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Audio No.

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Como le indicaba pues para seguir con el audio, se ha indicado que las
negociaciones que se realicen por parte de la Fiscalía, en este momento
procesal, es decir, desde que el infractor es capturado, sea por la autoridad
policiva, sea por un particular, como lo establece el artículo 302 de la Ley
906 del año 2004, desde ese preciso momento que ocurre ese fenómeno de
la captura en flagrancia el ente acusador desde ya puede iniciar esas
conversaciones tendientes a terminar de forma anticipada un proceso penal
y es desde allí en donde comenzamos a analizar una de las primeras
posturas que yo tengo para y que pues fue charlada con usted, vía
telefónica y es que el ente acusador tenga la facilidad de iniciar esas
negociaciones y de que efectivamente si debe existir un control
jurisdiccional por parte del juez de conocimiento, ósea con el juez distinto a
donde se hace la formulación de la imputación que es un juez de control de
garantía y que ese control que se realiza de esa negociación que se hace o
se plasma o claramente viene se materializa en la formulación de la
imputación, pueda entonces de forma directa no entrar a verificar si
efectivamente la negociación cumplió con algunos requisitos
procedimentales, sino que se tenga claro que ese tipo de negociación que
hace, se hace desde esa primera, desde que es capturada la persona, si
pueda hacerse con cualquiera de las negociaciones que establece la norma.
En primer lugar, por decir el artículo 30 donde habla de los cómplices o los
partícipes en la comisión de las conductas delictivas o también desde la
perspectiva que viene enrostrada, pues como para donde los puntos de
vistas donde se pueden hacer negociaciones que viene claramente
enrostrada en el artículo…para decir el artículo concreto…un momento, un
momento, que viene como recogiendo lo que habíamos dicho de las dos
formas que con mayor auge se presentan pues los ofrecimientos de los
señores defensores, la primera de ellas que habíamos indicado en el artículo
30 de la Ley 599 que pues es donde se puede establecer el cómplice, los
partícipes, los intervinientes en la comisión de una conducta delictiva, esta
es una de las formas en que pues, se puede adelantar negociaciones con las
personas, posteriori, perdón, anteriores a una imputación, efectivamente la
corte ha adoptado una posición en el sentido de que los hechos
jurídicamente relevantes deben ir atados a esa imputación, es decir, que la
Fiscalía en ese momento pues por decirlo así, se le pone un palo en la
rueda, no en adelantar este tipo de negociaciones, dado que si en ese primer
lugar, pues no se podría entonces imputar como cómplice sino que lo que
se podría para efectos de llevar a cabo esa negociación es que el beneficio,
ósea que en la imputación no se podría hacer como cómplice sino que lo
que se tendría derecho o sería acreedor es a al beneficio de que trata este
artículo 30 de la Ley 599. En ese sentido, pues yo, indico que mi punto de
vista, en ese sentido la Corte si pues, se puede entender que se ha otorgado
para el infractor un beneficio, cierto, por cuanto a pesar de que en la
imputación no se haga como cómplice sino como autor, se haría alrededor
es a lo que habla el beneficio del artículo 30 lo cual si no pasa con lo que
establece el artículo 56 de la Ley 599 del Código penal ¿por qué? El
artículo 56 habla de la posibilidad o de una de las circunstancias en que se
puede estar con relación al imputado y es que realice la conducta punible
bajo la influencia de profundas situaciones de marginalidad, ignorancia o
pobreza extrema, obviamente el que realiza la conducta bajo estas
situaciones, si tiene la posibilidad de que la pena, en primer lugar no tenga
la entidad suficiente para excluir su responsabilidad con relación pues al
momento de la negociación pero si tiene una pena y dice que incurrirá en
una pena no mayor de la mitad del máximo ni menor de la sexta parte del
mínimo y es aquí donde si pues, poderosamente quiero llamar su atención y
pues para que usted tenga en cuenta mi posición y es que el otorgamiento
por decir de este beneficio o de esta negociación con el imputado que es
sorprendido en flagrancia, el juez de conocimiento no debe entrar a
verificar si efectivamente la persona encartada en el proceso penal esté bajo
esas situaciones, ósea se tendría entonces que apartar el juez de
conocimiento de aquella revisión subjetiva que hiciera por parte del sujeto
activo de la acción penal sino que lo que opino yo humildemente,
simplemente sería el juez de conocimiento solamente verificar que
efectivamente es la garantía de sus derechos y que efectivamente si existen
unos elementos materiales de prueba con que se pueda desvirtuar esa
presunción de inocencia que viene consagrada en el artículo 28 de la
Constitución Nacional colombiana, pero entonces lo que nos sucede en
estos momentos es que el juez de conocimiento penetra tanto, ósea va más
allá, a mi punto de vista, irrespetando, pues con mucho respeto, cualquier
tipo de negociación que haga el ente persecutor con la persona encartada en
el proceso penal, ósea penetra más allá en el sentido de que hace un control
si efectivamente se cumplen cualquiera de esas circunstancias para lo cual
obviamente si sería un obstáculo mayúsculo por decirlo así, para que la
descongestión para la participación del sujeto activo de la acción o del
encartado en el proceso y aun más para la forma de resolver rápidamente y
descongestionar en un gran porcentaje tanto los despachos judiciales como
los despachos fiscales. Hoy en día no se puede hacer eso, porque existe un
control material de cualquiera de esas circunstancias que establece el
artículo 56, eso como primer obstáculo, ¿cierto? y primera posición de lo
que yo propongo y de lo que se enfrenta mi proposición a las posiciones
que hoy tiene la Corte con relación al otorgamiento de esos beneficios,
ahora vamos al segundo obstáculo, posteriormente de que fuera implantada
la Ley 906 del año 2004 y que pues como habíamos indicado al principio
que la naturaleza de la Ley 906 del 2004 o el propósito del nuevo sistema
con tendencia acusatoria, es precisamente resolver en sede de imputación y
antes de la acusación el 60 o 70% de los casos como sucede en Estado
Unidos y es que el sentido de este nuevo procedimiento es la justicia
premial, ese es pues uno de los propósito por los cuales se implantó o el
sentido que se implantó en Colombia el sistema penal acusatorio y es
claramente de darle participación concreta a la persona encartada en el
proceso penal y a lo largo de mi experiencia como Fiscal he notado que los
conceptos o las posiciones de las altas Cortes claramente se van
desvinculando de aquel objetivo principal que tuvo el nuevo sistema penal
con tendencia acusatoria desde el año 2004 y era ese, que la negociación
entre el infractor y el Estado, ¿cierto? Entonces ¿para qué? para primero
buscar la reparación, la verdad, la justicia de forma rápida y pronta, pero lo
que pues observo hoy es que la Corte ha adoptado unas posiciones
distintas a esa búsqueda de esa verdad, de esa reparación, de la justicia sino
que antes por el contrario pone unas palanqueras o unos palos en las ruedas
para que este sistema pueda seguir pues desarrollándose e implantándose
en el sentido que se buscó desde que se cambió del sistema antiguo que era
la Ley 600 al nuevo sistema que es la Ley 906. Posteriormente, le indicaba
que hay otro obstáculo que incluso el mismo legislador implanta desde la
Ley 1453 en el año 2011 en el artículo 57 pues donde se establecen cada
una de las 4 o 5 situaciones, cuando la persona sea sorprendida en
flagrancia y agregó entonces la Ley 1453 posteriormente en el año 2011 un
parágrafo a este artículo 301 de la Ley 906 del año 2004 y dice que cuando
la persona que incurra en las causales de flagrancia , es decir, en las 5
causales, sólo tendrá una cuarta parte del beneficio de que trata el artículo
351 de la Ley 906 del año 2004, es decir, el artículo 351, son, indica, habla
sobre las modalidades de los preacuerdos y negociaciones entre la Fiscalía
y el imputado o acusado y es donde paradójicamente, pues observo que,
desde el mismo artículo 348 de la Ley 906 dice que el Legislador y las
posiciones de la Corte no sé, ósea se contradicen para mí en este sentido,
dice que con el fin de humanizar la actuación procesal, la pena y el tener
pronta y cumplida justicia, activar la solución de los conflictos sociales
que genera el delito, proporcionar la reparación integral de los perjuicios
ocasionados con el injusto y lograr la participación del imputado en la
definición de su caso, la Fiscalía y el imputado o acusado podrán llegar a
preacuerdos que impliquen la terminación del proceso. El funcionario al
celebrar los preacuerdos debe observar las directivas de la Fiscalía General
de la Nación y las pautas trazadas como política criminal a fin de
aprestigiar la administración de justicia y evitar su cuestionamiento. Pues
bien, si usted observa, o podrá revisar, desde ese mismo artículo 348 de la
Ley 906 donde están los preacuerdos y negociaciones de la Fiscalía y el
imputado, claramente lo que dice el Legislador es que procuremos porque
la mayoría de los casos se resuelvan en sede de imputación y obviamente
usted si al momento de revisar este audio, no olvida el parágrafo que tanto
le he señalado del artículo 301 y dice acá en el artículo 351 que la
aceptación de los cargos determinados en la audiencia de formulación de la
imputación comportará una rebaja hasta de la mitad de la pena imponible,
acuerdo que se concernará en el escrito a posición. Fíjese bien que
obviamente esto es política criminal del artículo 351, pero de cara al
momento de enfrentarlo con el parágrafo que trae el artículo 301 donde de
forma inmediata el Legislador le coloca una palanquera a este beneficio y
obviamente a los intereses del imputado ¿por qué? Porque ya no sería
entonces la mitad, la rebaja no sería tan ostensible, si observamos que el
artículo 351 habla sobre la mitad de la pena y el artículo 301 dice que quien
sea sorprendido en flagrancia solamente tendrá una cuarta parte de ese
beneficio, es decir, que sería realmente el ofrecimiento de un 12,5% del
beneficio del que habla el artículo 351. Entonces, obviamente esto genera
en el imputado en primer lugar, una abstinencia a querer preacordar o
negociar o aceptar su responsabilidad en esa audiencia de imputación.
Paradójicamente, que es lo que a mi más me sorprende, paradójicamente,
las personas que son capturadas con mandato judicial, es decir, con la
orden de captura, si son acreedoras a este beneficio, ósea el de la mitad de
la pena, imponible, ósea después que el Estado si hace un trabajo juicioso,
la Fiscalía General de la Nación busca elementos materiales probatorios,
los recoge, evidencia física y hay un desgaste, por decirlo así, del aparato
judicial, en el sentido de buscar todos esos elementos para poder solicitar
una orden de captura, pero paradójicamente, la persona que sorprenden en
situación de flagrancia y que el Estado en ese momento no ha hecho un
desgaste para buscar esos elementos materiales probatorios, pues desde el
mismo momento en que la persona es sorprendida en flagrancia, pues
existen ya esos elementos y hay una inferencia razonable de autoría y
participación con lo que se puede de pronto derrumbar una presunción de
inocencia y que más con la simple manifestación libre y voluntaria que
haga el encartado, entonces sí me parece que en ese sentido falla, primero
el Legislador, y segundo, la Corte, ¿por qué? Porque es paradójico que a
una persona que el aparato judicial se haya desgastado si pueda ser
acreedora de este beneficio y la que el aparato judicial no se ha desgastado
sino que ha sido sorprendida en flagrancia no se acreedora al beneficio de
la mitad de la pena, es paradójico, se supone que siempre que haya más
desgaste del Estado pues obviamente menos sería el beneficio, no, acá es
lo contrario, entonces es esa una de las posiciones.
La otra posición, pues que yo entraría a analizar como política criminal y
para enfrentar todos estos obstáculos que se le han impuesto al sistema
penal acusatorio que funciona en Colombia, es que también se debería
analizar la situación del encartado en el proceso penal, es decir, en primer
lugar, que el encartado, al momento de hacerse acreedor de cualquiera de
estos beneficios y que se verificara subjetivamente su comportamiento, es
decir, si haya tenido capturas o con sentencias condenatorias anteriores
para el otorgamiento de estos beneficios, es decir, me refiero claramente al
infractor primario, es decir, a la persona que entra al eje y al poder y al
poder politivo del Estado por primera vez, claramente si se debiera otorgar
beneficios a esas personas, ósea para mi posición y para que usted tenga en
cuenta, también, ósea, me parece que existiría la posibilidad de que este
tipo de infractores se le otorgaran unos beneficios que en la actualidad son
prohibidos. Tengamos en cuenta que como hablamos, el delito de tráfico o
porte de estupefacientes que trae consigo el artículo 376, es pues un delito
grave efectivamente va en contra del bien jurídico tutelado, de la salud
pública y se encuentra numerado entre una de las prohibiciones que trae la
Ley 599 y es una de las prohibiciones que trae el artículo 68A del código
penal, es decir de la Ley 599, que si usted se fija en el encabezado de ese
artículo 68A en primer lugar lo adiciona la Ley 1147 del año 2007.
Posteriormente se le implanta otra reforma, la 1453 del año 2011 y
posteriormente le plantan otra reforma la 1474 del año 2011.
Posteriormente, le implantan otra reforma en la Ley 1709 del año 2014 y
posteriormente, le implantan otra reforma en la Ley 1773 del año 2016 y en
último le adicionan un inciso o modifican un inciso que es la Ley 1944 del
año 2018 donde, habla sobre la exclusión de los beneficios o subrogados
penales y enumera una serie de delitos que están excluidos para la
obtención de esos subrogados o de esos beneficios ya en sede de la de la
ejecución de la pena, pues para mí, no, el estado no debiera mirar o yo no
miro como política criminal, con buenos ojos que el infractor primario no
se pueda hacer acreedor de un beneficio o de un subrogado penal, por
decirlo así, el de la ejecución de la pena en el lugar de la residencia, ojo
para el infractor primario. Hoy esto no se puede, en este delito, el delito de
fabricación, tráfico o porte de estupefacientes, hoy el Estado colombiano
no mira si usted es infractor primario, no hace ese control que, entre otras
cosas como política criminal y como necesidad de la pena se debe hacer, se
debe hacer a la persona que se encuentra encartada en el proceso penal ¿por
qué? Porque si observamos que la pena como tal, “el fin de la pena” es la
resocialización del infractor, pero es que detrás del infractor está la familia,
el núcleo familiar que viene desde el artículo 42 de la Constitución
Nacional, desde la Constitución colombiana, entonces para mí realmente no
se han hecho suficientes estudios de política criminal para estos actores
primarios o personas que son capturadas y que son imputadas por primera
vez. Es preocupante que este tipo de personas no puedan hacerse
acreedoras de estos tipos de beneficios, ¿por qué? Porque no estamos
haciendo política criminal, ahí se deben analizar por parte del Estado y
desde la misma jurisprudencia y verificar y hacer un estudio de esa persona
a la cual el poder del Estado cae encima de el para poder aplastarlo y no
solamente aplastar a la persona encartada en el proceso sino que de paso se
lleva a su familia, a las personas que tienen esposa, esposo, hijos, padres,
entonces no solamente el poder del Estado va en contra de él, sino de su
núcleo familiar y todas estas cosas son y es para que muy globalmente
pueda usted tener un punto de partida en donde quiero yo, a donde quiero
llegar yo con mi propuesta y es que no todas las personas como se hace en
Estados Unidos se hacen análisis de las personas, no todas las personas
necesitan tratamiento penitenciario en un sitio de reclusión donde se
denigra o se lleva al sujeto a su mínima expresión “para resocializarlo”, no
es así, entonces mi querido Profesor José Vicente, esos son mis
planteamientos a grandes rasgos, pues podríamos tardar horas con este
audio pero tampoco se trata de eso, son mis humildes planteamientos de
cara a mi trabajo de grado. Feliz tarde mi querido Profesor.

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