EL "INDISCUTIBLE PODER" DE LAS MUJERES EN EL HOGAR

Henrik Haraldsson* <henrikh@klinger.fysik.lu.se>

*Smaland Nation's Men's Group, Lund (Suecia)

Hace un par de meses fue publicado un estudio danés que reveló que las mujeres (y no es
motivo de asombro) les dicen a los hombres que hagan tareas domésticas tres veces más de lo
que los hombres se lo piden a ellas. Esto se consiguió mediante la grabación de las
conversaciones diarias de 18 familias danesas durante cierto tiempo, así como a través de
entrevistas con todos los miembros de esas familias.

Lo que resulta controversial es la interpretación que habría hecho el sociólogo detrás del
estudio, Torben Berg Sorensen, quien según un artículo en el diario sueco Sydsvenska
Dagbladet habría opinado que esto es una indicación de que las mujeres tienen poder en los
hogares. Supuestamente, el investigador habría dicho que "las mujeres a menudo dicen que
necesitan dar órdenes pues de lo contrario nada se hace. En cierta forma es correcto, pero de
todas formas es una expresión de poder. Porque es la mujer quien define cuándo debe la familia
hacer la limpieza, o cuando se debe vaciar el bote de la basura".

El periodista aparentemente se esforzó por reforzar esta impresión. El título del artículo es "Las
mujeres aún deciden en los hogares. / ¡Ahora ha sido comprobado! [---] El marido y los hijos
son instrumentos obedientes que, tras las órdenes de mamá, sacan la basura y comen sus
vegetales. [---] El informe, de 222 páginas, establece que la mujer es la principal comandante en
el hogar".

Deduzco que el periodista, no queriendo escuchar las críticas feministas acerca de la renuencia
de los hombres a asumir su responsabilidad en el hogar, vio la oportunidad de hacer que las
relaciones de poder parezcan contrarias a lo que son, que los hombres se sientan dominados por
las mujeres y que cierren aún más los ojos ante el hecho de que la mayoría de ellos rehuye sus
responsabilidades en el hogar.

Lo que aparece a continuación es una carta que escribí al diario Sydsvenska Dagbladet (SDS) al
respecto, la cual fue publicada el 27 de febrero de este año bajo el título «Nociones erradas
sobre el "poder" de las mujeres».

El 3 de febrero apareció en este diario un artículo sobre un estudio conducido por Torben Berg
Sorensen, en el cual se asegura que "las mujeres aún deciden en los hogares" y se interpretan los
resultados de la investigación como que "el poder de la mujer en el hogar es indiscutible".

Ésta es, a mi juicio, una interpretación un tanto bizarra. Se ha documentado ampliamente que
las mujeres realizan más trabajo doméstico que los hombres, que quisieran que ellos ayudaran
más y se responsabilizaran de que las cosas se hicieran, y que ellas a menudo se ven obligadas a
pedirles a los hombres que hagan las cosas. A veces los hombres responden con silencio y se
rehusan a hacer el trabajo.

Me resulta muy extraño que se interprete esta situación como una expresión del poder de las
mujeres -- situación en la que la mujer a menudo toma más la iniciativa que el hombre para
hacer el trabajo y más frecuentemente tiene que hacer que éste haga lo que le corresponde. Si
las mujeres tuvieran un verdadero poder en esta área, por lo menos implicaría que no estuvieran
asumiendo la mayor parte del trabajo contra su voluntad.

En el artículo, sin embargo, pareciera que una investigadora apoya esta interpretación. "El
hecho de que el poder de la mujer en el hogar sea indiscutible no dice nada acerca de su
condición en la sociedad, enfatiza Karen Sjorup, investigadora de estudios de la mujer de la
Universidad de Roskilde".
Tomé contacto con la investigadora, y resulta que ella, por supuesto, nunca dijo tal cosa. Y,
según entiendo, el investigador del estudio tampoco lo dijo tan contundentemente. La sombra,
sin embargo, no cae directamente sobre SDS, puesto que la "cita" aquí sólo fue una traducción
de un artículo en el diario Jylland Post. El periodista tras el artículo original, sin embargo, me da
la impresión de querer silenciar las justificadas críticas que las mujeres tienen acerca de que
tantos hombres rehuyan a sus responsabilidades en el hogar. (Traducción de Laura E. Asturias)