios competitivos ‘A fin de asegurar su dominio sobre las zonas conquistadas y mantener las rutas comerciales restablecidas, Soliman foment6 los asentamien tos de poblacién afin en Iraq y establecio una guarnicién de 2.000 jenizaros en Bagdad. Pero qued6 claro que el Imperio otomano habia alc zado su maxima expansién en oriente, al igual que la habia alcanzado en Europa ante las puer- tas de Viena, por haber llegado al limite de posibilidades de suministro y comunicacién d de su base de Estambu La muerte de Juan Zapolya en 1540 puso de nuevo la cuestion de Hungria en primer piano. Femando de Austria se apresur6 a atacar Buda en un nuevo intento de recuperar Hungria. Soli man rechaz6 a Fernando y recuperé Buda. Anexo la parte central de Hungria al Imperio otomano y dej6 a Juan Segismundo, el hijo de Zapolya, el principado de Transilvania, Entre 1541 y 1544 hubo una activa coopera- ci6n entre Soliman ly Francisco |en su lucha con tra Carlos V. El sultan ordend a Barbarroja una mayor cooperacion con Francia. Tras rechazar a Carlos V en su intento de apoderarse de Argel, y asolar las costas italianas, Barbarroja, al mando de una escuadra turco-francesa, puso sitio a Niza No obstante, y a pesar del‘envio de una pe- quefia fuerza de artlleria francesa a Hungria para relorzar el ejército otomano, Soliman estaba con vencido de que Francia no habia hecho lo nece sario para destruir la flota de Carlos V, y en 1545 fitm6 una primera tregua con Carlos V, confirma da dos afios despues con otra por cinco afios con Femando de Austria y Carlos V. De acuerdo con aed | (abajo), Mt (derecha) y Monamed I esta tregua, Femando debia pagar un tributo anual de 30.000 piezas de oro para conservar la parte norte de Hungria que ocupaba. Tan pronto los otomanos se retiraron de Orien- te para atender el frente europeo, los pe ciaron su contraofensiva para recuperar Tabriz En 1548, Solimén emprendié una nueva campa fia contra Persia y tomé Tabriz por segunda vez La guerra en Oriente continué de forma intermi: tente hasta que se firmé la paz de Amasya en 1555, por la que Tabriz y Bagdad quedaron de- finitivamente bajo el dominio otomano. Un desacuerdo con Fernando sobre el dominio de Transilvania motivé la reanudacién de las hos: tilidades en Hunaria hasta concluir una nueva 0az con Fernando en 1562, por la que éste renuncio a sus pretensiones sobre Transilvania y accedio a seguir pagando su tributo al sultan, No obstan- te, al acceder al trono el nuevo rey de Hungria Maximiliano, éste se nego a pagar el tributo que habia sido aceptado por su antecesor. Soliman tuvo que emprender su ultima campafia, marca da por el sitio de Szeged, que se rindié tras va ios meses de resistencia pocos dias antes de la muerte de Soliman, a los setenta afos de edad La muerte del sultan se mantuvo en secreto para dar tiempo a su hijo Selim a llegar a Estam- bul y ser proclamado sultan sin mas problemas La paz con Austria se firmé dos afios después en condiciones similares a la paz de 1562. El reinado de Soliman | es importante, no solo por sus conquistas y su labor legisiadora, sino fambién por la intensa actividad cultural y artist ca desplegada durante su reinado. Su época es realmente la edad de oro del Imperio otomano Su fuerte personalidad hace de Soliman | una de las figuras insignes de la historia, que compite con otras grandes figuras de su tiempo, como Carlos V y Francisco I. No es posible estudiar y entender la historia de Europa en el siglo xv sin tener muy en cuenta la persona de Soliman |, lla mado con justicia el Magnifico. Los descendientes Los descendientes de Soliman | estén muy le- jos de tener su envergadura, y mas que organi zadores son déspotas que afianzan su poder en- frentando las distintas facciones que gobiernan el Imperio Selim Il (1566-1574), hijo mayor de Soliman | inicio su reinado reprimiendo una revuelta de los jenizaros. Luego atacé y conquist6 Chipre, en frentandose a Venecia, lo que provoce la forma- cién de una Liga Santa impulsada por el Papa Pio V. Una escuadra espafiola reforzada por los venecianos y los Caballeros de Malta, bajo el mando de don Juan de Austria, localiz6 a la flota otomana frente al golfo de Corinto y le infligid una gran derrota en Lepanto (1571). Sin embargo, esta victoria no fue decisiva, porque el visir Meh~ met Sokulu, con gran energia, logré rehacer la flo ta al cabo de poco, restableciendo asi la situa- cidn en el Mediterraneo. Durante el reinado de Murad Ill (1576-1590) y de sus sucesores, crecid la influencia del harén en las decisiones de gobierno. Por eso, este pe riodo, aunque no fue de paz, ha sido conocido como el del Sultanato de las mujeres. A la muer te del sha Tahmasp | de Persia (1576) se reanu dé la guerra en Oriente, y durante quince afos se luché duramente en Azerbaijan y Georgia. Tras la paz firmada en 1590, el Imperio otomano alcan 26 su mayor extensién territorial El sucesor de Murad Ill fue su hijo Mehmet Ill (1595-1603), el cual tuvo que disputar el poder a sus hermanos, a los que extermind. Una vez afianzado en el poder, dejé e! gobierno en ma nos de su madre, mientras él se abandonaba a una vida fastuosa’en el harén Una nueva guerra con Hungria fue acabada por su sucesor, Ahmed | (1603-1617), con la fir ma de la paz de Viena en 1615, que apenas mo- dificd la situacion, pero que mated el inicio de un largo periodo de cincuenta afos de calma entre Austria y el Imperio otomano. Firmada la paz con Austria, Ahmed | tuvo que enfrentarse con graves insurrecciones en Anato- lia y Oriente. La descomposicion del Imperio se aceleraba ante la grave situacién econémica, el aumento de la demogratia, la disminucién de re cursos y la corrupcion Cincuenta afos después de Solimén, el Impe- rio presentaba todavia una fachada imponente ante el exterior, pero en su interior acusaba ya las consecuencias de un estancamiento en las insti tuciones y una debilitacién creciente. Era ne sario enfrentarse con la realidad y emprender enérgicas reformas, y esto es lo que intento Osman Il (1618-1622). Pero tropezd con la ‘oposicion de los jenizaros, que se sublevaron y le asesinaron. La descomposicion del Imperio fue aprovechada por los persas para reanudar las hostilidades. La grave- dad de la situacién afect6 profunda- mente al sultan Murad IV (1623-1640), que en 1632 reaccion6 enérgicamente, y tras numerosas ejecuciones logré restablecer la au- toridad real, Inicié una serie de reformas encami- adas a sanear las finanzas, revisando y ponien- do al dia los impuestos y limitando el gasto. Pero sus esfuerzos lograron solo un éxito pasajero, ya que su sucesor, Ibrahim | (1640-1648), volvio a hundir el Imperio con sus excesos en todos los terrenos, hasta morir asesinado, victima de una cconspiracién. Los esfuerzos para conquistar Creta fueron causa de una larga guerra con Venecia (1645-1669), al principio de la cual la flota vene- ciana llegé a bombardear y a amenazar Estam- bul en tiempos de Mehmet IV (1648-1687). El gra- ve peligro provocs la reaccién del sultan, que en- tego el gobierno, con poderes excepcionales, al Gran Visir Mehmet Képriili, miembro de una fa milia albanesa, que inicia una dinastia de visires que dur6 hasta principios del siglo xvi y repre- sento el intento mas serio de reforma del Imperio ‘otomano. Bajo el gobierno de Mehmet Koprild (1656-1661) y de su hijo Ahmed Képrilla (1661-1676) se restablecié una vez mas el orden y la autoridad real, no sin una cantidad impresio- nrante de ejecuciones y represalias. Las reformas fueron suficientes para provocar una reactivacion econémica y solucionar los problemas inmedia- tos. Pero la resistencia de las clases dirigentes impidié que se atacaran las causas profundas, que no eran otras que la inadaptacion de las an- tiguas instituciones, que se pretendia restablecer, a los profundos cambios sociales, econémicos y militares que tenian lugar en Europa En todo caso, las reformas fueron suficientes para restablecer una apariencia de poder que fue cauisa de que el ejército se sintiera capaz de un nuevo ataque a Austria, y de poner sitio, por se- gunda vez, a Viena, en 1683. El esfuerzo agoto pronto las bases del resurgimiento y puso en evi- dencia la debilidad intrinseca del Imperio otoma- ‘no. Austria y Venecia recibieron el apoyo de Po- lonia y Rusia, formando una nueva Liga que ame- nazaba seriamente la existencia del imperio oto- mano, a pesar de la ayuda que le prestaron Fran- cia y Suecia. Tras una larga lucha, y gracias a la mediacion de Gran Bretafia, que se esforzaba en evitar que nadie consiguiera la supremacia en Europa, se firmé la paz de Karlowitz (1699), por fa que el Im- perio otomano hubo de abandonar Hungria, Dal- 12/EL MPEAIO TUACO macia, Morea y Podolia, ademas de pequeris territorios que debie ceder a Rusia, Polonia y Venecia. Esta fue la primera paz destavora- ble que los otomanos se vieron obli- gados a aceptar. No iba a ser la ttima. Ya en las postrimerias del siglo xvi, 1 Imperio otomano tuvo algunos en- frentamientos con los moscovitas en las zonas de Kazan y Astrakan, pero hasta fines del siglo xviino aparecie- ron en escena los rusos como ene- migos a tener muy en cuenta. A par- tir de 1667, como resultado de su lucha con Po- lonia, Rusia ocupé Ucrania y se convirtié en ve- ina del Imperio otomano, no sélo a lo largo de Besarabia, sino también en la zona ocupada por el Kanato de Crimea, vasallo de los otomanos. Descomposicién del Imperio otomano Por la paz de Radzin (1681), los otomanos re- ‘conocen al soberano de Mosc como zar y el derecho del Patriarca ortodoxo de Moscti a pro- teger a todos los cristianos de rito griego del Im- perio otomano. Durante el primer tercio del siglo xvii, domi- nado por el reinado del sultan Ahmed Ill (1703-1730), se produjo un serio intento de eu: fopeizacion ‘del Imperio otomano, durante el cual la clase alta turca trato de imitar la forma de vida de las cortes europeas, copiando esti- los de decoracién e incluso mobiliario. Por pri- mera vez se introdujeron sillas y sofas de tipo europeo, en detrimento de los divanes y almo- hadones clasicos. Por la gran aficion a las flo- Fes, y en especial a los tulipanes que se impor- taban de Holanda, se llamo a este periodo el pe- riodo de los tulipanes. Aunque el intento de europeizacién alcanz6 también a la administracién y al ejército, donde renegados europeos como el conde de Bonne- val y el baron de Tott organizaron cuerpos de ar- tilleria y de especialistas, su impacto sobre las masas, y sobre todo sobre los grupos tradicio- rales que veian amenazados sus privilegios, fue minimo, Ahmed III acab depuesto por una revuelta de los habitantes de Estambul, que costé la vida a su visir Ibrahim, uno de los innovadores, que fue ejecutado por os sublevados Los sucesores de Ahmed Ill fueron todos sul- tanes sin personalidad, dominados por sus visi- res, que cambiaban continuamente, y estuvieron siempre condicionados en su politica interior por las continuas agresiones exteriores. Las derrotas sufridas estimulaban las insurreccio- nes locales en Siria e incluso en Estambul, don- de los jenizaros encabezaban las facciones Los turcos levantan ! asecto de Viena en 1689 de descontentos, Selim III (1789-1807), de espinitu ilustrado, intent6 modemizar el ejército y dar tun nuevo respiro al Imperio otoma no, Durante el reinado de Ahmed Il una nueva guerra con Austria y Ve necia permitié en un principio recu- perar Morea (1715), pero el ejército ‘otomano fracasd ante Corl y fue derrotado en Hungria La paz de Passarowit2 (1718) permitié la recu peracion de Morea y signific el fin de Venecia como gran potencia, pero fue ante todo una gran victoria para Austria, que no tan solo ocupé la region de Banato, la Valaquia occidental y el norte de Ser- bia con Belgrado, sino que consiguié los mis- mos privilegios comerciales que distrutaban las demas potencias occidentales en el Imperio ‘otomano. Posteriormente, tres guerras con Austria y Ru- sia, en 1736-1739, 1768-1774 y 1787-1792, que culminaron con los tratados de Belgrado (1739), de Kuchuk-Kainarzhi (1774) y lasi (1792) signi- ficaron para los otomanos la pérdida definitiva de Hungria, Serbia, Transilvania y Bucovina Frente a Rusia perdieron todas sus posesiones de la orilla norte del mar Negro, incluyendo Be- sarabia, Podolia y Crimea, cuyos soldados ha- bian constituido un elemento importante del @jército otomano. Rusia obtuvo también el dere- cho a la libre navegacién en el mar Negro, el libre transito de su flota comercial por los Dardanelos y otros importantes privilegios comer- Ciales. Por ultimo, los otomanos tu- vieron que admitir el derecho de Austria y Rusia a intervenir en favor de todos los subditos cristianos de! sultan, lo que abrié las puertas a la injerencia europea en ios asuntos internos turcos durante el siglo xix Al coneluir el siglo xvtii se produ- jo la ruptura de una larga y tradicio- nal amistad con Francia, a causa del intento de Bonaparte de ocupar el istmo de Suez y cortar asi las comunicaciones de Ingla- terra con la India. En 1798, Bonaparte ocupo Alejandria y entré en El Cairo tras su victoria en la batalla de las Piramides. Los turcos se vieron obligados a declarar la guerra a Francia y con- taban con la ayuda de Rusia y Gran Bretana Tras el regreso de Napoledn a Francia en 1799, las fuerzas turcas (principaimente albanesas) y britanicas lograron la capitulacion del ejército francés en 1801. Pero Estambul recuper6 Egip to de forma solo nominal, ya que el gobierno efectivo pasé a manos de Mehmet All, jefe de las tropas albanesas, lo que obligo a Estambul a reconocerle como baja (1805). Se iniciaba asi tambien el desmembramiento del Imperio oto mano por su parte musulmana El ocaso Jul Gil Pecharroman Profesor titular de Historia Contemporanea, UNED ‘A historia del Imperio otomano en su titimo si glo de existencia es la de una muerte anuncia- da que, por diversas causas, tardé mas de lo pre- visto en producirse. A lo largo de la pasada centu- fia, el Imperio conocié un paulatino agravamiento de su decadencia militar y econdmica, a la vez que crecian las tensiones politicas en toro a la cues- tion de la modernizacién del Estado y se reforza- ban las tendencias centrifugas de las minorias ét- nicas no turcas. Factores todos que, unidos al jue- 0 de los intereses de las grandes potencias, con- ujeron al progresivo desmembramiento de! Esta- do otomano y le convirtieron en e! hombre enfermo de Europa, un permanente elemento de inestabili- dad en el Mediterraneo oriental Result, sin embargo, exagerada la imagen de un Imperio fosilizado, pasivo ante la injerencia extranje- fa e incapaz de renovar sus estructuras obsoletas; una babel de pueblos descontentos, sometides al dominio de una minoria fandtica de musulmanes tur- cos y de unos sultanes tan despoticos como reacios "4/8. MER TURCO € todo lo que significara progreso. Aunque a la pos- tte resuitaron insuficientes, os impulsos de cambio ‘surgidos en la sociedad turca desde comienzos del Siglo xx favorecieron la aparicion de altemativas eu- ropeizadoras que buscaban evitar, mediante el esta- bleoimiento de un sistema consttucional, e! colapso defntivo del Estado otomano. Fucron varias las causas que frustraron estos in- tentos. Por un lado, las apetencias territoriales de las grandes potencias europeas, especialmente de Rusia y de Austria, forzaron a los turcos a una per- manente defensiva que consumia ‘sin provecho buena parte de los recursos materiales y humanos ‘que requeria la modernizacién del imperio. En el in- tetior, a resistencia al cambio de los sectores més. inmovilstas de la sociedad turca —el clero musul- ‘man, los jenizaros, los citculos cortesanos, ete. — generaba una permanente tensién con los innova- dores que convertia al proceso de apertura politica en una auténtica carrera de obstaculos. Y, sobre todo, existia el problema de los pueblos no turcos, sometidos por los conquistadores os- manlies en los sigios de expansién del Imperio, ero nunca asimilados por la minoria turania. El despertar de los nacionalismos balcanicos a co- mienzos del siglo pasado planted con toda crude- za el problema de la falta de un proyecto de futuro ‘comin para el conjunto de los pueblos colocados bajo la autoridad del sultan. Los reformadores so- fiaban con un Estado unitario y laico, en el que mu- sulmanes y cristianos distrutaran de los mismos de- rechos y deberes bajo el amparo de un régimen constitucional de tipo occidental. Pero eran una minoria dentro de la poblacién ma- hometana de! Imperio, y la reiterada agresion de las potencias europeas no contribuia precisamente a mejorar las relaciones entre las dos comunidades. Por su parte, los cristianos y, en menor medida, los musulmanes no turcos, alentaban la creacién de Estados nacionales propios, independientes de Es- tambul, y tendian a interpretar las reformas de la es- tructura imperial mas como un signo de la debilita- ién det poder otomano que como la reafirmacion de un nacionalismo unitario y progresista en el seno del Imperio. Nacionalismo turco y nacionalismos cristianos y arabes representaban, pues, facetas in- compatibles de un mismo proceso de moderniza~ én, que se inspiraban en gran medida en el ejem- plo de los pueblos de la Europa occidental. El Tanzimat Las bases para la reforma del Imperio otomano- fueron sentadas durante el reinado de Mahmud II (1808-1839), pero se vieron facitadias por los perio- dos de paz que siguieron a las desastrosas guerras tuso-turcas de 1787-92 y 1806-12, y por la reforma mmiitar emiprendida por Selim Il a partir de 1789 El reinado de estos dos sultanes marca un pun- to de inflexi6n en la historia otomiana. No tanto por- ‘que suponga una era de transformaciones profun- das de la sociedad y del Estado, sino porque apun- ta un cambio de mentalidad de los elementos re- formistas de las clases dirigentes, que comienzan a fijarse en los modelos europeos para modernizar algunas instituciones especialmente obsoletas, 3 proyectos de reforma de Selim Il, un monar- ca ilustrado que impuls6 la reforma del sistema educativo y la creacion de unidades del ejército re- gular entrenadas por oficiales eutopeos, chocaron con la hostilidad de los sectores tradicionalistas, especialmente con los ulemas y el cuerpo de los je~ nizaros, que temian perder sus privlegios y que en 1807 depusieron y asesinaron al sultan. Tras el breve paréntesis del reinacio de Mustafa IV, ‘en 1808 subid al trono Mahmud Il, un soberano libe- ral que despejaria el camino para la actuacién de los reformistas, Entronizado por los conservadores, el sultin tardé largos afios en sacudirse su tutela, en tuna época en la que el Imperio parecia proximo ala desiniegracién. Durante décadas, la situacion inter- nacional y el surgimiento de movimientos indepen- dentistas en los Baleanes y en el norte de Africa fue- on temas prioritarios, que impidieron acometer la ur- gore rerganzacin del Estado a funesta quera de 1806-12 con Rusia, que supuso la perdida de Be- sarabia y el aumento de la influencia rusa en Vala- quia y Moldavia, siguié en 1815 la rebelion de los ser bios y, a parti de 1821, la larga guerra de la inde- pendenciagrena, que enifenté al debitado Impero ‘otomano con las grandes potencias europeas y ‘exalto los anhelos independentistas de las restantes nacionalidades balcanicas Fue la rebelion griega la que dio pretexto a Mah- mud para sacudirse la tutela de los conservadores. El primer paso debia ser la eliminacion de los jeni- Zatos, opuestos a cualquier reforma que mermase ‘su poder y cuyos agas se habian convertido en au- ténticos arbitros de la politica imperial. Durante aos, el sultén habia ido situando hombres leales ‘en puestos claves de la Administracion e incremen- tando el poder de las tropas regulares creadas por su predecesor. Supo atraerse tambien el apoyo del lero musulman, que recelaba de las simpatias pro- cristianas de los jenizaros. Las sucesivas derrotas frente a rusos y helenos, que hundieron el prestigio de los cuerpos militares tradicionales, faciitaron f rnalmente el golpe de junio de 1826, en el que las unidades leales al sultn masacraron a los jeniza- {08 y disolvieron la antigua organizacion militar. Tan drdsticas medidas redujeron aun mas la ca- pacidad defensiva de los turcos. Mahmud necesita- ba paz para acometer sus proyectos y no dudd en pagar un duro precio. Por el tratado de Edime (1829) yy la Conferencia de Londres, el Imperio tuvo que re- Conover la independencia de Grecia y aceptar la au- tonomia de los principados danubianos, bajo la tu- tela rusa. La crisis favorecié ademas los designios in- dependentstas del gobernador de Egipto, Mehmed ‘Al, ue en pocos afios se hizo con el control de casi todo el Asia otomana, y que sdlo se detuvo ante la imposicion de Gran Bretana, que comenzaba a asu- mmit-el papel de protectora del Imperio, Estos desastres permitieron, sin embargo, aco- meter las primeras reformas. Mahmud conto para ello con un plantel de j6venes funcionarios, enca- bezados por el gran visir, Mustafa Rasid Baja y Mehmet Husrev Baj4, creador del modemno ejército otomano. Estos reformistas acometieron la moder- rizacién militar, creando escuelas y trayendo ins- tructores europeos. Se reforz6 el poder de la Ad- ministracién central sobre las provincias, y se incre- ment la capacidad recaudatoria del Estado. Las uestiones de gobierno, hasta entonces en manos del Consejo imperial (dian) y de las grandes visi res, fueron asumidas por comisiones de expertos, que darian lugar avaros ministers y a un Gobser No presidido por un primer ministro. Se crearon es- ccuelas técnicas y, en 1831, aparecid el primer pe- riddico diario turco. Jévenes otomanos fueron en- viados a Occidente a estudiar, y en adelante for- marian en vanguardia del sector reformista Estas medidas afectaban fundamentalmente a las clases dirigentes. No se trataba de grandes transformaciones y, dadas las resistencias, el avan- ce de las reformas era muy lento, pero se estaban estableciendo las bases para ulteriores progresos. ‘Mahmud Il fallecié en 1839. Sus hijos Abdul Me- ELIMPERIO TURCO/18 +s ae ~ a ae ie me Bw as oe ama eee ma em Brennen = ar HE soem MEDITERRANEO yy ‘Desmembracisn del Imperio ofomano: ala equerda, en la regi de los Balcanes, y ala erecta, en el conjunio de ls ferrtoros turcos cid_ (1839-1861) y Abul Aziz (1861-1876) serian los, encargados de piasmar sus proyectos en un progra- ‘ma conocido como tanzimat.i hayrye (legislacion ti), © simplemente como las reformas Tanzimat. El pri mer paso _fue la promulgacion, en noviembre de 1839, del Ecicto imperial de Gulhane, que proclama- bia la igualdad de todos los stbcitos del Imperio, es- tablecia la unidad junsdiccional, frente a la anterior separaciGn por comunidades religiosas, y reforzaba el control de la Administracion central sobre el cobro de los impuestos y el reolutamiento militar. Durante tres décadas, Mustafa Rasid Bajé y sus seguidores desarrollaron un amplio abanico de re- formas, que buscaban la recuperacion del Estado ‘otomano a través de la importacién de modelos oc- {6/EL MPERIO TURCO LOS BALCANES (1878-1912) occa? colds! de Montenegro cidentales y la eliminacién de los anquilosados pa- trones religiosos y sociales. Se trataba de moder- nizat los instrumentos de gobierno, no de mutar las. estructuras del poder politico. Por ello, fue una re- forma ilustrada, amparada por los elementos mas lcidos de las clases dirigentes, y no un auténtico, movimiento de democratizacion de la vida publica. Las medidas afectaron fundamentalmente al fun- cionamiento de la Administracién y del Ejército, aunque sus efectos a largo plazo se manifestaron €n todas las facetas de la vida del Imperio. Asi, se estableci6 un Codigo de Comercio y se adapté el Cédigo Civil de Napoledn. Con el decreto Hatt. Hu- ‘mayun, promulgado en 1856, las reformas Tanzi- ‘mat alcanzaron su punto culminante IMPERIO et < IMPERIO. AUSTRO-HUNGARO ITAUA DESINTEGRACION DEL IMPERIO OTOMANO (1800-1914) timpuictomano 17 FAAS pad (1913) otpenderca Drvmse Biase Bh ovo soie [Di erimperc ctomano on 1814 = Fronts, 1914 En él se manifestaba el propdsito de crear una nica nacionalidad turca para todas las comunida- des religiosas del Imperio, abola las potestades ci- viles de las autoridades teligiosas, garantizaba la igualdad ante la ley y la elegibildad de los cargos publicos, suprimia la tortura y reformaba el sistema impositivo, eliminando las discriminaciones religio- sas. La creacion, en 1861, del Consejo de Orde- nanzas Juciciales permitio unificar los dispersos or- ganismos de justicia que actuaban sobre las dis- {intas comunidades, mientras que la reforma de la ‘administracion local resto poder a las oligarquias y reforz6 el control del Estado sobre los sanjarcados y las uniones tribales. Tan ambiciosas reformas no se acometieron sin resistencias. Los cortesanos preteridos por los nue- vos burGcratas reformistas, los ulemas y qadies despojados de parte de su poder, los militares re- ccelosos de la preeminencia de los funcionarios ci- viles, ejercian un contrapeso que, con e apoyo de la diplomacia rusa, terminaria revelandose elicaz Por otra parte, los sectores mas radicales del ban- do reformista no se conformaban con medidas ad- ministrativas, y en 1865 crearon, a imitaciin de otros movimientos nacionalistas, la asociacién de los Jévenes Turcos, que preconizaba una Consti- tucién parlamentaria y un Estado nacional en el que Cupieran en iqualdad de condiciones todas las co- munidades de! Imperio, La cuestion de Oriente Mientras tradicionalistas y reformistas pugnaban oor imponer su modelo de Estado, el Imperio oto- mano se convertia cada vez mas en un juguete de las grandes potencias. La permanente ingerencia de la politica zarista, empenada en actuar de pro- tectora de los puebios cristianos del Imperio, y la tivalidad ruso-briténica en el Mediterraneo oriental condujeron en 1854 a la guerra de Crimea, en la que fueron contenidas las ambiciones rusas sobre los Balcanes a costa de graves pérdidas humanas y econémicas para los turcos que, por el Tratado de Paris (1856), tuvieron que admit la neutraliza- cién de los Estrechos a cambio de la reafirmacion, poco mas que teérica, de la soberania olomana so- bre Serbia y los principados rumanos, La guerra tuvo, ademas, otra nefasta consecuencia. Los gas- tos que acarted obligaron a la Sublime Puerta a contraer grandes deudas con sus aliados y a sus- cribir desfavorables tratados de comercio, que abrieron sus fronteras a una riada de manufactu- ras. La economia del Imperio se haria cada vez mas dependiente de las grandes potencias industriales I reinado de Abdel Aziz fue relativamente paci- fico, y ello permiti a los reformistas dar un consi- derable impulso a su programa. Pero los proble- mas se acumulaban. La politica de modernizacion implicaba grandes gastos, lo mismo que el mante- nimiento de un enorme ejército. Alcreciente endeu- ‘damiento exterioy, sobre todo con banqueros fran- ‘ceses y briténicds, se sumaron las consecuencias de la gran depresion mundial de los afos setenta {18/€L IMPERIO TURCO. y un periodo de pésimas cosechas entre 1872 y 1875. Pese a la subida continua de los impuestos, en ese Ultimo afio, el Gobierno otomano tuvo que declararse insolvente para hacer frente a la deuda exterior. El Tesoro estaba exhausto, lo que favore- Cia la comupcién de los funcionarios mal pagados. El paneslavismo, impulsado por los rusos, provo- caba una continua agitacion en los Balcanes y ar maba frecuentes levantamientos. Este climulo de adversidades termind provocan- do una reaccién detensiva de los turcos. La pre- sién de los nacionalistas condujo a la adopcion de ‘medidas de turquizacién en diversos puntos del Im- Perio, que fueron mal recibidas por las poblaciones no turcas. Los levantamientos de Bosnia y Bulga- ‘ia, en la primavera de 1876, dieron pretexto para intervenir a los liberales, que obligaron a abdicar a Abdul Aziz, considerado débil y tibio ante las refor- mas. Le sustituy Murad V, un enfermo mental que reind dos meses, y luego Abdul Hamit (1876-1908), tun gobemante descontiado y sumamente reaccio- nario que, mediante una mezcla de astucia y cruel dad, lograria frenar las reformas y contener la dis- gregacion de! Imperio. La primera medida de los liberales, tomada para evitar la intervencion de las potencias europeas, fue la promulgacion en diciembre de 1876 de ‘una Constitucion preparada por el primer ministro, Mid- hat Baja. El texto proclamaba la igualdad de todos los subditos del Imperio, seculanzaba el poder ju- dicial y establecia un Pariamento bicameral, en el que la Camara Alta seria designada por el sultan y los diputados elegidos por el pueblo mediante su- fragio indirecto. La Constitucion llegaba tarde. Para los cristianos balcdnicos parecia llegada la hora de la indepen- dencia y su protectora, Rusia, no iba a dejar esca- par la ocasion. En abril de 1877, el Gobierno zaris- la declaré la guerra a Turquia. En pocos meses, los ejércitos otomanos fueron barridos de los Balcanes y del Caucaso. La paz de San Stefano, fimada en marzo de 1878, representaba para Turquia la pér- dida de sus provincias europeas, excepto Estam- bul, y el pago de una ruinosa indemnizacién, El desastte provocd una reaccion contraria al 1é- ‘gimen constitucional, Abdul Hamit aprovecho la derrota para disolver el recién forrnado Parlamento,, cesar a Midhat Baja y a sus ministros liberales y sus- pender la Constitucion. Se frustraba asi el primer in- lento de democratizacion del Estado otomano El restablecimiento de la autocracia se vio favo- recido por la situacién internacional. Austria y Gran Bretafa, temerosas de la hegemonia rusa en Euro- pa oriental, presionaron en favor de la revision del tratado de'San Stefano. Una Conferencia Interna- ional reunida en Berlin elaboré un nuevo acuerdo (julio de 1878) por el que se devolvian a Turquia Sus provincias macedonias y tracias a cambio de la cesién de territorios armenios a Rusia y del re- Cconocimiento de la autonomia para Bulgana. La re- gion de Bosnia-Herzegovina, bajo tedrica sobera- nia turca, seria administrada por Austria-Hungria y Gran Bretafa se cobraba sus servicios con la ad- quisicion de Chipre. Humilada y menguada, Turquia habia podido, sin embargo, superar la crisis. E! Imperio otomano ‘quedaba convertido en una potencia de segundo orden, dependiente del juego de intereses de las grandes potencias y de las aspiraciones territoria- les de sus vecinos. La quiebra econémica del Es- lado se acentud, hasta el punto de que, en 1881 la deuda exterior pasd a ser administrada por los propios acreedores. No obstante, el periodo 1878-1908 aport6 una evidente modemizacién al pais, que recibid una importante inyeccion de ca- pitales extranjeros. La construccién de ferrocarrles se conviftid en un tema prioitario. Britanicos, ale- manes y franceses se disputaron las inversiones en una red ferroviaria de enorme interés estratégico, sobre todo el fertucaril Estambul-Bagdad. En 1908, los ferrocarriles turcos alcanzaban los 6.000, kildmetios de vias. El capital extranjero permitié modernizar los servicios de las grandes ciudades y poner en marcha la explotacion de grandes re- Cursos mineros y energéticos, asi como el desarro- llo de una modesta industria manufacturera, Tur- Quia se modernizaba a costa de hipotecar su futu- 10 desarrollo econémico, Pese a su oposicién a las reformas, Abdul Ha- mid mantuvo las grandes lineas de las reformas Tanzimat, modernizando el aparato_ burocratico, progresando en la secularizacion del Estado y apo- yando la reorganizacion del sistema educativo se- gin patrones occidentales. En el itlimo cuarto del siglo xix, el Imperio conti- ‘nud perdiendo territorios. En 1881, los franceses cuparon Tunicia, vasalla hasta entonces del sul- tan, Los britanicos, que ya se habian hecho con el control del Canal de Suez, convirtieton en protec- torados las tedricas posesiones turcas en Egipto, Sudan y Kuwait. En 1885, los bilgaros se anexio- nafon la Ruma cently. doce tos despues, os ‘giegos ocuparon Creta. En Asia os armenios se al- zaban en armas a partir de 1894, reivindicando la autonomia, actitud que fue respondida con una sal- vaje represion que merecid la repulsa internacional En el corazon de la Peninsula Ardbiga, el monarca wahabita Ibn Saud lamaba a los arabes a la rebe- lion y lograba el repliegue temporal de los turcos de Yemen y Hezjaz. Finalmente, en 1908, Bulgaria proclamaba su plena independencia, mientras el Gobierno de Viena anexionaba Bosnia-Herzegovi- na al Imperio Austro-Hingaro. E! Imperio otomano estaba al borde del colapso. El régimen de los Jovenes Turcos El régimen personal de Abdul Hamid y sus clau- dicaciones ante las grandes potencias terminaron alentando un movimiento de protesta que fue ga- nando fuerza. Pese a la represiOn policial, apare- cieron algunos nicleos de oposicion interior, mien- tras entre los estudiantes turcos residentes en el ex tranjero crecia la conciencia revolucionaria. Pero los grupos opositores estaban demasiado divididos Como para actuar conjuntamente bajo la antigua bandera de los Jévenes Turcos. No serian los inte- lectuales, sino los militares, quienes dieran el im- pulso defintivo a la revolucion Muchos oficiales compartian la admiracién por las potencias occidentales con un extremado na- Cionalismo y un creciente disgusto ante la crisis del imperio. En 1891, los oficiales del ejército de Ma- cedonia crearon el Comité Unidn y Progreso. En Damasco, aparecio en 1905 una sociedad secre- ta, Patria y Libertad, fundada por otro militar, Mus- taié Kemal. Poco después, ambos grupos entraban en contacto y en 1907 se fusionaron con la oposi- cién exterior en el partido de los Jovenes Turcos. En julio de 1908, las unidades macedénicas se levantaron en favor de la Constitucién de 1876. Ab- dul Hamid, atemorizado, accedié a las peticiones de los rebeldes y restablecio el régimen constitu- ional. En las elecciones celebradas a finales de afio, los Jévenes Turcos coparon practicamente ios puestos de la Asamblea. Pero la revolucion no es- taba consolidada. Al impacto de la crisis de Bos- nia. se unid e! rechazo de los conservaciores a la Constitucion y la negativa de grandes sectores de la poblacién cristiana a aceptar el proyecto de uni- dad nacional otrecido por los nuevos gobemantes. Apoyandose en tropas leales, el sultan dio un con- tragolpe en abril de 1909 y se hizo con el control de la capital. Pero poco despues, el ejército de Ma- cedonia entraba en Estambul y'sustituia a Abdul Hamid por su hermano, Mehmet V. No tendfian, sin embargo, los liberales la paz que precisaban para imponer sus drdsticas medidas de reforma. En 1910, Macedonia y Albania se convir- tieron en focos de revueltas antiturcas, mientras los arabes proseguian su particular guerra de libera- cién. Un ano después, los itaianos, que buscaban tun imperio colonial en las escasas porciones de Africa aun libres del dominio europeo, dectararon la guerra a Turquia. El ejército otomano, incapaz de atender tantos frentes, cedid una vez mas. El pre- Cio de la derrota fue Libia y las islas egeas del Do- decaneso, convertidas en colonias italianas La reaccion de las éiites turcas fue, nuevamente, el recurso al nacionalismo. A partir de 1910, el ala mas autonitaria de los Jévenes Turcos, integrada fundamentalmente por militares, consolidé su con- trol sobre el Estado. Los gobernantes abandonaron paulatinamente sus proyectos de fusion de las co- ‘munidades del Imperio en una sola nacionalidad, para adoptar un nacionalismo espectficammente tur: co y musulman, defensor de la ideologia pantura- fia, y cuyo mas destacado representantc era el mi- nistro de la Guerra y hombre fuerte del régimen, En- ver Bajé, La presin turquizadora se acelerd, lo que aument las tensiones en el interior del pais y pro- vood las protestas de sus vecinos balcanicos. En octubre de 1912, Bulgaria, Serbia, Grecia y Montenegro se lanzaron sobre las provincias euro- peas de Turquia, dispuestas a reparlirse los des- ojos. En pocas semanas, los bulgaros se acerca- fon a las proximidades de Estambul, mientras grie~ {gos y serbios ocupaban Macedonia. El Gobierno turco tuvo que pedi la paz. Por el Tratado de Lon- des, sus posesiones europeas quedaron reduci- das ala zona de la capital. Pero a la Primera Guerra ELIMPERIO TURCO/I9 Balcdnica le sucedié la Segunda, en la que varia- ron las alianzas. Vencedores ahora de los bilga- 10s, los otomanos pudieron recuperar el reducido territorio que hoy es la Turquia europea (Paz de Bu- crest, agosto de 1913) El Imperio otomano salié arruinado de las Guerras Balcdnicas. A las grandes pérdidas terrto- riales se unia la sangria econémica y humana y el problema que planteaban los miles de refugiados de las zonas evacuadas. En tan dramatica coyun- tura, los Jovenes Turcos dieron muestras de una extraordinaria capacidad. El Gobiemo adopt6 un drastico programa de reformas econdmicas, socia- les y administrativas. El recelo hacia sus vecinos y hacia Rusia evo a los dirigentes otomanos a acer- arse al Imperio Aleman. Instructores alemanes asumieron la reorganizacion y el rearme del Ejérci- to turco, mientras se reforzaba la presencia de los capitalstas germanos en el Imperio. Enver Baja y sus colaboradores se convirtieron en un decisivo grupo de presién getmanofilo, El final ‘Turquia tard6 varios meses en entrar en la Primera Guerra Mundial. La alianza ruso-britanica y la actitud intolerant de los Aliados, que exiglron la ruptura con ‘emania, favoreck la actividad de los germanéfios . =n noviembre de 1914, et Gobiemo de Estambul de- Entada de las topas ras en Tenovo (Bugara).on 1877 arb la guerra a Rusia y moviz6 sus tropas. (ama), oe ‘conmemorativa de la unin de Creta Durante cuatro afos, los ejércitos otomanos se sce batieron en Macedonia, en el Caucaso, en Meso-

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