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d) Todo esto sigue siendo cierto, incluso si las formas propio supuestamente ostentado por el Estado y a los
actuales del proceso de monopolización y la hegemonía par - portadores de ese poder y de la racionalidad estatal: la buro-
ticular del capital monopolista sobre el conjunto de la bur - cracia y las élites políticas, en especial.
guesía imponen, indudablemente, una restricción de la auto- Pero el Estado no es pura y simplemente una relación, o la
nomía del Estado respecto al capital monopolista y del campo condensación de una relación; es la condensación material y
de compromiso entre éste y otras fracciones de 1a burguesía. específica de una relación de fuerza entre clases y fracciones
de clase.
¿Cómo se establece concretamente esa política del Estado en La cuestión es de importancia y merece que nos detengamos
favor del bloque burgués en el poder? en ella porque concierne a las recientes evoluciones teórico-
Precisando algunas de mis formulaciones anteriores, diré que políticas del partido comunista francés. Ese análisis del Estado
el Estado, capitalista en este caso, no debe ser considerado como como condensación material de una relación de clase, yo la
una entidad intrínseca, sino —al igual que sucede, por lo demás, oponía a la concepción del Estado en los análisis comunistas de
con el «capital»— como una relación, más exactamente como la la época relativos al capitalismo monopolista de Estado. Lo que
condensación material de una relación de fuerzas entre clases y yo criticaba, esencialmente, en esa concepción, era que llegaba
fracciones de clase, tal como se expresa, siempre de forma a una visión del Estado «fusionado» con el capital monopolista,
específica, en el seno del Estado2. Estado que carecería de toda autonomía y estaría únicamente al
Todos los términos de la formulación precedente tienen una servicio de los monopolios; la criticaba, en suma, por compartir
importancia propia y es necesario detenerse en ellos. Ante todo, la concepción instrumentalista del Estado. Pero le hacía
sobre el aspecto del Estado como condensación de una relación: también otra crítica: intentaba mostrar que esa visión de un
captar el Estado de esta manera es evitar los atolladeros del Estado manipulable, en último extremo y a voluntad por los
eterno seudo dilema de la discusión sobre el Estado, entre el monopolios, podía articularse perfectamente a una visión que
Estado concebido como Cosa-instrumento y el Estado concebido subestimara la materialidad propia del Estado. La materialidad
como Sujeto. El Estado como Cosa: es la vieja concepción de un Estado aprehendido como herramienta o instrumento no
instrumentalista del Estado instrumento pasivo, si no neutro, tiene pertinencia política propia: se reduce al poder del Estado,
totalmente manipulado por una sola clase o fracción, en cuyo es decir, a la clase que manipula ese instrumento. Lo que
caso no se reconoce al Estado ninguna autonomía. El Estado implica, en última instancia, que ese mismo instrumento (con
como Sujeto: la autonomía del Estado, considerada aquí como algunas modificaciones, pero secundarias) podría ser utilizado
absoluta, se reduce a su voluntad como instancia racionalizante de otra manera por la clase obrera, mediante un cambio del
de la sociedad civil. Concepción que remonta a Hegel y ha sido poder del Estado, para una transición al socialismo.
recogida por Max Weber y la corriente dominante de la so- Por lo que respecta al primer punto, los análisis del PCF
ciología política (la corriente «institucionalista-funcionalista»). han evolucionado. Puede comprobarse el camino recorrido en
Esta concepción confiere dicha autonomía al poder la obra colectiva de J. Fabre, Fr. Hincker y L. Séve Les
2
cornmunistes et l'Etat, así como en una serie de artículos de
Ya he indicado en la Advertencia de este texto que sólo hablo Fr. Hincker en La Nouvelle Critique.
aquí en mi propio nombre. Pero muchos trabajos van en el mismo
sentido. Me limito a señalar los de Chr. Buci-Glucksmann y M. Cas- Estas posiciones representan una evolución considerable
tells. porque rompen, después de un itinerario iniciado hace tiempo,
con la concepción instrumentalista del Estado lega-
156 Nicos Poulantzas El Estado y las clases dominantes 157
da por el dogmatismo estaliniano. El Estado es captado como la división social del trabajo, concentrada en la separación
condensación de una relación: «El Estado, su política, sus capitalista entre el Estado y esas relaciones, es lo que cons-
formas, sus estructuras, traducen, por tanto, los intereses de la tituye la armazón material de sus instituciones: he intentado
clase dominante no de manera mecánica sino a través de una mostrarlo en la primera parte de este texto. El Estado no se
relación de fuerzas que hace de él una expresión condensada reduce a la relación de fuerzas, presenta una opacidad y
de la" lucha de clases en desarrollo» 3. Aun subrayando el resistencia propias. Un cambio en la relación de fuerza entre
alcance de esta evolución es necesario señalar que a propósito clases tiene siempre, desde luego, sus efectos en el Estado,
del segundo punto los análisis del PCF persisten todavía en pero no se traduce de forma directa e inmediata: se adapta a la
subestimar la materialidad propia del Estado, precisamente materialidad de sus diversos aparatos y sólo se cristaliza en el
como aparato «especial». Estado bajo una forma refractada y diferencial según sus
Esto aflora en la serie de artículos de Fr. Hincker 4, en los aparatos. Un cambio del poder del Estado no basta nunca para
que se encuentran las observaciones teóricas más profundas: transformar la materialidad del aparato del Estado: esa
me refiero a estos artículos a título de ejemplo porque tratan de transformación depende, como es sabido, de una operación y
cuestiones que están en el centro del debate que tiene lugar en acción específicas.
el seno del comunismo europeo (tanto en Italia como en
España o en Gran Bretaña). Hincker se refiere a dos
concepciones del Estado que, según él, se entrecruzan en toda Volvamos a la relación entre el Estado y las clases sociales.
la historia del movimiento marxista. Una concepción Lo mismo en la concepción del Estado como Cosa que en la
«estrecha» que considera que el Estado es, en esencia, un del Estado como Sujeto, es decir, en las concepciones del
aparato, y una concepción «amplia», aceptada como correcta Estado como entidad intrínseca, la relación Estado-clases
por Hincker, que considera al Estado, simplemente, como sociales y, en particular, Estado-clases y fracciones dominantes
expresión de una relación de clase. Ahora bien, la oposición es captada como relación de exterioridad. O bien las clases
entre las dos concepciones no está planteada con exactitud. La dominantes someten al Estado (Cosa) por un juego de
cuestión no es oponer una concepción que aprehende al Estado «influencias» y de grupos de presión, o bien el Estado (Sujeto)
como un aparato a la que lo percibe como una simple relación somete a las clases dominantes. En esta relación de
de clase, sino oponer una concepción instrumentalista del exterioridad, Estado y clases dominantes son considerados
Estado-Cosa a la que lo considera como la condensación siempre como entidades intrínsecas «confrontadas» entre sí, la
material de una relación de fuerzas entre clases. El aspecto una «frente» a la otra, de las que una tendría todo el poder que
material del Estado como aparato no desaparece del todo en la a la otra le faltara, según una concepción tradicional del poder
concepción del Estado como condensación de una relación como cantidad dada en una sociedad: la concepción del poder
entre clases, contrariamente a lo que parecen implicar los suma-cero. O bien la clase dominante absorbe al Estado,
análisis de Fr. Hincker. La conexión del Estado con las vaciándolo de su poder propio (el Estado-Cosa), o bien el
relaciones de producción y Estado opone resistencia a la clase dominante y le retira el
poder en su propio beneficio (el Estado-Sujeto y arbitro entre
•5 Les communistes et l'Etat, 1977, p. 13. las clases sociales, concepción preferida de la
4
Para una asimilación crítica de la teoría, véase La Nouvelle Critique,
núm. 93, 1976, así como artículos aparecidos en franee Nouvelle. Sobre socialdemocracia).
estos temas hemos discutido con Hincker y Boceara, a propósito de la Más aún: según la primera tesis, la del Estado-Cosa, la
obra colectiva La crise de l'Etat (1976), en Trance Nouvelle, 1 de política del Estado en favor de la burguesía se establece por el
noviembre de 1976, y en la Nouvelle Critique, febrero de 1977. Véase, simple dominio sobre el Estado-instrumento de una sola
en fin, el debate en la revista Repéres, enero de 1977. fracción de la burguesía, actualmente el capital monopolis-
158 A/icos Poulantzas El Estado y las clases dominantes 159
ta, que comporta supuestamente una unidad política en cierto Ahora bien, el establecimiento de la política del Estado en
modo previa a la acción estatal. El Estado no desempeña papel favor del bloque en el poder, el funcionamiento concreto de su
propio en la organización del bloque burgués en el poder ni posee autonomía relativa y su papel de organización, están
ninguna autonomía con relación a la clase o fracción dominante o orgánicamente ligados a esas fisuras, divisiones y contra-
hegemónica. En la tesis del Estado-Sujeto será el Estado, en dicciones internas del Estado, que no pueden representar
cambio, dotado de voluntad racionalizante, de poder propio y de simples accidentes disfuncionales. El establecimiento de la
una autonomía tendencialmente absoluta con relación a las clases política del Estado debe ser considerado como el resultado de
sociales, siempre exterior a ellas, quien imponga «su» política, la las contradicciones de clase inscritas en la estructura misma
de la burocracia o de las élites políticas, a los intereses divergentes del Estado (Estado-relación). Captar el Estado como la
y competitivos de la sociedad civil. condensación de una relación de fuerzas entre clases y
Estas dos tesis no pueden así explicar el establecimiento de la fracciones de clases tal como éstas se expresan, siempre de
política del Estado en favor de las clases dominantes, y tampoco modo específico, en el seno del Estado, significa que el Esta-
llegan a percibir un problema decisivo: el de las contradicciones tado está constituido-dividido de parte a parte por las con -
internas del Estado. En su perspectiva común de una relación de tradicciones de clase. Esto significa que una institución, el
exterioridad entre Estado y clases sociales, el Estado aparece Estado, destinada a reproducir las divisiones de clase no es, y
forzosamente como un bloque monolítico, sin fisuras. En el caso no puede ser nunca, como en las concepciones del Estado-
del Estado-Cosa, donde el Estado parece dotado de una unidad Cosa o Sujeto, un bloque monolítico sin fisuras, cuya política
instrumental intrínseca, las contradicciones en su seno no existen se instaura, en cierto modo, pese a sus contradicciones, sino
más que como tensiones externas (influencias, presiones) de las que está dividido. No basta con decir, simplemente, que las
piezas y engranajes del Estado-máquina o instrumento, ya que cada contradicciones y las luchas atraviesan el Estado, como si se
fracción dominante o grupo de intereses barre para sí. tratara de horadar una sustancia ya constituida, o de medir un
Contradicciones secundarias, por tanto, en última instancia, solar ya existente. Las contradicciones de clase constituyen el
simples fallos de la unidad casi metafísica del Estado, que no Estado, están presentes en su armazón material, y estructuran
contribuyen al establecimiento de su política. Se considera, incluso, así su organización: la política, del Estado es el efecto de su
que la perturban, si bien provisionalmente, porque el centralismo funcionamiento en el seno del Estado.
instrumental del Estado, debido al dominio sobre él de una clase o Las contradicciones de clase —no deteniéndonos, de mo-
fracción, se restablece siempre de modo, digamos, mecánico. En el mento, más que en las existentes entre las fracciones del bloque
caso del Estado-Sujeto, la unidad del Estado es la expresión en el poder— revisten en el seno del Estado la forma de
necesaria de su voluntad racionalizante, forma parte de su esencia contradicciones internas entre los aparatos y ramas del Estado,
frente a los fraccionamientos de la sociedad civil. Las y en el seno de cada uno de ellos, según líneas de dirección a la
contradicciones internas del Estado no pasan de ser vez horizontales y verticales. Si esto es así, se debe a que las
manifestaciones secundarias, accidentales y episódicas, debidas diversas clases y fracciones del bloque en el poder no
esencialmente a fricciones o antagonismos entre diversas élites participan en la dominación política más que en la medida de
políticas o grupos burocráticos que encarnan su voluntad su presencia en el Estado. Cada rama o aparato del Estado,
unificadora. Allí, las contradicciones de clase son exteriores al cada panel de los mismos de arriba abajo (porque
Estado; aquí, las contradicciones del Estado son exteriores a las frecuentemente, bajo su unidad centralizada, están
clases sociales. desdoblados y escindidos), cada uno de sus niveles
constituyen, a menudo, la sede del poder y el representante
privilegiado de tal o cual fracción del bloque en el poder.
160 Nicos Poulantza El Estado y las clases dominantes 161
o de una alianza conflictiva de algunas de esas fracciones y burocrática, ni tampoco que no se caracterice por el cen-
contra las otras, en una palabra, la concentración-cristaliza- tralismo, sino que estos componentes no se parecen en ab-
ción específica de tal o cual interés o alianza de intereses soluto a su imagen jurídica (ni en Francia, país del ja-
particulares. Ejecutivo y parlamento, ejército, magistratura, cobinismo centralizador en la tradición de la monarquía
diversos ministerios, aparatos regionales, municipales y aparato absolutista, ni en ningún otro sitio).
central, aparatos ideológicos, divididos a su vez en circuitos, Se comprende así por qué el establecimiento por el Estado
redes y casamatas distintos, representan por ex celencia, a actual del interés político general y a largo plazo del bloque
menudo, y según las diversas formaciones socia les, los en el poder (su papel de organización en el equilibrio
intereses divergentes de cada uno o de ciertos componentes inestable de los compromisos), bajo la hegemonía de tal o
del bloque en el poder: grandes terratenientes (caso de cual fracción del capital monopolista, el funcionamiento
numerosas formaciones sociales dominadas y dependientes), concreto de su autonomía relativa y también los límites de
capital no monopolista (y tal o cual fracción del mismo: ésta frente al capital monopolista, en una palabra, la política
comercial, industrial, bancario), capital monopolista (y tal o actual del Estado, es el resultado de esas contradicciones
cual fracción de éste: capital monopolista de predominio interestatales entre ramas y aparatos del Estado y en el seno
bancario o industrial), burguesía internacionalizada o de cada uno de ellos. De lo que se trata, por tanto, en
burguesía interior. definitiva, es:
Las contradicciones en el seno de las clases y fracciones 1. De un mecanismo de selectividad estructural por un
dominantes, las relaciones de fuerzas en el seno del bloque en aparato de información dado, y de medidas adoptadas por los
el poder, que reclaman precisamente la organización de la otros. Selectividad implicada por la materialidad y la historia
unidad de este bloque por intermedio del Estado, existen, pues, propias de cada aparato (ejército, aparato escolar,
como relaciones contradictorias anudadas en el seno del magistratura, etc.) y por la representación específica en su
Estado. El Estado, condensación material de una relación seno de tal o cual interés particular, en suma, por su lugar en
contradictoria, no organiza la unidad política del bloque en el la configuración dé la relación de fuerzas.
poder desde el exterior, resolviendo con su simple existencia y
a distancia las contradicciones de clase. Muy al contrario, es el 2. De un curso contradictorio de decisiones, y también de
juego de estas contradicciones en la materialidad del Estado el «no decisiones», por las ramas y los aparatos del Estado.
que hace posible, por paradójico que pueda parecer, el papel Estas no decisiones, o sea, un cierto grado de ausencia
de organización del Estado. sistemática de acción del Estado —que no son un dato co-
Hay que abandonar así, definitivamente, una visión del yuntural, sino que están inscritas en su estructura contra-
Estado como dispositivo unitario de arriba abajo, fundado 'en dictoria y constituyen uno de los resultados de dichas con-
una distribución jerárquica homogénea de los centros de poder, tradicciones— son tan necesarias a la unidad y a la orga-
en escalonamiento uniforme, a partir del vértice de la pirámide nización del bloque de poder como las medidas positivas
hacia la base. La homogeneidad y la uniformidad del ejercicio emprendidas por él.
del poder serían garantizadas por la reglamentación jurídica 3. De una determinación —presente en la armazón or-
interna del Estado, por la ley constitucional o administrativa ganizativa de tal o cual aparato o rama del Estado según su
que fijaría los límites de los terrenos de acción y de materialidad propia y los intereses que represente— de las
competencia de los diversos aparatos. Imagen completamente prioridades y también de las contraprioridades. Orden
falsa: lo cual no significa, claro está, que el Estado actual no diferente para cada aparato y rama, red o nivel de cada uno
posea una trama jerárquica de ellos, según su lugar en la configuración de la relación
162 Mcos Poulantzas El Estado y las clases dominantes 163
de fuerzas: series de prioridades y de contraprioridades con-| siciones y resistencias a la adopción o ejecución efectiva de
tradictorias entre sí. medidas en favor de otras fracciones del bloque en el poder
4. De una filtración escalonada por cada rama y aparato, (así sucede, actualmente, en particular, con las resistencias del
en el proceso de adopción de decisiones, de las medidas capital no monopolista frente al capital monopolista). Esa
propuestas por los otros o de la ejecución efectiva, en sus autonomía del Estado con respecto a tal o cual fracción" del
diversas modalidades, de las medidas tomadas por los otros. bloque en el poder existe concretamente, por consiguiente,
como autonomía relativa de tal o cual rama, aparato o red del
5. De un conjunto de medidas puntuales, conflictivas y Estado con relación a otras.
compensatorias frente a los problemas del momento. Cierto, esto no significa que no existan proyectos políticos
coherentes de los representantes y del personal político de las
La política del Estado se establece así por un proceso clases dominantes, ni que la burocracia del Estado no
efectivo de contradicciones interestatales, y precisamente por desempeñe un papel propio en la orientación de la política del
esto a un primer nivel y a corto plazo, desde el punto de vista, Estado. Pero las contradicciones en el seno del bloque en el
en suma, de la fisiología micropolítica, esa política aparece poder atraviesan, según líneas de separación complejas y según
prodigiosamente incoherente y caótica. Aunque una cierta las diversas ramas y aparatos del Estado (ejército,
coherencia se establezca al final del proceso, el papel de administración, magistratura, partidos políticos, Iglesia, etc.) la
organización que corresponde al Estado está muy marca do por burocracia y el personal del Estado. Mucho más que con un
límites estructurales. Estos muestran, en particular, el carácter cuerpo de funcionarios y de personal estatal unitario y cimentado
ilusorio de las concepciones de un capitalismo actual en torno a una voluntad política unívoca, hay que habérselas con
«organizado», es decir, que haya logrado superar sus feudos, clanes y fracciones diversas, en una palabra,, con
contradicciones por mediación del Estado: ilusiones que co- una multitud de micropolíticas diversificadas. Por coherentes
inciden con las referentes a las posibilidades efectivas de una que cada una de ellas, tomada aisladamente, pueda parecer, no
planificación capitalista. Estos límites del papel organizador dejan de ser contradictorias entre sí, y la política del Estado
del Estado no le son impuestos sólo desde el exterior. No consiste, esencialmente, en el resultado de su choque recíproco
conciernen sólo a las contradicciones inherentes al proceso de y no en la aplicación —más o menos lograda— de un proyecto
reproducción y de acumulación del capital sino, igualmente, a global de la cumbre del Estado. El fenómeno sorprendente y
la estructura y a la armazón material del Estado que, al mismo permanente de los virajes repentinos de la política
tiempo, hacen de él el lugar de organización del bloque en el gubernamental, compuesta de aceleraciones y frenazos,
poder, permitiéndole una autonomía relativa respecto a tal o retrocesos, vacilaciones y constantes cambios de rumbo, no se
cual de sus fracciones. debe a una incapacidad, en cierta forma congénita, de los
Esa autonomía no es, pues, una autonomía del Estado frente representantes y del alto personal burgués, sino que es la
a las fracciones del bloque en el poder, no es función de la expresión necesaria de la estructura del Estado.
capacidad del Estado de seguir siendo exterior a esas
fracciones, sino el resultado de lo que sucede en el Estado. Se En una palabra, captar el Estado como condensación ma-
manifiesta concretamente —dicha autonomía— por las terial de una relación de fuerzas, significa que hay que cap-
diversas medidas contradictorias que cada una de esas clases y tarlo también como un campo y un proceso estratégicos, donde
fracciones —a través de su presencia específica en el Estado y se entrelazan nudos y redes de poder, que se articulan y
del juego de contradicciones que resulta— consigue hacer presentan, a la vez, contradicciones y desfases entre sí. De ello
adoptar por la política estatal, aunque sólo sea bajo la forma de derivan tácticas cambiantes y contradictorias,
medidas negativas: o sea, a través de opo-
Micos Poulantzas El Estado y las clases dominantes 165
164
cuyo objetivo general o cristalización institucional toman cuerpo Estado es, al mismo tiempo, un elemento constitutivo de su
en los aparatos estatales. Este campo estratégico está atravesado hegemonía' en la constelación de la relación de fuerzas. La
por tácticas frecuentemente muy explícitas al nivel limitado de su unidad-centralización del Estado, actualmente en favor del
inscripción en el Estado, tácticas que se entrecruzan, luchan entre capital monopolista, se establece, pues, mediante un proceso
sí, encuentran puntos de impacto en ciertos aparatos, son complejo: mediante transformaciones institucionales del Estado
cortocircuitadas por otras y perfilan finalmente lo que se llama de tal tipo que ciertos centros de decisión, dispositivos y nudos
«la política» del Estado, línea de fuerza general que atraviesa los dominantes sólo puedan ser permeables a los intereses
enfrentamientos en el seno del Estado. A tal nivel, esta política monopolistas, instaurándose como centros de maniobra de la
puede ser, ciertamente, descifrable como cálculo estratégico, política del Estado y como nudos de estrangulamiento de las
pero más como resultado de una coordinación conflictiva de medidas tomadas «en otro lugar» (pero dentro del Estado) en
micro-políticas y tácticas explícitas y divergentes que como favor de otras fracciones del capital. La relación de causalidad
formulación racional de un proyecto global y coherente. tiene aquí, por lo demás, doble sentido: no sólo la clase o
No por ello constituye el Estado un simple acoplamiento de fracción hegemónica instaura en aparato dominante a aquel que
piezas sueltas: presenta una unidad de aparato, que se designa cristaliza ya, por excelencia, sus intereses, sino que todo
habitualmente con el término de centralización o de centralismo, aparato dominante del Estado (dominación que puede ser
referido esta vez a la unidad, a través de sus fisuras, del poder del debida a diversas razones, corresponder, en particular, a
Estado. Ello se traduce en su política global y masiva en favor de relaciones de hegemonía anteriores y a la historia del Estado
la clase o fracción hegemónica, en la actualidad el capital concreto en cuestión) tiende, a largo plazo, a ser la sede
monopolista. Pero semejante unidad del poder del Estado no se privilegiada de los intereses de la fracción hegemónica y a
establece por un dominio físico de los portadores del capital encarnar las modificaciones de la hegemonía. Esa unidad se
monopolista sobre el Estado y por su voluntad coherente. Esa establece mediante toda una cadena de subordinaciones de
unidad-centralización está inscrita en la armazón jerárquico- ciertos aparatos a otros, y mediante la dominación de un
burocratizada del Estado capitalista, efecto de la reproducción en aparato o rama del Estado (el ejército, un partido político, un
el seno del Estado de la división social del trabajo (incluida bajo ministerio,'etc.), aquel que cristalice por excelencia los
la forma trabajo manual-trabajo intelectual) y de su separación intereses de la fracción hegemónica sobre otras ramas o
específica de las relaciones de producción. Resulta también de su aparatos, centros de resistencia de otras fracciones del bloque
estructura de condensación de una relación de fuerzas, y por en el poder. Este proceso puede tomar también la forma de una
consiguiente del lugar preponderante en su seno de la clase o serie de subdeterminaciones y de duplicaciones de ciertos
fracción hegemónica sobre las otras clases y fracciones del aparatos por otros; la de desplazamientos de funciones y de
bloque en el poder. Esa hegemonía en la relación de fuerzas no esferas de competencia entre aparatos y de desfases constantes
sólo está presente en el seno del Estado, sino que, de la misma entre poder real y poder formal; la de una efectiva red
manera que el bloque en el poder no puede funcionar a la larga transestatal que agrupe bajo su mando y cortocircuito, a todos
más que bajo la hegemonía y dirección de uno de sus los niveles, a los diversos aparatos y ramas del Estado (como
componentes que lo cimente frente al enemigo de clase, el Estado sucede con la DATAR actualmente en Francia), red que
refleja esa situación. Su organización estratégica le destina a cristalice por excelencia, por su propia naturaleza, los intereses
funcionar bajo la hegemonía de una clase o fracción en su propio monopolistas; finalmente, mediante la transformación de la
seno. El lugar privilegiado de esa clase o fracción en el organización jerárquica tradicional de la administración del
Estado, puede tomar la forma de circuitos de formación y de
funcionamiento de cuerpos-destaca-
166 Nicas Poulantzas El Estado y las clases dominantes 167
mentos especiales de altos funcionarios del Estado, dotados de a la burguesía permutar el papel dominante de un aparato
un alto grado de movilidad no sólo interestatal sino a otro en el caso de que la izquierda que ocupe el gobierno
igualmente, entre el Estado y los asuntos monopolistas (x, consiga controlar el aparato que hasta ese momento
ENA), cuerpos que, por intermedio siempre de transforma- desempeñaba el papel dominante. Dicho de otra manera:
ciones institucionales importantes (papel actual de los famosos esa organización del Estado burgués le permite funcionar
gabinetes ministeriales, del Comisariado del Plan, etcétera) por medio de deslocalizaciones y desplazamientos
están encargados de (y obligados a) aplicar la política en favor sucesivos, que hacen posible la retirada del poder de la
del capital monopolista. burguesía de un aparato para pasarlo a otro: el Estado no
es un bloque monolítico sino un campo estratégico. Esa
permutación del papel dominante entre los aparatos del
Estos análisis permiten plantear ya un problema importante Estado, dada la rigidez de los mismos que los hace
relativo al acceso de las masas populares y de sus or - refractarios a una simple manipulación por la burguesía,
ganizaciones políticas al poder, en una perspectiva de tran - no se hace, ciertamente, de la noche a la mañana, sino que
sición al socialismo. Es un proceso que no puede, ciertamente, sigue un proceso más o menos largo: dicha rigidez y au-
detenerse en la toma del poder estatal y debe extenderse a la sencia de maleabilidad pueden actuar también en contra de
transformación de los aparatos del Estado: pero supone, la burguesía y dejar un respiro a la izquierda en el poder.
siempre, la toma del poder del Estado. Pero no por ello dicha permutación tiende menos a
reorganizar la unidad centralizada del Estado en torno al
a) Dada la complejidad de articulación de los diversos aparatos nuevo aparato dominante, centro-refugio por excelencia
del Estado y de sus ramas, lo que frecuentemente se traduce en del poder burgués en el seno del Estado, mecanismo
una distinción entre poder real y poder formal (el poder, constantemente en acción a todo lo largo de una situación
aparente, de la escena política), una ocupación del gobierno por de izquierda en el poder. Mecanismo complejo, que puede
la izquierda no significa, ni forzosa ni automáticamente, que la revestir varias formas, algunas paradójicas: en particular el
izquierda controle los aparatos del Estado, y ni siquiera algunos papel decisivo que repentinamente comienzan a
de ellos. Tanto más cuanto que esa organización institucional desempeñar aparatos-instituciones cuya función hasta ese
del Estado permite a la burguesía, en el caso de que las momento había sido perfectamente secundaria cuando no
masas populares lleguen al poder, permutar los lugares del simplemente decorativa: la Cámara de los Lores de
poder real y del poder formal. Inglaterra, haciendo fracasar recientemente los proyectos
b) Incluso en el caso de que la izquierda en el poder además de de nacionalización del gobierno laborista, magistraturas-
ocupar el gobierno controle realmente ramas y aparatos del tribunales que descubren tener de golpe vocaciones
Estado, no controla forzosamente aquéllos, o aquél de ellos, que irresistibles de garantía de la «legalidad» (Allende),
desempeñan el papel dominante en el Estado y constituyen, por diversos consejos constitucionales, etc.
tanto, el pivote central del poder real. La unidad centralizada c) Pero eso no es todo: las contradicciones internas y las
del Estado no reside en una pirámide cuyo vértice bastaría dislocaciones entre poder real y poder formal no se
con ocupar para asegurarse el control. Más aún: la sitúan sólo entre los diversos aparatos y ramas del
organización institucional del Estado permite Estado, sino igualmente en el seno de cada uno de ellos,
en el sentido de que el centro real de poder en
2. EL ESTADO Y LAS LUCHAS POPULARES
168 Nicos Poulantzas
en la aplastante mayoría de los casos se tiene tendencia a de las! clases dominadas y de su lucha. No tienen como sim-
considerar que el Estado constituye, frente a las clases do- ple/objetivo enfrentarse, en un cara a cara, con las clases
minadas, un bloque monolítico que se les impone desde fuera, dominadas, sino mantener y reproducir en el seno del Esta-
y sobre el cual, por otra parte, no tienen impacto más que do la relación dominación-subordinación: el enemigo de cla-
asaltándolo y cercándolo desde el exterior como una fortaleza se está siempre en el seno del Estado. La configuración pre-
impermeable y aislada de ellas. Las contradicciones entre cisa del conjunto de los aparatos del Estado, la organiza-
clases dominantes y clases dominadas quedarían en ción de tal o cual aparato o rama de un Estado concreto
contradicciones entre el Estado y las masas populares (ejército, justicia, administración, escuela, iglesia, etc.) no
exteriores al Estado. Las contradicciones internas del Estado dependen sólo de la relación de fuerzas interna del bloque
no podrían deberse más que a las contradicciones entre clases en el poder, sino también de la relación de fuerzas entre
y fracciones dominantes, dado que la lucha de las clases éste y las masas populares, y por consiguiente del papel que
dominadas no podría ser una lucha presente en el Estado, sino deben cumplir con respecto a las clases dominadas. Lo cual
que consistiría, simplemente, en presiones sobre el Estado. De explica la organización diferencial del ejército, la policía, la
hecho, las luchas populares atraviesan al Estado de parte a Iglesia, en los diversos Estados y permite entender la
parte y ello no se consigue penetrando desde fuera en una historia de cada uno de ellos, historia que es también la
entidad intrínseca. Si las luchas políticas referentes al Estado huella impresa en su armazón por las luchas populares.
atraviesan sus aparatos es porque estas luchas están ya Tanto más cuanto que el Estado, al trabajar en la orga-
inscritas en la trama del Estado, cuya confi--guración nización de la hegemonía, y por tanto en la división y la
estratégica perfilan. Cierto, las luchas populares, y más desorganización de las masas populares, erige a algunas de
generalmente los poderes, desbordan con mucho al Estado: ellas —en particular a la pequeña burguesía y a las clases
pero en la medida en que son (y aquéllas que son) populares del campo— en verdaderas clases-apoyos del blo-
propiamente políticas, no son realmente exteriores a él. Ha- que en el poder y cortocircuita su alianza con la clase obre-
blando en rigor, si las luchas populares están inscritas en el ra. Estas alianzas-compromisos, esta relación de fuerzas, se
Estado ello no significa que se agoten por la inclusión en un
encarnan en la armazón de tal o cual aparato del Estado que
Estado-Moloch totalizante, sino más bien porque es el Estado
el que sobrenada en las luchas que lo inundan cons- cumple por excelencia esa función. El aparato escolar en
tantemente. Quedando entendido, sin embargo, que incluso Francia, por ejemplo, no puede ser entendido sin esa rela-
las luchas ( y no sólo las de clase) que desbordan al Estado no ción, concentrada en él, entre burguesía y pequeña burgue-
están, por ello, «fuera del poder» sino inscritas siempre en sía; el ejército, sin la relación entre burguesía y clases po-
aparatos de poder que materializan esas luchas y condensan pulares del campo. En fin, si tal o cual aparato reviste el
una relación de fuerzas (las fábricas-empresas, en cierta papel dominante en el seno del Estado (partidos políticos,
medida la familia, etc.). En virtud del encadenamiento parlamento, ejecutivo, administración, ejército), no es sólo
complejo del Estado con el conjunto de los dispositivos del porque concentra el poder de la fracción hegemónica, sino
poder, esas mismas luchas tienen siempre efectos, esta vez «a porque consigue igualmente, y al mismo tiempo, cristalizar
distancia», en el Estado. el papel político-ideológico del Esta/lo con respecto a las
clases dominadas. De modo más general, las divisiones y
Así, la armazón material del Estado en su conexión con contradicciones internas del Estado, entre sus diversos apa-
las relaciones de producción, su organización jerárquico- ratos y ramas, en el seno de cada uno de ellos, entre el per-
bu-rocrática, reproducción en su seno de la división social sonal del Estado, se deben también a la existencia de las
del trabajo, traducen la presencia específica, en su 'uchas populares en el Estado.
estructura.
Nicas Poulantzas El f/staáo y las luchas populares 173
172
Pero la existencia de las clases populares no se materializa en el das en su seno pero justamente como tales clases dominadas.
seno del Estado de la misma manera que la de las clases y Incluso en el caso de un cambio en la relación de fuerzas y de
fracciones dominantes, sino de modo específico. Las clases y una modificación del poder del Estado en favor de las clases
fracciones dominantes existen en el Estado por intermedio de populares, el Estado tiende, en un plazo más o menos largo, a
aparatos o ramas que cristalizan un poder propio de dichas clases restablecer —a veces bajo una nuestra forma— la relación de
y fracciones, aunque sea, desde luego, bajo la unidad del poder fuerzas en favor de la burguesía. Y el remedio no puede ser
estatal de la fracción hegemónica. Por su parte, las clases simplemente, como se dice con frecuencia, la «penetración» de
dominadas no existen en el Estado por intermedio de aparatos que las masas populares en los aparatos del Estado, como si para
concentren ui poder propio de dichas clases sino, esencialmente, aquéllas se tratara de penetrar, al fin, en algo que hasta
bajo la forma de focos de oposición al poder de las clases entonces les hubiese sido exterior, y de cambiarlo por el solo
dominan! tes. Sería erróneo —y un desliz de consecuencias efecto de su repentina presencia en el interior de la fortaleza.
políticas graves— llegar a la conclusión de que la presencia de la Las clases populares han estado siempre presentes en el Estado
clases populares en el Estado significa que tienen allí poder o que sin que ello haya cambiado nunca nada en el núcleo esencial
podrían tenerlo a la larga, sin que haya habido iraní formación del mismo. La acción de las masas populares en el seno del
radical de ese Estado, del poder. Las contradicciones internas del Estado es condición necesaria pero no suficiente, de su
Estado no significan —como piensan, en particular, algunos transformación.
comunistas italianos5— una «naturaleza contradictoria» del
Estado, en el sentido de que presentaría actualmente una Si las luchas populares están constitutivamente presentes en
verdadera situación de doble poder en su propio seno: el poder las divisiones del Estado bajo las formas más o menos directas
dominante de la burguesía y el poder de las masas populares. El de la contradicción clases dominantes-clases dominadas, lo
poder de las clases populares en el seno de un Estado capitalista están también bajo una forma mediatizada: el impacto de las
no modificado es imposible, no sólo en virtud de la unidad del luchas populares en las contradicciones entre las mismas clases
poder del Estado de las clases dominantes, que desplazan el y fracciones dominantes. Las contradicciones entre bloque en
centro del poder real de un aparato a otro tan pronto como la el poder y clases dominadas intervienen directamente en las
relación de fuerzas en el seno de uno de ellos parece inclinarse del contradicciones en el seno del bloque en el poder.
lado de las masas populares, sino en virtud también de la armazón Limitándonos a un solo jemplo, la baja tendencial de la tasa de
material del Estado. Esta armazón consiste en me canismos ganancia, elemento primordial de división en el seno de la
internos de reproducción de la relación dominación- clase capitalista (en la medida, especialmente, en que una
subordinación: admite la presencia de clases domina- contratendencia a esa baja reside en la desvalorización de
ciertas fracciones del capital) no es finalmente más que la
expresión de la lucha de las clases dominadas CQntra la
5 Me limito a señalar el artículo de L. Gruppi, «Sur le rapport explotación.
démocratie-socialisme», en Dialectiques, núm. 17, febrero de 1977.
Indicaré solamente que las posiciones en el seno del PCI sobre esta Las diversas fracciones del capital (capital monopolista,
cuestión, desde P. Ingrao y G. Vacca a U. Cerroni, A. Reichlin y G. capital no monopolista, capital industrial, bancario o comer-
Amendola difieren sensiblemente. Cf. sobre estos puntos las en- cial) no tienen siempre con las clases populares (o con tal o
trevistas concedidas por algunos dirigentes del PCI a H. Weber, en su cual de ellas) las mismas contradicciones, y sus actitudes
reciente libro, Partí communiste itálien: aux sources de l'euro- políticas frente a esas clases no siempre son idénticas. Las
communisme, 1977, y el número especial de la revista Dialectiques: diferencias de táctica, o incluso de estrategia política, en una
L'Italie et nous, números 18-19, 1977.
coyuntura dada o a más largo plazo, frente a las masas
El Estatio y las luchas populares 175
174 Nicos Pbulantzas
populares, constituyen uno de los factores primordiales de trad/cional (comerciantes, artesanos) contra el capital mo-
división en el seno del propio bloque en el poder. Esto se nopolista. Fenómenos, todos, que se condensan en las divi-
comprueba a todo lo largo de la historia del capitalismo y siones y contradicciones internas del Estado, entre sus di-
basta con referirse a las diversas políticas seguidas, frente a versas ramas, redes y aparatos, y en el seno de cada uno de
los mismos problemas, por los diferentes Estados. Si bien es ellos.
verdad que existe un acuerdo de fondo entre las clases y En resumen, las luchas populares se inscriben en la ma-
fracciones dominantes en cuanto al mantenimiento y la re- terialidad institucional del Estado, aunque no se agoten ahí,
producción de la dominación y de la explotación de clase, materialidad que lleva la marca de estas luchas sordas y
sería falso creer que existe un acuerdo sobre una política multiformes. Las luchas políticas que conciernen al Estado,
unívoca, en todo momento, frente a las masas populares. como, más generalmente, cualquier lucha frente a los
También sería falso creer que los virajes de la política bur- aparatos de poder, no están en posición de exterioridad con
guesa se reducen aquí a una simple cuestión de periodiza- respecto al Estado sino que forman parte de su configuración
ción histórica, como si según los diversos períodos y coyun- estratégica: el Estado, como sucede con todo dispositivo de
poder, es la condensación material de una relación.
turas la burguesía se alineara en bloque con tal o cual so-
lución política. Las contradicciones en el seno del bloque en
el poder son permanentes: conciernen tanto a los problemas
relativamente secundarios como a las grandes opciones
políticas, incluidas las formas mismas del Estado que hay
que instaurar frente a las masas populares; a la opción entre
formas de Estado de excepción (de guerra abierta contra las
masas populares: fascismos, dictaduras militares, bona-
partismos) y formas de «democracia parlamentaria», o entre
estas últimas (por ejemplo, regímenes clásicos de derecha o
regímenes socialdemócratas). Tampoco en estos casos la
burguesía se adhiere en bloque, o de modo unívoco, a tal o
cual solución (fascismo o democracia parlamentaria, régi-
men de derecha clásico o socialdemocracia).
Tanto más cuanto que, esta vez en sentido inverso, las
diversas fracciones del bloque en el poder, de acuerdo con
sus propias contradicciones con las masas populares, tratan
de asegurarse el apoyo de éstas, mediante políticas diversas,
contra otras fracciones del bloque, es decir, utilizarlas en sus
relaciones de fuerzas con las otras fraccion.es del bloque, a
fin de imponer soluciones más ventajosas para ellas o de
resistir más eficazmente a las soluciones que las desfavo-
rezcan con respecto a las otras fracciones: compromisos del
capital monopolista con ciertos sectores de la clase obrera o
con la nueva pequeña burguesía (las capas medias asala-
riadas) contra el capital no monopolista, compromisos de
este último con la clase obrera o con la pequeña burguesía
3. ¿HACIA UNA TEORÍA RELACIONISTA
DEL PODER? Una teoría relacionista del poder 177
Estado y las altas esferas propiamente burguesas, manifes- y ramas del Estado, debidas a las fisuras y a la reorganización
tándose así fisuras, rupturas y divisiones en el seno del personal del Estado en el contexto general de las contradicciones de
y de los aparatos del Estado. Cierto, estas divisiones no se clase; la forma de fricciones entre camarillas, facciones o
deben sólo a la relación general de fuerzas, sino igualmente a diversos cuerpos del Estado en el seno de cada rama o aparato.
las reivindicaciones propias de ese personal en la división del Incluso cuando las posiciones de clase repercuten en el seno del
trabajo dentro del Estado. También es verdad que las personal del Estado mediante una politización directa y más
contradicciones clases dominantes-clases dominadas se reflejan neta del mismo, el fenómeno sigue siempre vías particulares, a
en el seno del personal del Estado de forma compleja, debido a causa de la manera peculiar en que la división social del
la especificidad de este personal en cuanto categoría social trabajo se reproduce en tal o cual aparato del Estado (este
diferenciada. Ello no impide que las contradicciones de clase proceso reviste, por ejemplo, formas diferentes en el ejército,
existan de todas maneras en su seno. Las luchas de las masas en el sistema escolar, en la policía o en la Iglesia); y a causa,
populares no atraviesan al personal del Estado únicamente igualmente, de los mecanismos ideológicos en el seno de los
cuando estas masas están físicamente presentes en los aparatos aparatos.
del Estado, y no atraviesan únicamente a los aparatos en que La ideología dominante que el Estado reproduce e inculca
están presentes. Así sería si se tratase, mediante simples tiene también la función de constituir el cimiento interno de
presiones y contactos, de inclinar del lado de las luchas a los aparatos del Estado y de la unidad de su personal. Esta
grupos y conjuntos situados por encima o al margen de las ideología es, precisamente, la del Estado neutro, representante
clases. La lucha está presente en los aparatos del Estado incluso de la voluntad y del interés general, arbitro entre las clases en
cuando se expresa a distancia: el personal del Estado está desde lucha: la administración o la justicia por encima de las clases,
el primer momento en la lucha de clases dada su pertenencia de el ejército pilar de la nación, la policía garante del orden
clase. Por lo demás, la lucha de las diversas clases populares republicano y de las libertades de los ciudadanos, la
atraviesa al Estado de modo diferencial: dada la pertenencia de administración motor de la eficacia y del bienestar general. Tal
clase pequeñoburguesa de los escalones intermedios y es la forma que reviste la ideología dominante en el seno de
los aparatos del Estado: pero esta ideología no reina en
subalternos del personal de los aparatos del Estado, los afectan
exclusiva, ya que los subconjuntos ideológicos de las clases
directamente las contradicciones y posiciones de la pequeña
dominadas están también cristalizados, bajo la dominación de
burguesía en sus relaciones con las clases dominantes. Las esta ideología, en los aparatos del Estado. Estos temas de la
luchas de la clase obrera repercuten en ellos, por lo general, a ideología dominante son recibidos a menudo por sectores
través de las relaciones de ésta (conflictivas o de alianza) con la enteros del personal del Estado como la expresión de su papel
pequeña burguesía. en el establecimiento de la justicia social y de la «igualdad de
oportunidades» entre los ciudadanos, en el restablecimiento de
Las luchas de las masas populares ponen así permanen- «equilibrio» a favor de los «débiles», etc. Las luchas populares,
temente en entredicho la unidad del personal del Estado al que forzosamente desvelan la naturaleza real del Estado a los
servicio del poder y de la fracción hegemónica. Estas luchas
ojos de los agentes ya predispuestos, por su pertenencia de
revisten formas específicas: se moldean en la armazón material
del Estado, siguen la trama de su autonomía relativa, y no clase, a ver más claro, acentúan también las divisiones,
corresponden exactamente, ni de modo unívoco, a las contradicciones y diferenciaciones en el seno del personal del
divisiones en la lucha de clases. Revisten a menudo la forma Estado. Tanto más cuanto que esa lucha se articula
de «disputas» entre miembros de los diversos aparatos frecuentemente con las reivindicaciones propias de dicho
personal.
190 Nicos Poulantzas El personal del Estado 191
Todo esto sigue siendo cierto pese a los indudables lí- los retroceder a condición de una transformación radical de
mites de la «politización» del personal del Estado, debidos esa armazón constitucional y al compás de la misma. Con-
a la manera en que la lucha de clases se refleja en su seno. trariamente a toda una serie de ilusiones, el mero desplaza -
Los agentes del personal del Estado que se inclinan del miento hacia la izquierda de una parte del personal del Es -
lado de las masas populares viven a menudo su rebelión en tado no basta, ni con mucho, para la transformación de la
los términos de la ideología dominante, tal como está encar- relación Estado-masas populares. La solución de este pro-
nada en la armazón del Estado. Lo que los opone frecuen - blema no reside tampoco en la simple sustitución del per-
temente a las clases dominantes y a las esferas superiores sonal del Estado, ya sea bajo la forma de ocupación de los
del Estado es que la influencia de los grandes intereses eco- puestos clave del Estado por militantes «entregados a la
nómicos sobre el Estado pone en entredicho su papel de ga- causa» de las masas populares, ya sea bajo la forma más
rante del «orden» y de la «eficacia» socio-económica, destru- prosaica de democratización del reclutamiento de dicho
ye la «autoridad» estatal y el sentido de las «jerarquías» personal a favor de agentes con origen de clase popular. Es-
tradicionales en el seno del Estado. Por ejemplo, el tema de tas medidas no son desdeñables pero son secundarias en
la democratización del Estado lo interpretan a menudo, no relación con el problema fundamental: la transformación
como intervención popular en los asuntos públicos, sino del Estado en sus relaciones con las masas populares. A
como restauración de su propio papel de árbitros por enci- falta de tal transformación se puede apostar que el nuevo
ma de las clases sociales. Reivindican una personal acabará, o comenzará, por elevarse a la altura de
«descolonización» del Estado con relación a los grandes su función y reproducir las prácticas que derivan de la
intereses económicos, lo cual significa, a sus ojos, el estructura del Estado. Los ejemplos históricos abundan.
retorno a una virginidad del Estado, supuestamente
posible, que les permitiría asumir su propio papel de Si hay que transformar el Estado a fin de poder modifi -
dirección política. car las prácticas de su personal, ¿en qué medida puede
Así, incluso los conjuntos del personal del Estado que contarse, en esa transformación del aparato del Estado, con el
se inclinan del lado de las masas populares no sólo no po- personal que se inclina del lado de las masas populares?
nen en entredicho la reproducción de la división social del Aquí hay que subrayar, desde luego, las resistencias de ese
trabajo en el seno del aparato estatal —la burocratización mismo personal del Estado, sin hablar ya del que permanece
jerárquica— sino que, con mayor razón, no ponen, en ge- fiel a su papel de perro guardián del bloque en el poder.
neral, en entredicho la división política dirigentes-dirigidos Debido a su lugar en la división social del trabajo encarnada
encarnada en el Estado. Dicho de otra manera: no ponen por el Estado, ese personal sólo se inclina, por lo general, del
radicalmente en entredicho su propio lugar frente a las ma- lado de las masas populares, al menos durante un primer
sas populares. Nada más revelador que la profunda descon- tiempo, a condición de que se mantenga una cierta
fianza que las iniciativas de masas, de tipo autogestionario continuidad del Estado. Más aún: se inclina a menudo del
o de democracia directa, despiertan en esos conjuntos del lado de las masas populares para que se asegure esa conti-
personal del Estado, favorables, por otra parte, a su demo- nuidad del Estado, la cual le parece puesta en entredicho por
cratizacion. el dominio de los grandes intereses o «feudalismos»
Tales límites de la politización del personal del Estado no económicos sobre el Estado, con las rupturas y revueltas que
son, pues, otra cosa que los efectos en él de la armazón provoca en el cuerpo social o «nacional». Tal actitud,
material del Estado, y por consiguiente son consustanciales constantemente comprobada, no se debe sólo a la defensa de
con el lugar propio de este personal en la división social privilegios corporativistas, por lo demás evidentes. Si la
del trabajo. Son límites inherentes a las prácticas del per- burocracia del Estado tiene igualmente intereses propios
sonal del Estado, y por consiguiente sólo es posible hacer-
Nicos\Poulantzas El personal del Estado 193
192
que defender —los de su puesto— hasta el punto de haberse 1. Ante todo, la especificidad, a través de su reproducción
podido hablar de un «interés por la estabilidad^ 9 del Estado histórica y de sus transformaciones, del Estado y de sus
propio del conjunto de su personal, lo esencial no está ahí. diversos aparatos y ramas en un país dado: por ejemplo, el
Paralelamente a la considerable extensión, en la actualidad, del Estado francés. Si este Estado realiza las determinaciones
personal del Estado, los privilegios de la función pública son generales del Estado capitalista en sus conexiones con las
controvertidos por una parte importante de dicho personal. relaciones de producción y con sus transformaciones, no por
Pero si esta situación favorece, sin duda, su politización de ello deja de presentar particularidades propias que lo
izquierda, ésta sigue presentando los límites debidos a la caracterizan todo a lo largo de sus transformaciones. A su
armazón material del Estado. Todo lo cual tiene incidencias vez, estas particularidades sólo pueden ser captadas
políticas en cuanto a una transición hacia un socialismo considerando su armazón institucional y la de tal o cual de
democrático: ¿cómo apoyarse en este factor, actualmente sus aparatos como condensación de las relaciones políticas
decisivo, de la politización de izquierda de amplios sectores que han caracterizado a la formación social francesa. Si la
del personal del Estado, teniendo en cuenta sus límites y escuela, el ejército o los aparatos ideológicos del Estado en
tratando con miramientos a este personal, siempre susceptible Francia presentan, en su constitución y transformación, una
de inclinarse a la derecha, pero sin perder de vista las materialidad ligada a las relaciones de producción/división
necesarias transformaciones del Estado? Ello remite, como social del trabajo y a sus modificaciones (escuela capitalista,
puede verse, al problema de las formas, los medios y el ritmo ejército capitalista, aparatos ideológicos capitalistas), dicha
de transformación de ese aparato. materialidad no deja de remitir a esas relaciones políticas.
No se puede captar la armazón específica de la escuela en
Francia si no se la considera como condensación de las
Concluyamos esta parte: sólo la concepción teórica del relaciones particulares entre la burguesía y la pequeña
Estado que hemos expuesto, sólo esa teoría del Estado ca- burguesía (antigua y nueva). Lo mismo sucede con el
pitalista, puede explicar satisfactoriamente las formas dife- ejército (relaciones burguesía-campesinado), o con los apa-
renciales y las transformaciones de este Estado. Sólo ella ratos ideológicos (relaciones burguesía-intelectuales), por
puede articular los efectos en el Estado, a la vez, de las no hablar ya del famoso centralismo estatista-jacobino que
modificaciones de las relaciones de producción/división social remite a la especificidad institucional, y a su lugar entre los
del trabajo y de las modificaciones en las luchas de clases, aparatos, de la administración-burocracia del Estado, cuya
y más particularmente en las luchas políticas. Sólo materialidad propia necesita un análisis análogo. Lo que a
concibiendo la inscripción de la dominación política en la su vez remite no sólo a las relaciones particulares, en
armazón material del Estado como condensación de una re- Francia, entre la burguesía y la clase obrera, sino también a
lación de fuerzas, es posible romper con el formalismo dog- la Revolución francesa e incluso más allá, es decir, a las
mático del género: «todo Estado capitalista es un Estado de peculiaridades de las relaciones burguesía-nobleza terrate-
la burguesía» y captar el complejo papel de la lucha niente bajo el Estado absolutista.
política en la reproducción histórica de este Estado. Me *
contentaré con señalar aquí los campos que la aplicación de 2. En segundo lugar, las transformaciones del Estado Según
los precedentes análisis pueden contribuir a esclarecer. los estadios y fases del capitalismo, y las formas diferenciales
9
del Estado y del régimen. Por ejemplo, las diferenciaciones en
Claus Offe, Strukturprobleme des kapitalistischen Staates, I'7 • y el bloque en el poder y las relaciones de fuerzas entre sus
J. Habermas, Legitimationsprobleme in Spatkapitalismus, I97 • componentes, los desplazamientos de la hegemonía de una
clase o fracción a otra, las modificacio-
194 Nicos Poulantzas
nes de las clases sociales, de sus representaciones partidis-
tas, de las relaciones del bloque en el poder con las clases-
apoyos (pequeña burguesía, campesinado), de la organiza-
ción de la clase obrera y de sus relaciones estratégicas con
la burguesía, se condensan en el seno del Estado. Imprimen
su sello en la organización de cada uno de sus aparatos, en
la autonomía relativa del Estado con respecto a las clases
dominantes, en el funcionamiento y la forma de las contra-
dicciones internas del Estado, en la configuración de su ar-
mazón organizativa y la dominación de tal o cual aparato
sobre los otros, en los desplazamientos de los límites entre
aparatos represivos, ideológicos y económicos, en las per-
mutaciones en las diversas funciones del Estado, en la or-
ganización del personal del Estado. Esa condensación de la
lucha política en el Estado marca, así, las diferencias: