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Nombre: María Alejandra Pérez Pérez

Sexual Selection on Human Faces and Voices

En primer lugar, para poder reseñar críticamente la temática en cuestión, es importante

tener en cuenta que la selección sexual se define como aquellas ventajas que un individuo

de determinada especie posee sobre sus pares con el fin de reproducirse exitosamente y así

dejar descendencia, la selección sexual se fundamenta principalmente en la lucha por la

tenencia de un individuo del sexo contrario. (Darwin, 1872).

En esta oportunidad, David A. Puts perteneciente al departamento de antropología de la

Universidad de Pennsilvania, Benedict C. Jones y Lisa M. DeBruine estudiantes de

psicología de la universidad de Aberdeen son los encargados de escribir y exponer el

artículo titulado “Sexual Selection on Human Faces and Voices” publicado en el año 2012,

dicho artículo presenta y argumenta cómo los dimorfismos sexuales (voces y rostros) se

han dado gracias a la selección sexual en la que se encuentra la elección de pareja y los

concursos masculinos promoviendo así un éxito reproductivo.

Inicialmente, los autores realizan un pequeño resumen de los dimorfismos sexuales más

notorios en los seres humanos, como la distribucion de grasa y vello corporal, la

musculatura, la altura, el peso y la estructura esquelética. De igual manera mencionan las

causas proximales de la diferenciacion rostral y vocal entre los hombres y las mujeres, que

en los primeros se da gracias a la presencia de esteroides sexuales gonadales, testosterona,

su respectivo metabolito (dihidrotestosterona) y andrógenos circulantes, los estrogenos son

los encargados de producir dicha diferenciación entre las mujeres. Para los autores, lo
anteriormente mencionado es importante debido a que gracias a ello se entienden las

dinámicas sexuales, se es capaz de predecir las preferencias de esta misma índole así como

los comportamientos competentes interindividualmente.

Pero, ¿cual es la razón para que estas características evolucionaran? Los autores mencionan

que dicha evolución es meramente adaptativa para una reproducción exitosa. En este caso,

la conformación de rasgos femeninos como sutilidad en comportamiento, cara bonita y

buena voz, son apetecidos por los hombres que tienen testosterona alta, rostro saludable y

aquellos que están interesados en relaciones a largo plazo con el fin de dejar descendencia.

la conformación de rasgos masculinos ampliamente apetecidos por las mujeres como voz

grave y vello facial, fueron seleccionados tanto para los comportamientos que conllevan a

una protección de recursos como para una reproducción sexual exitosa. De igual manera,

los autores mencionan que la selección sexual de dimorfismos en hombres es más estricta

debido a que ellos invierten menos en descendencia gracias a su rápida reproducción así

como la variabilidad en la misma.

En segunda medida, el artículo menciona que la masculinidad puede ser vista desde dos

aristas, la primera como un indicador de buena salud a largo plazo y la segunda, como

potencializador de infidelidades, violencia, divorcio, interés extramarital y baja inversión

en la descendencia. Además, la elección de pareja masculina con rasgos masculinos muy

marcados o con rasgos masculinos no muy marcados por parte de las mujeres está

condicionada por cuatro aspectos; contexto temporal de la relación buscada (corto o largo

plazo), condición física de la mujer, en donde si esta se considera atractiva buscará pareja

masculina con rasgos masculinos marcados, y si no se considera atractiva, buscará pareja

masculina con rasgos masculinos no muy marcados, cambios en la fertilidad a lo largo del
ciclo menstrual, haciendo referencia a que, en la etapa de la ovulación hay mayor interés

por parejas masculinas con rasgos masculinos marcados y en etapas no ovulatorias habrá

mayor interés por parejas masculinas con rasgos masculinos no muy marcados, y el estrés y

la violencia parasitaria local, en la que habrá un mayor interés por parejas masculinas si en

el lugar de residencia hay aspectos muy marcados en cuanto a violencia y patógenos con el

fin de que la descendencia obtenga los beneficios de salud y dominio que más adelante será

explicado.

Seguido a esto, el artículo hace alusión a que los rasgos masculinos de voz y rostro

evolucionaron gracias a las competencias o bien llamados concursos masculinos en donde

varios estudios concluyen que los rasgos masculinos de voz y rostro predicen dominio,

fuerza y agresión gracias a que competencias masculinas anteriores favorecieron la

diferenciación de señales amenazantes (rasgos masculinos).

Como es evidente, las afirmaciones y estudios vistos en el presente artículo son importantes

para entender los fundamentos teóricos de la evolución biológica y sexual en los seres

humanos, además de las diversas dinámicas de escuelas científicas y empiristas que por

medio de arduos trabajos de investigación y observación, concluyeron información valiosa

acerca del tema en cuestión para así poder replicar estos conocimientos de manera objetiva

y entendible a todo tipo de población; desde los más pequeños quienes no conocen el tema,

pasando por estudiantes en proceso de aprendizaje hasta los más expertos en el tema

quienes tienen la posibilidad de seguir estudiando dichos temas tan importantes para

entender dinámicas no solo amorosas y reproductivas sino también sociales en diferentes

disciplinas especialmente en la psicología.


Destaco de igual manera la simplicidad estructural del artículo, lo que permite una lectura

mucho más rápida y comprensiva del tema en general. Dicho artículo utiliza un lenguaje

formal y no muy técnico para explicar ciertos conceptos importantes a tener en cuenta, que,

desde mi opinión, es algo clave para que el lector se interese por la lectura de un proyecto

literario de cualquier índole, pero más aún, en ámbitos científicos como lo es este.

No obstante, difiero en la perspectiva reduccionista que toma tanto el artículo (que de

hecho es reciente), como los autores respecto a los seres humanos ya sean hombres o

mujeres, a quienes dentro de este se les ve como máquinas con atributos físicos diseñadas

únicamente para la constante reproducción y justificación de su material genético en sus

descendencias sin importar diferentes variables como el contexto sociocultural o

socioeconómico. Considero que la estadía de nosotros como seres humanos va mucho más

allá de lo propuesto en el artículo, tanto en tema reproductivo como de supervivencia,

somos entes dispuestos a crecer individual y grupalmente gracias al aprendizaje adquirido

en diferentes momentos, somos capaces de cumplir objetivos y metas que nos lleven a la

autorrealización, entes capaces también de decidir si queremos hijos o no, y en dado caso

de que sí, podemos elegir el momento teniendo en cuenta muchos factores y no solo

siguiendo leyes biológicas universalmente impuestas.

Finalmente, el artículo concluye que la selección sexual (elección de parejas y concursos

masculinos) ha dado pie a la evolución de los dimorfismos sexuales o rasgos especialmente

voces y rostros. Pero que también, la evolución de estos debió contribuir a la reproducción

exitosa a lo largo de la evolución humana. Simultáneamente, se presentan los retos futuros

de investigación del tema tratado, en donde los autores sugieren que es importante aclarar

cuáles son los beneficios y la relación de los dimorfismos sexuales hacia la elección de
pareja y cómo esta afecta la reproducción y resultados de competencia, con ello podrían

determinarse los contextos en los que cada uno de estos dimorfismos son más

pronunciados. Por ultimo proponen que se investigue cómo las personas integran

información de señales en diferentes dominios, con información sobre actitudes e

intenciones.

Para concluir esta reseña, es importante mencionar la relación de este tema con la

psicología; el estudio de la selección sexual de los dimorfismos sexuales o de otra índole en

seres humanos son importantes debido a que estos pueden llegar a explicar las diferencias

comportamentales y emocionales entre hombres y mujeres que pueden verse en diversos

tipos de relaciones como las amistosas o las sexo/afectivas y en diversas comunidades; por

ejemplo, la distribución de tareas en el hogar, orientación vocacional y/o laboral, calidez o

competencia en comunidades, conductas agresivas o antisociales en muchos casos.

También pueden llegar a explicar de igual manera qué aspectos son los que conllevan a esta

diferencia o en casos excepcionales, aspectos que conllevan a una similitud

comportamental. Por último, pueden explicar los aspectos motivacionales que difieren entre

sexos en temas de reproducción, elección de parejas o círculos sociales.

REFERENCIAS:

 Ginnobili, S. (2011). Selección artificial, selección sexual, selección natural.

Metatheoria, 2(1), 61-78.

 Puts, D.A. (2012). Sexual Selection on Human Faces and Voices. Journal of sex

research, 49 (2-3), 227-243.

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