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El Ejercito Mexicano ¿Que se vaya o que se quede?

30 de mayo de 2011

Hace un par de días,


@sandianimas “escritora
estrafalaria con aires de lucidez…”
me preguntó por Twitter mi
opinión sobre la desmilitarización;
es decir, si estoy de acuerdo o no
en que el Ejercito Mexicano deje
de enfrentar a la delincuencia
organizada.

Al respecto debo decir que antes


de responder un condescendiente NO –que no salga el Ejercito de las calles- o de
un categórico SI, debo reconocer que el tema es tan complejo que lo prudente es, mas
que decir todo lo que se piensa, pensar muy bien todo lo que se dice.

Lo primero que tenemos que reconocer es la impagable labor que realizan nuestras
Fuerzas Armadas en la defensa de la integridad, la independencia y la soberanía de
México y también, aunque no sea su función, en esta lucha contra el narcotráfico
declarada por el gobierno del PAN.

Lucha que para muchos es una pifia de polendas, para otros una decisión valiente y para
unos pocos, un insólito acto de osadía desinformada.

En lo personal, pienso que haber sacado al Ejercito Mexicano a las calles fue, de origen,
una acción precipitada de un gobierno del PAN angustiado y urgido por legitimar su
llegada a la Presidencia de la República.

Y en su precipitación llevaron la penitencia, porque en su imprudente urgencia de


popularidad, el gobierno del PAN omitió –o se brincó- implementar una estrategia integral
que, además de enfrentar frontalmente a la delincuencia, llevara a cabo labores de
inteligencia y contrainteligencia, combatiera la impunidad, el consumo y la producción de
drogas -no solo el traslado- y, lo más importante, protegiera a la población civil de las
evidentes y a todas luces previsibles represalias del crimen organizado.

Y en este último punto debo ser muy enfática ante la evidencia de que esta guerra del
gobierno del PAN se ha enfocado en matar a los delincuentes, sin poder impedir que los
criminales dañen a la población y cobren vidas inocentes.

De todos los millones y millones de dólares que se han gastado en esta guerra del
gobierno del PAN… ¿Cuántos dólares se han invertido para proteger a los ciudadanos?

¿Cuánto tiempo más tendrá que pasar o cuántas vidas más dejarán de existir hasta que se
entienda que el factor determinante de la inseguridad en el país es la ausencia de justicia?

Los números tal vez cieguen a los gobiernos del PAN, pero la verdad es que no mienten y
mientras en el país el 98 por ciento de los crímenes queden impunes, la inseguridad
seguirá siendo un problema creciente, galopante y contagioso.

Este porcentaje nos convierte, de facto, en un país atractivo para el crimen y la


delincuencia, porque en nuestro México lindo y querido, 98 de cada 100 delincuentes
pueden volver a delinquir sin que sean castigados.

¿De qué sirve entonces esta guerra contra el crimen organizado sin una estrategia
adicional para desterrar la impunidad y sin la visión de Estado para regenerar un poroso y
trastocado sistema de justicia?

Sé que no soy la única que piensa que esta guerra del gobierno del PAN solo ha ofrecido a
los mexicanos soluciones de “metralleta” para atacar los síntomas y no, la causa de la
enfermedad.

Y sé que no soy la única que piensa que los “malos” no solo están “allá afuera”. También
están dentro de las instituciones del gobierno y son cómplices con licencia, asociados y
cooptados por los brazos de crimen organizado.
La inseguridad que permea en el país debe combatirse desde su raíz, desde sus causas y
mientras no se haga así se debe sacar al Ejército de las calles y no distraerlo de sus
funciones constitucionalmente encomendadas.

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